Transcripción – Los Bomberos

Transcripción – Los Bomberos

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[Locutor]: Hola. Quiero recomendarte otro podcast de NPR: Embedded, presentado por Kelly McEvers. En este momento, ellos están investigando el registro de negocios del presidente y de alguna de las personas más cercanas a él. Escucha cómo un campo de golf en California, un rascacielos en Manhattan —no, no la torre Trump— y un documental político que solo se proyectó en 15 salas de cine, pueden enseñarnos cosas importantes sobre la personas con mayor poder político en el mundo. Encuentra Embedded en el app NPR One, o donde escuches tus podcasts.

 

[Daniel Alarcón, host]: Bienvenidos a Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. Y este es Kenny Flores, un bombero de Lima, Perú.

[Kenny Flores]: Yo cuando vengo a la bomba o me preguntan, “¿qué haces en la bomba?”. “Hago patria”, pues, le digo ¿no? “Lo que tú no haces, yo lo hago”, le digo.

[Daniel]: Kenny tiene 35 años.

[Kenny]: Hago un bien a la sociedad o trabajo para la sociedad sin una remuneración, ¿no? Y es una forma de…, para nosotros, de buscar que el país mejore.

[Daniel]: Y bueno, para los que no son peruanos, les explico algo que dijo Kenny: la gran mayoría de  los bomberos que hay en Lima son como él: voluntarios. No les pagan por su servicio, lo hacen en su tiempo libre, como algo extra a su trabajo.

[Lizzy Cantú, reportera]: La verdad, cuando me enteré de esto, me pareció una locura…

[Daniel]: Ella es Lizzy Cantú, una periodista mexicana que vive en Perú desde hace 6 años.

[Lizzy]: Y es que a pesar de que en algunas partes de México también hay bomberos voluntarios, en las ciudades grandes digamos, como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajarasiempre hay bomberos a los que les pagan y que trabajan todo el día atendiendo las emergencias.

[Daniel]: Pero es que además, Lima es una ciudad desértica, donde nunca llueve, y cada incendio puede ser una catástrofe. El cuerpo de bomberos no tiene cifras exactas, pero en la región de la capital incluyendo Ica y el Callao hubo más de 5 mil incendios en el 2016, y varios de ellos fueron enormes y devastadores.

De hecho, cuando Lizzy empezó a fijarse en este tema durante el último año, se dio cuenta de lo comunes que eran. En un lapso muy corto, en Lima, se quemó un barrio de indígenas Shipibo, un cine en un centro comercial muy famoso, una fábrica de suelas de zapatos y una galería comercial.

Este último incendio duró 3 días. Y por esto mismo, en las noticias se comenzó a hablar de nuevo sobre las condiciones en las que trabajaban los bomberos…

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Periodista]: Cada incendio reaviva la situación en la que trabajan los bomberos en el Perú. Si bien…

[Lizzy]: Este audio viene de una entrevista que le hicieron al entonces director de operaciones de los bomberos, Manuel Vera.

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Manuel Vera]: Nunca somos reconocidos a pesar de que sacrificamos nuestra vida y no cobramos. Pedimos uniformes por lo menos, equipos de protección personal. Hay presupuestos muy bajos para eso. Como siempre, cuando nosotros ingresamos…

[Lizzy]: Y sí. Es que siempre que hay un incendio de grandes proporciones se habla mucho de los camiones viejos, de la falta de atención médica y de que los bomberos trabajan en condiciones deplorables.

[Daniel]: Y Lizzy esperaba oír un reclamo que le pareció natural, lógico…

[Lizzy]: Que los bomberos pegaran el grito en el cielo y dijeran: “¡¿Hasta cuándo tendremos que trabajar gratis?!”.

[Daniel]: Pero…

[Lizzy]: No. Algo que me sorprendió fue que los bomberos no quieren que les paguen. Entrevisté a bomberos jóvenes y a bomberos veteranos, retirados, hombres y mujeres. Unos que no habían terminado la secundaria y otros profesionales, médicos, abogados. Y todos me dijeron prácticamente lo mismo: que no quieren que les paguen porque eso les quitaría algo muy valioso: la voluntad de hacer el bien.

Ellos dicen que si recibieran dinero por lo que hacen sería como vender su heroísmo, reducirlo a un empleo. Ser bombero en Lima y bueno, en muchas otras partes tiene una especie de mística.

[Daniel]: Ya. Seamos honestos. En Perú, la gente que trabaja para el Estado casi nunca es bien vista. Por ejemplo: en una encuesta del 2015, los policías tuvieron un 43% de aprobación por parte de la ciudadanía, mientras que los congresistas solo tuvieron un 11%. Pero los bomberos… bueno, los bomberos tenían un 95% de aprobación. Es como si el hecho de ser voluntarios los blindara contra la mala reputación del sector público.

[Lizzy]: Pero con tanto incendios catastróficos, ¿es realmente sostenible seguir así?

Quizá la historia de Kenny nos ayude a entenderlo.

Para Kenny, todo empezó con el tío Lolo. Era…

[Kenny]: Una persona jovial, ¿no?, este, muy alegre. Me… me cogía, me abrazaba y me pegaba a su pecho.

[Lizzy]: El tío Lolo era bombero en Pucallpa, una ciudad en la selva del Perú, y solía ir a Lima para visitar a la familia una vez al año. Kenny recuerda la fascinación que le producía su tío. Le parecía un súper héroe…

[Kenny]: Y llegaba y lo veía con su overol, su uniforme, ¿no? Y decía: “Me voy a la bomba, me voy a la Roma”, decía, ¿no?

[Lizzy]: Se refería a la Compañía Italiana Roma Número 2, un cuartel de bomberos en el centro de Lima. Y es que esto es algo muy común en el Perú: cuando los bomberos viajan a una ciudad, visitan una compañía de bomberos de ese lugar. Se presentan y se quedan a servir uno o dos días. Incluso duermen ahí si se los permiten. Para ellos es un honor.  

Y Kenny se acuerda de un día cuando tenía como 10 añosque estaba caminando por la calle con su tío Lolo y se encontraron con un incendio cerca de su casa. Ya habían llegado varios camiones de bomberos. El Tío Lolo no se acercó a ayudar porque estaba con Kenny, pero…  

[Kenny]: Comenzamos a ver cómo trabajaban, ¿no? Y me llamó la atención ¿no? Y de ahí dije: “En algún momento seré bombero”, ¿no?

[Lizzy]: Pero Kenny aún siendo tan niño, sabía que a su mamá no le gustaba la idea de que el tío Lolo fuera bombero.  

[Kenny]: Se molestaba, le decía: “Pero para qué, estás perdiendo tu tiempo”, le decía, ¿no? “Te expones”.

[Lizzy]: Algún tiempo después, el tío Lolo sufrió un accidente durante un incendio en Pucallpa, y quedó con una lesión permanente en la columna. Desde ese momento ya no atendió más emergencias y se dedicó solamente a manejar los camiones. Y ese accidente afectó mucho a la mamá de Kenny.

Entonces, años después, cuando Kenny anunció su intención de ser bombero… digamos que la reacción de su mamá era predecible.

[Kenny]: Estábamos en un almuerzo y le dije: “¿Sabes qué? Voy a ser bombero”. Mi mamá se puso a llorar y me dijo: “¿Pero por qué, por qué quieres ser bombero?”.

[Lizzy]: Kenny ya era un joven adulto y estaba estudiando administración de empresas.

[Kenny]: Y mi papá me acuerdo que dio un golpe en la mesa [risa]. Con una lisura dijo: “¡Vas a perder el tiempo!, ¿qué estás pensando en tu cabeza?”.

[Lizzy]: Pero para Kenny no había marcha atrás…

[Kenny]: Yo cerré la discusión, la conversación, le dije: “¿Sabes qué? Yo puedo hacer lo que a mí me da la gana, pues, ¿no?, no te estoy pidiendo permiso. Te estoy informando, ¿o quieres que lo haga escondido?”.

[Lizzy]: Dice que su papá no le habló durante unas semanas, y su mamá siguió insistiendo en que no lo hiciera, pero Kenny no cambió de parecer. Estaba decidido, y tenía que escoger a cuál bomba se postularía…  

[Kenny]: Comencé a investigar cuáles eran las bombas más representativas en el Perú. Estaba la bomba Roma, estaba la Garibaldi, estaba bomba la Lima, ¿no? Y eran mis opciones. La primera opción obviamente era la bomba Roma.

[Lizzy]: La misma a la que iba su tío Lolo cuando visitaba Lima. Por eso quería esa pero también…

[Kenny]: Por un tema de historia. Su cuartel está lleno de historia, es el cuartel más antiguo que tenemos en… y que está vigente en el Perú.

[Lizzy]: Fue fundada hace 150 años por unos inmigrantes italianos. Está cruzando la calle del Congreso del Perú. Es un edificio muy antiguo. Cuando entras, lo primero que ves son los camiones y las ambulancias. Algunos solo son para solo exhibición porque ya son reliquias. Y al fondo, en el centro, hay unas escaleras de madera que hasta crujen cuando las pisas. Y mientras subes ves en las paredes cientos de escudos, y muy, muy antiguos retratos de bomberos. Además…

[Kenny]: Tiene una rica historia de héroes propiamente como bomberos.

Tiene un privilegio medio terrorífico porque el primer bombero que muere en un incendio en el Perú muere en esta compañía.

[Lizzy]: Y bueno sonará raro, pero a Kenny esto le atraía. Ese heroísmo, esa nobleza.

Así que Kenny envió su hoja de vida, y unos meses después le avisaron que lo habían aceptado.

Ahí estaba como postulante junto con otros 14 jóvenes. Los trabajos de ese momento no eran nada glamurosos: barrían, lavaban las máquinas y entrenaban o abrían la puerta cuando salían los otros bomberos a atender emergencias.

Pero a Kenny no le molestaba esto. Total, es parte del proceso. Primero se es postulante, luego bombero alumno, y cuando se cumplen con las horas, los entrenamientos y los exámenes, solo ahí sales a la calle. Kenny fantaseaba con asistir a su primer incendio y esto lo mantenía motivado.

[Kenny]: En la escuela de bomberos escuchas bastante de los fenómenos del fuego, del flash over, del rollover, del backdraft, y quieres verlo, quieres vivirlo. Me imaginaba saliendo en el camión así a toda velocidad ¡ahhh!

[Lizzy]: Un año después lo ascendieron a bombero alumno. Aún no podía ir a emergencias, pero…  

[Kenny]: Entonces ahí ya te puedes uniformar. Cuando te pones el uniforme: ¡ah!, tú estás en una nube, pues, ¿no? Acá. Entonces algunos chicos se emocionan y se van a su casa uniformados.

[Lizzy]: Pero eran horas largas y agotadoras. Además de entrenamientos físicos, recibían clases de cómo apagar incendios, de primeros auxilios, y rescate de personas, entre otras cosas.

[Kenny]: De repente voy a ser un poco crudo, pero te sientes más identificado con tus compañeros que con tu propia familia, de repente. ¿Por qué? Porque es con la gente que ya convives.

[Lizzy]: Ahí encontró una fraternidad, una comunidad.

Y bueno, en noviembre del 2010 Kenny finalmente se graduó como bombero. Durante el primer mes atendió emergencias pequeñas cortocircuitos, fugas de gas, accidentes de tránsito, pero en navidad tuvo su primer incendio. Lo recuerda muy bien. Fue cerca del Mercado Central de Lima…  

[Kenny]: Habían dos cuartos que se estaban quemando porque era una tienda donde venden piñatas de manera informal, y era un incendio así, de proporciones, ¿no? Y ahí emocionadísimo, pues, trabajando, ¿no?, echando agua. Pero felices, ¿no?, felices: “¡Ah, nuestro primer incendio! ¡Mi primer incendio!”. [Risas]

[Lizzy]: Kenny más tarde llegaría a ser jefe de la guardia nocturna. Esto quiere decir que prácticamente vivía en la bomba 7 días a la semana. En lugar de ir a dormir a su casa después del trabajo, iba al cuartel.

Pero no es que llegara solo a dormir o a esperar a que pasara algo. Un cuartel de bomberos no es un club ni un hotel.

[Kenny]: Es como una empresa, en realidad, la bomba. Tienes que estar preocupado por el combustible del carro, por llenar la planilla, por hacer requerimiento de mantenimiento: ¡es un trabajo realmente! Y la gente no comprende eso, ¿no?

[Lizzy]: Pero Kenny igual estaba encantado. La pasaba bien con sus compañeros del cuartel.

Ahora, recordemos: mientras no está en la bomba, un bombero va a la universidad, a la oficina, maneja un taxi, atiende su negocio o a su familia. Lo de bombero es extra. Como si fuera un hobby, pero de esos que se apropian de tu vida.

Y ya se imaginarán lo complicado que puede ser balancear todo esto. Por ejemplo…

[Kenny]: Estoy en el trabajo, que me ha pasado que hay un incendio grande, lamentablemente no puedo porque primero es mi actividad económica. Porque si no, no me puedo comprar mis equipos, no puedo mantener mi casa, no puedo estudiar.

[Lizzy]: Sí, escucharon bien a Kenny. Dijo que no puede comprar sus equipos.

[Kenny]: El cuerpo nos da un equipo que es reusado. Pero pasa que en algunos casos, eh, el equipo está totalmente destruido por el mismo uso, ya está totalmente desgastado.

[Lizzy]: Entonces algunos bomberos deciden comprar sus propios equipos y trajes…

[Kenny]: Yo cuando comencé, pues, recibí un equipo y mi bota tenía huecos, me acuerdo, ¿no? Mi casco era un casco horrible, porque era un casco del 80, por ejemplo.

Entonces, me compré mis botas, este, me compré guantes, me compré el casco, me compré la capucha…

[Lizzy]: También compró el overol, un radio, una linterna.  Él calcula que en total se ha gastado como $1.500. Que bueno, es muchísimo dinero para una actividad que haces para ayudar a otros.  

Pero cuando uno lo piensa desde el punto de vista del que llama a los bomberos cuando hay una emergencia: imagínate que eres tú el que necesita ayuda. ¿Te tranquiliza saber que quien te venga a ayudar tenga que comprar sus propios equipos? ¿Que esté preocupado porque tiene un examen al día siguiente? ¿Que esté pensando en quién va abrir su negocio si la emergencia se alarga demasiado?

Es julio del 2013. Un jueves, cerca de las 3 de la tarde. Kenny había almorzado fuera de su trabajo. Ya iba de regreso cuando vio una columna de humo muy oscura, como de 300 metros de alto. De casualidad, en ese momento estaba hablando por celular con un teniente del cuartel de bomberos.  

[Kenny]: Y le digo: “Fernando, ¡te corto porque hay un incendio que estoy viendo, que estoy viendo la columna de humo acá!”. Y me dijo: “Ya, ya, voy a revisar el sistema”.

[Lizzy]: Kenny pensó en irse para la bomba lo antes posible, pero estaba en su horario laboral. Entonces volvió a la oficina. Se sentó en el escritorio…  

[Kenny]: Y estaba… estaba inquieto, miraba por internet la clasificación. Puse por radio RPP, me acuerdo, las noticias, y escuchaba por audífonos.

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Bombero]: Se ha producido un incendio de proporciones en el jirón Paruro, cuadra 6…

[Kenny]: Que era un incendio incontrolable. Y simplemente me acuerdo así: me paré y salí y me vine al incendio, me vine a la bomba. No avisé a nadie y me vine.

[Lizzy]: Se fue hasta el lugar del incendio, en Jirón Paruro, una zona comercial muy popular del centro de Lima. Cuando llegó, el camión de la Roma ya estaba allá.  Después llegaron 20 camiones más. Era un incendio enorme en un edificio de almacenes muy viejo y de madera.

Kenny y otros bomberos empezaron tratando de apagar las llamas en el primer piso. Pero unos minutos después se dieron cuenta que no estaban logrando controlar el fuego y uno de sus compañeros, Manuel, le dijo a Kenny:

[Kenny]: “Acompáñeme al tercer piso porque necesito abrir una puerta para poder trabajar ahí. Estar más tranquilo”, me dijo.

[Lizzy]: Kenny subió junto con Manuel y Jonathan, otro bombero…

[Kenny]: Y yo subí último, y ellos se posicionaron a trabajar. ¿No? Y yo me quedé a un costado con las herramientas.

Estaba… estaba forzando la puerta para romperla y poder entrar a trabajar en ese almacén. Y Manuel estaba a un costado abriendo la puerta. Y su alarma comenzó a sonar, que se había acabado su aire. Y Manuel me mira y me dice: “Reemplázame. Entra tú con Jonathan para que trabajen”.

[Lizzy]: Kenny se puso su máscara y entró con Jonathan.  

[Kenny]: Y me acuerdo… Me acuerdo mucho de esto, que lo miro a los ojos. Me mira. Y siento que comienzo a caer, se me… se me hundió el piso.

[Lizzy]: Kenny cayó 3 pisos. No quedó inconsciente, pero…

[Kenny]: Solo recuerdo que no podía respirar. Era porque el dispositivo de la máscara se había golpeado y se había cerrado. Quería respirar y sentía que toda la máscara se me pegaba a la cara. En ese momento no veía nada, porque mi atención estaba centrada en poder respirar nada más.

Me puse de rodillas, y lo que hice fue jalarme la máscara, y ahí en ese momento sentí el aire caliente. Que quemaba.

[Lizzy]: Por fin pudo ver a su alrededor…

[Kenny]: Veía solamente fuego, sentía el humo caliente que me quemaba las orejas, sentía que mi cuerpo me ardía, y cuando en ese momento escucho que Manuel grita, ¿no?: “¿Estás bien? ¡Kenny!”.

[Lizzy]: Kenny no sabe bien porqué, pero creyó que estaba en medio de una planta eléctrica. Y lo primero que dijo fue…

[Kenny]: “Estoy bien, aquí estoy. No echen agua”. Porque tenía miedo de que si echaban agua, me iba a electrocutar.

[Lizzy]: Manuel lo tranquilizó. Le dijo que no estaba en una planta eléctrica, pero que igual no iban a echar agua. Que iban a bajar la manguera o el pitón, como dicen ellos  para que la agarrara como una cuerda y pudiera salir.  

[Kenny]: Efectivamente a los pocos segundos siento el pitón que golpea mi casco, me paro y me abrazo a la manguera, piso el mango del pitongo, y les digo: “¡Ya, jálenme! ¡Sáquenme, por favor sáquenme!”. Y comienzo a sentir el tirón de que empiezan a subirme, ¿no?

[Lizzy]: A los pocos segundos empezó a ver el borde del piso de arriba. Estiró su brazo y les gritó que ya no jalaran más. Pero no solamente estaban jalando Manuel y Jonathan, había otras personas más ayudando, que no escucharon lo que dijo Kenny.

[Kenny]: Y me botaron nuevamente, ¿no? Y en esa… Y en ese tirón, el mango del pitón me golpea el mentón, y me vuela… Me voló el casco, me voló la máscara, y caí nuevamente, ¿no?

[Lizzy]: Mientras caía, su pierna izquierda se enganchó con algo y quedó suspendido de cabeza. Y Kenny no sabe si fue el estrés o qué, pero…

[Kenny]: Yo sentí que alguien me agarraba, que me agarraba el pie. Y escuché una voz que me dijo: “Te tengo”. Y esa voz era de un efectivo que había fallecido hace un par de años en ese entonces, que era el teniente Marco Fach.

[Lizzy]: Claramente estaba alucinando.

[Daniel]: Se quedó suspendido, colgado de una manguera, sobre un piso en llamas…

Ya volvemos…

 

[Scott Detrow, host de NPR Politics Podcast]: Soy Scott Detrow. Hay tantísimas noticias sobre políticas que seguir actualmente, que no tienes que estar al día con todas ellas. Solo tienes que estar al día con nosotros, en el NPR Politics Podcast. Grabamos dos episodios a la semana con el equipo de los reporteros sobre política y editores de NPR… Y a veces más, cuando pasan las noticias grandes. Encuentra el NPR Politics Podcast en el app NPR One o donde escuches tus podcasts.

 

[Daniel]: Gracias por escuchar Radio Ambulante. Seguimos con la historia de Kenny Flores. Aquí, Lizzy.

[Lizzy]: Entonces….

[Kenny]: Y me quedé suspendido, y después reaccioné. Y cuando me voy a acercar a mi bota, caí nuevamente. Y entiendo que me quedé inconsciente.

[Lizzy]: Sus compañeros calculan que estuvo así durante 20 minutos, y cuando Kenny se despertó escuchó que gritaban: “¿Dónde estás?”.

[Kenny]: Yo no podía hablar ya, por la gran cantidad de humo que había absorbido. Yo quería gritar, pero no me salía voz. Y no sabía cómo hacer para que se den cuenta de… dónde yo me encontraba. Y en un momento recuerdo que tengo linterna y lo que hice fue prender la linterna, prender y apagarla, ¿no? Hasta que escuché que dijeron… uno de ellos dijo: “Ahí está”.

[Lizzy]: Lo sacaron cargado y lo llevaron en camilla hasta una ambulancia. Los noticieros de televisión ya estaban ahí, y lo grabaron todo.

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Periodista]: De la compañía Roma cayó desde el tercer piso, de inmediato fue trasladado al Hospital Dos de Mayo. Otros 4 socorristas también habrían resultado con heridas por quemaduras. Después de 4 horas de incesante trabajo, se logró controlar el incendio.

[Lizzy]: En el hospital, Kenny llamó a su mamá. Ella vivía en Colombia, pero estaba de visita en Lima. Había estado fuera de la casa, con su tía. Y no sabía nada de lo que había pasado.  

[Kenny]: “Escúchame, estoy bien”, le digo, ¿no? “Todo lo que veas en la televisión es exagerado”, le digo [risas]. “Es mentira”. “¿Qué ha pasado?”. “No, lo que pasa es que me he caído, pero estoy bien, no me he fracturado nada”, le digo. “Me han traído al hospital por si acaso, estoy en el Dos de Mayo”. “¿Pero estás bien?”, me dice. “Sí, estoy bien , te estoy hablando”, le digo yo, ¿no? “Ya, cuidate —me dijo— no hay problema”, me dijo. “¿Mañana a qué hora vienes?”. “Mañana voy temprano”, le digo yo.

[Lizzy]: Pero al día siguiente…

[Kenny]: Me llama mi mamá ya llorando, porque estaba viendo las noticias. Vio cómo me sacaron, pues, ¿no?

[Lizzy]: Las imágenes del noticiero mostraban cómo lo sacaban en camilla. Kenny estaba negro por el humo y la ceniza. Se veía en pésimas condiciones.

[Kenny]: Y se puso a llorar, diciéndome que… que me cuide, que ya no quiere que ingrese más a los incendios. Y yo le digo: “Pero, ma, yo no puedo dejar de ingresar —le digo—, porque es lo que hago y también hay un tema de grados acá, ¿no?, a mí me corresponde ingresar”.

[Lizzy]: Aunque no es totalmente cierto. Es decir, como voluntario, en teoría, podría dejar de entrar cuando quiera. Pero ahí viene la mística, el compromiso que mencioné antes. A Kenny ni por un segundo se le ocurrió dejar el cuerpo de bomberos.

[Kenny]: Uno cuando ingresa al cuerpo, sabe que está inmerso a sufrir ese tipo de cosas, ¿no? O sea, no es lo ideal, no lo piensas, no lo deseas, pero sabes que te puede pasar. Porque ser bombero es una actividad de riesgo. Mas aún no pensé en retirarme de la bomba porque realmente no me había pasado nada, ¿no?

[Lizzy]: Pero hoy, 4 años más tarde, las cosas han cambiado.

Dos años después de este accidente en el 2015 Kenny conoció a Rosario o Charo, como le dicen de cariño. Los presentó una amiga en común que también era bombero, y que tomaba un curso con Kenny en las noches. Los tres se vieron en un bar.

[Kenny]: Y bueno, pues veo una chica, pues, de pelo negro, de ojos oscuros, me gustó mucho su mirada. Tiene una mirada penetrante, ¿no? Y me quedé así, hipnotizado, pues, ¿no? Me quede… O sea, solamente quería hablarle [risas].

[Charo]: Me llamó mucho la atención porque coincidíamos en muchos temas. En temas relacionados a la historia, a los libros a él también le gusta mucho leer igual que a mí. El teatro, ¿no?, la música…

[Kenny]: Hablamos de cosas del momento, que pasaban en el país. Tontería y media también hablamos por reírnos, ¿no? Pero en ese… Yo me acuerdo mucho que en esa primera cita, digamos, no hablamos nada de bombería.

[Charo]: Como yo ya tenía mi amiga que era bombero y ya me contaba de las cosas que hacía, y ese asombro por alguien que es bombero yo ya lo había pasado con mi amiga, entonces era como que normal.

[Kenny]: Y ese día no me importó la guardia: llegué acá a las 2 de la mañana, ¿no? Llamé al comandante, decirle: “Comandante, tenía le dije una mentira piadosa, dije, tenía un problema que…”. “Ya, Kenny, no te preocupes”. Nunca he llegado tarde y ese día llegué tarde, ¿no?

[Lizzy]:  A los 3 meses de conocerse se hicieron novios. En ese momento, Kenny era jefe de guardia nocturna en la bomba, entonces vivía ahí, y pues esto tenía un peso grande en su relación…  

[Charo]: Después del trabajo, me recogía o salíamos a pasear o salíamos a comer o estábamos en mi casa pero en la noche él ya se iba. No podía estar más tiempo conmigo, ¿no? Y me acuerdo que siempre nos daba mucha pena eso.

[Lizzy]: Y con solo 3 meses de noviazgo decidieron casarse. Después de mucho pensarlo, Kenny renunció al puesto de jefe de guardia nocturna una semana antes de la boda. Eso le permitió ir unas cuantas horas en las noches al cuartel, y regresar a su casa a dormir con Charo. Tener un matrimonio más normal.

[Kenny]: Queremos pasar momentos juntos ambos, ¿no? A diferencia de cuando estaba soltero, pues, venía a la bomba cuando quería, pues, ¿no? Ahora tengo que planificarme. Y a veces te planificas y justo el día que vas a venir, “no, quiero ir al cine”, queremos ir al cine pasar un momento, y ya se me va la hora y ya no vengo, ¿no?

[Lizzy]: Mientras que antes Kenny servía en los bomberos unas 100 horas al mes, ahora solo va como 40. Y en cierto sentido, esto es lo más normal: un joven se casa, quiere ver a su esposa, dormir a su lado.

Aquí es donde la mística de los bomberos se cocha con a la realidad. ¿Qué va sacrificar ese joven? ¿Su vida doméstica? ¿El trabajo que le paga? ¿O su voluntariado, que además de ser exigente, es peligroso?

Según uno de los jefes de Kenny, este es un problema muy común para el cuerpo de bomberos de Lima: cuando se unen al cuerpo, los voluntarios son jóvenes, con mucho tiempo libre y pocas responsabilidades. Pero a medida que  maduran forman familias, tienen menos tiempo disponible y cambian sus prioridades.

Y quizá lo más paradójico es esto. Justo cuando aún son jóvenes y fuertes y han acumulado más horas de experiencia, es cuando empiezan a tener menos tiempo de ir.

Y Kenny está entrando en esa etapa de su vida…

[Kenny]: En que ya no soy solamente responsable de mí. Cuando ya te casas, ya priorizas otras cosas, y ahorita mi prioridad es mi familia, mi familia como tal, mi esposa y no sé, quizá más adelante mi hijos, ¿no? Con mis hijos.

[Lizzy]: Y lo que pasó el 18 de octubre del año pasado fue un balde de agua fría para Kenny.

(SOUNDBITE DE NOTICIEROS)

[Periodista]: Y como lo anunciamos al comienzo de esta edición se ha producido un tremendo incendio en El Agustino que está consumiendo un almacén del Ministerio de Salud.

[Periodista]: Impresionante 30 unidades de bomberos han llegado hasta el lugar.

[Periodista]: Nos indican que aproximadamente hace muchos años que no ocurría, o que no tenían un trabajo tan intenso como el que se está observando esta noche, repetimos…

[Lizzy]: El Agustino es un distrito popular cerca del centro de Lima. El incendio se inició en una fábrica de suelas de zapatos y se extendió hasta un almacén de medicamentos del Ministerio de Salud. Unos 40 trabajadores habían sido evacuados de los edificios, pero se creía que había más adentro.

Ese día la bomba estaba más movida que de costumbre porque le habían hecho un homenaje al Señor de los Milagros, que es la fiesta religiosa más importante del país. Los bomberos de Roma y algunos de sus familiares habían ido para la ceremonia.  Kenny todavía estaba ahí.

[Kenny]: Yo lo escuché Alonso que dijo: “¡Candela!”, dijo parado en escalera. Vino Eduardo, entró, nos saludamos, y… y dijo: “Ya, salida. Yo manejo”. En ese momento yo quería también ir a la emergencia.

[Lizzy]: Pero esa noche Kenny no tenía guardia. Además…

[Kenny]: Charo me había dicho que teníamos una cena. Y como pocas… como en pocas situaciones escuchaba mucho su voz: “Que tienes que venir a las 8 para la cena, tienes que venir a las 8  para la cena”.

[Lizzy]: Tal vez la tenía tan presente porque habían discutido más temprano ese día, aunque no fue por algo demasiado importante. Kenny decidió llamarla y le dijo…

[Kenny]: “Sabes qué, me voy a una emergencia y regreso”, ¿no? Es más yo salí, me acuerdo, abrí mi casillero para sacar mi equipo, subir y cambiarme en el camión.

[Lizzy]: Y en el casillero Kenny tiene una foto de su graduación, con sus papás…

[Kenny]: La miré y… y dije: “No sé si…  Mejor no voy”. Y sentía que no debía ir. Algo me decía, como esa vocecita como… como el ángel de la guardia que dice: “No vayas, no vayas”. Y finalmente cerré mi casillero y vi el camión salir.

[Lizzy]: Kenny se fue a su casa con Charo, y después se fueron a dormir. A eso de las 2 de la mañana, Kenny recibió una llamada de un compañero de la bomba.

[Kenny]: “No encontramos a Alonso, no encontramos a Eduardo, no encontramos a Raúl”.

[Lizzy]: Eran 3 de sus compañeros más cercanos del cuartel. Sus amigos. Él los había visto salir en el camión. Charo se despertó con la llamada.   

[Charo]: Le escucho su voz de preocupado. Entonces yo le digo: “¿Pero no se habrán ido?, ¿no? De repente ya se fueron”, porque hasta ahí en mi cabeza no… no pasaba la idea de que les haya podido pasar algo malo, ¿no?

[Lizzy]: Pero Kenny ya tiene experiencia en estas cosas…

[Kenny]: O sea, 2 de la mañana, se han perdido a las 8, uno ya espera lo peor, definitivamente, ¿no?  

[Lizzy]: Kenny estaba sentado en la cama junto a Charo, en silencio. Y bueno…

[Kenny]: Hay un momento en que tú entiendes que la situación está perdida, que te quiebras, ¿no?

[Charo]: Se puso a llorar. Yo casi no lo había visto llorar… No me decía nada, ¿no? Yo tampoco quería intentar sacarle palabras, no, no. Nada más lo abrazaba, ¿no? Lo abrazaba.

[Kenny]: Y me abrazó, ¿no? Me dijo que me calme. Dándome el apoyo emocional de esa forma, ¿no? Y me dice: “Descansa, ya mañana vas”.

No, yo no podía dormir. 5 y media me bañé, 6 de la mañana estaba acá, ¿no?, con unos compañeros que también había coordinado para venir. Y fuimos al incendio a buscar, ¿no?

[Lizzy]: A buscar los cuerpos…

El hermano de Charo la llamó apenas se enteró del incendio. Eran como las 5 y media de la mañana. Quería saber si Kenny estaba bien. Él solo sabía que había tres bomberos desaparecidos…

[Charo]: Le dije, “no, Kenny está bien”, le dije. “Kenny está bien”. “Ya”, me dice, y buagh, me puse a llorar.

[Lizzy]: Ya Kenny le había dicho a Charo que sus compañeros seguramente habían muerto. Y Charo se lo dijo a su hermano…

[Charo]: “No, pero 3, 3 de sus amigos han fallecido”. Yo como que desahogué un poco con mi hermano porque estaba…  Había retenido mucho durante la noche, entonces desahogué, lloré, me dijo que esté tranquila…

[Kenny]: Luego mi… mi cuñado me llama en el camino, cuando estoy en el taxi, y me dice: “¿Qué ha pasado, Kenny?”, me dice. “He llamado a Charo, y Charo está llorando”, me dice: “Está llorando”. Y le digo: “No. Qué raro”, le digo, “porque ella sabe que me quedé en la casa”. “No, que está llorando, llámala para que la tranquilices”. Y en ese momento me doy cuenta, ¿no?, que no solamente a mí me había impactado, sino que a ella también, ¿no?

[Lizzy]: Encontraron los cuerpos a eso de las 9 de la mañana. Los bomberos de todas las compañías que ayudaron en el incendio hicieron dos filas a los costados de las ambulancias, y encendieron las sirenas mientras sacaban los a los bomberos fallecidos…

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Periodista]: Las sirenas de los bomberos no dejan de sonar, es un homenaje que ellos le están haciendo a sus compañeros, en medio de los aplausos también de los bomberos, quienes evidentemente están llorando la muerte de sus amigos…

[Lizzy]: Kenny estaba devastado…

[Kenny]: Yo no quería estar para el entierro. Me parecía ya algo demasiado fuerte para mí. Veía la mamá de Alonso, y en ese momento yo pensaba en mi mamá. Veía la esposa de Eduardo, a la esposa de Raúl, y veía a Charo. La veía, la veía a ella.

[Lizzy]: Y es que con estas muertes, esa mística del bombero como héroe que sacrifica todo, se empezó a desvanecer. Todos los compañeros de la Roma estaban mal. Los muchachos y muchachas llegaban tristes y desanimados.

[Kenny]: Antes pensaba más en la emoción de ir y “ah vamos a trabajar de esta forma, vamos a apagar esto”, ¿no?  

[Lizzy]: Pero ahora…

[Kenny]: Pienso en… en regresar, ¿no?, en regresar a casa, en regresar primero al cuartel y luego ir a mi casa, ¿no?

Cuando estoy en el camión, creeme que sí pienso en… ahora en mi esposa. Que si me pasa algo que sea rápido para que ella no sufra, digo, ¿no?, y para yo tampoco sufrir, digo, ¿no?

Pienso… en qué vendrá después si es que me pasara algo, ¿no? Entonces la… la percepción que tienes de todo, del heroísmo, del servicio, es totalmente distinta.

[Lizzy]: Y aquí está el problema: S¿ser bombero en cualquier parte es difícil. Es peligroso. Es emocionalmente desgastante.

Pero en Lima, es más difícil aún. Es caro. Es una exigencia casi de tiempo completo. Estamos hablando de una ciudad de 9 millones de personas, en donde todos los días se atienden cerca de 15 incendios. Apenas tenemos 7 mil bomberos, casi todos trabajando o estudiando en otra parte para ganarse el pan del día. Debería ser una profesión.

Después de la muerte de sus amigos, para Kenny es evidente que algo tiene que cambiar…

[Kenny]: A ver. Todas las personas tenemos que vivir de algo. ¿No? Entonces yo pienso que en algún momento el tema de ser bombero va a ser rentado, porque hay personas que, bueno, tienen que sustentar a su familia, pues, ¿no? Entonces habrá servicio de 12 horas, de 24 horas, con una escuela adecuada donde te especialices por temas. Sí, pienso que en algún momento se va dar.

[Lizzy]: Yo estoy de acuerdo con Kenny. Me pregunto si estamos jugando con la realidad. Es decir: ¿Qué necesita Lima: una mística para emocionarnos, o un cuerpo de bomberos acorde con las demandas de una ciudad moderna y segura?  Creo que queda claro que para mantener a bomberos excelentes y dedicados como Kenny sirviendo al país, es necesario dar ese paso: profesionalizar a los bomberos. Y pagarles.

No dejarán de ser menos héroes por ello.

[Daniel]: El 18 de agosto, poco después de que terminaramos este guion, el gobierno de Perú presentó la campaña “Yo también soy bombero”.

(SOUNDBITE DE NOTICIERO)

[Pedro Pablo Kuczynski, Presidente del Perú]: Tendremos que dar mucho más apoyo mucho más apoyo material y físico a los bomberos.

[Daniel]: Este es el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Dijo que para el presupuesto del 2018, aumentaría el dinero destinado a renovar equipos de trabajo y mejorar los cuarteles. El presupuesto todavía sigue en discusión, entonces aún no se sabe la cifra exacta.

Además, el gobierno propuso crear una pensión para bomberos en caso de accidentes que no les permitan trabajar. Y una ley para multar con hasta $600 a quienes hagan llamadas de falsas emergencias.

Por otro lado, se volvió a hablar de la creación de la escuela nacional de bomberos, un proyecto que se viene anunciando desde hace ya varios gobiernos.

Sin embargo, por el momento, los bomberos siguen siendo voluntarios.

 

Lizzy Cantú es periodista y profesora mexicana. Vive en Lima.  

Gracias a Eduardo García Peña y a Artisan Studios.

Esta historia fue producida por Luis Fernando Vargas, y editada por Camila Segura y por mí. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri.

El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Jorge Caraballo, Barbara Sawhill, Ryan Sweikert, Luis Trelles, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa y Silvia Viñas. Maytik Avirama es nuestra pasante editorial y Andrea Betanzos es la coordinadora de programas. Carolina Guerrero es la CEO.

Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.

Conoce más sobre Radio Ambulante y sobre esta historia en nuestra página web: radioambulante.org. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón, gracias por escuchar.

Créditos

PRODUCCIÓN
Lizzy Cantú y Luis Fernando Vargas


PAÍS
Perú


PUBLICADO EN
10/31/2017


EDICIÓN
Camila Segura y Daniel Alarcón


DISEÑO DE SONIDO
Andrés Azpiri


ILUSTRACIÓN
Laura Pérez

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