Transcripción – Jaz y Lalay
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(SOUNDBITE DE CELEBRACIÓN)
[Coro]: ¡Lesbianas contra la guerra! ¡Lesbianas contra el capital! ¡Lesbianas contra el racismo, contra el racismo neoliberal!…
[Daniel]: El audio que escuchan lo grabó Luis Fernando Vargas, nuestro editor asistente. Eso fue el 9 de enero del 2018, en San José, Costa Rica. Y lo que oyen es un grupo de más de 100 personas la comunidad LGTBI. Están cantando: “Lesbianas contra la guerra. Lesbianas contra el capital. Lesbianas contra el racismo”.
Pero no era una protesta, sino una celebración. Estaban en la Fuente de la Hispanidad, un lugar simbólico porque es donde todo el mundo se reúne a festejar cuando gana la selección nacional de fútbol o después de una elección.
Y es que más temprano ese mismo día, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dijo que Costa Rica debía reconocer el cambio de nombre y de sexo en los documentos oficiales de las personas trans.
[Luis Fernando, editor asistente]: Pero no solo eso. También pidió que se les garantice a las parejas del mismo sexo los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. Incluido el matrimonio.
[Daniel]: Este es Luis Fernando.
El Estado de Costa Rica le había preguntado a la Corte cómo debía manejar las demandas de la comunidad LGTBI. Y como el país siempre ha seguido las recomendaciones de la Corte, había motivos para festejar.
[Luis Fernando]: Había sido una lucha de décadas. Y ese martes, se sentía como una victoria.
(SOUNDBITE DE CELEBRACIÓN)
[Coro]: ¡Iglesia, basura, no somos dictadura! ¡Iglesia, basura, no somos dictadura!
[Luis Fernando]: Llegué un poco tarde al encuentro. Alguna gente ya se iba, pero todavía se sentía un ambiente alegre: abrazos, gritos, tambores, banderas… Tomé una foto de las personas celebrando y la subí a redes sociales.
Era un día feliz.
Fue en ese momento que vi otra foto. Y es esta de la que quiero hablarles. La subió uno de mis contactos en Facebook, que conocerán dentro de poco. Es una selfie, en blanco y negro, de dos muchachas sonriendo. Una ve hacia la cámara y la otra mira a la distancia. Estaban ahí mismo, en la Hispanidad. Un hashtag acompañaba la foto. Se leía: “Ya no vamos a la cárcel”.
[Daniel]: Y esa es la historia que nos va a contar Luis Fernando, la que está detrás de esa imagen, de esas dos chicas. Es la historia un acto de amor que se convirtió en un acto de protesta…
[Luis Fernando]: Un acto de protesta contra el gobierno y contra la sociedad costarricense. Una sociedad que muchas veces escoge el silencio frente a los temas incómodos. Lo sé como tico que soy.
Pero estas dos muchachas, pues, la hicieron hablar.
Las mujeres de la foto se llaman Jazmín Elizondo y Laura Flores-Estrada. Pero las conocen como Jaz y Lalay. Estas son ellas:
[Lalay]: Tú eres más capitalista que yo. Es que, o sea…
[Jaz]: [Risa] ¿Está escuchando?
[Lalay]: Es que yo “breteo” más, pero tú quieres cobrarle más a todo el mundo.
[Jaz]: No es verdad. Yo quiero darle valor a las cosas…
[Luis Fernando]: Para que las identifiquen: Lalay es la que acusa a Jaz de ser más capitalista que ella. Y Jaz es la que dice que solo quiere darle valor a las cosas.
Bromean sobre su negocio: El Árbol de Seda, un restaurante vegetariano en el centro de San José. Lalay es la chef, y Jaz maneja el bar de jugos naturales y también ayuda a atender a los clientes.
Son más de las 10 de la noche y ya están cerrando.
El restaurante está en una zona cada día más gentrificada. Es una casa vieja, grande, acogedora, con diferentes salones.
Y Jaz y Lalay están casadas. Pero desde hace casi 3 años. Mucho antes de que la Corte se pronunciara.
Todo comenzó en el 2014. Lalay recién inauguraba el restaurante. Jaz, que estudiaba en la universidad, era cliente regular, y se interesó por Lalay desde el primer momento.
Esta es Jaz:
[Jaz]: Lo que me llamó la atención de ella era como su actitud: como muy buena nota, como siempre sonriente, siempre linda, siempre amable. No sé, como que tenía una chispita en los ojos diferente.
[Luis Fernando]: Y bueno, Lalay, en cambio…
[Lalay]: Ay, qué terrible, es que yo la primera vez no la noté. No la tengo tan presente (me va a odiar cuando escuche eso).
[Luis Fernando]: Tenían amigos en común, y ellos le hicieron el favor a Jaz de decirle a Lalay: “Ey, ¿esta chica que pasa comiendo aca? Está interesada en vos”. Y entonces ahí sí. Lalay empezó a fijarse un poquito más en Jaz, y a salir con ella en grupo —al cine, al teatro— pero al principio Lalay…
[Lalay]: Yo sentía que Jaz y yo no teníamos mucho en común. Entonces la principio no le di… no le di mucha pelota.
[Luis Fernando]: Lalay, además, acababa de terminar una relación con otra muchacha, y el quiebre había sido duro. Todavía estaba muy herida. No se sentía lista para otra relación.
Jaz, por otro lado, nunca había tenido algo serio con una mujer. Sólo algunas aventurillas en bares o fiestas, pero su interés por Lalay crecía cada vez que se juntaban.
Entonces ideó un plan: le dijo que quería ayudarle en la cocina del restaurante. Para aprender, y bueno, para conocerla más y de pronto, tal vez, enamorarla. Pero Lalay, al principio pensó…
[Lalay]: “Ay, no, va a ser un atraso. [Risas] Y qué pereza, voy a tener que parar y voy a tener que estar enseñándole cosas”. Y me daba mucha pereza, de hecho.
[Luis Fernando]: Aunque Lalay terminó aceptando y Jaz resultó ser una excelente ayudante: rápida, cumplida, eficiente. Es difícil encontrar gente así. Entonces Lalay se fue abriendo poco a poco. Esta es Jaz.
[Jaz]: Empezamos a conversar temas de política, de opiniones de conceptos del aborto, la iglesia, libros, películas, lo que sea, ¿me entiende? Y nos interesaba como la perspectiva de la otra. A mí me gustó mucho que es súper inteligente. Y es buena en lo que hace, es apasionada con lo que hace…
[Luis Fernando]: Tuvieron citas a solas y se fueron conociendo más.
Después, se dieron su primer beso y todo se movió muy rápido. Fue una conexión intensa.
La relación de Jaz y Lalay es un ejemplo de cómo, extrañamente, dos personas que vienen de lugares muy distintos se encuentran una en la otra. Esos casos en que se mira al otro, y se ve un reflejo.
Lalay viene de una familia acomodada. Mientras que Jaz no, creció en una familia bastante humilde. Pero las familias de ambas eran muy conservadoras. Tal vez la de Lalay un poco más, pues eran del Opus Dei.
Cuando Lalay tenía 11 años se obsesionó con una compañerita de su clase. Todos los días la llamaba, insistentemente, hasta que la mamá de su amiguita le prohibió hablar con ella. Y llegó el punto en que…
[Lalay]: Se corrió el rumor en toda la escuela de que yo era lesbiana. Entonces cuando tenía 11 años no tenía amigos.
[Luis Fernando]: Y su mamá…
[Lalay]: Siempre tenía comentarios negativos para las lesbianas. O sea, me tenía… Me dijo que nunca jamás me hiciera amiga de una lesbiana porque era el peor tipo de gente.
[Luis Fernando]: Su adolescencia fue una época muy dura. Creció estando sola, muy aislada de todos. Se obligó a salir con hombres, un poco buscando la aprobación de su mamá, pero realmente no conectaba con ellos.
Hasta que, ya cuando tenía más de 20 años, fue honesta consigo misma.
[Lalay]: Y ahí fue como: “No, no, yo soy lesbiana. Eso… Eso es. O sea, todo este tiempo lo que me han gustado son las mujeres”.
[Luis Fernando]: Lalay tiene nacionalidad española porque nació ahí, pero su familia se vino a Costa Rica cuando ella tenía 6 años. Entonces, a los 22, aprovechó y se fue un tiempo a vivir a España. Quería alejarse de la homofobia de su mamá y por primera vez ser realmente libre, experimentar.
[Lalay]: Era el lugar perfecto. Era como un buen momento para ya aceptarme a mí misma. Pero no tuve suerte, no tuve ningún… Es que, di, era, eh… novata. Cómo… ¿Cómo iba a ligar a una chica? No tenía ni la menor idea, la verdad.
[Luis Fernando]: Mientras vivía en España se lo confesó a sus hermanos, que eran muy liberales, y la apoyaron completamente. Sintió un alivio enorme.
Pero Lalay duró poco en Europa, solo unos meses. Volvió a Costa Rica en el 2009, huyendo de la crisis económica.
Al poco tiempo de haber regresado, recibió un mensaje por teléfono de uno de sus hermanos.
[Lalay]: “Chini, mami sabe”. Y yo: “Ok”. Era un martes, me acuerdo. Tenía… Ese día tenía cita con la psicóloga y dije: “Ok, me voy a matar, me voy a matar, o sea, ya mi mamá lo sabe”.
[Luis Fernando]: Su mamá se había metido a leer sus correos electrónicos y leyó unas correspondencias con un amigo gay de España, donde ella hablaba explícitamente de ser lesbiana.
Ese día lo habló con su psicóloga. Ella la calmó un poco, pero cuando llegó a su casa su mamá la recibió muy mal. Le dijo que…
[Lalay]: Sentía náuseas de solo pensarlo, y que nunca me quería ver de la mano de una mujer. Y que nunca quería que le dijeran que me habían visto con una chica y que yo le daba asco, y no, no, fue terrible, terrible. No me habló por varios días y me hacía sentir miserable, digamos.
[Luis Fernando]: Lalay vivía con su mamá y, pues, decir que la situación era muy tensa es decir poco. Necesitaba salir de ahí. Rápido.
Al igual que Lalay, Jaz me comentó que ella, cuando niña, era solitaria. Nunca logró encajar. Y casi no tenía amigos.
Su mamá se había separado de su papá cuando ella estaba muy pequeña, y se había casado de nuevo. Y en la adolescencia, empezó a hacerse preguntas.
[Jaz]: Como: ¿Qué pasa si me gustan las chicas? ¿Verdad? Di, tenía curiosidad. Pero igualmente era como impensable. Mi padrastro habló conmigo una vez, por ejemplo, y me dijo claramente que eso era malo.
[Luis Fernando]: No sabe muy bien por qué su padrastro le dijo eso. Cree que tal vez vio en ella alguna conducta que le parecía —entre comillas—“rara”. Y a Jaz no le parece del todo extraño, porque era casi obvio que ella…
[Jaz]: Tenía más conexión con las mujeres que con los maes. Los maes era como para vacilar y para joder…
[Luis Fernando]: Y mientras que para Lalay, la reprobación por su orientación sexual venía solo de su familia, para Jaz también venía desde adentro, desde ella misma. Jaz creció siendo muy católica y sentía mucha culpa.
Conversaba sobre el tema con un amigo que también era gay, pero que, como a ella, le generaba conflicto. El amigo le decía:
[Jaz]: Que eso era un demonio. Que… Que había que evitarlo, que Dios nos podía curar, que Dios nos podía salvar, que esto y lo otro. Di, al final de cuentas obviamente ninguno de los dos pudo modificar lo que sentía.
[Luis Fernando]: En especial cuando Jaz conoció a Lalay.
[Jaz]: A mí me han gustado muchas chicas, también me han gustado chicos. Pero yo me enamoré de Lalay. O sea, nunca me había pasado lo que me pasó con ella.
[Luis Fernando]: En ese momento pensó que lo mejor era ser honesta con su familia. Por la universidad, Jaz se había ido a vivir sola al centro de San José. Entonces viajó a Pérez Zeledón, la ciudad pequeña donde nació, y al llegar se lo dijo a su mamá.
[Jaz]: Al principio como que no reaccionó. Fue eso: raro. Como que mi mamá reacciona mucho con negación. Luego de que pasó —ya que lo logró entender lo que yo le había dicho y que logró reaccionar—, me dijo: “No me hable más de esto, yo espero que en algún momento recapacite y se le pase como se le ha pasado. Como todas esas etapas que ha tenido”.
[Luis Fernando]: Su mamá le contó a su hija menor. Y ella llamó a Jaz a decirle que…
[Jaz]: Cómo se me ocurría hacerle eso a mami, y… O sea, me trató como malísimo, malísimo.
[Luis Fernando]: Y desde esa vez ir a Pérez Zeledón, a visitar a su familia, es muy diferente a lo que era antes.
[Jaz]: Me hace demasiado daño, digamos. Cuando yo voy allá no me siento… no me siento en casa, la verdad.
[Luis Fernando]: Fue por ese sufrimiento, el sufrimiento de ser rechazadas por quienes eran, que Jaz y Lalay se dieron cuenta de que no estaban solas.
Esta es Lalay:
[Lalay]: Bueno, es que yo sentí que por primera vez en mi vida podía ser sincera con alguien. Que no me iba a juzgar, no… que me aceptaba tal y como era. Y, este, nunca me había pasado, yo nunca había sido completamente honesta con nadie.
[Luis Fernando]: Y desde entonces, no volvieron a estar la una sin la otra.
Lalay estaba viviendo con su mamá cuando empezaron su relación, y bueno, como se podrán imaginar, su mamá no estaba nada feliz. Jaz sentía el rechazo cada vez que iba a esa casa. Hasta que un día, la mamá de Lalay dijo:
[Jaz]: “No, ella no puede volver”. Y entonces nosotras dijimos: “Bueno, nosotras queremos estar juntas. Si usted no quiere, entonces nos vamos nosotras”. Y eso fue lo que hicimos, de hecho.
[Luis Fernando]: Ya llevaban 6 meses juntas cuando se mudaron al lugar que las había unido: El Árbol de Seda, el restaurante. Todavía quedaban unos cuartos desocupados, y fue ahí que decidieron hacer un pequeño hogar, con sus perros y gatos, una cama, libros, velas, adornos…
Se sintió como el inicio de una nueva vida. Con cientos de posibilidades. Libres.
A los pocos días fueron a la marcha de la diversidad, que se hace cada junio para celebrar el orgullo de la comunidad LGTBI. Terminaron comiendo con varia gente que habían conocido durante la actividad. Y durante la conversación surgió un dato curioso de Jaz:
[Jaz]: Desde que yo tengo 12 años tengo un error en la cédula. Dice masculino. Entonces, después de mi primer cédula de menor, todas, o sea, todos los registros que yo tengo de papeles dice masculino.
[Luis Fernando]: Pero a Jaz nunca le importó. Para corregir el sexo en esos documentos hay que llenar una solicitud en el registro civil y, en algunos casos, llevar un dictamen médico que corrobore el sexo real. Era mucha molestia y a Jaz nunca le habían puesto problema para nada, en ningún lado.
El reglamento del Registro Civil dice que cuando un funcionario se dé cuenta de un error debe empezar el proceso administrativo para corregirlo. Pero la persona que le dio la cédula de mayores a Jaz no lo hizo, a pesar de que es obvio que ella no es hombre.
Entonces, cuando la gente con la que comían oyó este cuento, pues, se emocionaron. Mucho.
[Lalay]: Dijeron como: “Pero es que… ¡Pero podrían casarse!”. Y yo sí: “¡Sí, ya le dije eso e insiste en que no se puede”.
[Luis Fernando]: Lalay ya se lo había propuesto antes de esa conversación, pero Jaz no terminaba de convencerse de que podían hacerlo.
Sin embargo, lo hablaron en grupo. Técnicamente —es decir, legalmente— eran hombre y mujer. Si encontraban a un notario dispuesto a ayudarlas, podrían intentarlo. Y ambas reflexionaron. Sabían lo que querían: una vida juntas. Entonces, ¿por qué no?
[Lalay]: Y al final quedamos en que sí, vamos… vamos a hacerlo. ¡Vamos a hacerlo!
[Luis Fernando]: Decidieron esperar un mes, para pensarlo bien, pues…
[Lalay]: Tampoco la idea era mantenerlo en secreto, porque podríamos haberlo mantenido en secreto y pasar como cualquier pareja heterosexual. Pero no, no, es que tenía que ser público, la gente tenía que saberlo.
[Luis Fernando]: Estaban desafiando el concepto de familia que planteaba la ley de Costa Rica, y parte de la sociedad.
[Jaz]: Sí sabíamos que se iba a armar. Se iba a armar algo, ¿verdad? Sí sabíamos que… que era un acto político. Que además estábamos exigiendo algo…
[Luis Fernando]: Exigiendo igualdad. Tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales. No más, no menos.
Pero, el hermano mayor de Lalay, que es abogado y ha sido diputado, fue uno de los primeros en advertirles que tenían que tener mucho cuidado.
[Lalay]: Fue como, “ok, piénselo bien, ¿verdad?”. Nos dijo que se nos iba a tirar encima un montón de gente conservadora. Este… Nos dio miedo, nos retractamos, en ese… en ese mes. Es como: “No, no, la verdad es que ya no quiero hacerlo”.
[Luis Fernando]: Porque el Código Penal dice que puede haber una sentencia de entre 6 meses y 3 años de cárcel para los que contraigan matrimonio sabiendo que existe un impedimento legal.
Y bueno, en los documentos, Jaz y Lalay eran masculino y femenino, pero obviamente, por su biología, ambas caen en la definición de mujer. Y el Código de Familia costarricense es muy claro: dos personas del mismo sexo no se pueden casar.
Estaban en una situación compleja, donde todo era incierto. Porque no sabían si el Estado costarricense las trataría acorde a su cuerpo o a lo que estaba en los papeles.
Pero, bueno, las condiciones eran tan inusuales, tan extraordinarias que después de pensarlo bien, finalmente…
[Jaz]: Nosotras dijimos: “Diay sí, la verdad es que tenemos una oportunidad, ¿por qué no hacerlo? Tal vez funcione”.
[Luis Fernando]: Empezaron a buscar notarios. Todos las rechazaban de primera entrada, pero una amiga les dio el contacto de este señor:
[Marco Castillo]: Me llamo Marco Castillo Rojas. Soy abogado y notario. Y he sido y soy activista por los derechos LGTBI desde hace más o menos unos 30, 31 años.
[Luis Fernando]: Marco es bastante conocido en el ámbito del activismo porque ha fundado y liderado varias organizaciones.
Pero Jaz y Lalay no sabían quién era, ellas no andan metidas en esos grupos. Entonces lo llamaron y le dijeron que querían casarse legalmente.
[Lalay]: Marco nos dice: “¡Pero es que no se pueden casar, dos mujeres no se pueden casar!”. Y yo: “Espere, escúcheme, pare el carro”. Y yo: “Es que ella tiene la cédula y dice masculino”.
[Marco]: Y yo no tuve duda en casarles porque, diay, papelitos mandan, ¿verdad?
[Jaz]: O sea, como que nos dijo: “Bueno, pero eso está prohibido dentro de la ley, ustedes lo saben. Pero si todos los papeles están bien, pues, yo me mando. Hagámoslo”.
[Marco]: Yo estaba cansado un hombre y una mujer. Un notario no tiene por qué —no sé cómo decirlo— desnudar a una persona para ver qué sexo tiene. Yo he casado no sé cuántas parejas —100 o más— y diay, yo nunca me he puesto a decir… a revisarle los genitales a nadie.
[Lalay]: Y entonces el mae dijo: “Sí, está bien, son… Vea, entonces sí: no hay ningún problema, yo las… Yo las caso, serían 100 mil colones” y yo no sé qué cosas, ¿verdad? Y listo.
[Luis Fernando]: Hicieron la boda en el restaurante. Fue un sábado de julio del 2015, en la noche. Invitaron a cerca de 25 personas.
[Jaz]: No invité a nadie de mi familia, porque obviamente nadie iba a querer venir…
[Luis Fernando]: Lalay, en cambio, todavía mantenía contacto regular con su mamá, a pesar de las tensiones entre ellas. Y ahí estuvo. Puntual. Apoyándola.
Lalay preparó la comida y Jaz la decoración. Fue sencillo. Íntimo.
Cuando terminaron el papeleo con el notario, Jaz y Lalay le dijeron a los invitados que…
[Lalay]: Tenían que mantener secreto por lo menos un mes, porque eso era lo que duraba el matrimonio en inscribirse. Que por favor no dijeran nada, porque esto,era, di… por el momento podía ser un delito. Y Marco nos enseñó los artículos que estábamos violando, todo.
[Luis Fernando]: Ese supuesto mes de silencio se convirtió en 3 meses. Pero no por el error en el sexo de Jaz, sino por la nacionalidad de Lalay. Porque el trámite de inscribir un matrimonio con alguien extranjero es un poco más complejo.
Lalay se metía casi todos los días al registro a monitorear cómo iba el trámite. Hasta que el 27 de octubre del 2015 finalmente se procesó el matrimonio. Ahí estaban: marido y mujer. En la pantalla.
Lalay estaba emocionadísima y quería contárselo a Jaz, pero ella estaba en la universidad.
[Lalay]: Y no… no contestaba el teléfono, no me contestaba. Y era como: “Jaz, somos esposas y no puedes enterarte!”.
[Luis Fernando]: Lalay se fue a buscarla. Ese día estaba lloviendo fuerte.
[Lalay]: Llegué con 5 litros de agua más, ¿verdad? Y me acuerdo: llegué con la mochila ahí y le conté. Y era como… ¡No lo podíamos creer, ya estábamos casadas
[Luis Fernando]: Lo primero que se les ocurrió fue contarle a Marco. Le escribieron un mensaje.
[Lalay]: Yo le digo: “Ahora, ¿qué hacemos?¿Qué… Qué es lo que sigue?”. Y me dijo —nada más me dijo—: “Ahora nada más a disfrutar la luna de miel”.
[Daniel]: Y es que esa luna de miel iba a incluir a todo el país.
Una pausa y volvemos.
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Y nada. Haganme espacio debajo de esa piedra por favor.
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[Daniel]: Antes de la pausa, Jaz y Lalay habían aparecido inscritas en el Registro Civil como marido y mujer. Era el primer matrimonio entre una pareja del mismo sexo en Costa Rica. Algo histórico. Pero menos de 25 personas lo sabían.
[Luis Fernando]: Muchas veces, la vida te pone en lugares y situaciones que no podés prever. Pero con Jaz y Lalay, no fue solo eso. La vida las puso en un lugar único, desde donde ese acto de casarse, de retar a un Estado que las trataba de forma desigual, era casi una obligación con su comunidad. O por lo menos así lo sintieron. Porque ese acto de protesta —simbólico, pero trasgresor— tuvo la oportunidad de trascender como ningún otro.
Entonces, de repente, un par de jóvenes que tiene toda la vida por delante, que nunca han estado ni siquiera en una organización política, se vuelven las activistas más radicales de una nación.
¿Te podés preparar para algo así? Digo, ¿para un cambio de vida tan drástico?
Jaz y Lalay fueron a recoger el certificado de matrimonio inmediatamente. Lalay resaltó la parte donde decía que estaban casadas…
[Lalay]: Y le tomé una foto y lo puse de… en Facebook. Y lo bajé. Y lo volví a subir. Y lo volví a bajar. Y ya luego lo subí y lo dejé, y yo: “Ufffff”.
[Luis Fernando]: Alguna gente empezó a preguntar si era cierto, pero Lalay fue vaga en los detalles. Un par de días después, una amiga de ellas les dijo que Fernando Francia, un periodista de la cadena TeleSur, le había preguntado si el documento era legítimo, y le dijo que estaba muy interesado cubrir la noticia. Se pusieron en contacto y programaron una entrevista.
La nota se publicó el 4 de noviembre del 2015, temprano en la mañana.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Presentador]: Otro asunto: En Costa Rica, un matrimonio entre mujeres tuvo lugar semanas atrás. La particular situación en ese país centroamericano aviva el debate sobre la unión igualitaria en ese país. Ampliamos con Fernando Francia.
[Fernando Francia]: Laura y Jazmín plantean que si ellas pudieron hacerlo por un subterfugio legal, todas deberían.
[Jaz]: Porque es absurdo que nosotras tengamos esta posibilidad y otras mujeres igual, en la misma condición que nosotras, no tengan los derechos…
[Luis Fernando]: Y unas horas después…
[Lalay]: Llamó todo el mundo… ¡Todo, todo, todo el mundo! O sea, llamó todos los canales: ¡todos llamaron!
[Jaz]: Llegó el momento en que habían 4, 5 cámaras haciendo preguntas, todas al mismo tiempo. Y nosotras ahí, nada más respondiendo. O sea, sin saber lo que estábamos respondiendo.
[Lalay]: Fue súper abrumador. De hecho era como: “Ya, ya, ya no queremos recibir más medios”.
En eso llegó La Extra y nos dice como: “Dice el Registro que les va a anular el matrimonio, ¿cómo se sienten al respecto?”. Y yo como: “¡Ya, ya, se acabó, ya! ¡Váyanse todos, ya no quiero hablar nada! ¡Ya. Váyanse, váyanse!”. Y Jaz era como: “No, tranquila, ¡tenemos que contestar!”.
[Luis Fernando]: La Extra es un periódico nacional, y la periodista se estaba refiriendo a las declaraciones que dio el director del Registro Civil, Luis Bolaños, cuando explotó la noticia. Este es Bolaños:
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Luis Bolaños]: Mañana mismo estaríamos iniciando un procedimiento para… para hacer la corrección en el acento de nacimiento en cuanto al sexo de la persona.
[Luis Fernando]: Bolaños, además, dijo que el error se dio por un problema de digitación en el 2003, y que habían fallado los controles de calidad de la institución.
Miembros del Frente por los Derechos Igualitarios llegaron al restaurante en la noche.
[Jaz]: Y nos asustaron un montón. Nos dijeron: “Maes, ustedes debieron informarse antes. Debieron tener una estrategia política. Eh, incluso ustedes podrían tener consecuencias legales. Están estos caminos…”. Pero como que dijimos: “Bueno, eso es un camino, pero no es… Es una posibilidad nada más, no va a pasar”.
[Luis Fernando]: Y es verdad que no tenían una estrategia…
[Jaz]: Di, no tenemos ni abogado. O sea, así de tontas, ¿me entiende? No planeamos todo eso.
[Lalay]: No dormimos bien esa noche. Y entonces las dos pensábamos: “¿Pero qué hicimos? ¿Qué hicimos? ¿Metimos la pata? O sea, no debimos haber hecho esto”.
[Luis Fernando]: Y bueno, el peor escenario posible que les plantearon…
[Jaz]: Sí pasó. Todo eso que nos advirtieron pasó.
[Luis Fernando]: El Registro Civil las demandó penalmente. Y no solo a ellas, sino a Marco, el abogado que las casó, y a los dos testigos de la boda.
Ok. Nos vamos a tener que meter un poco en territorio de leyes, pero vamos a tratar de hacerlo lo más sencillo posible.
Como ya habíamos dicho, el matrimonio entre parejas del mismo sexo está prohibido por el actual Código de Familia, y casarse ilegalmente es un delito penal. O sea, había posibilidades de que todos fueran a la cárcel.
Y bueno, por ley, los funcionarios del Registro Civil…
[Gustavo Román]: Cuando tengan conocimiento de delitos tienen la obligación imperiosa de denunciarlo.
[Luis Fernando]: Este es Gustavo Román, asesor político del Tribunal Supremo de Elecciones, el ente a cargo del Registro Civil. Pedí hablar con Luis Bolaños, el director del Registro, pero la sala de prensa me comunicó con Román.
Al parecer, los funcionarios se dieron cuenta del delito cuando los medios sacaron las imágenes de las dos mujeres que habían logrado casarse, y no cuando recibieron los papeles.
Y en pleno escándalo, los medios anunciaron que…
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: La entidad también abrió una investigación administrativa para determinar quién o quiénes del Registro Civil aceptaron los documentos de este matrimonio, ya que según aseguran, jamás tuvo que aprobarse dicha unión.
[Luis Fernando]: Esa investigación, me dijeron en el Registro, todavía sigue.
Pero hay algo específico que hizo el Registro Civil, algo que Jaz y Lalay protestaron. Y fue que a Jaz le corrigieron el sexo sin pedirle pruebas de que ella es mujer, y sin avisarle.
Dentro del registro, la corrección del sexo de Jaz se trató como un trámite de “URGENCIA”. En el documento la palabra está escrita en mayúsculas. Jaz y Lalay pidieron una justificación del porqué, y les respondieron que era porque el caso había salido en los medios de comunicación.
El trámite fue rápido. 8 días después de que saliera la noticia, legalmente el sexo de Jaz ahora aparecía como “femenino”.
[Lalay]: La eficiencia nunca antes vista.
[Luis Fernando]: Nunca antes vista, dice Lalay, porque con esta noticia salió a relucir otro caso. El de Yerimé. Es un hombre que tenía el mismo tipo de error que Jaz: salía como mujer en vez de hombre, y desde hacía años había solicitado la corrección de su sexo en la cédula.
Este audio viene de una entrevista que le hicieron en el 2015.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: Yerimé, incluso has tenido exámenes que han sido incómodos para verificar que realmente sos un hombre.
[Yerimé]: Sí, claro. Solo ir a la medicatura forense e ir a quitarse la ropa delante de una patóloga… Para mí eso fue algo muy duro.
[Luis Fernando]: Y aún con ese dictamen de una doctora, el Registro le había rechazado la corrección. En la misma nota los del Registro dicen no saber por qué se lo negaron. Y claro, por este error, Yerimé no se podía casar y no podía inscribir hijos. Lo mismo que le hubiera pasado a Jaz si se hubiera enamorado de un hombre.
Entonces: ¿por qué con Jaz la corrección del sexo en los documentos fue tan rápida, y con Yerimé tan complicada?
Lalay y Jaz tienen su teoría:
[Lalay]: Nosotras nos habíamos burlado del Registro. Habíamos metido un gol.
[Jaz]: Obviamente quedó como en ridículo, porque no son meticulosos con la información de la gente, no se dan cuenta de muchos papeles que hay ahí, no le ponen importancia…
[Luis Fernando]: Así, en papel, ahora Jaz es mujer de nuevo. Pero el Registro no puede anular el matrimonio. Por ley, solo puede hacerlo un juez de la corte encargada de asuntos familiares. Es por esto que Jaz y Lalay todavía siguen casadas.
A Yerimé, por su parte, el escándalo le ayudó: más de 10 años después logró que se le corrigiera el sexo en su cédula.
Y más allá de los problemas con el Registro Civil, las noticias sobre el matrimonio de Jaz y Lalay sacaron la homofobia que existe en la sociedad costarricense. Se leían muchos, muchísimos comentarios como estos.
[Mujer]: No es odio, lo que tenemos los cristianos es asco. Lo siento si nos dan ganas de vomitar encima de ustedes.
[Hombre]: Se debe anular porque fue por un error. Legalmente debe quedar sin efecto. Ojalá que ese error no sea la puerta para airar a Dios.
[Mujer]: ¡De lo peor! Qué ridículo abogado agarrándose de mentiras para lograr su disque objetivo. ¡Esto es fraude! ¡Fraude! ¡Fraude!
[Hombre]: Damas y caballeros: así es cómo se extingue la raza humana.
[Luis Fernando]: Le pregunté a Lalay si recibieron ese tipo de mensajes de odio directamente…
[Lalay]: No, nunca me escribieron a mí directamente. En realidad los comentarios siempre eran abajo de noticias nuestras.
[Luis Fernando]: ¿Y te ponías a leerlos o?
[Lalay]: Ah, sí, a veces. Por puro masoquismo.
[Luis Fernando]: Pero muy pronto los ataques sí fueron personales. Y se salieron del internet.
[Jaz]: Nos empezaron a tirar huevos, nos dejaban mensajes cristianos…
[Lalay]: Una vez me gritaron mientras yo iba al auto que yo lo que necesitaba era un hombre que me hiciera mujer. Entonces ya era como una tras otra, entonces teníamos miedo.
[Luis Fernando]: Y hubo un incidente que elevó todo a otro nivel. No fue directamente hacia ellas, sino hacia un periodista que escribió un reportaje sobre su caso, y abiertamente las apoyaba.
Lo golpearon en la cara entrando a su casa. Y lo insultaron, con lenguaje homofóbico. El periodista es amigo mío. Y si yo me sentí impactado y enojado, ya me imagino la reacción de ellas.
[Lalay]: Nos fuimos de acá del Árbol, porque la verdad teníamos miedo de que nos atacaran. Empezamos a hacer como un protocolo ahí de seguridad: irnos con gente siempre, estar acompañadas, no quedarnos solas nunca las dos en el restaurante.
[Luis Fernando]: Decidieron quedarse durante unos meses en la casa de una amiga. A esa amiga también trataron de intimidarla, llamándola para decirle que era “lesbiana” y gritándole insultos homofóbicos.
Unos días después de que explotó la noticia, Roberto Zamora, un abogado especialista en derecho internacional y dedicado al monitoreo de derechos humanos, contactó a Jaz y Lalay.
Las había visto en la tele, dando declaraciones.
[Roberto Zamora]: No sé, me dio la impresión de que no estaban del todo informadas de todo lo que todo lo que podía pasar, digamos, de la trascendencia, de la magnitud, lo grande e importante que era lo que estaban haciendo…
[Luis Fernando]: Entonces les ofreció representarlas gratuitamente. Se reunieron y después de conversar un poco, Jaz y Lalay aceptaron.
[Roberto]: Yo siempre fui muy claro, yo les dije: “Vean, ustedes hicieron algo ilegal. O sea, yo estoy de acuerdo, yo las apoyo y todo, pero al día de hoy hay una ley y eso es lo que hace que algo sea ilegal”.
[Luis Fernando]: Pero les aseguró que el problema tenía solución.
Lo primero que hicieron fue acudir a la Sala Constitucional, que es el máximo ente judicial en Costa Rica. Ahí pusieron una denuncia contra el Registro Civil.
[Roberto]: Nosotros indicamos que el hecho de que saliera en los medios no era justificación legal para darle un tratamiento diferente a Jaz. O sea, para declarar el trámite de cambio de sexo de ella de urgencia.
[Luis Fernando]: No estaban peleando el hecho de que se hubiera corregido el sexo de Jaz, sino la manera atropellada en que se hizo. Porque, según ellos, esto violaba sus derechos a no ser discriminada por su orientación sexual.
Además, en enero del 2016, plantearon ante esa sala que era inconstitucional que los matrimonios del mismo sexo fueran prohibidos.
Argumentaron que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya ha dicho que la definición de familia incluye parejas del mismo sexo, y que en ningún lugar de la Constitución Política costarricense se dice que la familia se limita a la unión de un hombre y una mujer.
Así, por las leyes de Costa Rica, el proceso penal se detuvo hasta que la Sala Constitucional resolviera el caso.
Pasó el tiempo y nada. Silencio total de la Sala, incertidumbre para ellas. Hasta que llegó el 9 de enero del 2018: el mismo momento donde empezamos esta historia.
(SOUNDBITE DE CELEBRACIÓN)
[Coro]: ¡Lesbianas contra la guerra! ¡Lesbianas contra el capital! ¡Lesbianas contra el racismo, contra el racismo neoliberal!…
[Luis Fernando]: Ese día que la Corte dijo que en Costa Rica debe aprobarse el matrimonio igualitario. Y obviamente ellas fueron a celebrar.
[Lalay]: Estaba en una emoción que no cabía en mí, no dejaba de hablar de eso. Fuimos y era como: “¡Pero es que no vamos a ir a la cárcel!”.
[Luis Fernando]: Porque la Sala Constitucional siempre se ha comprometido a cumplir lo dicho por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y en el caso de Jaz y Lalay, significaría que ellas, el abogado que las casó y los testigos, quedarían libres del proceso penal en el que se encuentran.
Su abogado, Roberto, lo explica así:
[Roberto]: Si se tiene por entendido que se elimina la prohibición, entonces no tiene ningún sentido sancionar. Porque se habría mentido sobre algo que al final ya no era ilegal.
[Luis Fernando]: Pero…
[Lalay]: A veces tengo un poco de miedo porque siento que es demasiado bueno para ser verdad. Y tengo un poco de miedo de toda la gente llena de odio que ha estado manifestándose en contra. Eso me da mis… mis reservas.
[Luis Fernando]: Todo lo que acaban de escuchar hasta ahora fueron conversaciones que tuve con Jaz y Lalay en enero de este año, 2018, pocos días después de que la Corte diera su respuesta. Justo en la recta final de las elecciones presidenciales…
(SOUNDBITE DE VIDEO)
[Fabricio Alvarado]: Si tenemos que salirnos de la Corte, si tenemos que salirnos de la OEA para que se respete nuestra soberanía, y para que se respete la vida, porque escúcheme bien: después de esto, lo que viene es la imposición del aborto. Téngalo por seguro. Después de esto es la Corte diciendo: “Tiene que aprobarse el aborto en todas sus formas en Costa Rica”. Se lo aseguro que eso es lo que sigue. Así que si tenemos que salirnos de la OEA, nos salimos de la OEA.
[Luis Fernando]: Este Fabricio Alvarado. Es un periodista que no terminó sus estudios, y un predicador y cantante evangélico. En ese momento, Fabricio Alvarado era el único diputado en la Asamblea Legislativa representando al partido evangélico Restauración Nacional. También era candidato presidencial, y, en diciembre del 2017, las encuestas lo colocaban en los últimos lugares, con poco más del 2% de apoyo.
El audio viene de un video que publicó en sus redes sociales unas horas después de que la Corte Interamericana se pronunciara. Decía que si era necesario que el país saliera del sistema de derecho internacional para evitar el matrimonio igualitario, él lo haría.
Fabricio no tenía un plan de gobierno con propuestas concretas ni un equipo. Entonces se centró en defender lo que, según él, son los valores tradicionales de la familia costarricense, y oponerse a lo que llama la “ideología de género”.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Fabricio Alvarado]: Matrimonio es entre hombre y mujer, y es el que hemos sostenido y sostendremos, y es el que el pueblo también defiende. Cuando nosotros hablamos de “ideología de género” son aquellos elementos que se han introducido, especialmente en la educación, donde se trata de pues establecer que uno no nace hombre ni nace mujer, sino que uno puede ser lo que uno se imagine ser o cómo uno se sienta. Enseñarle a nuestros hijos eso, no va con los valores y principios que tiene la mayoría de los costarricenses.
[Luis Fernando]: En su plan de gobierno, Fabricio decía que la libertad solo se podía ejercer bajo la ética cristiana, y que la unión homosexual iba en contra de la naturaleza. Además, prometió hacer un instituto para reformar a homosexuales que así lo quisieran.
Un mes después fueron las elecciones.
(SOUNDBITE NOTICIERO)
[Periodista]: El país tomó su decisión. Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, y Carlos Alvarado, del PAC, irán a una segunda ronda para elegir al nuevo presidente de Costa Rica el próximo 1 de abril.
[Luis Fernando]: Y sí, contrario a lo que habían mostrado las encuestas en diciembre, Fabricio quedó en primer lugar. Con casi 25% de los votos. No fueron los suficientes para ser declarado presidente, pero sí para poder pasar a una segunda vuelta.
Aún así, su partido obtuvo la segunda bancada más grande de diputados en el parlamento. Algo que ningún otro grupo evangélico había logrado.
El contrincante, Carlos Alvarado, representaba al partido oficialista Acción Ciudadana, que obtuvo menos diputados que el partido evangélico.
La gente estaba descontenta con el gobierno. El escándalo más grande de corrupción del país —que involucró a la Presidencia, el Poder Judicial, a la Asamblea Legislativa y los bancos del Estado— se destapó meses antes. Además, los crímenes y la violencia aumentaron, el déficit fiscal no se controló y la pobreza se mantuvo en niveles similares.
Y entre la corrupción del partido de Carlos y la poca preparación de Fabricio para ser presidente, algo se volvió parte central de la discusión pública: los derechos de la personas LGTBI.
Este es Carlos Alvarado…
(SOUNDBITE DE VIDEO)
[Carlos Alvarado]: Las relaciones entre los individuos y el Estado deben ser normadas por el principio de igualdad. Y desde ese punto de vista es que apoyo el matrimonio civil igualitario.
[Luis Fernando]: El país se dividió. Fabricio contra Carlos: un fanático religioso conservador y de derecha, contra un candidato de centro con ideas progresistas en derechos humanos.
Volví a hablar con Lalay y Jaz para saber cómo se sentían. Me contaron que tenían miedo de que Fabricio quedara electo. En especial por…
[Jaz]: La represión del Estado contra nosotras personalmente, y además contra todas las personas diversas en general.
[Lalay]: Porque, diay, los matones se envalentonan cuando el líder más poderoso, digamos, del país —el que representa el país— da un permiso tácito, ¿verdad?, para discriminar.
[Luis Fernando]: Una de las encuesta de más credibilidad, hecha por un instituto de la Universidad de Costa Rica, ponía a ambos candidatos en un empate técnico. La población indecisa definiría el ganador.
Y después de dos meses de tensión social, el 1 de abril, la gente fue a las urnas de nuevo para elegir a su gobernante.
Esa misma noche, el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones dio el primer informe. Se habían contado el 90% de los votos.
(SOUNDBITE DE VIDEO)
[Luis Antonio Sobrado]: Votos válidos por partido político. Acción Ciudadana: 1.205.864 votos, para un 60,66% del total. Restauración Nacional: 786.009, es decir 39,33%.
[Luis Fernando]: Carlos Alvarado era el presidente electo. Fue una victoria aplastante… El lugar donde los votantes se reunieron para recibir los resultados estalló…
(SOUNDBITE DE CELEBRACIÓN)
[Gente]: ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!
[Luis Fernando]: Lalay y Jaz me contaron cómo vivieron ese momento.
[Lalay]: Fue todo de golpe, entonces fue todo muy eh… A mi costó creerlo la verdad, me… me…
[Jaz]: Yo la verdad es que esperaba que fuera así. De hecho, le dije a Lalay que, tal vez fue una fantasía o no sé, pero yo esperaba que ganáramos como 70-30. Así como…
[Lalay]: Yo pensé en realidad que iba a estar muy justo, muy muy justo.
[Jaz]: Fuimos a celebrar a la Hispanidad, entonces empezaron a tocar…
(SOUNDBITE DE FUENTE DE LA HISPANIDAD)
[Jaz]: Y mae, lloré, porque me tocó las fibras, así, estaba demasiado…
[Lalay]: Di, era un grupo de chicas y chicos con tambores y, ay, fue maravilloso.
[Luis Fernando]: Eran miles de personas celebrando en la Hispanidad. Y entre las banderas habían varios carteles donde se leía: “Ganó el amor”.
Jaz y Lalay sienten lo mismo. Ganó el amor. Mucha gente las llamó después de las elecciones para decirles:
[Jaz]: “Yo no sé por qué, pero tengo ganas de felicitarlas”. [Risa]
[Lalay]: Y también como decirnos que… que pensaron en nosotras. Que en los primeras personas en que pensaron eran nosotras cuando ganaron y nos han escrito montones. Y hoy han venido varios clientes a decir como, “¡ya no van a tener que irse!”. [Risilla]
[Jaz]: Ajá y nos dan un abrazo.
[Lalay]: Sí, sí, en realidad de vuelve un poco la esperanza en la gente porque, no sé, es… es impresionante: Costa Rica es histórica porque siempre se salva de los extremos.
[Luis Fernando]: Y ahora…
[Lalay]: Esperamos que todo termine. Para bien, ya. O sea que la Sala Cuarta dé el fallo, y que ya esto se acabe. Porque Carlos no puede oponerse a lo que diga la Corte Interamericana, y ya lo dejó claro en los debates. Esperemos que cumpla.
[Jaz]: Yo siento que ya Costa Rica dio un veredicto de qué es lo que quiere ser, y lo que queremos ser es una Costa Rica de Estado de Derecho. Una Costa Rica que respeta las libertades de las personas individuales.
[Luis Fernando]: Después de toda esta historia, después de estos años que mezclaron angustia y felicidad, tenía una pregunta más:
¿Valió la pena?
[Jaz]: Ah, obvio. O sea, esto nos cambió la vida. Obviamente. Incluso yo siento que somos como… como una idea, como una abstracción de Jaz y Lalay. Incluso nos confunden, es muy gracioso. [Risilla]
[Luis Fernando]: Y no solo ha cambiado sus vidas…
[Jaz]: Sino que ha cambiado la vida de otros. Que cuando salió el tema a discusión, cuando salió nuestro caso, las familias costarricenses discutían, aunque se les saliera todo lo conservador que le dé la gana: discutieron.
Tampoco como que es tuanis como andar exhibiendo la vida de una, ¿verdad? Pero si ayuda en algo, vamos a dar nuestros testimonios de vida. Para otros países y para personas acá también y todo. Porque, di, es tuanis darle esperanza a la gente de que de pronto una persona o dos personas pueden cambiar una realidad con una acción pequeña o una acción más grande. Y de eso no me arrepiento y lo vamos a seguir haciendo, de hecho.
[Luis Fernando]: Quiero cerrar con una de esas pequeñas acciones de las que habla Jaz. Actos que transforman la vida de los demás. Afuera de su restaurante está pintada la bandera LGTBI, una bandera que es una señal de seguridad. Seguridad de que ahí la comunidad siempre será recibida con los brazos abiertos, con cariño. Un lugar donde las personas no tienen que tener miedo de mostrar quiénes son, donde pueden conocer a otros con toda libertad.
Un lugar que les pertenece.
[Daniel]: Casi 5 meses después de que la Corte Interamericana se pronunciara… y a pocos días del cambio de gobierno, Jaz y Lalay siguen esperando la respuesta de la Sala Constitucional. Con el dictamen podrán finalizar el proceso penal en su contra, y ser, legalmente, el primer matrimonio entre personas del mismo sexo en Costa Rica.
Luis Fernando Vargas es nuestro editor asistente. Vive en San José, Costa Rica. Esta historia fue editada por Camila Segura, Silvia Viñas y por mí. La mezcla de sonido es de Andrés Azpiri. El fact-checking es de Daniel Villatoro.
Muchas gracias a Round House Studio, Daniela Aguilar, Felipe Zúñiga, Melania Rodríguez y Roberth Pereira.
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