Los gigantes del lago – Transcripción
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[Daniel Alarcón]: Esto es Radio Ambulante, desde NPR, soy Daniel Alarcón.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
Niños: El hipopótamo… Hipopótamo, el hipopótamo.
[Daniel]: Este es un video publicado en mayo de 2019.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
Niños: El hipopótamo, el hipopótamo, el hipopótamo…
[Daniel]: Un hipopótamo. Paseando, como si nada, por las calles de Doradal, un pueblo colombiano que queda cerca del río Magdalena. Es de noche y camina lento… No se ven los niños que gritan. Solo se ve el animal. Enorme. Es imposible calcular su tamaño exacto, pero parece el de un carro pequeño, y pesado… muuuy pesado.
Ok, no sé para ustedes, pero para mí ver a un hipopótamo es sorprendente en cualquier circunstancia. Si apareciera uno en la calle en donde vivo, yo también gritaría como esos niños. Y, seguramente, me asustaría más. Pero para la gente de Doradal esta no es la primera vez que ven un hipopótamo. De hecho, llevan más de una década viéndolos pasear por la zona…
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Periodista]: Un grupo de personas que disfrutaba de una tarde de sol se llevó tremendo susto al ver un hipopótamo que caminaba por la orilla del río Magdalena. El hecho se registró en Puerto Triunfo, Antioquia, donde ya han aparecido otros animales de esta especie.
[Daniel]: El susto, claro, tiene sus motivos: los hipopótamos son animales magníficos, sin duda, pero también de los más peligrosos del planeta. En África mueren más personas por ataques de hipopótamos que de cualquier otro animal. Tengamos en cuenta que allá también hay leones, cocodrilos, rinocerontes, ya saben…
A simple vista, quizás no sean tan intimidantes como otras especies. Pero guardan sus secretos. Por ejemplo, cada uno de sus colmillos de marfil mide entre 45 y 50 centímetros. Si sienten que invaden su territorio, suelen abrir la boca para mostrarlos. Y por supuesto que hay que tomarse en serio esa advertencia. La mordida de un hipopótamo es más fuerte que la de un tiburón. Solo le ganan en fuerza algunos cocodrilos.
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[Periodista]: Esta es una escena que pone los nervios de punta. Ocurrió en el río Magdalena cuando unos turistas navegaban en una canoa y se encontraron con un hipopótamo.
[Daniel]: Y aunque miden hasta cinco metros de largo y pueden pesar hasta cinco toneladas, no es tan fácil verlos: como pasan varias horas al día en el agua y pueden sumergirse durante cinco minutos, es posible que te den una sorpresa si andas despistado por el río…
La evolución los llevó a adaptarse a condiciones extremas para sobrevivir, y por eso prefieren atacar antes de huir. Pelean a muerte con otros animales por agua, territorio y alimento, que suele ser pasto, flores, hojas y frutas. Aunque se han registrado casos en los que comen carne cuando no hay nada más.
Los hipopótamos son animales africanos y ese es el único continente donde deberían vivir en estado salvaje. Deberían, sí… pero a pesar de esto, Colombia es el único lugar fuera de África en donde existe una manada de hipopótamos salvajes.
Y aunque pueda sonar pintoresco, su presencia ha traído consecuencias ecológicas y sociales muy graves. ¿Cómo llegaron hasta allí? Es una historia de negligencias, errores, desconocimientos… pero también tiene que ver con un hombre que controlaba esa región cercana al río Magdalena… bueno, casi que el país. Uno de los hombres más violentos y ricos de Colombia. Uno que no quería cerdos, gallinas, vacas o cualquier otro animal común para su finca. Quería un animal más llamativo, un animal del tamaño de su ego.
Ese hombre era Pablo Escobar.
Después de la pausa, David Trujillo nos sigue contando…
[Eliezer Budasoff]: Es un momento convulsionado en América Latina
[Manifestante]: El pueblo sí resiste…
[Periodista]: Marchas multitudinarias se tomaron las principales ciudades de Colombia…
[Perú]: Perú sufre la mayor tasa de mortalidad del mundo por la pandemia
[Silvia Viñas]: Puede sentirse lejano, confuso…
[Eliezer]: Pero para eso está El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News.
[Jorge Kuperman]: 90 años así en Miami Beach toda esta zona no va a existir
[Tifani Roberts]: Cuando tú vives en una dictadura, ¿qué opciones tienes si eres oposición? O la cárcel o el exilio.
[Silvia]: Escucha El hilo los viernes en Spotify o en tu aplicación de podcast favorita.
[David Trujillo]: Estoy casi seguro de que han escuchado hablar de Pablo Escobar. Pero en caso de que no, fue el narcotraficante más sangriento, poderoso y famoso de Colombia… uno de esos tipos acostumbrados a que sus caprichos se hagan realidad. En 1978, en un ataque de derroche, empezó a construir la gigantesca Hacienda Nápoles, a casi cuatro horas de Medellín. Desde hacía un tiempo venía comprando muchas tierras en la zona del Magdalena Medio y ahora tenía una propiedad de casi 2 mil hectáreas. Eso es lo mismo que más de 420 veces el Zócalo, la plaza más grande de México, o casi seis Central Parks de Nueva York.
En ese espacio mandó construir de todo: una casa lujosa con varias habitaciones, seis piscinas, decenas de lagos artificiales, una pista de aterrizaje, un helipuerto, su propia estación de gasolina y hasta una plaza de toros.
Así hablarían sobre la hacienda, años después, en un especial de televisión…
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[Periodista]: El pequeño avión que decora la entrada, tiene la reputación de ser el que llevó la primera remesa de droga a Estados Unidos. Y en el interior, está el zoológico más costoso del país.
[David]: Y es que desde 1981, Escobar se obsesionó por conseguir animales exóticos, como si fuera una especie de Noé y la Hacienda Nápoles su arca. Poco a poco empezó a traer todo tipo de especies: elefantes, camellos, cebras, jirafas, venados, canguros, avestruces, búfalos, flamencos, delfines rosados, y, claro, hipopótamos…
Muchos años después, su hijo contaría en un libro que los compraba a través de traficantes de animales en Estados Unidos. Tenía suficiente dinero para comprarse varios ejemplares de lo que quisiera. Y es que en ese tiempo la revista Forbes calculó que Escobar tenía una fortuna de tres mil millones de dólares.
Los animales primero llegaban en barco, pero como el proceso era complejo y se demoraba mucho, Escobar prefirió empezar a usar algunos de sus aviones privados. Tenía varios que volaban sin restricciones y en los que sacaba toneladas de cocaína como si nada. Ninguna autoridad se atrevió a regular la llegada de animales exóticos a la hacienda, pero se cree que alcanzaron a ser unos 1.200.
En esa época, Escobar consiguió cuatro hipopótamos: un macho y tres hembras. Como la mayor parte del tiempo se la pasan bajo el agua y viven en grupo, intentó replicar esas condiciones. Así que destinó uno de los lagos para ellos.
Hacia 1982, abrió al público ese zoológico enorme sin jaulas, donde los animales rondaban libres por las casi 2 mil hectáreas de tierra.
Pero la Hacienda Nápoles no solo era su lugar de vacaciones. Desde ahí, como dijimos, salían toneladas de cocaína hacia Estados Unidos.
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[Comandante de la policía]: Pero en el día de ayer, en la finca Nápoles, fueron intervenidos y decomisados un helicóptero Hughes 500, un avión Twin Otter, y cinco aviones o avionetas de cuatro o cinco pasajeros…. tres, cuatro o cinco pasajeros…
[David]: Para finales de los 80, cuando su imperio narco empezó a desmoronarse y las autoridades lo comenzaron a buscar por cielo y tierra, Escobar dejó de ir a la Hacienda Nápoles. En televisión eran comunes anuncios como este…
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[Locutor]: Se busca a Pablo Escobar. Recompensa: 2.700 millones de pesos…
[David]: Más de 3 millones de dólares de la época. Finalmente, en 1993, después de varios meses de intensa búsqueda…
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[Periodista]: Extra. Ofrecemos en Caracol un boletín extraordinario de última hora.
[Periodista]: Sí, mucha atención. Tenemos información confirmada. El bloque de búsqueda de Pablo Escobar acaba de abatir al jefe del Cartel de Medellín en una operación cumplida en inmediaciones de la Plaza de la América…
[David]: Lo acribillaron sobre el techo de una casa por donde intentó escapar, y las fotos le dieron la vuelta al mundo. En una aparecen ocho hombres armados. Algunos con el uniforme de la policía, otros de civil. Los hombres rodean su cuerpo, que sangra sobre el techo. Están muy sonrientes, como celebrando que le dieron al blanco y que ahí, al lado, tienen su trofeo.
La Hacienda Nápoles, el gran símbolo de sus años de impunidad, estaba ya en decadencia. Las autoridades la allanaron varias veces a principios de los 90. Muchas personas habían entrado y destruido parte de las construcciones, buscando millones de dólares supuestamente escondidos ahí.
No existe un registro oficial de cuántos animales había cuando Escobar murió, ni de las condiciones en las que estaban… Llevaban años casi a su suerte, aunque, al parecer, sin muchos problemas de alimentación, porque esa zona del Magdalena Medio es fértil, con vegetación todo el año.
Recién en 1998 el gobierno decidió qué hacer con esas tierras.
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[Periodista]: Es la primera vez que el helicóptero presidencial aterriza en los predios del que fue considerado en su momento el paraíso del narcotráfico. Allí, el presidente entregó este importante predio a los desplazados de la violencia.
[David]: Unas 15 familias empezarían a vivir ahí. Adecuaron unas cabañas que ya existían y les dieron recursos para que se dedicaran a la agricultura. Durante el discurso de entrega, el presidente Ernesto Samper les encargó el cuidado de los animales.
Al otro día, la familia de Escobar se pronunció…
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[Periodista]: La familia de Pablo Escobar demandará al gobierno nacional por lo que calificó como un abuso del ejecutivo al expropiar la hacienda Nápoles.
[David]: Y así empezó una pelea jurídica por la propiedad. Con el tiempo, las familias que vivían allí denunciaron que el Estado no les cumplió lo prometido. Las autoridades confirmaron el deterioro de la hacienda y se supo que grupos armados se movían por esos terrenos como si nada.
Seis años después, en 2004, un juez finalmente resolvió que la propiedad quedaría en manos de la Dirección Nacional de Estupefacientes, una entidad que ya no existe, pero que en ese momento se encargaba de administrar los bienes incautados a narcotraficantes. Decidieron construir una cárcel en parte de los terrenos y deshacerse de los animales lo antes posible. Se sabe que a muchos los capturaron y los enviaron a diferentes zoológicos dentro y fuera del país.
Los únicos que se quedaron fueron los hipopótamos… y no es tan difícil adivinar por qué. Ya sabemos que no les gusta que los molesten, y se imaginarán lo difícil que es intentar sacarlos de un lago donde se la pasan sumergidos la mayor parte del tiempo.
Según explicó la Dirección Nacional de Estupefacientes, desde 1985 los animales quedaron en manos de una entidad ambiental que también se acabó. Por eso, insistió en no tener ninguna responsabilidad ni técnica ni jurídica sobre los hipopótamos, y optó por dejarlos en la hacienda y no hacerse cargo de ellos.
El Estado le entregó el resto de los terrenos al municipio de Puerto Triunfo, que es donde está la hacienda, para hacer proyectos productivos, ambientales, turísticos. Pero durante tres años más estos siguieron abandonados. Solo en el 2007, la alcaldía de Puerto Triunfo contrató por 20 años a la empresa Atecsa para montar y administrar un megaproyecto turístico con un hotel, piscinas y otras atracciones. Con esa decisión desalojaron a las familias desplazadas que habían vivido ahí durante unos nueve años.
El proyecto se llamaría Parque Temático Hacienda Nápoles, y el plan principal era volver a crear un zoológico, pero con nuevos animales.
[Jorge Caro]: Cuando el Parque Nápoles fue a abrir se acercaron al zoológico de Medellín a preguntar si les podían recomendar algún veterinario de fauna que les colaborara en un proyecto que tenían pues como en mente.
[David]: Él es Jorge Caro, y fue el veterinario al que recomendaron…
[Jorge]: Desde que estoy en la universidad me interesé siempre por… por animales salvajes, exóticos, silvestres y… sí, siempre he trabajado con ellos.
[David]: La gente del parque estaba buscando a alguien que pudiera encargarse de la fauna silvestre que pensaban tener y Jorge era el indicado. La idea era firmar acuerdos con organizaciones de protección animal y zoológicos para recibir a los animales rescatados de circos o del tráfico ilegal de especies.
A Jorge le gustó la idea, aunque no tenían los animales.
[Jorge]: Originalmente, del Parque Nápoles no había nada. Los hipopótamos que estaban sueltos en el lago de hipopótamos pues andando por el parque.
[David]: Él ya había escuchado hablar de los hipopótamos… y sabía que no estaban realmente confinados. Que vivían en un lago, sin cercas que los encerraran.
[Jorge]: Básicamente es un accidente, pues que el parque los tenga ahí adentro. Los hipopótamos estaban ahí donde están y simplemente hacen lo que quieren a la hora que quieran.
[David]: Es decir, que aunque la mayor parte del tiempo estaban en el lago, siempre fueron libres. Al principio Escobar los alimentaba, pero para 2007, cuando llegó Jorge, ya llevaban unos 20 años viviendo por cuenta propia, y en condiciones inusualmente óptimas. Comían hierbas, vegetales y frutas, que en esa zona se pueden encontrar durante todo el año.
Y, además, no tenían nada de qué preocuparse. En países de África subsahariana lo que controla su población son las sequías y los depredadores: leones, cocodrilos, hienas… Pero el carnívoro más grande que pueden encontrarse en Colombia es un jaguar y en comparación con los hipopótamos son casi diminutos: los más grandes no llegan a los 100 kilos. Y cazan solos, no como los depredadores africanos que atacan a los hipopótamos en grupo.
La primera tarea que le encomendaron a Jorge fue atender a una cría que aparentemente la manada había rechazado y estaba moribunda. La rescataron, la curaron y hasta hoy es un emblema del parque.
Pero más allá de eso, Jorge y su equipo querían saber cuántos hipopótamos había exactamente en el lago. Pero no era nada fácil. De noche, los hipopótamos salían a buscar alimento y por la mañana no todos volvían.
[Jorge]: Algunos se quedan en otros lagos, los coge la noche o prefieren quedarse en otros sitios. Básicamente los veíamos, pues, sabíamos… hacíamos una especie de inventario, ¿cuántos hay más o menos? Están en buenas condiciones, veíamos crías. Lo que más llegamos a contar fue 21, 22 animales cuando recién abrió el parque, pues.
[David]: Habían pasado 26 años desde que Escobar trajo a los primeros cuatro, las tres hembras y el macho. Y, como el embarazo dura entre siete y ocho meses, fácilmente podían ser bastantes más que los 22 que veían en el lago. De niño, Jorge había visto a los hipopótamos originales, pero esta era la primera vez que veía una manada así de grande en estado salvaje.
[Jorge]: Sí, es impactante. A los que nos encantan los animales y sabemos que nuestros animales locales terrestres más grandes son las dantas y los osos andinos que, en el mejor de los casos, llegan a 250, 300 kilos, y de pronto ver un animal de varias toneladas libre pues sí, es un impacto, es una emoción, es una mezcla emociones muy grande, ¿no?, muy rara.
[David]: Pero sabía perfectamente que era un problema. Grave. El comportamiento agresivo de los hipopótamos es instintivo, es decir, los que nacen en cautiverio, como los de la Hacienda Nápoles, también lo tienen. Nadie en Colombia estaba preparado para lidiar con esos animales tan enormes y pesados, que, sorprendentemente, corren más rápido que Usain Bolt, el atleta jamaiquino considerado el humano más rápido del mundo.
Y una cosa estaba clara: el área del parque era tan grande, que podían salirse de ella y nadie se iba a dar cuenta. Sin cercas ni nada que los contuviera, podían entrar en fincas cercanas o incluso llegar a los pueblos.
[Jorge]: Ni siquiera el gobierno se había echado ese chicharrón encima, ese problema encima. Entonces sí sabíamos que eso si iba a haber un problema, pero la verdad, pues, era muy poco lo que podíamos hacer, más allá de seguir observando y monitoreando lo que estaba pasando.
[David]: Según Jorge, las autoridades ambientales ya sabían del problema pero no tenían muy claro cómo actuar. Apenas empezaban a discutir quién debía resolverlo.
La administración del parque se enfocó en seguir las adecuaciones y recibir al resto de los animales que harían parte del nuevo zoológico. Esos empezaron a llegar a finales de 2007.
Respecto a los hipopótamos, que, recuerden, para ese momento calculaban que había más de 20, la decisión que se tomó fue seguir observándolos y recoger información de su comportamiento. También los alimentaban todos los días para evitar que se fueran muy lejos. Desde entonces, el lago de los hipopótamos se convirtió en una de las atracciones más populares del Parque Nápoles.
Unos meses después, en 2008, el Ministerio de Ambiente decidió contactar a un experto en el tema. Y llamaron a Carlos Valderrama.
[Carlos Valderrama]: Soy médico veterinario y me dedico a la conservación de los ecosistemas en Colombia.
[David]: En ese momento, Carlos dirigía la Fundación Vida Silvestre Neotropical, que trabajaba con distintas comunidades en todo el país para evitar conflictos entre los animales salvajes y las personas. El Ministerio lo llamó porque ya les estaban llegando reportes de habitantes de la zona del Magdalena Medio, que decían haber visto a un animal enorme y desconocido, caminando cerca de los pueblos o nadando por los ríos…
[Carlos]: Solamente aparecía de noche, gigante, con unos grandes colmillos y que la gente le generaba cierto miedo.
[David]: Muy rápido, Carlos y su equipo entendieron que se trataba de uno de los hipopótamos. Al menos uno estaba fuera del parque y las autoridades ya estaban recibiendo reportes de que se comía los cultivos, que atacaba al ganado y que hasta había golpeado barcas de pescadores.
El ministerio decidió convocar no solo a Carlos y su fundación, sino a otras instituciones y expertos para proponer soluciones. Ya se sabía que dentro del Parque Nápoles había una manada en uno de los lagos, así que fueron hasta allá para tratar de entender por qué estaban yéndose tan lejos. Ahí se dieron cuenta de algo clave: como suele pasar con las manadas africanas, los machos jóvenes estaban peleando con el macho dominante. Y eso los hacía huir a buscar sus propios territorios, incluso fuera de los límites del parque.
[Carlos]: Uno de estos machos fue el que salió y que se lo encontraron las poblaciones por los lados de Puerto Olaya, en Santander. Muy lejos. Estamos hablando de casi… más de 100 kilómetros de distancia.
[David]: También había reportes de que se había escapado con una hembra y una cría, así que las organizaciones acordaron ir a buscarlos en Puerto Olaya y capturarlos. Eso sí, no tenía mucho sentido intentar regresar el macho al parque, porque nuevamente iba a pelear con el dominante y se iba a ir. Así que la mejor opción era buscar otro lugar que los recibiera, como un zoológico.
Y todo habría sido diferente si el hipopótamo hubiera terminado en un zoológico. A lo mejor, los turistas aún lo visitarían y le tomarían fotos.
Pero nada de eso. Después de un año de búsqueda, en julio de 2009, salió esta noticia…
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[Periodista]: Buenas tardes. Noticias Caracol conoció hoy varias fotografías que demostrarían la matanza de por lo menos uno de los hipopótamos que escaparon de la Hacienda Nápoles, de propiedad del narcotraficante Pablo Escobar.
[David]: Una de esas fotos fue la que más impactó a la gente. En ella, aparecen 15 militares en la zona rural de otro pueblo llamado Puerto Berrío, muy cerca de donde habían reportado avistamientos. Al fondo se ve un río. Los soldados están con sus armas y uniformes camuflados, rodeando el cadáver de un hipopótamo. Algunos están parados y otros agachados. Uno de ellos pone la mano sobre la cabeza del animal, como tocando un trofeo. Y, siendo sincero, es difícil que esta imagen no recuerde la foto del cuerpo de Escobar que tomaron en 1993.
Ahí la polémica estalló…
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[Periodista]: Las asociaciones y fundaciones protectoras de animales protestaron frente al Ministerio del Medio Ambiente en Bogotá y exigieron que se respete la vida de los hipopótamos que aún viven.
[Manifestantes]: “¡No a la matanza de los hipopótamos de la Hacienda Nápoles…!
[David]: Por esos días, una revista que se llama Don Juan había publicado una crónica sobre la búsqueda del hipopótamo, en la que se asegura que la gente de la zona ya le había puesto hasta nombre: Pepe. La periodista dice que no pudo encontrarlo, porque tal vez ya lo habían cazado. Y, bueno, tenía razón. Lo que sí narra es el avistamiento de una supuesta hembra, aunque hay que tener en cuenta que es muy difícil distinguir el sexo de un hipopótamo, porque los machos tienen los testículos internos… no se ven a simple vista como en otras especies.
Pero que se llamara Pepe y que, supuestamente, hubiera dejado una viuda y una cría, conmovió a la gente y a los medios. Incluso les pusieron nombre a ellos también: Matilda e Hipo, y empezaron a exigir que no los mataran.
Estas son entrevistas que hizo una emisora a los manifestantes…
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[Manifestante 1]: Merecen un hogar donde vivir y no ser asesinados.
[Manifestante 2]: Exigimos que se les dé un lugar más estable. Igual ellos tienen derecho de vivir como todos nosotros.
[David]: Los manifestantes también exigían explicaciones de cómo y por qué habían matado a Pepe. En ese momento, el ministro de Ambiente era el ingeniero Carlos Costa, que había empezado en el cargo unos meses antes.
Este es Costa…
[Carlos Costa]: Cuando yo entré al ministerio, pues, no estaba muy enterado del tema. Ya posteriormente sí.
[David]: Costa sabía poco de estos hipopótamos.
[Carlos]: A mi juicio, este es un tema relativamente menor comparado con las complejidades y las responsabilidades de la política ambiental.
[David]: Y, según él, el tema le correspondía directamente a las autoridades ambientales regionales, que además tienen autonomía para tomar sus decisiones. Aun así, el ministerio apoyó el proceso de captura de Pepe en toma de decisiones y logística.
Pero, como ya dijimos, los hipopótamos son animales enormes y pueden llegar a ser muy agresivos. Capturarlos en estado salvaje es algo muy difícil. Los que se ven en zoológicos suelen ser rescatados del tráfico animal cuando son crías, o descienden de otros que ya estaban en cautiverio.
Costa dice que plantearon la opción de intentar capturarlo como a cualquier otro animal más pequeño. Pero, según él, no tenían referentes para saber cómo actuar.
[Carlos]: No hay experiencias en el mundo de cómo hace uno una jaula y una trampa para capturar al hipopótamo. Aquí estuvimos ensayando durante un año y no se pudo.
[David]: Y tampoco pudieron encontrar un zoológico nacional o internacional que lo recibiera. En parte este era un animal salvaje que podía llevar enfermedades y contagiar a otras especies. Pero además, porque los hipopótamos necesitan condiciones especiales que incluyen una zona acuática grande, vivir en manada y mucha, mucha comida.
Este es el administrador del parque Nápoles, por esos días, hablando en una emisora sobre el mantenimiento de los hipopótamos…
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[Óscar Orozco]: Un animal de estos consume el 10% de su peso en pasto, en comida diaria, y el promedio es de tonelada y media. O sea, son 150 kilos, y son 27 animales, eso da 6, 7 toneladas diarias de follaje. O el equivalente más o menos en una tonelada de concentrado diario.
[David]: El ex ministro Costa dice que empezaron a revisar experiencias parecidas en otros lugares del mundo, incluso con poblaciones de hipopótamos salvajes en países africanos.
Y así llegaron a la solución que luego se vería en las fotos.
[Carlos]: Por eso se tomó la decisión de… de adoptar la caza de control para manejar esta situación
[David]: Carlos habla de “caza de control” porque, en realidad, existen distintos tipos de caza, cada una con objetivos diferentes. Estamos hablando desde la caza deportiva hasta la científica, que tiene el fin de investigar incluso con animales vivos. Y, claro, está la caza ilegal, que trafica con especies exóticas o partes de ellas, haciendo un enorme daño al medioambiente y hasta llevando a varias de ellas a la extinción.
La caza de control, en cambio, es legal en Colombia y otros países, y busca reducir el número de animales de una especie en un hábitat, para que su crecimiento no afecte al resto de la fauna silvestre, o para que no se convierta en un peligro para los seres humanos. Por eso, muchas veces tiene el apoyo de científicos e incluso de ambientalistas. Aunque no deja de ser polémica.
Aunque el Ministerio explicó que era un procedimiento con apoyo científico y técnico, la indignación de los manifestantes no paró. No aceptaban la idea de que el ejército matara animales.
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[Manifestantes]: ¡No más matanza!, ¡no más matanza!, ¡no más matanza!, ¡no más matanza! …
[David]: Y es que, además, por factores como la caza ilegal o el cambio climático, los hipopótamos son una especie en estado vulnerable en países de África subsahariana como Angola, Kenia o Guinea Ecuatorial, a un paso del peligro de extinción. Por eso se hacen esfuerzos constantes para protegerla. Los manifestantes consideraban que la decisión de matar a Pepe iba en contra de esos esfuerzos, por lo que era irresponsable y hasta ilegal. Exigían la renuncia inmediata de Costa, el ministro de Ambiente.
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[Manifestantes]: ¡Que renuncie! ¡que renuncie! ¡que renuncie!…
[David]: Con el paso de los días, la noticia de la muerte de Pepe empezó a aparecer en los medios internacionales, y la polémica a crecer cada vez más. Bavaria, la compañía cervecera más importante de Colombia, se ofreció a pagar el sueldo de otros expertos, que encontraran una salida diferente a la cacería. Y un zoológico se ofreció a recibir a Hipo y a Matilda si le garantizaban recursos para adecuarles un espacio. Incluso una revista llamó a hacer una manifestación en un parque de Bogotá, todos vestidos de gris y con tutú. La idea era replicar una escena de Fantasía, la película de Disney de 1940, en la que salen unos hipopótamos bailando.
Con toda esa presión encima, se inició una investigación…
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[Periodista]: El objetivo del procurador Alejandro Ordóñez es determinar si hubo falta disciplinaria de quienes ordenaron la cacería y al mismo tiempo detener la orden de ejecución contra los animales.
[David]: El 22 de julio de ese año, 2009, salió la noticia de que una autoridad regional involucrada en el procedimiento había publicado un informe de cómo fue la cacería. En realidad, no habían sido los militares los que mataron a Pepe. Ellos se habían encargado de proteger la zona, para no poner en riesgo a las personas. Los que habían disparado, decía el informe, eran dos cazadores contratados para eso.
Este es un programa de una emisora de radio en el que hablan sobre ese informe.
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[Periodista 1]: El informe entregado por CorAntioquia revela la presencia de Federico y Cristian Pfeil-Schneider, dos extranjeros que figuran como los representantes de la compañía automotriz Porsche en Colombia y quienes fueron los encargados de la cacería de Pepe. Sin embargo, el informe no menciona cómo fueron seleccionados o convocados.
[Periodista 2]: Pues sí, como si estuvieran en safari, pues. De safari buscando al hipopótamo en Colombia.
[David]: En el informe también decía lo que iban a hacer con el cadáver del animal…
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[Periodista 1]: Textualmente el informe dice lo siguiente, Yolanda: “La resolución menciona la disposición del o los cadáveres —recordemos que iban tras de Pepe y Matilda, que es la hipopótama— en donde las vísceras deberían ser enterradas y la carcasa —esto se refiere al cuerpo del animal— transportada para la colección privada del señor Federico Pfeil-Schneider, en Bogotá”.
[David]: Federico Pfeil-Schneider, uno de los dos cazadores mencionados.
En el programa, los periodistas hablan también de otras fotos de la cacería de Pepe, que no fueron publicadas pero estaban incluidas en el informe…
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[Periodista 1]: Son terribles, Yolanda. Una de las partes más espeluznantes del informe es una fotografía que muestra cómo los hombres que participaron en la misión están haciendo incisiones en las patas del hipopótamo. Además otra de las fotografías muestra cómo el animal… iban con taxidermista a bordo en esta misión y fue desollado la parte posterior de la cabeza con el fin de que, pues, fuera ya detallado para la colección…
[Periodista 2]: Para que la puedan colgar en la pared.
[Periodista 1]: Para que la puedan colgar en la pared.
[Periodista 2]:Ese es el objetivo, además estaba dada la autorización.
[David]: La polémica por la caza de Pepe estaba lejos de terminar. Aunque la presión mediática llevó al ministerio a asegurar que no iban a cazar a Matilda y a su supuesta cría, Hipo, aún había muchas dudas en el aire. Incluso un periodista de un periódico importante empezó a especular cuál había sido el verdadero interés detrás de la decisión de cazarlo. En el mercado negro, el marfil mueve millones de dólares, y sigue siendo un negocio oscuro muy difícil de combatir. De ahí la pregunta del periodista: ¿dónde estaba la cabeza de Pepe y sus colmillos de marfil?
El 23 de julio, se supo dónde estaba la cabeza de Pepe. Dos días después salió esta nota en televisión.
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[María Cristina Uribe]: Los vecinos de una finca en Guasca, Cundinamarca, empezaron a notar un fuerte olor. Solo los más imaginativos dieron con el origen: la cabeza del hipopótamo. Yesid Baquero…
[Yesid Baquero]: Pues María Cristina, fuimos hasta Guasca a ver la fosa en donde está la cabeza de Pepe.
[David]: Guasca, a más de siete horas del lugar en donde lo habían cazado. El periodista se había enterado de denuncias a la policía que había hecho la gente del pueblo, y que aseguraban que la cabeza de Pepe estaba en un terreno de la zona. El mal olor indicaba que había algo grande enterrado ahí…
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[Periodista]: Noticias Uno llegó hasta el lugar donde solo había un caballo, una casa vacía y este hueco tapado con ramas en donde reposaría el cráneo del mamífero de más de 2 toneladas de peso. Aparentemente los vecinos del sector no sabían nada de Pepe pero sí del dueño del terreno.
[Vecina]: Tengo entendido que es Carlos Valderrama…
[David]: Carlos Valderrama, el veterinario de la Fundación Vida Silvestre Neotropical al que ya escuchamos antes. El mismo que el ministerio contactó por ser experto en evitar conflictos entre comunidades y animales salvajes. En esa misma nota televisiva entrevistaron a Carlos, y él confirmó que esa era su propiedad y que, efectivamente, la cabeza del hipopótamo estaba enterrada ahí.
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[Carlos]: La cabeza está completa. Tiene todos sus… sus accesorios. La cabeza simplemente fue removida y enterrada tal cual se retiró.
[David]: También dijo que no se trataba de un trofeo para los cazadores, como se había especulado, sino que sería donada a un parque-museo a las afueras de Bogotá, el Parque Jaime Duque. Aunque no aclaró la razón por la que se tomó la decisión de exhibirla, sí explicó por qué tenían que enterrarla.
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[Carlos]: Para que el proceso de descomposición continúe sin producción de malos olores.
[David]: Pero algo debían estar haciendo mal, porque fue precisamente el mal olor lo que atrajo a los vecinos y luego a los periodistas. En todo caso, la idea de enterrarla es que los tejidos blandos se descompongan y quede solo el cráneo. Luego de eso, se le hace un proceso de taxidermia y así se puede exhibir.
Esas explicaciones las dio Carlos, pero la historia de la cabeza siguió en los medios. El 27 de julio, uno de los cazadores fue entrevistado por primera vez, en un programa de radio. El mismo que, según el informe, iba a recibir la cabeza para su colección privada.
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[Julio Sánchez Cristo]: Es don Frederick Pfeil-Schneider. Es el hombre que mató a Pepe.
[David]: Aunque tiene nombre alemán y en ese momento vivía en Alemania, es colombiano. También es cazador profesional de la Federación Colombiana de Tiro y Caza Deportiva.
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[Julio]: Señor Schneider, ¿a usted quién le pide que haga este trabajo?
[Frederick]: A mí me contactó el doctor Carlos Andrés Valderrama de la Fundación Vida Silvestre Neotropical.
[David]: Del hipopótamo, dijo, sabía poco, lo que había aparecido en las noticias: que era macho y se había salido del Parque Nápoles, quizás con una hembra y su cría. En la entrevista, el periodista dice que para cazar a un hipopótamo con el menor sufrimiento, se necesita experiencia, muy buena puntería y un arma específica con munición mortal. Todo eso lo tenía Pfeil-Schneider.
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[Julio]: Señor Schneider, ¿qué tipo de arma utilizó para matar a Pepe?
[Frederick]: Un rifle 375
[Julio]: ¿A qué distancia estaba usted de Pepe?
[Frederick]: A unos 80 metros.
[David]: Le preguntaron si lo que lo motivó a aceptar el encargo de matarlo fue quedarse con la cabeza, y aunque aclaró que en un principio sí se la ofrecieron, aseguró que él mismo la rechazó…
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[Periodista]: Entonces si usted decidió declinar esa propuesta, ¿usted cobró algún tipo de dinero por matar al animal?
[Frederick]: No, Dios mío, no. Yo hice esto como un favor que me pidieron porque conozco la peligrosidad de ese procedimiento, y porque tengo la experiencia y el arma adecuada y la puntería necesaria para hacerlo.
[David]: La idea de conservar la cabeza, me explicó Carlos Valderrama, era realizar una exhibición educativa contra el tráfico ilegal de fauna, el motivo por el cual los hipopótamos habían llegado, años atrás, a manos de Pablo Escobar.
Todo eso estaba especificado en un permiso legal que dio en junio de 2009 la Corporación Regional del Centro de Antioquia. Ahí se detalla todo el procedimiento y sus motivos ambientales. Y deja claro algo: si encuentran a la cría, deben contemplar la posibilidad de capturarla con vida y llevarla al mismo Parque Jaime Duque.
[Carlos]: Todo se hizo con los protocolos que se deben hacer. “Que es que se robó la cabeza” ¿Cómo que me la robé si está firmado que yo me la llevé? Hay un permiso de transporte de la cabeza donde yo digo que me lo voy a llevar para hacer el procedimiento.
[David]: Cuando estuviera listo el proceso de taxidermia, asegura Carlos, la cabeza de Pepe llegaría intacta al Parque Jaime Duque. Y eso no había sido decisión suya. Los hipopótamos son parte de los bienes que incautaron las autoridades en la Hacienda Nápoles.
[Carlos]: Es que los hipopótamos son propiedad del Estado. Entonces el destino de los hipopótamos y el destino… vivos o de sus partes, si se sacrifica a algún individuo es una decisión del gobierno o de las autoridades ambientales competentes.
[David]: En agosto de 2009, después de unas semanas de polémica por la muerte de Pepe, la Procuraduría reafirmó que todo había sido legal, pero le recomendó a la Dirección Nacional de Estupefacientes que asumiera una política de manejo de fauna silvestre. Aunque todo quedaría en eso… una recomendación.
Una cosa era muy clara: matar a otro de los hipopótamos de la Hacienda Nápoles sería algo extremadamente sensible. El sacrificio de Pepe había dejado muy afectada la imagen del Ministerio de Ambiente y ponía en duda cualquier decisión futura que se tomara sobre el tema.
Carlos Costa, el ministro de Ambiente en ese momento, reconoce que nunca pensaron que a la gente le iba a importar tanto un hipopótamo…
[Carlos]: No anticipamos que esto pudiera ser algo tan… con tanto apetito, digamos, mediático, y que generara tantas emociones en general.
[David]: Esa primera foto, por ejemplo. No anticiparon el impacto que podría tener una imagen así, con militares celebrando sobre un cadáver, en un país con tantos años de guerra. También reconoce otro error: no haber educado a la gente sobre lo delicada que era toda esta situación ambiental, antes de jalar el gatillo.
Y la consecuencia más grave de eso fue que las autoridades que siguieron en el Ministerio prefirieron desentenderse del tema de los hipopótamos…
[Carlos]: Hubo mucho susto de enfrentar esa situación luego de esta alta visibilidad que tuvo la… el manejo de control de este animal. Y posteriormente se escondió el tema, se lo… se lo ignoró.
[Daniel Alarcón]: Pero tarde o temprano, una manada de animales de dos toneladas iba a convertirse en un problema. Los hipopótamos seguirían allí, sumergidos en el agua de día, buscando alimento de noche. Y atacando si se sentían amenazados.
Y, claro, en algún momento, algún otro iba querer salir a dar una vuelta afuera del parque…
Una pausa y volvemos.
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Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón.
Antes de la pausa, escuchamos cómo la caza del hipopótamo Pepe, fugado de una hacienda que fue de Pablo Escobar, causó una gran indignación en Colombia. Resolver la situación se convirtió en un tema muy delicado y, por eso, el gobierno prefirió dejar la discusión hasta ahí. Tal vez más adelante encontrarían la forma de resolverla.
Pero los hipopótamos no eran un problema del futuro: ya había alrededor de 30 y cada vez aparecerían más seguido en diferentes pueblos.
David Trujillo nos sigue contando…
[David Trujillo]: En 2010, apenas un año después de la muerte de Pepe, llegaron reportes a las autoridades de que había otro hipopótamo fuera del parque, pero esta vez en una zona más cercana. Se hablaba de otro macho joven echado de la manada. Y eso ponía a los hipopótamos cada vez más cerca de ser considerados una especie exótica invasora.
¿Qué significa eso? Bueno, las migraciones humanas, desde hace millones de años, han transportado especies animales y vegetales. El peligro se genera cuando estas especies empiezan a vivir y reproducirse en estado salvaje, alterando la delicada red de equilibrios de un hábitat muy distinto al suyo. Y poniendo en riesgo a especies nativas. No es algo menor: las especies invasoras hoy son la segunda causa de extinción de otras especies en todo el mundo.
Por eso, desde 1994, Colombia ha firmado tratados internacionales y leyes locales para regular el tema. En ellos se compromete a evitar que estas especies lleguen al país y, si ya entraron, a controlar su reproducción o erradicarlas. En 2008, incluso se hizo una lista oficial de invasores: el pez león, la rana toro, la hormiga loca, el caracol gigante africano… pero en la lista no había ni rastro de los hipopótamos, a pesar de ser una especie territorial, que ataca a cualquier individuo que compita por su alimento o espacio.
Lo que sí dejan claro las regulaciones colombianas es que las autoridades están obligadas a hacer algo, con base en lo que dicen los acuerdos internacionales. En pocas palabras, frente a una invasión de vertebrados peligrosos, hay que intentar contenerlos, es decir, encerrarlos. Esto para que no afecten el nuevo hábitat. Y si no es posible contenerlos, ahí sí aplicar la caza de control.
Todo depende de la especie, de los estudios que se hagan sobre la velocidad de su reproducción y del impacto que esté causando al ecosistema.
Pero volvamos al hipopótamo que se salió del parque en 2010. Cuando se reportó el caso, se reunieron las autoridades, el equipo de veterinarios del parque y, otra vez, Carlos Valderrama, el veterinario que ya escuchamos.
Había que pensar en soluciones, pero como el sacrificio de Pepe había sido tan polémico, decidieron que lo mejor era irse por otro camino.
Este es Carlos otra vez…
[Carlos]: Optamos por la opción de capturarlo, castrarlo y devolverlo a la Hacienda Nápoles. Apostándole a que al ya estar castrado, no iba a tener ese conflicto con el macho dominante y no iba a ser relegado o desplazado nuevamente.
[David]: Capturarlo y castrarlo. A un hipopótamo salvaje. Ya oyeron a Carlos: esa era la apuesta y, bueno, digamos que hay apuestas más fáciles de cumplir. De hecho, aunque la castración de machos está en las recomendaciones de las organizaciones internacionales, había muy pocos antecedentes en el mundo. Entre esos uno en Israel que, por cierto, había terminado en la muerte del animal.
Y es que el riesgo no era solo para los que se iban a animar a meterle bisturí a esas dos toneladas de fuerza dormida. También lo era para el propio hipopótamo: con la cantidad de anestesia que tenían que darle, fácilmente podían matarlo.
[Carlos]: Los hipopótamos tienen un gran contenido de grasa en su cuerpo y la grasa, digamos, acumula anestésicos.
[David]: Y eso puede ser muy engañoso, porque como el animal no reacciona de inmediato al anestésico, puede creerse que necesita más.
[Carlos]: Lo administras y se va acumulando. De un momento a otro se libera todo ese medicamento y tienes un exceso de anestesia o de sedación que puede, pues digamos, deprimir demasiado el sistema nervioso central.
[David]: O sea, matarlo.
Pero además, en ese lapso entre que la anestesia hace o no efecto, es posible que el hipopótamo se asuste, corra al agua a esconderse y si se sumerge antes de que la dosis le haga efecto, pues puede ahogarse.
[Carlos]: Todo se complica con ellos. Aparte de eso si lo logras anestesiar adecuadamente, si ellos quedan en una mala posición se pueden ahogar porque no pueden ventilar por su propio peso.
[David]: Pero el tema de la anestesia no era lo único. También tenían que pensar en la cirugía. ¿Dónde debían hacerla? ¿Era mejor llevarlo al parque y operarlo ahí, o en la zona donde estuviera? ¿Y cómo iban a transportar un animal de semejante tamaño?
Se necesitaba una logística grande. También dinero… mucho dinero. Así que Carlos decidió salir a buscar patrocinadores para la operación.
[Carlos]: Conseguimos quién nos apoyara el procedimiento. Discovery Channel apoyó el procedimiento de castración y de captura del individuo. Nos costó 50 mil dólares. O sea, es bastante costoso.
[David]: Eso, según me dijo Carlos, cubriría los gastos de seguimiento del hipopótamo por unos meses, cámaras con sensores de movimiento diurnas y nocturnas, y una jaula diseñada especialmente para capturarlo y transportarlo. También estaban la anestesia, que era mucha, los dardos para aplicarla, los medicamentos, una retroexcavadora para levantarlo y meterlo en la jaula, y una grúa para moverla. Todo el proceso estaría a cargo de un equipo de diez personas que trabajarían codo a codo en la castración.
Participarían algunos veterinarios del parque, Carlos Valderrama y su fundación, dos universidades, el Ministerio de Ambiente, la autoridad ambiental regional y hasta los militares, que apoyarían la logística. Discovery Channel, por su parte, grabaría un documental.
La primera misión era encontrar al hipopótamo. Aunque había reportes de avistamientos, la zona a rastrear tenía un área de más de 20 mil kilómetros cuadrados. Eso es como el tamaño de un país como El Salvador.
[Carlos]: Estuvimos buscando, entrevistando a los diferentes propietarios y personas que vivían en la zona a ver dónde lo habían visto.
[David]: Como si fueran detectives, el equipo comenzó a rastrear las huellas que iba dejando el animal, intentando trazar la ruta por donde se movía.
Esta es una parte del documental de Discovery Channel.
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Carlos]: Todo esto es claramente huellas de hipopótamo, son muy grandes para ser un animal colombiano. Son profundas, de un animal pesado. Aquí podemos ver incluso los cuatro dedos de la… de la huella. Pues, emocionante, al parecer ya vamos por donde tenemos que ir.
[David]: Como los hipopótamos suelen salir del agua durante las noches para buscar alimento, decidieron ir poniendo comida en varios puntos para atraerlo.
[Carlos]: Le poníamos de todo: zanahorias, lechuga, le poníamos lo que… realmente íbamos a la plaza de mercado y lo que encontráramos por bultos eso era lo que llevábamos. Ellos comen de todo, pues herbívoros, ¿no?
[David]: Y en esos puntos, junto a la comida, instalaban las cámaras con sensores de movimiento. Estuvieron revisándolas varios días sin éxito.
Hasta que finalmente…
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Carlos]: Estamos chequeando las fotos que tomaron las cámaras y, pues, finalmente podemos confirmar que el hipopótamo está viniendo a comer al sitio de ceba.
[David]: La cámara dispara ante cada movimiento, por lo que en el documental se ve cómo revisan una serie de fotos. Son a color pero no están muy nítidas, porque es de noche y la luz es mínima. En la primera se alcanza a ver el pasto de la zona y un montículo en la esquina izquierda de abajo. Esa es la comida. Luego, en las otras fotos, va apareciendo el hipopótamo desde el lado derecho. Primero sale una parte de la cabeza y sus ojos brillantes por el flash de la cámara. Luego vienen las orejas, el cuello, las patas delanteras… Poco a poco, su cuerpo va ocupando casi toda la imagen, hasta que se detiene frente a la comida. Es un animal muy grande. Con la poca luz se alcanza a ver su piel casi sin pelo, de un color que parece gris y marrón y también rojizo.
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Carlos]: Es un animal mucho más grande de lo que nos esperamos. Yo creo que está alrededor de los 1.500, 2.000 kilos.
[David]: En las fotos, el hipopótamo empieza a comer. Mueve su cabeza en varias direcciones pero no se le alcanzan a ver los colmillos en todo su esplendor. Sigue comiendo, comiendo y comiendo, y el montículo se reduce hasta que queda plano. Luego desaparece por el lado izquierdo del encuadre.
Bueno, al menos ya sabían por dónde andaba, pero atraparlo era otra cosa. Carlos y su equipo habían diseñado una jaula especial, y el plan era dejarla en el punto donde le tomaron las fotos, pero esta vez con la comida adentro.
[Carlos]: Y le habíamos diseñado una trampa a la puerta para que cuando él entrara, cayera y quedara contenido dentro de la jaula. Una jaula enorme, una jaula enorme y especialmente diseñada para ellos, con esquís y todo para poderla jalar.
[David]: Lo intentaron durante varios días, pero cada vez que revisaban las fotos de la cámara, quedaban más seguros de que el plan no iba a funcionar…
[Carlos]: Desafortunadamente no, no, no logramos que entrara… Nunca, nunca le generó la suficiente confianza para que él pudiera entrar.
[David]: No había de otra. Tenían que cambiar la estrategia.
[Carlos]: Ya sabíamos dónde estaba, entonces dijimos, bueno, podemos arriesgarnos a capturarlo sin la jaula, con anestesia, para castrarlo y, cuando ya estuviera anestesiado, ubicarlo dentro de la jaula para su transporte.
[David]: Jorge Caro, el jefe de veterinarios del parque que estaba acompañando ese proceso, se iba a encargar del delicado tema de la anestesia. Este es Jorge…
[Jorge Caro]: Empezamos a buscar el sitio como que más garantías nos ofreciera para disparar los dardos.
[David]: Un espacio amplio, alejado de cualquier zona donde hubiera gente. Aunque eso, más que de ellos, dependía de dónde estuviera el hipopótamo.
El plan, además, tenía otros problemas…
[Jorge]: Las medicaciones que se usan para anestesiar megavertebrados como elefantes y rinocerontes no están permitidas en el país, no se venden.
[David]: Porque, por un lado, no hay una demanda considerable que justifique su importación. Y por el otro, como son narcóticos pesados, pueden ser muy adictivos y extremadamente peligrosos para los humanos… bueno, también para los hipopótamos.
[Jorge]: No están recomendados en la especie porque generan mucha mortalidad en hipopótamos puntualmente.
[David]: Ya mencionamos el tema de la grasa corporal del animal. Jorge había estado revisando estudios que se habían hecho en otros zoológicos del mundo. Con base en eso y en las recomendaciones de expertos africanos en hipopótamos, escogieron un cóctel de productos que había en el mercado nacional para sedar al animal.
No dejaba de ser riesgoso, pero era la única opción que les quedaba.
Para ese momento, ya llevaban entre tres y cuatro meses de seguimiento al animal. Y, como había pasado con Pepe, Matilda e Hipo, el equipo ya le había puesto nombre al hipopótamo fugitivo. Lo llamaron Napolitano, en honor a la hacienda.
Cuando finalmente lo encontraron, habían pasado varios días desde que la cámara le tomó las fotos. Estaba en un lago pequeño, cerca de ahí. Pero cuando se intentaron acercar, Napolitano se alteró. Empezó a batir la cola en señal de advertencia, botando excremento. Y hacía movimientos de amenaza, como si los fuera a perseguir si no se iban de inmediato.
Decidieron dejar el procedimiento para el día siguiente, pero cuando ya estaban preparados para empezar, el hipopótamo no apareció sino hasta el final de la tarde, cuando ya se estaba oscureciendo. Tenían que aplazarlo un día más, pero para que el animal no se volviera a perder, el ejército hizo un cordón de seguridad y lo estuvo vigilando toda la noche. Tenían que proceder cuanto antes o seguiría escapando. Y como ya empezaba la temporada de lluvias, el terreno se inundaba cada vez más.
Así que empezaron a las 5 de la mañana del día siguiente. Napolitano seguía muy nervioso. Un hombre a caballo, que ayudaba en el procedimiento, empezó a agitar un trapo para hacerlo salir del agua, y Napolitano se lanzó a embestirlo. Por fortuna, no lo alcanzó, y el vaquero lo atrajo hasta un espacio más seco.
Jorge, el veterinario del parque, ya lo tenía en la mira de su rifle que tenía dardos con anestesia. Pero el primer dardo rebotó por la piel gruesa de Napolitano.
Jorge lo intentó varias veces. Se fue acercando despacio, se escabulló detrás de un matorral y apuntó con el rifle. Disparó. El dardo le dio justo en el cuello al hipopótamo. Un tiro perfecto. Entonces Napolitano, un poco confundido, empezó a correr.
Lo que todos temían…
[Jorge]: El animal se metió al agua y fue un problema terrible seguir dardeándolo ahí porque seguía necesitando más dosis para anestesiarse. Empezó a flotar un poco como la nalga del animal, entonces me… me subí en el brazo de la retroexcavadora, me levantó como dos o tres metros en el aire, ahí quedé de mejor ángulo y le pude asestar ya un buen dardo.
[David]: Carlos Valderrama, de la Fundación Vida Silvestre Neotropical, estaba ahí coordinando todo el proceso. Y ya empezaba a preocuparse…
[Carlos]: Si lo seguimos anestesiando ahí metido en el lago pues se nos va a morir. Ya llevábamos una hora y no salía del lago.
[David]: Por suerte, el equipo llevaba unos montoncitos de pólvora envueltos en papel, que habían comprado para hacer ruido por si en algún momento el animal atacaba a alguien. Con eso podían asustarlo y que se alejara.
[Carlos]: Pusimos las papeletas al borde, se asustó y se salió del lago y ahí el veterinario le logró poner otra dosis anestésica y ahí ya él sucumbió al anestésico y se quedó quieto. Muy cerca al lago, pero ya en tierra firme.
[David]: Napolitano intentó escapar, pero ya tenía dos dardos encima, y se desplomó con la cabeza erguida. Aún hacía fuerza para parpadear cuando Jorge le dio un último disparo de anestésico. El hipopótamo trató de pararse, pero ya no pudo. Unos minutos después, se quedó dormido completamente.
En ese momento, los veterinarios se pusieron manos a la obra, lanzándose sobre el animal para amarrarle las patas y el hocico. Mientras tanto le canalizaban las venas para inyectarle analgésicos, antibióticos y más anestesia. Después lo levantaron con la retroexcavadora y lo metieron dentro de la jaula. Una vez que estuvo ahí, al fin comenzó el procedimiento quirúrgico.
Los veterinarios, recordemos, tenían que abrir el cuerpo de Napolitano, porque los testículos de los hipopótamos son internos.
[Carlos]: Entrar a buscar esos testículos en la zona inguinal fue otro trabajo fuerte. Entonces, digamos, era incómodo y sobre todo que las estructuras son muy fuertes, muy grandes. Normalmente una castración dura 15 minutos, media hora, por grande que sea el individuo. En esta nos demoramos una hora y media.
[David]: Sacaron los testículos, que son tan grandes como mangos, y lo suturaron. Parecía estar respondiendo bien a la anestesia, los signos vitales parecían estables… o sea todo estaba saliendo como esperaban. Lo que seguía era moverlo al Parque Nápoles. Un helicóptero de la Fuerza Aérea se encargaría de levantar la jaula con un arnés. Serían entre tres y cinco minutos de vuelo, más o menos, pero era la primera vez que hacían algo así.
[Carlos]: Como ellos me lo decían, nosotros hemos transportado cargas del mismo peso, pero nunca un animal vivo. Cuando tú estás llevando en un helicóptero una carga y la carga se mueve, el mismo movimiento de lo que llevas cargado es el doble en el helicóptero. O sea, como que cada paso era más difícil.
[David]: El piloto del helicóptero no estaba muy seguro de que la hazaña fuera a resultar bien, y exigió que le garantizaran que no se iba a despertar en pleno vuelo. Pero solo había una forma de estar seguros: más anestesia… Era una decisión difícil, pero no podían dejarlo ahí, fuera del parque.
En el documental, se nota la preocupación de Jorge Caro.
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Jorge]: Anestésicamente estamos ya pasados del tiempo que quisiéramos tener en anestesia del animal. Todo en función de la seguridad del vuelo.
[David]: En un momento, pide a los militares que se apuren lo más que puedan.
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Jorge]: Caballeros, dentro de todos los protocolos de seguridad, les pediré un poquito de premura porque tenemos… el animal se nos está pasando del tiempo anestésico.
[David]: “El animal se está pasando del tiempo anestésico”, dice. Se podía morir… así que muy rápido engancharon la jaula y autorizaron el despegue.
(SOUNDBITE DOCUMENTAL)
[Militar]: Ejercicio gancho de carga, transporte de hipopótamo hacia la Hacienda Nápoles. PAX 07. Kilogramos: 300. Carga externa: 2.950…
[David]: Era un momento crítico. Cualquier error de cálculo, así fuera mínimo, podía mandar el helicóptero quién sabe a dónde y resultar en un accidente fatal.
El helicóptero se elevó y, poco a poco, el arnés enganchado a la jaula se fue tensando. Todos miraban nerviosos al animal dormido.
Al final, la jaula se levantó del piso y el helicóptero empezó a avanzar. Era un primer paso, pero todavía faltaban más de tres minutos de viaje…
[Jorge]: Estaba haciendo demasiado calor, el animal era muy pesado y el helicóptero después de despegar se empezó a recalentar.
[David]: A recalentar en pleno vuelo. En la desesperación, el piloto del helicóptero amenazó con soltar la jaula. Imagínense un hipopótamo de ese tamaño… en caída libre… desde cientos de metros de altura… en una jaula… ¡BOOM! Hasta ahí llegaba todo. Era una locura, pero para el piloto era eso o incluir al helicóptero y a la gente adentro en esa caída…
Carlos Valderrama, el veterinario de la fundación, estaba muy nervioso. Mientras hablaba con el piloto, se asomaba por una de las ventanas para ver cómo estaba Napolitano. Jorge Caro, el encargado de la anestesia, miraba fijamente la jaula desde una abertura en el piso. No hacía nada más. Ni siquiera hablaba ni se movía. En pleno vuelo, solo le pasaba una cosa por la cabeza:
[Jorge]: Yo pienso que más bien nos matamos todos con el hipopótamo pero yo no quiero ver caer ese hipopótamo desde acá, ¿qué tal?
[David]: Ya quedaba poco. El piloto aceleró.
[Jorge]: Finalmente la hacienda ya se veía más o menos cerca, entonces pues le puso ahí toda la velocidad posible, ya se vio la pista de la hacienda y logramos aterrizar, pues, sin inconvenientes.
[David]: Muy rápido, revisaron que Napolitano siguiera vivo. Solo estaba dormido, pero tenían que despertarlo ya. Así que Jorge corrió a la jaula a ponerle una inyección de yohimbina para reanimarlo. De inmediato, el animal se incorporó, después de haber estado sedado durante más de tres horas. Se veía muy bien. Taparon la jaula con unas telas negras para que no se estresara más.
Cuando lo subieron a la grúa se levantaron las llantas de adelante por el peso. Pero bueno, por lo menos ya no estaban en el aire. Una vez la estabilizaron, pudieron manejar hasta el sitio donde lo iban a liberar, muy cerca del lago donde estaba la manada. Napolitano estuvo tranquilo.
Ya era de noche.
[Carlos]: Fue un procedimiento bastante largo. Empezamos a las cinco de la mañana y lo liberamos a las siete de la noche. Nos tocó esperar, él ya estaba levantado, ya estaba bien parado y lo liberamos. Y él salió caminando, se metió al lago y se quedó durante más o menos, lo que nos dijeron fue, como dos días en ese lago.
[David]: Luego Napolitano se unió a la manada sin problemas. Una de las pocas castraciones registradas de un hipopótamo salvaje, contra todo pronóstico, había sido un éxito.
Con el tiempo, los veterinarios del parque le perdieron el rastro. No tenía marcas evidentes y es difícil distinguir a un hipopótamo de otro. Pero, en general, son animales muy resistentes a las heridas y tienen un sistema inmunológico fuerte. Lo más probable es que haya seguido bien.
Sin embargo, aunque la historia de Napolitano había tenido un final feliz, el método había sido muy difícil para que se convirtiera en la solución al problema.
[Jorge]: Aprendimos mucho de la experiencia. Nos dimos cuenta pues que, si bien se podía hacer, era tremendamente complicado, costoso, riesgoso, impredecible. Una cantidad de situaciones, de variables que… que podían afectar el resultado drásticamente y que en muchas situaciones simplemente no era viable.
[David]: Un año después de la castración de Napolitano, en 2011, el Ministerio de Ambiente publicó un nuevo plan para manejar a las especies exóticas invasoras. Y esta vez sí puso a los hipopótamos en la lista.
El plan contemplaba varias opciones, incluyendo la erradicación, pero el tema seguía siendo muy sensible. En 2012, tres años después de la muerte de Pepe y el escándalo de su cabeza, una sentencia de un juzgado prohibió que mataran a la hembra y a la cría que, supuestamente, habían salido del parque con él. Nada de permisos ni recomendaciones para caza de control. Las autoridades tenían que garantizar su captura y reubicación.
La sentencia hablaba sobre esos dos animales en específico, aunque nadie sabía cómo eran o si habían existido realmente. Así que, en la práctica, significó la prohibición de cualquier tipo de caza de hipopótamos en Colombia. Y eso le ató las manos a las autoridades ambientales, que se limitaron a crear planes de educación comunitaria para advertir el peligro de acercarse a ellos.
A la manada principal intentaron contenerla dentro del parque lo más que se pudiera, tratando de delimitar el lago y las zonas por donde se mueven dentro del parque con mármol, arbustos, alambres de púas y cercas eléctricas. También siguieron alimentándolos. Pero no es suficiente, claro. No es lo mismo encerrar hipopótamos que vacas o cerdos y, además, confiar que no tumbarán la cerca.
Se han castrado diez machos jóvenes dentro del Parque Nápoles, que son menos agresivos y más fáciles de controlar. En 2018 llevaron uno de esos animales a otro zoológico. Una operación que terminó costando alrededor de 5 mil dólares. Además de ese, aseguran que han reubicado otros cuatro.
Las autoridades ambientales saben que deberían esterilizar a muchos más para parar la reproducción, pero dicen que la situación es tan compleja que no han podido controlar el crecimiento de la población. Y eso hablando solo de los que están en el parque… sin contar los que ya viven afuera.
Pero si algo está fuera de dudas, es que la población sigue y seguirá creciendo. Carlos Valderrama lo compara con una película muy famosa…
[Carlos]: Es un Jurassic Park en… en potencia, claro que sí. O sea, es todas esas películas que vemos que sale de control una población con todas las implicaciones que tiene eso para el ambiente y, pues, por una población de este tipo, en un país como el nuestro.
[David]: La diferencia con Jurassic Park es que ahí al menos los dinosaurios estaban en una isla, había un océano que no los dejaba llegar al continente. En el caso de los hipopótamos, por más grande que sea el terreno del Parque Nápoles, no hay nada que les impida llegar a zonas cada vez más alejadas.
Jorge Caro, el jefe del equipo de veterinarios del parque, dice que es una situación que no tiene ni con qué compararse.
[Jorge]: Yo pienso que Colombia es tan excepcional en todo, que hasta en este caso en particular es una… es una circunstancia totalmente macondiana, pues. Colombia es el único país del mundo que tiene un mega vertebrado de varias toneladas como especie invasora.
[David]: Desde la castración de Napolitano, en 2010, han aparecido varios reportes más de avistamientos. Y noticias, como esta de julio de 2018…
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Periodista]: Habitantes de dos veredas limítrofes entre Puerto Triunfo y Puerto Nare en Antioquia se encuentran preocupados por la ferocidad que muestran dos hipopótamos cuando pasan cerca de ellos en sus canoas.
[David]: Esas noticias, en general, se quedaban en lo de siempre: la curiosa historia de los hipopótamos colombianos. Pero el 11 de mayo de 2020…
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Periodista]: Luis Enrique Díaz Flóres, un campesino de 43 años de edad, sería la primera persona atacada en Colombia por un hipopótamo. Los hechos ocurrieron en zona rural de Puerto Triunfo, Antioquia.
[David]: En esa nota entrevistaron a un testigo de lo que pasó…
[Sader Echeverri]: Estábamos fumigando en el potrero y el muchacho fue a recoger el agua del caño. Cuando venía con el timbo de allá pa acá me pegó un grito: ¡El hipopótamo! Entonces yo boté el motor y arrancamos a correr juntos. Pero desgraciadamente el hipopótamo le echó mano a él, cogiéndolo en la boca y sacudiéndolo pa lado y lado.
[David]: El hombre estuvo en shock por 15 días, pero sobrevivió. Al día siguiente salió la noticia de que otra persona había sido atacada en la zona, solo que esta vez no resultó herida.
Impulsados por estas noticias, un grupo multidisciplinario de científicos colombianos se preguntó cuántos hipopótamos había, y cuánto podría crecer esa población si se seguía reproduciendo sin control. En enero de 2021 publicaron un artículo en la revista científica Biological Conservation. Ahí demostraron, usando modelos matemáticos, que hoy existen alrededor de 100 hipopótamos en Colombia. Pueden ser un poco más, tal vez un poco menos. Pero lo más sorprendente es su proyección: teniendo en cuenta las condiciones óptimas en que viven, para la década de 2030 podría haber —y escuchen bien esta cifra— ¡Más de 1.400 hipopótamos moviéndose por el país! Hasta podrían llegar a la costa del mar Caribe.
Y eso, advierte la publicación, podría desatar grandes daños ambientales. Su gran tamaño influye en los ecosistemas: con los años, sus pisadas pueden ir cambiando la forma de los ríos y lagos, y dañar los fondos acuáticos. Además de que sus excrementos alteran la composición de las aguas, que compiten muy fuerte con otras especies en los hábitats que ocupan. Muy seguramente, algunas como el manatí antillano, que vive en el río Magdalena, no van a sobrevivir.
Entre los autores del estudio está Nataly Castelblanco, doctora en Ecología y desarrollo sustentable de ECOSUR.
[Nataly Castelblanco]: No es una problemática sencilla, es un problema con muchísimas aristas que es un dolor de cabeza para las entidades de gobierno, para, para los científicos, para todo el mundo está siendo realmente un desafío muy grande en conservación.
[David]: La única opción, según el estudio, es ir sacando del ecosistema a los hipopótamos que se escapen. Algo que los investigadores llaman extracción. Eso se podría hacer con una caza de control, intentando evitar el sufrimiento innecesario de los animales y siguiendo los lineamientos éticos que proponen organizaciones internacionales.
El otro camino sería capturarlos, pero, si es así, igual hay que esterilizarlos y meterlos en un cautiverio que funcione. Ahora, que funcione no solamente significa que impida que se escapen.
[Nataly]: Un cautiverio puede ser pequeño o puede ser enorme, pero finalmente un cautiverio. Sacar a un animal que es estrictamente social, sacarlo de su manada, llevarlo solito a un cautiverio para que viva por el resto de su vida, que no son dos años, sino 10, 20, 30 años más encerrado, pues también es sufrimiento animal.
[David]: Porque un hipopótamo puede vivir hasta 50 años. Y para que su cautiverio sea lo más parecido posible a su hábitat, habría que garantizarle buenas áreas acuáticas y terrestres, una manada y muchísima comida.
[Nataly]: ¿Quién va a responsabilizarse por la manutención de todos estos animales durante las siguientes décadas?
[David]: Es una pregunta para la que, hoy, no existe una respuesta.
Aunque las autoridades advierten del peligro, desde que se reportaron los primeros avistamientos, a mediados de los 2000, ha aumentado el turismo en la zona cercana al Parque Nápoles. Y eso, claro, trae plata.
Hoy en el pueblo de Doradal hay hasta estatuas de hipopótamos. Se ofrecen tours para verlos en los ríos con sus crías y las tiendas venden souvenirs con formas de estos animales. A algunos, incluso, les han parecido mascotas lindas…
Este es un video que fue noticia en agosto de 2020…
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Pescador 3]: Hermanos, vea lo que cogimos, vea, el hijo del hipopótamo. Vea… Párelo, párelo.
[Pescador 1]: Eh, qué bonito, pana.
[Pescador 2]: Eh, tan bonito, ma, tan pequeñito.
[David]: Es una cría, claro. En el video se ve a dos pescadores del río Magdalena sosteniéndola, mientras un tercero los graba. Tiene la misma estatura de un perro pequeño, y le agarran la cabeza y lo hacen mirar a la cámara.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Pescador 3]: Pequeñito, vea, lo cogimos…
[Pescador 2]: Pero póngalo a andar solito a ver, póngalo a andar solito a ver…
[David]: Le empiezan a dar palmadas en el cuerpo para que camine. El animal se resiste e intenta echarse en el piso. Entonces, uno de los pescadores tira de un lazo que le amarró en el cuello, como si fuera un perro.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Pescador 2]: Vea qué belleza de hipopótamo. Un popomito, un hipopotamito, hijo de un marranito…
[David]: No se sabe bien qué pasó con ese hipopótamo, pero un medio publicó que, después de tenerlo varios días como mascota, los pescadores lo liberaron en el río.
Si todo sigue como está, algún día será uno entre esos 1.400.
[Daniel Alarcón]: En septiembre de 2020, un tribunal colombiano aceptó una acción legal de un abogado experto en derecho animal, que busca que la caza de control no sea la solución al problema. Un magistrado del tribunal decidió reunir a todas las partes involucradas para resolver la situación de una vez por todas.
Si logran llegar a un acuerdo en esa reunión, el magistrado definirá el asunto basado en eso. Si no hay pacto, será el propio magistrado el que decida el futuro de los hipopótamos en Colombia.
En abril de este año, se reportó, por primera vez, una manada de hipopótamos establecida fuera del Parque Nápoles, en un lago cercano.
Hasta el momento se cree que son cinco.
David Trujillo es productor de Radio Ambulante, vive en Bogotá.
Este episodio fue editado por Camila Segura, Nicolás Alonso, y por mí. Desirée Yépez hizo el fact-checking. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri.
Queremos agradecer especialmente a Caracol Radio por compartirnos gran parte del archivo que escucharon en este episodio.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Lisette Arévalo, Aneris Casassus, Xóchitl Fabián, Fernanda Guzmán, Camilo Jiménez Santofimio, Rémy Lozano, Jorge Ramis, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, Elsa Liliana Ulloa y Luis Fernando Vargas.
Emilia Erbetta es nuestra pasante editorial.
Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
Ambulantes, ¿recuerdan que esta temporada les prometimos más humor? Pues ahora tenemos nuestro propio TikTok, que nos imaginamos que será un espacio para experimentar con nuevas maneras de contar historias, pasarla bien, y reírnos juntos un poco. También tendremos contenido relacionado con los episodios, por supuesto. Síguenos en TikTok como @radioambulante. Ahí nos vemos.
Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.