Club de Escucha en Medellín: un puente tejido en colectivo

Club de Escucha en Medellín: un puente tejido en colectivo

COMPARTIR

La lluvia comienza a dar tregua mientras llegan los invitados. Pocos se animan a tomar asiento de inmediato, pero el ambiente, aunque silencioso, se siente cálido, casi amistoso. Hay saludos y abrazos, reencuentros y nuevas conexiones. También, un par de entrevistas, fotografías y algunas preguntas antes de iniciar. Los momentos previos al Club de Escucha de hoy, en el Museo El Castillo de Medellín, Colombia, evocan una sensación casi familiar.

El evento ha sido posible gracias al apoyo de Grupo Sura y forma parte de los Clubes de Escucha de Radio Ambulante Studios (RAS), la casa productora pionera del periodismo en audio en español. Estos “Clubes” surgieron en 2019, cuando el equipo de RAS descubrió que decenas de oyentes discutían orgánicamente sobre sus episodios a través de las plataformas digitales y les propusieron entonces hacerlo de manera presencial.

Desde entonces, gracias al compromiso de su audiencia y al acompañamiento de RAS, los Clubes de Escucha se han multiplicado en más de 140 ciudades alrededor del mundo, con presencia en todos los continentes. Cualquier persona interesada en escuchar, compartir y discutir con otras —conocidas o desconocidas— sobre las historias de Radio Ambulante, El hilo y Central puede organizar un encuentro; algunos han sido tan íntimos que han reunido solo a cinco personas; otros han llenado auditorios con docenas de asistentes.

Con estos espacios, RAS ha encontrado una fórmula poderosa para convertir al periodismo en un detonante de encuentros y conexiones profundas. Las reglas son simples: deben ser lugares seguros donde vale pensar distinto y todas las voces cuentan.

“Son espacios divertidos y valiosos para vernos cara a cara, escuchar diferentes acentos y puntos de vista, y aprender sobre América Latina mientras conocemos a otras personas”, comenta Natalia Ramírez, moderadora del Club de hoy y directora de Comunicación Estratégica y Futuros de RAS.

Natalia Ramírez, directora de Comunicación Estratégica y Futuros de Radio Ambulante Studios, moderó el Club de Escucha. Foto: Grupo Sura.

LA ESCUCHA

El Museo El Castillo, una construcción de inspiración gótica medieval de 1930, se alza sobre una loma del barrio El Poblado de Medellín. El Pabellón de los Jardines, contiguo a la zona de picnic, es el escenario del Club. Con su estructura simétrica de paredes de vidrio y techos de madera, y rodeado de un bosque protegido, el espacio resulta deslumbrante.

Cuarenta personas se acomodan en mesas dispuestas en forma de U, listas para escuchar el episodio “Permanencia temporal” de Radio Ambulante. El relato aborda la historia de Anamer, una periodista venezolana que emigró a Perú huyendo de la crisis en su país. Aunque al principio fue bien recibida, con el tiempo percibió un cambio en la actitud de la población y el Estado hacia los migrantes venezolanos, y debió enfrentar actitudes hostiles y desafíos enormes para adaptarse.

Los asistentes se dividen en dos. Unos son miembros de diferentes equipos de trabajo de Grupo Sura y otros, ganadores de la convocatoria “Pensar con otros”, un programa de SURA y la Fundación Bolívar Davivienda que apoya proyectos que construyen ciudadanía y democracia en América Latina.

En las mesas hay vasitos de papel llenos de lápices de colores, y frente a cada asistente, una o dos hojas con líneas y garabatos para colorear, una actividad que, según sugiere Ramírez, ayuda a la concentración durante la escucha. A nadie le falta agua o café.

Los asistentes escuchan el episodio Permanencia Temporal de Radio Ambulante. Foto: Grupo Sura.

La atención en la sala casi se puede tocar: algunos cruzan miradas, otros ríen tímidamente en los momentos ligeros del relato. En algunas hojas aparecen dibujos coloridos mientras el sol cae y la narración alcanza su nudo. La música de fondo acompasa el cambio de humor, se escucha la palabra “xenofobia” y los asistentes, poco a poco, dejan de colorear.

Es curioso estar en quietud durante tantos minutos con tantas personas, algunas de las cuales nunca antes se habían visto, otras que trabajan todos los días lado a lado. Al final, el silencio es total.

LA CONVERSACIÓN

Un invitado especial de este Club es el periodista peruano Diego Salazar, parte del equipo que produjo el episodio. Salazar explica cómo los medios peruanos han contribuido a alimentar la xenofobia contra los migrantes venezolanos. Aunque ese fue el germen del episodio de podcast, agrega, pasó meses buscando cómo contarlo sin que se convirtiera en una historia más sobre migrantes. “Pusimos el foco en cómo reaccionaba el país receptor”.

Aunque Anamer, la protagonista de la historia, no ha podido asistir al Club, más tarde cuenta en una breve entrevista telefónica cómo el rechazo, la pandemia y sus efectos emocionales la llevaron a tomar decisiones difíciles. Sin embargo, dice que este año ha sido más positivo: “logré obtener mi pasaporte, visitar a mi familia después de siete años y he podido viajar más. Ya me siento muchísimo mejor”.

En el Club, las reflexiones empiezan a fluir. Eduardo Rodríguez, también venezolano residente en Perú y representante del naciente festival de cine Migración en Tránsito, uno de los proyectos ganadores de la convocatoria “Pensar con otros”, comparte su experiencia migratoria con evidente conmoción. “Volver a hablar de una situación personal que también yo viví es remover emociones que aún duelen —cuenta—. En Perú parecía no haber habido delincuencia ni extorsión ni feminicidios hasta que llegaron los venezolanos, y eso incentivó una desconfianza que sigue vigente en la población, que nos ve como la causa de sus problemas”.

Tras la reflexión de Rodríguez, más asistentes se animan a intervenir. Surgen conversaciones sobre ideas opuestas: hipocresía y confianza, pesimismo y esperanza. Héctor Quintero, especialista en Talento Humano, plantea sus inquietudes: “¿Son nuestras relaciones realmente genuinas o el otro solo me importa cuando representa algo positivo para mí? ¿Qué ocurre cuando los humanos competimos y luchamos por sobrevivir? Cuando las necesidades básicas no están resueltas, sostener los lazos sociales se vuelve imposible para muchos”.

Alberto Gutiérrez, docente e investigador de la Universidad de Antioquia, pide la palabra para señalar que la sociedad no ha hecho lo necesario para comprender la migración desde la educación básica. “No estamos haciendo nada diferente de lo que hacíamos antes de vivir la migración. Sin hacer algo para entender y atender el fenómeno, no hay forma de encontrar una solución”.

Hacia el cierre, Erika Aguirre, de la Fundación Sura, reflexiona sobre la importancia de abordar la migración desde las comunidades y los barrios. “Si usamos la banca del parque como espacio de diálogo, sería aún más efectivo”, sugiere.

Concluido el evento, los asistentes interactúan y comparten impresiones sobre la conversación y la dinámica del Club. Foto: Grupo Sura.

ACCIONES Y SOLUCIONES

Terminado el Club de Escucha, todo es afecto y camaradería. Tras un llamado, los asistentes posan frente a la cámara para una foto grupal. Enseguida, comienza una lenta despedida entre risas y conversaciones. Algo ha quedado claro: el protagonismo no lo ha tenido la historia escuchada, sino las conversaciones y las relaciones provocadas.

Ricardo Jaramillo, presidente de Grupo Sura, destaca que, dado que la estrategia de la compañía contempla el desarrollo armónico de la sociedad, las iniciativas de conversación permiten tomar acción frente a realidades que existen en los países donde tienen presencia, y buscar soluciones. “Estamos convencidos de que, en la medida en que nuestra región sea sostenible, nosotros podremos tener negocios sostenibles”.

Por su parte, Juan Andrés Rojas, gerente de Jóvenes de la Fundación Bolívar Davivienda, dice: “hoy es una responsabilidad ya no solo de los medios de comunicación, sino en general de toda la población ser conscientes de las historias que ponemos a circular y de los relatos que movemos”.

Ahí radica el valor de los Clubes de Escucha: en promover esa conexión entre la gente y las historias que se cuentan sobre ellas mismas y sobre los otros. El episodio de podcast sobre Anamer no les habla únicamente a los venezolanos y peruanos, sino a todo quien haya experimentado, directa o indirectamente, lo que significa migrar. Y así le habla a toda América Latina. Hoy en el Museo El Castillo, escuchar la historia en voz de su protagonista dio a su vez voz al público asistente. En un mundo que tan a menudo grita, ese sencillo acto de escuchar para luego conversar y seguir escuchando parece hoy revolucionario.

 

* Ángel Orrego es comunicador y periodista colombiano. Ha colaborado con medios como El Colombiano y El País, abarcando principalmente temas económicos, financieros y de sostenibilidad.

Créditos

Producido por
Ángel Orrego*


Publicado en
11/27/2024

Comments