Transcripción: Todos vuelven

Transcripción: Todos vuelven

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Micaela: Estoy aquí en el consulado del Perú, he venido a sacar el salvoconducto de mi hija porque dentro de tres días nos vamos a Lima. Bueno, la verdad que no me había imaginado tener que hacer tanto trámite para volver a mi propio país…

Daniel Alarcón: Bienvenidos a Radio Ambulante. Soy Daniel Alarcón. Hoy, Todos Vuelven.

Cuando vives en el extranjero, los amigos son tu familia. Comes con ellos los domingos, les heredas tus pisos, les pides plata prestada, les confías a tus hijos. Pero Micaela — con su marido español, Sergi, y su hija Maicu — ha decidido irse, y con eso una familia se desbarata. Deja atrás a su mejor amiga, la periodista peruana, Gabriela Wiener.

Gabriela Wiener: Desde hace un tiempo ya nadie me envidia por vivir en España. Desde que estalló la crisis, no han vuelto a escribirme para que les de consejos de cómo venir. Es más, muchos me sugieren que vuelva, porque al Perú le va bien, porque el Perú está de moda, ha entrado a su séptimo año consecutivo de crecimiento, mientras España no hace más que deprimirse. Es una especie de éxodo de ciencia ficción, en el que los latinoamericanos empiezan a dejar el “primer mundo” por una oportunidad en el tercero. Cuando llegué a Barcelona, todos soñaban con estar aquí, ahora todo el mundo sueña con irse, y algunos lo están consiguiendo.

Gabriela Wiener: ¿Por qué se va? ¿Por qué me quedo? En una de nuestras últimas noches juntas, le pregunté a Mica cómo, tras muchas falsas alarmas, ha llegado a la decisión definitiva.

Micaela: El día que decidí irme… Mi amiga Sachico, me invitó a su nueva casa… Era un ático precioso con unas vistas lindas… y bueno, yo estaba ahí mirando ahí un monumento que aparte le habían pintado un dorado súper intenso… que es como una mujer que va con un caballa, ¿no?, hacia el futuro, ¿no?, con energía y entereza. Entonces yo te lo juro en ese momento dije: “¿qué estoy haciendo acá?” Y estaba en un piso precioso y yo decía: “¿pero Mica es esto lo que quieres?” Y la verdad que dije que no, ¿no? … que no es mi sueño…

Gabriela Wiener: Nos conocemos desde los seis años. Estudiamos en los mismos colegios. Y fuimos inseparables. Mica y yo nos escribíamos cartas cuando teníamos sarampión, jugábamos a las barbies y al pequeño pony. Ella tenía un abuelo que hacía negocios, yo un abuelo que hacía muebles; ella usaba zapatillas Reebook, yo zapatillas Legend; yo vivía con mi mamá y mi papá, ella solo con su mamá. Ella siempre levantaba la mano en clase y decía un montón de tonterías. Yo siempre callaba y me ruborizaba al oírla, bueno me ruborizaba por todo. Ella no tiene miedo al ridículo, yo sí. Ella no tiene miedo a equivocarse, yo sí. Por eso ella ha vuelto a Perú y yo no.

Gabriela Wiener: ¿Has hablado con otra gente que esté en tu misma situación? ¿Qué hayan vuelto?

Micaela: No, pero he hablado con amigos que me decían de gente que volvía… Inclusive en el consulado me comentó el que me estaba atendiendo que también mucha gente está haciendo ese trámite, ¿no?. Así que bueno, no soy la única, somos todos…

Gabriela Wiener: Esa tarde fuimos todos al bar donde Sergi había trabajado como camarero los últimos 4 años. Bebimos cerveza y nos hicimos fotos con los teléfonos celulares. Mica dio una especie de discurso. Nos reímos, nos prometimos el futuro. Maiku y mi hija Lena enloquecieron, correteando a un perro por todo el bar. Después vino el fundido en negro, y lo siguiente que vi fueron las enormes maletas que arrastraron por el pasillo, los abrazos torpes que nos dimos, y sus tres cabezas haciéndose cada vez más pequeñas en la zanja de la escalera y, después, otra vez la puerta, la escalera vacía.

Esa última noche le pregunté a mi amiga si tenía miedo. Luego, me di cuenta que nunca le permití responder. Creo que está claro, ¿no? La que tenía miedo era yo.

Gabriela Wiener: En Lima pasé una tarde con Micaela en la vieja casa de su madre, donde solíamos jugar cuando éramos niñas y que ahora había vuelto a ser su casa. Recordamos su salida de Barcelona, y me contó cómo le iba desde entonces.

Micaela: Siempre las despedidas son dramáticas, pero así de madrugada, con el taxi, ustedes medio soñolientos, Lena durmiendo en su camita…¿no?, todo eso para mí fue tristísimo, tristísimo… Todavía lo recuerdo y la verdad que me da pena ¿no?

Gabriela Wiener: ¿Estás hace cuánto exactamente aquí?

Micaela: Yo vine en febrero…febrero, marzo, abril, mayo, junio. Cinco meses.

Gabriela Wiener: Bueno es poco tiempo también…

Micaela: Poco tiempo si, la verdad…poco tiempo. Pero en ese poco tiempo he logrado avanzar varias cosas…

Gabriela Wiener: ¿Qué estás haciendo ahora?

Micaela: Bueno, ahora..

Gabriela Wiener: Mica me cuenta que no ha conseguido trabajo todavía. Ha enviado su curriculum a mil sitios, pero la competencia es brutal y todos quieren que trabaje gratis. Esta no se parece en nada a la vida que se imaginaba desde Barcelona.

Para empezar, ha tenido peleas constantes con Sergie. Nadie cuida a su hija, todos están demasiado ocupados. Era de esperarse, claro. Y quizá las cosas mejorarán. Seguro que sí. Tan pocos meses no son suficientes para dar un veredicto. Además, ¿qué vida soporta un veredicto de este tipo?

Una vez escribí una lista de las cosas que me hacían bien y las cosas que me hacían mal, en las dos incluí Lima, no vivir ahí me hace mal, vivir ahí también me hace mal.

Como no me decido, siempre vuelvo. De visita.

Daniel Alarcón: Gabriela Wiener es redactora jefe de la revista Marie-Claire y autora de los libros Sexografías y Nueve Lunas. Sigue viendo en España.

Radio Ambulante cuenta las historias de America Latina. Para escuchar más, visita nuestra página web, Radioambulante.org.

Créditos

PRODUCCIÓN
Gabriela Wiener


COPRODUCCIÓN
Etiqueta Negra


DISEÑO DE SONIDO
Martina Castro


FOTO
Gabriela Wiener


PAÍS
España/Perú


PUBLICADO EN
09/01/2013

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