Transcripción: El final del viaje

Transcripción: El final del viaje

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[Daniel Alarcón, host]: Un anuncio: si estás en Nueva York acompáñanos el jueves 26 de octubre en una noche de historias en audio en vivo. Participarán productores de algunos de tus podcasts favoritos: This American Life, More Perfect, Radiolab y Latino USA. Y por supuesto nosotros, Radio Ambulante. El evento será en inglés. Todo lo que recaudamos será para apoyar a Puerto Rico. Encontrarás toda la información en nuestra página web: radioambulante.org. Gracias por comprar tiquets y por ayudarnos a pasar la voz.

 

Mañana, empieza tu día con “Up First”, el podcast de noticias de NPR. En una reseña de Apple Podcast, Eve Bethel escribió: “Conciso y completo. Escucho ‘Up First’ todas las mañanas en el camino al trabajo. Me da un resumen de las noticias más importantes del día y lo que viene de la semana”. Arranca el día con “Up First”, mañana en NPR One o en cualquier app de podcasts.

 

Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.

En el episodio pasado, contamos  la historia de 4 cubanos y su larga travesía para llegar a Estados Unidos.  

[Yoannelis]: A nosotros nos lo dijeron: ustedes no son ni los primeros ni los últimos cubanos que se van a morir aquí. Si no cooperan ustedes se mueren.  ¿Y quién los va a buscar a ustedes aquí?  

[Yoandra]: Y mis últimas palabras fueron: “Muchas gracias, Panamá”.

[Raikel]: Y me sentía hasta orgulloso de mí mismo, porque… porque vi que todo… todo sacrificio que habíamos hecho había resultado. Que lo logramos, que nada fue en vano, que todo lo que pasamos tuvo su… su fruto.

[Daniel]: Si no lo han escuchado, les recomiendo que lo hagan. Es que el episodio de hoy es la segunda parte de esta serie sobre la nueva era de la migración cubana.  

Desde el 2014 hasta el 2017, más de 100 mil cubanos trataron de entrar a Estados Unidos. Un éxodo masivo. La idea era aprovechar la política que se conoce como “pies secos/pies mojados”, un decreto de Estados Unidos que les permitía la entrada.

Hasta el 12 de enero de este año, 2017.  

(SOUNDBITES NOTICIEROS)

[Periodista]: Muy bien, en una noticia de última hora el presidente Barack Obama, en su última semana en la Casa Blanca, eliminaría la disposición conocida como “pies secos/ pies mojados” y ordenaría la repatriación…

[Periodista]: La Casa Blanca anunció esta tarde que el cambio en política de “pies secos/ pies mojados” entrará en vigor inmediatamente.  

[Daniel]: La revocación de “pies secos/pies mojados” tomó por sorpresa a más de 300 cubanos que se encontraban en Panamá, rumbo a Estados Unidos. Los dejó en el limbo. Y, mientras se decidía qué iba a pasar con ellos, muchos terminaron refugiados en un albergue del gobierno panameño.

Nuestro productor Luis Trelles se fue hasta este albergue a ver en qué condiciones estaban. Pero cuando llegó, esto fue lo que encontró:

[Luis Trelles, reportero]: Oye lo que sí que ni rastro de los cubanos aquí…  Desde el portón de entrada…

[Daniel]: Nada.  

[Luis]: Oye, te voy a decir que este es el albergue de cubanos más callado de mundo. Esto… Parece increíble.

El albergue queda en la provincia de Chiriquí, cerca de la frontera con Costa Rica. Está en un campo muy lindo pero también muy aislado. En la mitad del bosque hay unos grandes galpones de madera, tan viejos y desgastados, que parecen abandonados.  

En el portón de entrada había varios militares con armas largas. De hecho, no nos querían dejar entrar, a pesar de que teníamos permiso del Director de Inmigración. Así que nos sentamos a esperar, hasta que se apareció un chico pálido de ojos claros que llevaba una polo color gris, con las solapas hacia arriba. Con su pinta de turista estadounidense, se veía totalmente fuera de lugar en el albergue, pero se acercó a hablar con nosotros a través de la reja que nos separaba.

[Ivo Torres]: ¿Pero no los dejan pasar?

[Mario Pentón]: No todavía. Que están coordinando para dejarnos pasar.

[Luis]: Ese es Mario Pentón, un periodista del medio independiente cubano 14ymedio, que me acompañó al albergue.

[Ivo]: Sí, estamos bien recluidos.

[Luis]: Y ese es el de la polo color gris: Ivo Torres.

[Ivo]: Imagínate, estamos todos trancados ahí adentro sin nada que hacer. Y con mucho tiempo para pensar, y sin ninguna información

[Luis]: Nuestra conversación no duró mucho tiempo. El capitán de la guardia panameña nos interrumpió cuando sorprendió a Ivo hablando con nosotros.

[Capitán de la Guardia Panameña]: Caballeros, yo creo que esa no es la forma.

[Mario]: ¿Pero hay algún problema de que estemos conversando con él?

[Ivo]: No, estamos conversando. No es una entrevista. Estamos conversando.

[Luis]: Y apenas Ivo le contestó, el capitán lo miró como si no pudiera creer que Ivo le estuviera hablando.

[Capitán de la Guardia Panameña]: Por favor… Para ver si se retira para allá, por favor.

[Ivo]: Ah…

[Luis]: Lo obligaron a entrar.

Las autoridades de Ciudad de Panamá me habían dicho que los cubanos no estaban presos en el albergue. Pero en ese momento no estaba tan seguro.

Eventualmente se resolvieron los rollos burocráticos y nos dejaron entrar. Una vez dentro del albergue, nuestro comité de recibimiento fue una docena de cubanos con caras largas sentados alrededor de una vieja mesa de madera.  Tan pronto me vieron, comenzaron a hablar.

[Cubanos en el albergue]: [Hablan varios a la vez]

[Luis]: Todos a la vez…

[Mario]: Pero si vamos hablando uno por uno es mejor, y yo creo que es más fácil. Así nos entendemos.

[Luis]: Era una mesa redonda donde había de todo: jóvenes y personas mayores, hombres y mujeres. Estaban muy frustrados, sobre todo porque sentían que Obama les quitó el sueño americano que Estados Unidos les había ofrecido.

[Cubano en el albergue]: Porque si no fuera por eso, ninguno de nosotros estuviéramos en el camino. Porque tú no  vas a salir a un sueño que no te hayan prometido.

[Daniel]: Y es que por más de 50 años, cualquier cubano que entrara legalmente a Estados Unidos tenía la oportunidad de convertirse en residente permanente. Era una manera de atraer a los que no estaban de acuerdo con el gobierno comunista de la isla, y de paso desestabilizar a uno de sus grandes rivales de la Guerra Fría.  

Y hay una  pregunta que está en el centro de esta historia.  

[Cubano en el albergue]: La mayoría de nosotros salimos por problema económico. Nosotros salimos a buscar el futuro principalmente a nuestros hijos.

[Cubana en el albergue]: No salimos por problemas económicos, salimos porque no estamos de acuerdo con el gobierno que tenemos.

[Daniel]: ¿Cuál de estas voces representa la migración cubana de hoy en día? Para tratar de entenderlo, vamos a contar la historia de Ivo…

[Luis]: Luego de nuestro primer encuentro en el portón de entrada, pasaron varias horas antes de que volviera a ver a Ivo. Pero finalmente sí lo volví a ver. Estaba en una esquina del albergue. Y me le acerqué porque me había quedado preocupado por su encontronazo con el capitán de la Guardia Panameña. Y por eso le pregunté:

¿Tú estás bien, verdad?

[Ivo]: No, sí, sí, tranquilo, tranquilo.

[Luis]: Cuando me senté a hablar con él, no tardé en darme cuenta que Ivo es el tipo de persona que no reacciona bien ante figuras de autoridad.

[Ivo]: Yo lo que tenía ganas de decirle al capitán es yo no voy a ir a ninguna parte y yo voy a hablar con quien yo quiera, porque yo tengo libertad de hablar con quien yo quiera, cuando yo quiera, y donde yo quiera. Esa actitud en Cuba [risas] es muy problemática, te trae muchos problemas.

[Luis]: Y quizás por eso siempre supo que algún día tendría que irse…

[Ivo]: Desde… Desde que yo tengo uso de razón yo me di cuenta de que en Cuba yo no iba a vivir mi vida. Porque Cuba es un país con… que es… todo límite. Todo es impuesto. Todo es ordenado, orientado.

[Luis]: A principios de los años 90, cuando todavía era un muchacho, Ivo comenzó a rechazar la retórica oficial del gobierno.  Le molestaba que los dirigentes pidieran tantos sacrificios en nombre de la Revolución, cuando esos mismos dirigentes tenían un estilo de vida más alto que el resto de los cubanos.

[Ivo]: Porque es un sistema que genera corrupción. Y eso yo lo veía y tenía 12 años. “No que es que ellos no son buenos revolucionarios”. Decía yo: “No son buenos revolucionarios y están viviendo a costa de la Revolución, y yo siendo un buen revolucionario, estoy pasándola mal. No entiendo, es un sistema que no funciona”.

[Luis]: Un tiempo después comenzó a hacer amigos que pertenecían al Partido Liberal, un pequeño partido político que tenía muy buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, el enemigo número uno del gobierno cubano.

Todo esto pasó a finales de los 90, cuando aún no había relaciones diplomáticas entre los dos países. Estados Unidos ni siquiera tenía una embajada en La Habana. En esa época solo tenían una oficina conocida como “la sección de intereses de los Estados Unidos en Cuba”. Era un sitio muy vigilado por las autoridades cubanas, y a menudo se convertía en el centro de las protestas masivas que organizaba el gobierno.

Ivo iba a este lugar con sus amigos del Partido Liberal por unas razones totalmente distintas. Allí le ofrecían algo que no se conseguía en ningún otro lado en La Habana:

[Ivo]: “¿Tú quieres el internet?”. Yo le digo: “Sí, claro quiero el internet. ¿Cómo no voy a tener internet?”. Entonces me dijo sí. Aparte, allí no solo era internet, había una biblioteca también, muy bien surtida…

[Luis]: Y fue allí, navegando las páginas web de la época, hojeando libros y leyendo propaganda americana, que se enteró de datos históricos que casi no conocía. Es que Ivo me contó que ciertos temas no se hablaban en público, ni se estudiaban en la escuela. Detalles de la caída del muro de Berlín, por ejemplo.  

Pero el simple de hecho de usar la web de los estadounidenses, lo ponía en la mira de las autoridades.

[Ivo]: Realmente fueron amenazas.

[Luis]: Cada vez que había algún evento internacional, llegaban agentes del Estado a vigilarlo. Cuando el papa Juan Pablo II fue a Cuba en el 98, por ejemplo…

[Ivo]: Pusieron gente a que nos siguiera. Sabíamos que estaban allí. Ellos nos hicieron saber que… “Sepan que estamos aquí”, pero nada más que eso.  

[Luis]: Algo parecido pasó al año siguiente.

[Ivo]: Cuando fue la cumbre de los presidentes nos pusieron gente de la seguridad del Estado en la puerta de la casa.

[Luis]: No es que fuera disidente, ni nada por el estilo. Nunca fue arrestado. No estaba bajo vigilancia constante. Por otra parte, Ivo nunca quiso unirse al Partido Comunista, claro, y tampoco quería tener un trabajo con una empresa del Estado. En cambio, aprendió a hablar inglés. Y luego, aprendió a hablar el francés. Y gracias a eso se convirtió en un guía turístico, de esos que lleva a extranjeros a los mejores sitios de la vida nocturna en La Habana.

[Ivo]: Mi labor era atender a los clientes. Si ellos querían un trago, yo les preparaba el trago. Si ellos querían… Y por supuesto esos clientes iban a fiestar. Entonces a veces nos pasábamos la noche entera en esas. A veces yo tomaba y me emborrachaba con los clientes también, porque eso era parte de… Y así me ganaba la propina.

[Luis]: Piensa en La Habana. Es probable que lo que te venga a la mente sean esas imágenes trilladas de carros americanos de los años 50, y casas que se desmoronan. Y es cierto que eso se ve a cada rato. Pero La Habana también es un paraíso turístico al que van muchos europeos y norteamericanos para fumar buen tabaco y beber buen ron. Y personas como Ivo se dedican a conseguir todo lo que los extranjeros deseen.

[Ivo]: Y que cada cliente para cada cosa. Yo no podía… O sea, yo sabía que había algunos clientes que lo que querían era… mujeres y tabaco. Y yo trataba, a aquellos que nada más querían mujeres y tabaco, trataba de jalarlos para que conocieran La Habana y no fuera…

[Luis]: Pero a esos les resolvías también…

[Ivo]: ¡Claro! ¡Por supuesto! Y sabía dónde llevarlos.

[Luis]: O sea, los llevaba donde había prostitutas, si eso era lo que querían.

[Ivo]: Yo “entiendí”… Entendí que ese es parte del atractivo que sienten los turistas hacia Cuba. Tocábamos ese tema, de que Cuba es un paraíso de prostitución barata, y que… Pero que es mucho más que eso.

[Luis]: Y me sorprendió que me lo dijera de forma tan abierta.

[Ivo]: Es la parte más difícil del trabajo mío. No me gustaba para nada. Y yo siempre les decía a ellos: “Yo no voy a buscarles mujeres a ustedes”. Porque otros sí les buscaban mujeres, pero yo no soy ni proxeneta…

[Luis]: Ni tampoco cobraba una comisión por hacer las presentaciones entre las chicas y sus clientes. Su trabajo, me explicó, era este:    

[Ivo]: Yo voy a tra-du-cir la conversación de ustedes, pero no me pidas que le diga a ella que le rebaje. Yo estoy aquí tomándome mi roncito, a mí no me molesten para nada.

[Luis]: Y ese es Ivo. En La Habana le tienen un nombre a personas como él. Son guías turísticos, y son los que se dedican a conectar a los extranjeros con la vida social de La Habana… por un precio, claro.  

[Ivo]: Al principio me daban buenas propinas, luego puse una tarifa [Risa]. Entonces…

[Luis]: ¿Cuánto cobrabas?

[Ivo]: Yo cobraba $50 diarios.

[Luis]: ¡Bueno!

[Ivo]: ¡Bueno! ¿En Cuba? Eso es buenísimo. O sea, ¿por qué yo me fui? ¿Por problemas económicos? No me fui por problemas económicos.

[Luis]: Tenía un trabajo que evidentemente le gustaba, ganaba más en una noche de lo que muchos cubanos ganan en un mes.  Entonces… ¿Por qué se fue?   

[Ivo]: Yo quiero viajar, yo quiero conocer lugares.  Pero no conocer en libros, porque en libros ya los conozco de memoria, y su historia y todo. No, yo quiero ir a esos lugares. Y en Cuba no lo iba a poder hacer nunca.

[Luis]: Y ese también es Ivo. Un tipo de 38 años que tiene ganas de ver mundo, y tener experiencias de lujo. Era un dandy atrapado en una isla que ha hecho todo lo posible por eliminar las clases sociales. Aún más que los otros migrantes en el albergue, donde muchos venían de pueblos de provincia en el campo, Ivo parecía un pez fuera del agua. Y sus razones para salir de la isla también se alejaban de lo que busca el resto.

[Ivo]: Fíjate que no es ni siquiera comprarme la casa y el carro, que es lo que quieren todos aquí. No. Eso no es lo que yo quiero. Yo quiero vivir en un apartamento con un cuarto y un baño. ¿Eh? Y tener un buen trabajo. Pero mi dinero yo lo quiero invertir en estudios, en libros, que es lo que a mí me gusta.  En viajar. Ah sí, por supuesto, en centros nocturnos, porque a mí esa vida que yo hacía en Cuba me gusta.

[Luis]: ¡Se nota!

[Ivo]: Me gusta.

[Luis]: Y en el 2014, Ivo decidió que no quería esperar más. Hablaba todos los días con su novio, Celso, con el que llevaba más de 5 años. Ivo le proponía que se montaran en una balsa para lanzarse al mar. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera con tal de salir de Cuba.   

Pero Celso se adelantó, y pidió una visa para ir a Venezuela, donde estaba viviendo su tía. Y para sorpresa de ambos, se la dieron. Y no solo eso. Consiguieron visa para Ivo también. Entonces se fueron.

La idea era eventualmente llegar a Estados Unidos, pero solo tenían el dinero justo para llegar a Caracas. Allí se mudaron con la tía de Celso, pero Venezuela no era lo que esperaban. Estaban viviendo los 3 en un apartamento pequeño, y sin dinero.  

[Ivo]: Yo salí con una idea. Yo salí con una idea de valerme por mí mismo. De trabajar, ganar dinero, vivir solo con él, y hacer una vida. Y no estábamos haciendo eso… Estábamos viviendo agregados en casa de la tía…

[Luis]: Ni siquiera tenían el estilo de vida que llevaban en la Habana.

[Ivo]: Yo quería empezar a vivir y lo que estaba era sobreviviendo todavía.

[Luis]: Además, le había tocado una época muy dura en Venezuela. El chavismo entraba en crisis. Había escasez en las tiendas, muchos productos básicos como la harina o el aceite sólo se conseguían con los bachaqueros, los vendedores del creciente mercado negro venezolano.

Y para Ivo, finalmente lograr su sueño de salir de Cuba para llegar a Venezuela… Digamos que era un poco decepcionante…

¿En algún momento te sentiste: “Wow, estoy… estoy de vuelta en Cuba”?

[Ivo]: ¡Sí! Claro, “estoy” de cierta manera. Pero Venezuela nunca va a ser Cuba.  Por ejemplo, yo me montaba en el metro, me bajaba y iba a donde estaban los bachaqueros, compraba, regresaba. Eso en Cuba tú no lo puedes hacer, ¿entiendes? Había las comodidades del… del desarrollo: estaba el metro, estaba el internet. Tú ibas a un mercado y no había lo esencial, pero había muchas otras cosas…   

[Luis]: Pero para poder comprar esos productos, esenciales o no, necesitaban ganar dinero. Celso es un técnico de informática, y se inventó una manera ingeniosa de hacerlo: llenar encuestas en internet.

Se trata de encuestas de mercadeo donde se miden las preferencias de los consumidores americanos. Pepsi o Coca Cola, McDonalds o Burger King. Pero Ivo y Celso venían de Cuba, una isla socialista que lleva décadas enfrentando un bloqueo económico fuertísimo de parte de Estados Unidos. Muchos de estos productos y compañías simplemente no existen en la isla. A veces Ivo y Celso ni siquiera sabían de qué eran las encuestas que estaban llenando.

[Ivo]: Por ejemplo, “ready to drink beverages”… Eso era una cosa que no sabía qué coño era. Y eso aquí lo vi.

(SOUNDBITE ANUNCIO PUBLICITARIO)

[Narrador]: For years people have been working to perfect the margarita. At last the wait is over.

[Ivo]: Aquí lo vi.

[Luis]: Es como un cóctel en una… en una botella…

[Ivo]: Ajá… Que cuál tú preferías. Y yo siempre decía que yo prefería el whiskey, los rones, el vodka.

[Luis]: Estas encuestas van dirigidas a los consumidores de Estados Unidos así que para poder participar, Celso creaba perfiles falsos. Para la encuesta del cóctel en la botella, por ejemplo, Ivo era…

[Ivo]: Una madre latina casada con un americano que tenía dos hijos, una hembra y un varón.

[Luis]: Una madre alcohólica de dos hijos. “Tengo que cambiar pañales, entre pañales quiero que esté lista ya”…

[Ivo]: A ellos le gustaba eso, porque parece que el objetivo de eso era que las personas tomaran más y tomaran la bebida ya preparada.

[Luis]: Fue una lección inesperada del capitalismo. Pero había otro tipo de encuestas que también los llevaron a terrenos desconocidos para ellos. Una de las que más le llamó la atención a Ivo fue la de YouGov, una encuesta sobre la campaña presidencial en Estados Unidos.  

[Ivo]: Siempre Hillary, nada de Trump [Risas]. Sí porque yo… opiné sin tener la capacidad, pero yo sí votaba, yo decía siempre en las encuestas que yo sí votaba y que sí iba a votar, y que iba a votar por Hillary.

[Luis]: Las encuestas no pagaban mucho, de $2 a $10 cada vez que llenaban una. Pero se sostenían llenando alrededor de 25 al mes. Y claro, el dinero no les alcanzaba para vivir con el estilo de vida que Ivo quería tener.   

Un año después de haber llegado a Venezuela, en el 2015, Ivo y Celso veían en las noticias que la migración de cubanos era inmensa. Muchos estaban haciendo recorridos larguísimos por tierra para llegar a Estados Unidos, parecidos a los que describimos en el episodio anterior. Eran demasiados, por lo que muchos países que funcionaban como lugares de paso empezaron a tratar de frenar la ola cubana de migrantes.

En noviembre del 2015…  

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: Rodeados por antimotines y el ejército de Nicaragua se encontraban los 1.600 migrantes cubanos a quienes el gobierno de Costa Rica les entregó visas de tránsito por 7 días.

[Luis]: Nicaragua le cerró el paso a miles de cubanos que intentaban entrar desde Costa Rica.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: Con extrema fuerza militar el gobierno de Nicaragua expulsó de su territorio a cientos de cubanos que habrían ingresado de manera irregular al país.

[Luis]: El cierre de esa frontera inició una reacción en cadena que se extendió por toda la región. El efecto se sintió en Ecuador, que era el punto de entrada más grande para los cubanos que salían de la isla.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: Con el propósito de evitar una crisis humanitaria de mayores proporciones en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, Ecuador encontró un mecanismo para desestimular el flujo migratorio de cubanos hacia Estados Unidos.

[Luis]: Los cubanos viajaban a Ecuador porque era uno de los pocos países en el hemisferio que les concedía visas de entrada, pero a finales del 2015 eso también cambió:

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Canciller ecuatoriano]: A partir del 1 de diciembre, Ecuador pedirá visa a los ciudadanos cubanos.

[Luis]: Entonces empezaron los  embotellamientos: cubanos varados en distintos puntos de la ruta. Cientos, a veces miles. Primero Costa Rica, luego Panamá y luego, en el 2016, ocurrió esto en un pequeño pueblo fronterizo de Colombia.

(SOUNDBITES NOTICIEROS)

[Periodista]: Cerca de un mes llevan varados en Turbo, Antioquia, más de 100 migrantes cubanos. Las condiciones en las que se encuentran son infrahumanas. Hay hacinamiento y el alimento empieza a escasear.  

[Periodista]: Los migrantes quedaron varados en Colombia luego del cierre de la frontera con Panamá.

[Cubanos varados]: ¡Queremos seguir! ¡Queremos seguir!

[Luis]: En Caracas, Ivo trataba de convencer a Celso de que ya era hora de salir de Venezuela. Pero Celso no estaba convencido. Siempre justificaba la idea de quedarse.

[Ivo]: “No, el dinero”, “no, que no nos alcanza, “no, que yo quiero coger un avión”.

[Luis]: Luego de muchas negociaciones, en enero y abril del 2016…

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: Un puente aéreo Panamá-México comenzó hoy con el primer grupo de migrantes cubanos que han permanecido en el territorio panameño. Un poco más al norte, en Costa Rica…

[Luis]: Y hay que recordar que una vez en México, un cubano solo tenía que cruzar la frontera para comenzar el proceso de convertirse en residente permanente de Estados Unidos.

Según Ivo, el desacuerdo entre él y Celso empezó a llegar a un punto de crisis. Ivo ya no quería esperar más. Entonces le dijo:

[Ivo]: El dinero que queda lo voy a coger y voy a arrancar.

[Luis]: Y así fue. A finales del 2016 salió solo. Sin Celso. Se montó en un autobús hasta la frontera con Colombia, en Cúcuta. Allí cruzó sin que le pidieran el pasaporte. Una vez que estuvo del lado colombiano, esto fue lo primero que pensó:

[Ivo]: Ya pasé de lo oscuro a, por lo menos, a la libertad. Cúcuta era otra cosa completamente distinta de Venezuela. Es algo que se siente. Habían luces por todo lado, había… el olor era distinto, la gente era distinto.

[Luis]: El próximo paso fue cruzar la selva del Darién para llegar a Panamá.  Como tantos otros cubanos que hicieron el mismo camino, la experiencia fue durísima. Cuatro días de fango, montañas altísimas y miedo.

Ivo se había juntado con una veintena de cubanos guiados por un coyote, y lo que más recuerda…

[Ivo]: Los que venían con nosotros decían que yo me drogaba por las mañanas porque yo me levantaba y arrancaba. Eran las ganas que tenía de salir, la voluntad: pa’ lante, pa’ lante, pa’ lante. Y cuando yo veía que todo el mundo: “No, no, no se sienten, no se sienten, vamos, vamos, vamos”.

[Luis]: Y a los 4 días, cuando finalmente salió de la selva, ya en Panamá, le dieron la noticia.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Barack Obama]: The policy that we had in place was “Wet Foot/ Dry Foot”, which treated Cuban emigrés completely different from folks from El Salvador, or Guatemala or Nicaragua…

[Ivo]: Obama lo que quitó fue la ley ejecutiva de “pie seco/pie mojado”.

[Luis]: ¿Y cuál fue tu reacción?

[Ivo]: Negación. Yo decía, “no puede ser. Eso no puede ser. Eso es una ley del congreso y Obama no la puede quitar” [Risa].

[Luis]:  Pero sí era cierto.  Ni secos ni mojados, los cubanos ya no podían poner un pie en los Estados Unidos. Ivo estaba entre los últimos en salir del Darién, y como muchos otros, terminó en la sede de Cáritas de Ciudad de Panamá, una organización católica que se dedica a darle refugio a los inmigrantes.  

La oficina de Cáritas está en una casona de dos pisos donde apenas pueden quedarse dos docenas de personas.  Pero en cuestión de días…  

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: En el albergue hay unos 300, pero no todos están en el edificio de dos pisos. La mayoría están en carpas y baños improvisados en el patio. Hay varias mujeres embarazadas viviendo en el lugar. Solicitan quedarse en Panamá.

[Luis]: De pronto Ivo se encontraba en medio de una de esas crisis que había visto en las noticias en Caracas. Ahora era él uno de los cubanos varados en el camino. Y gente como él seguía llegando todos los días. Personas que apenas salían del Darién, se enteraban de que la ley había cambiado.

De día, Ivo ayudaba a hacer los almuerzos para todos los que estaban varados en Cáritas, y por las noches salía de la casona para conocer la vida nocturna de Panamá.  

[Ivo]: Yo, o sea, conocí a muchas personas, conocí la ciudad, me sacaron a restaurantes, me sacaron a centros nocturnos.

[Luis]: Consiguió un trabajo de mesero en un restaurante. Ya tenía 3 meses de haber salido de la selva del Darién, cuando el gobierno anunció que iba a trasladar a todos los cubanos del albergue de Cáritas a otro albergue, uno con mejores condiciones.

A primera vista, no era una mala noticia. Pero el gobierno también anunció que los que no se mudaran serían deportados. Entonces Ivo se vio forzado a aceptar. Y ahí, en ese nuevo albergue, fue donde yo lo conocí.

[Daniel]: Una pausa y volvemos.

 

[Kelly McEvers, host de Embedded]: Hola, soy Kelly McEvers y Embedded está de vuelta. Recientemente nos dimos cuenta de algo: es difícil evaluar el trabajo de un político que no tiene ninguna experiencia previa. Pero con Donald Trump, lo intentamos de todas formas, y obtuvimos historias y lecciones provenientes de la experiencia que sí tiene: en negocios y en televisión. Encuéntranos en la app de NPR One o donde escuches tus podcasts.

 

[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Seguimos con nuestro productor Luis Trelles.

[Luis]: Dentro del nuevo albergue nada estaba muy claro. Primero, a los cubanos, se les dijo que serían enviados a un tercer país que sí los recibiría, como Canadá, o Australia. Luego se habló de devolverlos al país de donde vinieron, es decir, a Colombia, pero ninguno quería regresar. Y también se mencionó la opción que nadie quería escuchar: la de ser deportados de vuelta a Cuba.  

La mayoría de los cubanos habían vendido todo, hasta sus casas, para hacer el viaje. Y eso va sin  mencionar los miles de dólares que muchos habían recibido de parte de sus familiares en Estados Unidos.

Obviamente Ivo no quería volver a Cuba.

[Ivo]: Ya yo quemé esas naves, yo dejé todo eso para… para algo mejor. O sea, yo no… yo no me veo en Cuba. Yo no me siento bien en Cuba, yo me siento en Cuba ahogado, oprimido. Me siento… como… No sé, como cuando tú coges un animal y lo encierras en un… así que… que solamente puede moverse, comer y dormir. Eso es lo que yo siento en Cuba.

[Luis]: Y mientras se decidía su futuro, su única opción era seguir recluido en el albergue. Y era claro que no estaba contento.

[Ivo]: Yo no tengo nada que ver con el campo. A mí la naturaleza no me interesa. Yo soy de ciudad. De centros [risas], de clubes y de restaurantes, yo no soy de esto.  

[Luis]: La rutina del albergue siempre es la misma: duermen 8 en un cuarto.   Los miércoles salen en autobuses vigilados por el servicio panameño de inmigración para retirar el dinero que les envían sus parientes. Y el resto del tiempo:

[Cubano en el albergue]: [Jugando dominó] Lo siento, Leo. [Risas]

[Cubano en el albergue]: ¡Yo, va a ser!

[Cubano en el albergue]:  Lo siento, Leo.

[Ivo]: Allí, ellos hacen un torneo de dominó.

[Cubano en el albergue]: Haciendo un juego, porque imagínate, estamos aburridos aquí.

[Cubano en el albergue]: El dominó es el juego de cubanos.

[Luis]: Luego de nuestra entrevista, Ivo me dio un recorrido por el albergue.  

[Ivo]: Y aquí compramos café.  

[Luis]: Ah, esta es la tienda de café.

[Ivo]: Aquí compras el café, te fumas un cigarrito.

[Luis]: Y mientras íbamos caminando por los pasillos, empecé a ver la pequeña villa que los cubanos habían construido allí. Los habitantes son personas que están acostumbradas a hacer mucho con poco. A “resolver”, como dicen en la isla. Y esto lleva a todo tipo de inventos.

[Cubano en el albergue]: Tipo “selfie stick” criollo inventado…

[Luis]: Como cuando Ivo me llevó al cuarto de un señor que había construído un “selfie stick” de madera que estaba pegado a la cama. Era la manera que tenían de acostarse a ver videos del teléfono.

[Cubano en el albergue]: Y son cosas que uno va creando para estar uno estar más cómodo aquí hasta ver cuál es la situación, en realidad, de nosotros.

[Luis]: Al final, Ivo terminó el recorrido llevándome a su cuarto. Allí había 4 camarotes donde realmente solo cabían 3. Me llamó la atención que además de las camas, no se veía ningún artículo personal. Y cuando le pregunté a Ivo que dónde estaban sus cosas, señaló con el dedo a una esquina.

[Ivo]: Este maletín. Ya, eso.

[Luis]: ¿Tu vida cabe dentro de aquel bulto?

[Ivo]: Sí. De hecho lo tengo todo listo, para cuando haya que salir pa’ alguna parte, coger eso y ya.

[Luis]: Eran mediados de junio del 2017 cuando nos despedimos. Le deseé suerte, y le dije que ojalá su historia tuviera un final feliz. Pero admito que lo dije sin mucha convicción. La deportación a Cuba de Ivo y del resto de los cubanos en el albergue parecía casi inevitable.

Un mes después de irme de Panamá…

(SOUNDBITE VIDEO DE INTERNET)

[Viceministro de Seguridad Pública]: Les voy a ser muy franco, esa opción no es viable. Como se los había dicho…

[Luis]: Este es el viceministro panameño de Seguridad Pública. Visitó el albergue donde estaba Ivo.  

(SOUNDBITE VIDEO DE YOUTUBE)

[Viceministro de Seguridad Pública]: La opción que yo les voy a presentar hoy es un apoyo económico. Es un proceso que sería la repatriación voluntaria.

[Luis]: O sea les ofrecían $1.600 dólares y el boleto de avión a cambio de que volvieran a Cuba.  Era una manera de borrar el problema de los cubanos sin hacer mucho escándalo.

El viceministro les daba 15 días para que consideraran la propuesta… aunque realmente no ofreció ninguna otra opción.

Todo parecía indicar que Ivo había llegado al final del camino, cuando me llegó un mensaje suyo por Whatsapp.

[Ivo]: Hola, Luis, sí ya, bueno aquí, ya tú sabes la noticia. Tú la viste, estamos en los 15 días de gracia para pensar qué es lo que queríamos hacer. Yo no quiero regresar a Cuba.

[Luis]: Y no era el único. Los cubanos del albergue se estaban comenzando a escapar.

[Ivo]: Ya se han ido 17 personas de los 117 que habían, ya quedamos 100 solamente. De esos 100, muchos, no te sé decir un número exacto, pero bastantes, están planificando irse entre el sábado y el domingo.

[Luis]: El plan de los que se fugaban era cruzar las fronteras de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México para llegar a Estados Unidos y allá pedir asilo político.  

Era un viaje largo que tendrían que hacer a pie, y en lanchas, de taxi en taxi, y en autobús. Obviamente era muy riesgoso, no solo por los peligros de la ruta, sino también porque era factible que los cogieran en el camino y los  deportaran. Pero esta era la última carta que les quedaba por jugar.

El viaje no es nada barato. No solo se necesita el dinero para pagarles a los coyotes que los llevan de frontera a frontera, sino también para contratar a un abogado en México que los ayude a tramitar un salvoconducto que les permita llegar a la frontera con Estados Unidos.  

Ivo no tenía dinero, pero sabía cómo conseguirlo. Desde sus días de guía nocturno de la Habana se mantenía en contacto con algunos clientes.  Con el tiempo se habían vuelto amigos, y ahora estaban a punto de sacarlo del peor apuro de su vida.

[Ivo]: Estoy conversando con unas amistades que ya me ayudaron una vez.  Que me dieron dinero para llegar hasta aquí. Y estoy esperando que me manden un dinero para seguir. Pero tampoco quiero precipitarme y salir ya.  Porque tampoco voy a correr riesgos innecesarios.

[Luis]: En ese mensaje, Ivo me explicó que la salida del albergue era delicada.  Varios cubanos habían sido capturados en Costa Rica y Nicaragua, y ya habían sido deportados a Cuba. Ivo quería esperar un poco para no salir con los grupos grandes de 10 y 12 personas porque esos eran más fáciles de detectar y capturar.

Estábamos a mediados de julio, y en esos días lo llamé varias veces. Pero sin éxito. Fueron días sin recibir noticias de él, y por supuesto que me comenzaba a preocupar. Hasta que recibí este mensaje.

[Ivo]: Mi amigo, estamos conectados, porque yo estaba pensando en ti también. Hoy salgo para Costa Rica. O sea, ya decidí hacer el viaje y ya tengo el dinero y tengo todo. Mis amistades de Estados Unidos me ayudaron, como yo te había dicho, ¿te acuerdas? Deséame mucha suerte. Reza mucho por mí si crees en Dios. Y cada vez que pueda y tenga una conexión te tiraré un mensajito para allá. Yo pienso salir por la tarde de aquí del campamento. Eso es lo que tengo planificado.  

[Luis]: Unas horas después recibí un texto que decía simplemente “ya salí”.  Y al día siguiente me llegó un enlace de Google Maps a su ubicación: había llegado a La Cruz, en Costa Rica, justo en la frontera con Nicaragua. Una hora más tarde me llegó otro mensaje:

[Ivo]: Mano, todo bien. Estoy aquí en… en La Cruz, esperando para ver si salgo esta noche para Honduras. Pero si no, bueno mañana también.  Te mantengo al tanto.  

[Luis]: Antes de salir finalmente de Costa Rica, Ivo me envió un último mensaje detallando la ruta que iba a tomar:

[Ivo]: Los planes son pasar pasar Nicaragua en otro día y estar —hoy es martes, ¿no?— estar mínimo jueves o viernes en Honduras ya.  

En Honduras tenemos que hacer una estancia de uno o dos días esperando el salvoconducto que nos dan en Honduras. Y atravesamos Guatemala hasta Tapachula y en Tapachula, bueno, ahí sí tenemos que hacer una estancia de un mes, más o menos, esperando el salvoconducto con un abogado.  

[Luis]: Es decir que el plan era llegar a México en una semana. Esperaba recibir más mensajes de Ivo durante el camino. Pero después de eso, silencio.  De nuevo.  

Esta vez el corte en la comunicación duró unos 10 días, hasta que finalmente volví a saber de él.

[Ivo]: Todo bien, todo bien, hermano. Todo bien. Ya estoy en Honduras. Fue una odisea que te contaré con detalle más adelante, pero todo bien. Si me dan chanche, te cuento más tarde o mañana por la mañana, porque estoy bien matao.

[Luis]: Y 5 días después, esto:

[Ivo]: Hola amigo, ya estoy en ya Tapachulas, México. Entré hoy a las 3 de la tarde, más o menos.

[Luis]: Lo logró.  Llegó a la parada más importante de su viaje hasta el momento.  

[Ivo]: El viaje fue bien accidentado, pero gracias a Dios no hubo nada fatal. Bueno, estamos un poco cansados, los pies inflamados, 2 días sin dormir, pero… pero ya estamos aquí ya.

[Luis]: 4 coyotes, 5 fronteras, $1.000, más o menos 2 mil millas recorridas: ése era el saldo del viaje.  

En los 15 días que les tomó llegar a México, Ivo y los 3 cubanos que iban con él recorrieron bosques a pie y cruzaron bahías en lanchas clandestinas. En Nicaragua, cuando tomaron el autobús, tuvieron que hacerse pasar por turistas americanos para que no los delataran ante las autoridades migratorias. En la frontera entre Honduras y Guatemala fueron extorsionados por la policía. Y con cada paso estaba el miedo de no poder llegar a salvo, de ser deportado a Cuba, o de perder la vida.  

Y claro, México no es el destino final, sino la última escala.

Su plan, me dijo, es viajar  a la frontera con Estados Unidos, y allí entregase a las autoridades migratorias. Es el  primer paso para solicitar asilo político. El proceso es largo y complicado, y hay varias etapas en la que el gobierno americano le puede negar la solicitud.  

El primer obstáculo está en el puesto fronterizo. Cuando Ivo se entregue, un agente de deportación de Estados Unidos escuchará su caso.  En ese momento, Ivo tendrá que convencerlo de que en Cuba estaba siendo perseguido por el gobierno, y que enfrentará represalias en caso de que tenga que regresar.  En ese punto, el agente de deportación tendrá el futuro de Ivo en sus manos.  Le puede negar la entrada, forzando a Ivo a regresar a México, o lo puede ingresar a un centro de detención de migrantes, adentro de Estados Unidos. Si esto pasa, Ivo puede pasar varios días, hasta meses, recluido. Luego, una corte de inmigración decidirá finalmente si se le da asilo político, o si se emite una orden de deportación.  

Es decir que la entrada a Estados Unidos es difícil, y muchos dirían que no tiene muchas posibilidades. Sin embargo, Ivo no lo ve así.

[Ivo]: Al principio tenía un poco de duda cuando salí.  A mí el miedo mío era el viaje este. Que me fuera a alcanzar el dinero, que no me fuera a pasar nada en el camino. Que… Cómo pasar. Cómo hacer.  Esa era mi preocupación.  Yo nunca he tenido… Yo nunca he tenido preocupación con la parte norteamericana.

[Luis]: La última vez que hablé con Ivo fue a principios de septiembre de este año, 2017. Su plan era entregarse a los agentes de inmigración el 20 de septiembre. Pero ya después perdí contacto con él y no llegué a saber si lo había logrado.  

Quería saber como estaba, así que llamé a Celso, el compañero con el que Ivo salió de Cuba. Él sigue en Venezuela y me contó que sí, que finalmente Ivo sí había logrado entrar, y que ahora mismo está en un centro de detención para migrantes en el sur de Texas.  

Cuando hablé con Celso, las autoridades migratorias aún no habían repasado su solicitud de asilo político. Ese proceso podría durar meses, y mientras tanto Ivo deberá permanecer detenido una vez más, sin saber si podrá quedarse o si tendrá que volver a Cuba. Celso había logrado hablar con Ivo varias veces y me dijo que se estaba bien, aunque Ivo le dijo que estaba preocupado por su futuro. Finalmente sí, había entrado a Estados Unidos, pero aún no había llegado a su destino.

[Daniel]: El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos se encarga de procesar casos como el de Ivo. No tiene estadísticas recientes de la entrada de cubanos al país después de la revocación de “pies secos/pies mojados”.  Sin embargo, la Fundación Cuba Libre calcula que más de 1,300 cubanos han entrado a Estados Unidos desde el mes de enero.  Muchos de ellos permanecen en centros de detención para migrantes, y la fundación conoce más de 100 casos que han recibido órdenes de deportación de vuelta a Cuba.

 

Esta historia se hizo posible con una subvención del Pulitzer Center for Crisis Reporting.

Este episodio es parte de una serie sobre una Nueva Era en la Emigración Cubana que se reportó en colaboración con 14ymedio y El Nuevo Herald.

Agradecemos especialmente a Alejandro González y Mario Pentón, de 14yMedio, y a José Iglesias y Nancy SanMartín, de El Miami Herald y el Nuevo Herald.

Luis Trelles es productor de Radio Ambulante y vive en Puerto Rico. Esta historia fue editada por Camila Segura y por mí. La mezcla y el diseño de sonido son de Desiree Bayonet y Andrés Azpiri. Ana Prieto hizo el “factchecking”.

El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Jorge Caraballo, Barbara Sawhill, Ryan Sweikert, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa, Luis Fernando Vargas y Silvia Viñas. Maytik Avirama es nuestra pasante editorial, y Andrea Betanzos es la coordinadora de programas. Carolina Guerrero es la CEO.

Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.

Conoce más sobre Radio Ambulante y sobre esta historia en nuestra página web: radioambulante.org. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

Créditos

PRODUCCIÓN
Luis Trelles


PAÍSES
Cuba/Panamá


PUBLICADO EN
10/24/2017


EDICIÓN
Camila Segura y Daniel Alarcón


DISEÑO DE SONIDO
Desiree Bayonet y Andrés Azpiri


ILUSTRACIÓN
Laura Pérez

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