
Mi cara pero no mi cuerpo | Transcripción
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[Daniel Alarcón]: Antes de comenzar… Los nombres mencionados en esta historia fueron modificados para resguardar la privacidad de las entrevistadas.
Esto es Radio Ambulante. Soy Daniel Alarcón.
El 6 de octubre de 2023, Ana, de 19 años, estaba en su casa a las afueras de Ciudad de México. Eran pasadas las 8 de la noche y estaba a punto de bajar a cenar con sus papás cuando recibió una llamada…
[Ana]: A mí me pareció como muy extraño porque esta amiga en particular no suele marcarme.
[Daniel]: Ese día Ana no había ido a clases, entonces pensó que podría tratarse de algo urgente y decidió contestar.
Del otro lado de la línea, su amiga sonaba alterada.
[Ana]: Me dijo como de: “Me acaba de marcar una de las chicas. Y me dijo que que Diego, compañero de nuestro de nuestro salón de clases de la carrera estaba tomándonos fotos y sacando fotos de nuestras redes sociales para alterarlas con inteligencia artificial y pues desnudarlas por completo”.
[Daniel]: A Ana le estaba costando seguir lo que le estaba diciendo su amiga.
[Ana]: Como que las dos palabras que se me quedaron grabadas fue: “Tú desnuda y se está distribuyendo por la escuela, ¿no?”
[Daniel]: No entendía, además, por qué Diego. O sea… sí, lo conocía desde el primer semestre de universidad. Ambos estudiaban mercadotecnia y compartían salón pero no eran amigos cercanos… No pasaba más que un trato cordial. Ella nunca le había mandado fotos, de ningún tipo. Su amiga le contó que una compañera de la universidad descubrió las imágenes en el iPad de Diego en el salón de clases…
[Ana]: Le dije: “¿Pero cómo? O sea, explícame bien y todo”. Y me dijo: “La verdad es que yo tampoco estoy entendiendo bien. Se acaban de dar cuenta y pues ahorita están viendo qué hacer. Creo que están en la dirección y al parecer como que quieren ir a denunciar…”
[Daniel]: Ana empezó a sentir frío, ese frío que viene del miedo y la ansiedad extrema. Su amiga le dijo que la iba a agregar a un grupo de WhatsApp donde estaban otras chicas afectadas. Allí podrían resolver todas sus dudas.
Ana colgó empezó a temblar. Tenía demasiadas preguntas…
[Ana]: “¿Cómo que hay fotos mías desnuda? ¿Cómo que las está compartiendo? ¿Quién las vio? ¿Quién me reconoció? ¿Qué van a pensar mis papás? ¿Cómo les voy a decir?”
[Daniel]: De inmediato, le llegó una notificación de que la habían incluído en el chat. Todo ahí era caótico, estaba pasando en tiempo real.
Ana decidió escribirle a su novio. Necesitaba hablar con alguien que pudiera tranquilizarla. Le contó todo lo que estaba pasando. Él sorprendió con la noticia y también se molestó muchísimo: conocía a Diego porque solían encontrarse en fiestas o reuniones de amigos.
Mientras tanto, recibió un mensaje privado de Irma, la chica que encontró las imágenes editadas en el iPad de Diego.
Lo que le mandó es algo que Ana nunca olvidará.
[Ana]: Y ahí como que colapsé muy feo porque era como peor de lo que hubiera imaginado.
[Daniel]: Era una foto que reconoció al toque. La había subido hacía un tiempo a Instagram. Era ella tomándose una selfie frente a un espejo… Era su cara, sí, pero no su cuerpo.
[Ana]: Un cuerpo pues totalmente alterado, sexualizado y una forma muy vulgar de de representar un cuerpo de una mujer….
[Daniel]: Le comenzó a doler la cabeza, el estómago, se le formó un nudo en la garganta, se mareó… no podía respirar…
[Ana]: Entonces ahí sí de plano como que me, me tiré al suelo porque dije: ¿qué es esto? Y si yo me sentí avergonzada, apenada y destruida de ver mi imagen, la sola idea de pensar de que alguien más ya también las estaba viendo, pues fue como peor todavía.
[Daniel]: Había otras fotos también. Se las había tomado en distintas fechas y las había publicado en sus redes sociales. Algunas eran modificaciones de capturas de historias que solo se pueden ver por 24 horas… La más antigua era del 2022, más o menos…
[Ana]: Y como que empecé así con el arrepentimiento de “¿Por qué subí esta foto?”
[Daniel]: Y por qué a ella… Me imagino el horror. Pongámonos en su lugar. Ver una foto que uno subió un día porque quería mostrar en su perfil lo que llevaba puesto… algo tan cotidiano, tan superfluo… algo que hacen tantas personas… Y de repente ver otra foto… Una similar.. Ser capaz de reconocer el lugar, las cosas alrededor, recordar el momento exacto en que la tomaste, reconocer todo… excepto tu cuerpo. Todo tan familiar pero, a la vez, tan falso. Y aún así sentirse completamente vulnerable. Invadido. Expuesto.
A Ana le costó retomar la calma pero en un punto tomó una decisión.
[Ana]: Dije: “Tengo que hacer algo ya. O sea, ya tengo que que ver qué voy a hacer, porque si no, o sea, me voy a volver loca de solo quedarme aquí sentada”.
[Daniel]: Y así empezó una búsqueda por encontrar respuestas y justicia.
Una pausa y volvemos.
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. La periodista Selene Mazón nos sigue contando.
[Selene Mazón]: Después del shock de ver esa imagen suya, Ana trató de recuperar la compostura y retomó la conversación con su novio. Le contó lo que acababa de ver.
[Ana]: Y él me dijo: ¿sabes qué? Sí es un delito y sí tienes que denunciar y está mal. O sea, la verdad es que no, no creas que él lo está haciendo como un juego o como una tontería o sea es algo mal y está violando tus derechos, ¿no?
[Selene]: Además de la rabia que sentía contra Diego, Ana sintió vergüenza y miedo.
[Ana]: Yo le dije: “Es que lo que me da miedo es que no me crean mis papás o en general las demás personas ¿no? Y luego. ¿Cómo voy a regresar a la escuela? O sea que. ¿Qué pasa después, no?
[Selene]: Su novio la reconfortó, le dijo que eso era lo que menos debía preocuparle, que ella no había hecho nada malo. Ana logró calmarse un poco y le contó que en el grupo de Whatsapp las chicas estaban hablando sobre denunciar a Diego, pero que no estaba segura. Su novio le sugirió que primero le contara a sus papás. Si ellos no la apoyaban, él la acompañaría.
Ana decidió bajar a la cocina. Su mamá y su papá ya estaban sentados cenando. Esta es su mamá, Emma.
[Emma]: Inmediatamente supe que algo le estaba pasando a mi hija porque su rostro era otro. Algo tenía que decir y no sabía cómo decirlo. O sea, no era su carita de siempre, ¿ves? como cuando va a pedir un permiso, como cuando nos va a contar algo emocionante. Su cara era otra.
[Selene]: Con mucho esfuerzo, Ana les contó todo. Estaba pálida. A Emma le costaba entender completamente lo que su hija le estaba contando… No sabía mucho sobre inteligencia artificial y cómo funcionaba la tecnología detrás. Pero en ningún momento dudó de su palabra.
[Emma]: Dejó muy claro desde el principio que las fotos eran editadas, ¿sabes? Como si tuviera pena de decirlo porque no sabía cómo iban a reaccionar sus sus papás al decirles que había fotos de ella con un cuerpo desnudo.
[Selene]: Su mamá, como mujer, entendió perfecto cómo se estaba sintiendo.
[Emma]: Porque yo lo sentí también. Sentí el mismo coraje, la misma indignación. O sea, si hubiera estado yo en esa misma situación, ¿cómo le explico al mundo, a mis papás, a quienes ya lo vieron, que no es mi cuerpo. Es un sentimiento increíble porque sabes que no es tu cuerpo, pero sientes vergüenza de que alguien lo esté viendo.
[Selene]: Su papá no dijo mucho, pero era evidente que también estaba indignado y molesto. Así que le preguntaron a su hija lo único que pudieron verbalizar: ¿qué quieres hacer?
Ana les dijo que había compañeras en camino a la Fiscalía para denunciar a Diego. Y que, aunque no estaba segura si ella iba a hacerlo, sí quería ir a apoyarlas. Sus papás aceptaron. Agarraron las llaves del auto y salieron.
En el camino Emma le preguntaba a Ana cómo se sentía, le recordaba que no estaba sola, que la apoyaban en todo… Pero Ana casi ni podía hablar. Emma, por su parte, no sabía qué se podía hacer en este caso.
[Emma]: ¿Cómo haces? ¿Cómo la proteges de este tipo de de situaciones? No hay modo. O sea, la cuidas de que no le pase nada en el transporte porque la llevas. La cuidas sabiendo que está bien en casa de alguna amiga. O sea, no me cabía en la cabeza. ¿Ves? Yo, este, por más que trataba de ser fuerte, se me salían las lágrimas.
[Selene]: Sentía demasiada impotencia. Cuando llegaron a la Fiscalía, tomó a su hija de la mano y caminó a toda velocidad hasta la entrada. Aunque en un inicio solo querían dejar pasar a Ana, al final su mamá pudo acompañarla.
Ana caminaba casi por inercia.
[Ana]: Es que no, no estaba pensando en general en nada. O sea, yo como que solo estaba de: “Okay, ya estoy aquí. Tengo que subir, ¿a dónde tengo que llegar?”
[Selene]: Sobre todo, quería reunirse con su compañera Irma la que había encontrado las fotos y estaba liderando la denuncia. Mientras Ana subía unas escaleras al segundo piso, alcanzó a ver a Diego detenido. Estaba sentado en un cuarto con rejas.
[Ana]: Y recuerdo que mi impacto fue: “No, no lo quiero ver”. Y yo me quería ir rápido, pero mi mamá me dijo: “¿Es él?” Y le dije: “Sí”.
[Emma]: Yo lo vi, sentí unas ganas de ir a patearlo, de jalonearlo de… no, no sabes. Me hervía la sangre, me contuve muchísimo y me tranquilizó. Me dijo: “cálmate, tranquila”.
[Selene]: Ana la jaló para que se fueran rápido, y llegaron hasta una sala donde había otras personas esperando para denunciar otros delitos… Casi enseguida, vio salir de una oficina a Irma. Se abrazaron y ahí ella empezó a contarle todo lo que había pasado.
Más temprano ese mismo día, Irma estaba saliendo del salón de clases cuando vio a Diego sentado en su pupitre. Tenía su iPad prendido sobre la mesa y estaba viendo una foto de una mujer desnuda…
A Irma le llamó la atención y se quedó viendo la pantalla. Le pasó lo mismo que a Ana: reconoció su cara pero no su cuerpo. Inmediatamente enfrentó a Diego. A él se le transformó el semblante por completo. Se puso rojo… Siempre le pasaba cuando se ponía nervioso.
Según Ana y otras chicas del caso, Diego era el típico chico que quería vivir la experiencia universitaria completa: salir a fiestas, tomar, ir a bares… Le gustaba hacer chistes bobos en el salón pero no llegaba a ser irritante. Era evidente que quería ser aceptado, agradar a sus compañeros. Tanto así que todos tenían la contraseña de su iPad porque lo prestaba para que pudieran jugar.
Diego intentó bloquear y guardar el iPad. Algunos amigos de Irma se acercaron para ver qué estaba pasando. Al principio, Diego lo negó todo. Y cada vez que Irma le hacía preguntas, él se contradecía más. Entonces los amigos de Irma intervinieron. Aquí ella.
[Irma]: Y como él lo estaba negando fue como de: “Pues entonces enséñale el iPad”.
[Selene]: Finalmente Irma pudo coger el iPad y vio su foto de cerca. Se quedó helada.
[Irma]: ¿Por qué mi foto está así? O sea, ¿por qué está modificada? Fue como ese impacto. Pero después dije: ¿Y qué van a hacer con esa foto? O sea, ¿sólo la tendrá aquí? ¿La tendrá en todos sus dispositivos?
[Selene]: Y mientras todo eso pasaba por su cabeza, Diego se transformó.
[Irma]: De la nada pasó de estar así como que con pena o con vergüenza a, a ponerse violento. Entonces se quiso como aventar hacia mí para quitarme el iPad.
[Selene]: Irma alcanzó a hacerse para atrás, pero Diego empezó a manotear y a gritar… Varios compañeros tuvieron que agarrarlo para que no se acercara. Irma salió corriendo del salón para hablar con la coordinadora de la carrera y el director. Ya encerrada en la oficina de la dirección, tuvo un momento de calma para ver lo que había en el iPad… Y ahí estaban: miles y miles de fotos y videos de mujeres con contenido sexual. Ahí identificó a varias de sus compañeras… Todo comenzó a verse como algo más grande de lo que pensaba.
La pornografía deepfake es alarmantemente común. Cada vez hay más aplicaciones que transforman imágenes ordinarias de niñas y mujeres en pornografía, que luego son subidas a páginas web. Una de las páginas más populares dedicadas a esto recibe más de 17 millones de visitas al mes…
Cuando Irma le contó al director de la carrera lo que había encontrado, él le dijo que expulsarían a Diego y, que si ella quería denunciarlo, la universidad la apoyaría… El director llamó a la policía y le ofreció enviarle un abogado del politécnico. A las nueve de la noche, dos patrullas se llevaron a Irma y a Diego a la fiscalía por separado.
(Música/Pausa)
Mientras Ana e Irma conversaban sentían que las personas de la fiscalía las miraban como de reojo, juzgándolas. En su declaración, Irma había mencionado que pronto iban a llegar más chicas a denunciar el mismo delito. Y para Ana el trato que les dieron le hizo pensar que los funcionarios las veían como un grupo de niñas revoltosas.
Las chicas seguían esperando al abogado que la universidad les había ofrecido. Pero nada que llegaba. Todo era nuevo para ellas.
[Ana]: Nunca habíamos estado en esa situación, no estábamos entendiendo bien el delito porque pues era como algo muy nuevo ni siquiera los de la fiscalía estaban entendiendo el delito y pues ver que les importaba tan poco y como que querían que avanzaran más rápido porque faltaban muchas otras personas y como que no nos creían…
[Selene]: Y es que el tema de castigar las deepfakes es relativamente nuevo a nivel global. Pocos países han avanzado en el tema. Uno de ellos es Corea del Sur, donde están trabajando en un proyecto de ley para multar y encarcelar a quien produzca y posea este tipo de material. En algunos estados de Estados Unidos han aprobado leyes para combatir el uso de imágenes o de audio manipuladas de forma engañosa. Aunque no se refiere exclusivamente a contenido sexual. Y, en Reino Unido, ya existe una ley que criminaliza compartir pornografía deepfake, mientras el gobierno empezó a trabajar en otra que criminalice su creación,
En México una de las vías legales ya existentes para abordar estos casos es el de violación a la intimidad sexual. Se describe dentro de una ley que se conoce como Ley Olimpia, un conjunto de reformas aprobadas en 2021 que busca sancionar la violencia digital y proteger la intimidad sexual de las personas. La promotora fue la mexicana Olimpia Coral, que tenía 18 años cuando fue víctima de pornovenganza cuando su expareja divulgó un video sexual de ella sin su consentimiento. Olimpia logró que se reconociera la violencia digital y se sancionara hasta con ocho años de prisión a quienes compartieran contenidos íntimos de esa forma, según el estado donde se cometa el delito.
(Música)
Cuando llamaron a Ana para dar su declaración, una persona frente a una computadora la estaba esperando. Adentro también había policías comiendo y conversando. Se sintió intimidada.
[Ana]: Me acuerdo mucho que a mí me dio como mucho, mucho coraje porque era como yo contándole la situación así con el nudo en la garganta, sintiéndome súper mal. Entonces van como que escribiendo y de que: “Ay, perdóname. ¿Qué me dijiste?” Este tu foto. Y con inteligencia artificial. Ajá. ¿Y cuerpo desnudo. Ajá. Okay, Ajá. O sea, como que era solo un ajá. Okay, okay.
[Selene]: Ana salió de ahí agotada… Y todavía le faltaba hablar con tres personas más para completar la denuncia. Después de una hora y media le volvieron a llamar a otra oficina para reconfirmar su historia. No dejaban de cuestionarla… De minimizar lo que estaba viviendo.
[Ana]: ¿Pero nada más fue eso? O sea, ¿nada más alteraron una foto? ¿No te violaron, no te golpearon? ¿Nada más es eso?
[Selene]: Lo mismo les pasó a las otras chicas que fueron a presentar la denuncia. Se les cuestionó por tener tatuajes o piercings, les echaron la culpa por no tener su perfil de Instagram privado.
[Ana]: O sea, era como de: “Oye, pero pero si no es tu cuerpo. O sea ¿Por qué te molesta?” “Este no te preocupes y si no, si no parece real pues qué tiene”.
[Selene]: Cuando salió, su mamá se acercó a abrazarla.
[Emma]: Hubo un momento en donde todas, ya estando acompañadas, se derrumbaron. Nos derrumbamos papás también, porque había papás también muchos ahí acompañando. La verdad, por más fuerte que que quería ser para poderla respaldar no podía, igual me ganó el llanto y nos quebramos allá.
(Pausa/Música)
[Selene]: Mientras avanzaban lentamente los trámites, Ana vio cómo llegaban otras personas a la fiscalía. La mayoría eran mujeres. Muchas venían a denunciar violaciones, golpes, maltrato… Todo esto la impactó. Era la primera vez que veía con sus propios ojos a mujeres violentadas de esa forma y, de alguna manera, se sintió mal por estar ahí.
[Ana]: O sea, si llegué a minimizar mi problema diciendo cómo es que ni siquiera yo estoy entendiendo bien el delito, pero estoy viendo llegar a un montón de chicas, eh, eh, con lesiones físicas.
[Selene]: Se empezó a arrepentir de haber ido a denunciar porque además, por una razón que nunca entendieron, se dieron cuenta que los policías paseaban a Diego, frente a ellas, esposado.
[Ana]: O sea, él pasaba como si nada. Incluso caminaba como que brincando, o sea como que “me vale lo que hagan…” Yo lo sentí súper relajado de todo, todo el tiempo, todo el tiempo. O sea, él se veía como que hasta burlón.
[Selene]: Ana se sentía expuesta… Ahora Diego sabía exactamente quiénes eran las que lo estaban denunciando. Toda esta situación la desanimaba.
[Ana]: Te sientes humillada, te sientes sobajada,, te sientes revictimizada entonces estaba yo teniendo como muchísimas emociones al mismo tiempo, pero mal. Tenía un montón de sueño, un montón de hambre, estaba muy triste, estaba muy enojada…
[Selene]: Pero se quedó por sus compañeras. Porque estaban juntas en eso. Porque al menos, entre ellas, se entendían y sabían que estaban diciendo la verdad.
[Ana]: En mucha, mucha parte lo estoy haciendo también porque si no me creen a mí le tienen que creer a alguna de las ocho. Si no es a mí, que le crean a mí amiga, y si no es a ella, que le crean a mi otra amiga, a quien sea, pero que sepan que está de verdad pasando y que no minimicen justo porque no están entendiendo la situación.
[Selene]: Ana terminó su declaración a las 5 de la mañana del sábado. Todo el proceso de denuncia tardó más de siete horas. Nunca llegó el abogado que la universidad les había ofrecido. No tenían idea cuáles serían los siguientes pasos ni qué pasaría a partir de ese momento. Lo único que les habían dicho era que Diego se quedaría detenido hasta el lunes. Ese día se haría la primera audiencia del caso.
Como cada denuncia que habían presentado las chicas era individual, se abrió una carpeta para cada una. Es decir, 8 procesos judiciales distintos contra Diego por el mismo delito. Se sentían seguras de que Diego sería sentenciado. Habían presentado las pruebas. Todo estaba allí.
Cuando Ana salió de la Fiscalía vio que su papá y su novio la estaban esperando. Verlos allí fue reconfortante. Su novio se acercó.
[Ana]: Cuando me abrazó caí en cuenta de que ya estaba fuera de eso, o sea que ya había acabado por por ese día.
[Selene]: Por ese día, porque la pesadilla estaba lejos de terminarse.
[Daniel]: Una pausa y volvemos.
(Midroll)
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Selene Mazón nos sigue contando.
[Selene]: Durante el fin de semana después de la denuncia que pusieron Ana y las demás chicas, Diego se quedó detenido en la Fiscalía. Por protocolo debía esperar ahí hasta el lunes para su primera audiencia. Ahí se determinaría si Diego seguiría detenido o no.
La primera audiencia sería por la denuncia de Irma, la que encontró el iPad. Cuando llegó el lunes, ella y las demás chicas se encontraron afuera de la fiscalía. Como el abogado que les había ofrecido la Universidad nunca llegó, la fiscalía les asignó uno para que la representara ese día. Por tratarse de un delito sexual solo podía pasar Irma.
Durante la audiencia su abogado estaba nervioso. A Irma le pareció que no tenía experiencia con ese tipo de delitos. Y mientras ella se sentía incómoda, Diego se veía muy tranquilo. Después de dos horas, el juez dio su resolución. Aquí Irma.
[Irma]: El juez dice que pues que la fiscalía no pudieron aportar la prueba de la foto porque pues no, o sea, sí encontraron a lo mejor ciertas cosas, pero pues no, no puntualmente de la víctima que está aquí denunciando, ¿no?
[Selene]: Es decir que, aunque la policía cibernética encontró miles de fotos, necesitaban específicamente la de Irma para que Diego quedara detenido.
[Irma]: Entonces yo me sentí bien mal porque dije: “¿qué es esto?” O sea, si todo estaba ahí en el iPad, ¿cómo que no lo encontraron? Y dije: “¿y si ya borraron todo? ¿Y si hubo corrupción y ya borraron todo?” Y como que pasaron muchas cosas por mi mente y pues yo me puse a llorar.
[Selene]: Además, había otro argumento que tenía más peso: no se podía demostrar el delito de violación a la intimidad sexual…. Pues este castiga exclusivamente la creación y distribución del material. Entonces, para que Diego fuera procesado, era necesario probar que Irma lo encontró in fraganti editando o compartiendo una foto con su imagen. Irma estaba devastada. El juez aclaró que el proceso de investigación seguiría en curso. Solo que con Diego en libertad.
(Música/Pausa)
Afuera de la Fiscalía, las otras chicas la estaban esperando. Cuando Irma salió, casi no pudo hablar, pero su cara lo dijo todo.
[Irma]: Hice contacto visual con ellas y traté de decirles algo pero no pude, no me salían las palabras… O sea, me ganaron igual ahí las ganas de llorar. Era como que obvio lo que había pasado, ¿no?
[Selene]: Emma, la mamá de Ana, recuerda cuando su hija la llamó para darle la noticia. Aquí ella.
[Emma]: Me habla llorando: “Mamá, es que lo lo van a dejar libre. O que tú estás bien. No, mamá. Lo van a dejar libre. No sé qué. Entonces corrí del centro a la fiscalía. Son diez minutos. Llegué rapidísimo y estaban inconsolables.
[Selene]: Sentían que si no habían logrado comprobar que Diego era culpable con la denuncia de Irma quien fue que lo vio con el iPad, ¿qué les esperaba a las demás?
(Pausa)
Después de la audiencia, las chicas se fueron juntas a la universidad. Ahora que Diego estaba libre, tenían miedo de que llegara como si nada hubiera pasado…. Porque aunque el director le había prometido a Irma que lo expulsarían, hasta ese momento no había emitido ningún pronunciamiento oficial. Y cuando llegaron a preguntar, les dijeron que no podían expulsarlo porque la Universidad no había realizado una investigación. Esta es Ana.
[Ana]: Solo porque el gobierno dijo que era libre, pues ellos dijeron no, pues también.
[Selene]: Las mandaron a hablar con la psicóloga de la universidad. Y ella les dijo algo que no esperaban.
[Ana]: Porque nos estaba diciendo que que para estar bien teníamos que perdonarlo y que como que teníamos que ver por qué cosas, si éramos privilegiadas en la situación. O sea, como que no nos habían pasado cosas más allá, igual, muy revictimizadas.
[Selene]: Pero toda esta reacción de la universidad en vez de desmotivarlas, las movilizó. Decidieron que lo mejor que podían hacer era que su historia se hiciera pública para que, de alguna manera, el caso no quedara impune. Enviaron decenas de mensajes a varios medios de comunicación, así como a algunas colectivas feministas, con la esperanza de que alguno de ellos respondiera. Querían que, por lo menos, Diego sintiera el escarnio público. Aquí Irma:
[Irma]: Si nosotras tenemos a lo mejor eh miedo y vergüenza de que no sabemos quién vio esas fotos y igual por todo lo que esto conlleva psicológicamente, pues que al menos él no pueda estar ahí como si nada, con completa libertad, sino que a lo mejor alguna que otra persona lo llegara a reconocer y si acaso señalarlo o identificarlo de que ay, tú eres el de el de tal nota o algo así, ¿no?
[Selene]: Al día siguiente una cuenta de Instagram, con muchos seguidores, jóvenes como ellas, publicó un carrusel de 10 imágenes que detallaba punto a punto lo ocurrido. En la portada se leía un título contundente: “más de 20,000 fotos sin consentimiento”. Ellas lo compartieron en sus redes, se hizo viral y muy rápido sintieron el apoyo de la gente.
[Ana]: O sea, nos dejamos de sentir como víctimas y nos empezamos a ver así como ya las que estaban haciendo algo por ese delito, ¿no?
[Selene]: A partir de ese momento algunos de los colectivos feministas que habían contactado comenzaron a responderles. Olimpia Coral, la promotora de la ley con las cuales las chicas denunciaron a Diego, fue una de las que les contestó y fue a verlas en la universidad. Fue un antes y después para ellas.
Con su ayuda, las chicas redactaron una serie de demandas dirigidas a la Fiscalía de la Ciudad de México y a las autoridades del politécnico. Allí detallaban todos los hechos y pedían, entre otras cosas, que la Universidad expulsara a Diego y ajustara sus protocolos para poder responder ante situaciones así.
Habían pasado tan sólo tres días desde que Diego salió libre y no sabían nada de él. Tenían miedo de que se escapara, por eso tenían que actuar pronto. Fueron a Zacatenco, el campus central de la Universidad, donde las recibieron un par de funcionarios, la mayoría hombres. Ellos les dijeron que podían procesar su pedido de expulsión pero que tenían que imprimir sus fotos desnudas para archivarlas en una carpeta. Necesitaban guardar la evidencia.
[Ana]: Cuando nos dijeron luego, luego como que les empezamos a gritar y a decir que pues justamente lo que queríamos era que se dejara de difundir este contenido y que cómo íbamos a permitir que otras personas la vieran, luego puros hombres, que la imprimieran, que no sabíamos qué filtros pasaban esas imágenes, o sea que pues no.
[Selene]: Ellas no cedieron. Les dijeron que si no se cumplía su serie de demandas iban a hacer una protesta.
[Soundbite de archivo]
[Selene]: Al siguiente día se manifestaron frente a la entrada principal de la universidad. Se taparon la cara, llevaron megáfonos y cerraron la calle. Las acompañaron algunos colectivos feministas y la misma Olimpia. La noticia se empezó a compartir en varios medios de comunicación.
[Soundbite de archivo]
[Periodista 1]: La inteligencia artificial se está utilizando por violentadores digitales.
[Periodista 2]: Un alumno del Poli vendía más de 20 mil fotos íntimas y porno deepfake de sus compañeras sin consentimiento.
[Periodista 3]: Simulaba o editaba estas fotografías para presentarlas completamente desnudas.
[Periodista 4]: Alumnas de la ESCA han denunciado revictimización y abandono por parte de las autoridades politécnicas en el proceso.
[Selene]: La presión que puso esto sobre la universidad funcionó. Ese mismo día, se publicó un comunicado informando la expulsión definitiva de Diego de la institución.
[Pausa]
Mientras tanto, el proceso legal continuaba, pero la tarea de investigación que tenía que hacer la policía cibernética era inmensa. Entre más de 160 mil archivos, debían encontrar las fotos originales y las editadas de todas las chicas demandantes. Tenían que asegurarse de que fuera la misma cantidad de fotos que habían mencionado en su denuncia.
Para que el caso avanzara más rápido, la policía les pidió a las chicas que fueran personalmente a la fiscalía para encontrarlas. Ellas aceptaron. Dejaron de ir a clases y se enfocaron solamente en eso.
Al inicio se organizaron para ir juntas a la fiscalía. Llegaban desde muy temprano para sentarse en un cuarto pequeño. Las miles de fotos estaban en una USB conectada a una televisión mediana. Tenían que abrir una por una hasta encontrar sus fotos. No estaban catalogadas ni ordenadas de ninguna manera. Era extenuante. Además, el sistema se reiniciaba todos los días y les tocaba casi que empezar de cero. La mayor parte del tiempo estaban en silencio. Esta es Ana.
[Ana]: Siento que fue la la escena más traumática de todo el proceso, porque pues tener que ir viendo pornografía infantil, tener que ir viendo videos, tener que ir viendo a a fotos de mujeres inconscientes a a fotos reales, fotos alteradas. Era humillante, era desagradable, era tristísimo, era impotente porque pues obviamente no sabías quiénes eran esos niños o cómo los podías ayudar. O sea, muchas, muchas cosas.
[Selene]: Era mucho para digerir. Para apoyarse entre ellas, a medida que pasaban los días, fueron tomando turnos de acuerdo a cómo se estuviera sintiendo cada una.
(Música /Pausa)
Desde que liberaron a Diego, el 9 de octubre del 2023 las chicas dejaron de ir a la universidad. Y aunque los maestros sabían de su situación, les ponían problemas por faltar y no entregar los trabajos. Esperaban que las chicas actuaran con normalidad. Como si nada hubiera pasado.
Pero aquí hay que entender algo: a pesar de que las imágenes de ellas desnudas son “falsas”, está comprobado que ser víctimas de esto puede ocasionar trauma, ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. Porque la creación de una deepfake sin consentimiento es un robo de identidad severo… Y eso es lo que sentía Ana… que su identidad se estaba desmoronando.
[Ana]: A lo mejor yo lo que quería que las personas vieran de mí era que era una persona dedicada, que me gusta mi carrera, que era inteligente, que era divertida y cómo por una persona que que hizo eso que te está agrediendo, puede cambiar la perspectiva que tengan las personas de ti cuando te costó tanto trabajo construir algo que era como tú querías que te vieran las demás personas.
[Selene]: Y no solo eso: la sola posibilidad de pensar que ese contenido estaba flotando en dispositivos, fuera de su control, era por sí mismo aterrador.
[Ana]: Vas caminando a la escuela y no sabes quién te está viendo desnuda porque vio esa foto. ¿Quién está a lo mejor esperando a ver a qué hora sales? ¿A dónde vas? ¿Con quién sales? ¿En qué momento estás sola? O sea, era una inseguridad completa. En algún momento llegué a pensar que tenía delirio de persecución, que todas las personas me miraban, que me estaban siguiendo, que cualquier persona me estaba juzgando también.
[Selene]: Ana empezó a cerrarse al mundo. Se volvió más callada y reservada. Dejó de conocer gente nueva. Sólo conversaba con las chicas con las que estaba compartiendo el caso, quienes también experimentaban situaciones similares. Dejó de usar sus cuentas de redes sociales. Antes solía subir fotos de sí misma cuando le gustaba como estaba vestida o cómo se veía… Pero después de lo que Diego le hizo, la relación con su cuerpo cambió.
[Ana]: De por sí hay como mil estereotipos hacia las mujeres de cómo debería o debe ser un cuerpo, eh… Ya es algo por lo que te puedes llegar a juzgar a ti misma, pero verte en un cuerpo diferente también es un impacto súper fuerte, porque obviamente empiezas a juzgarte a ti misma por tu cuerpo, por tu forma de ser.
[Selene]: Ana vivía todo esto en silencio. Y a pesar del apoyo, en su casa se creó un pacto tácito donde no se hablaba del tema de Diego a menos de que fuera estrictamente necesario…
(Música)
Mientras tanto la búsqueda de sus fotos parecía no tener fin. Los turnos eran de entre 10 a 12 horas… Hasta que después de unas dos semanas finalmente encontraron la primera foto de una de ellas…
Enseguida le avisaron a la policía cibernética. Les hicieron llenar unos formularios para adjuntar la imagen a la carpeta de investigación. Con esas pruebas, el Ministerio Público solicitó una orden de aprehensión para Diego. Lo detuvieron en su casa en la madrugada del 26 de octubre de 2023.
Ana estaba en una de las tantas reuniones de la Fiscalía cuando se enteró de la noticia.
[Ana]: Y y todas nos pusimos muy felices. O sea, recuerdo que sí, todo fue así, de un respiro muy… que hace mucho tiempo nos sentíamos un poco de paz y un poco de alivio. Sí, fue como wow, y, y como que ahí empezó a tomar forma y sentido todo lo que estábamos haciendo, porque sí fue de ya logramos mucho, cosa que que obviamente no esperábamos, ¿no?
[Selene]: Durante las siguientes semanas, las denunciantes encontraron las fotos que habían mencionado en su caso. Ahora solo les quedaba esperar a las audiencias.
[Daniel]: Una pausa y volvemos.
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Selene Mazón nos sigue contando
[Selene]: Desde el 26 de octubre de 2023, Diego quedó detenido en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. Para abril de 2024, seis meses después de que se confiscó el iPad, sólo habían logrado avanzar dos denuncias. Recordemos que se abrieron ocho denuncias diferentes. Una por cada una de las chicas. Algunas se fueron retrasando por la burocracia, los largos tiempos de espera y solicitudes que hacía la defensa de Diego.
Para ese momento, las chicas habían cambiado de abogada. Un colectivo feminista llamado “Abogadas con Glitter” les refirió a una penalista con perspectiva de género. Ella decidió enfocarse en las dos denuncias que estaban más avanzadas y durante esos meses, se realizaron algunas audiencias para probar que Diego era culpable.
Uno de los principales argumentos de los abogados de Diego para defender su inocencia fue el mismo por el que lo dejaron libre la primera vez: no se podía comprobar que él editó las fotos. Sostenían que Diego era un, y cito, “coleccionista”… Que él simplemente las tenía guardadas en su iPad y que eso no era un crimen. Sin embargo, Diego sí fue enjuiciado por el delito de trata de personas y pornografía infantil por las fotos que encontraron las chicas durante su búsqueda. Sonará poco intuitivo que se aplique el delito de trata de personas, pero ya la Corte Suprema de Justicia de México había dicho que almacenar pornografía infantil debía ser considerado como tal.
Mientras tanto, Ana volvió a retomar clases y los medicamentos que le envió su psiquiatra empezaron a surtir efecto. Se sentía más estable. Algunas de ellas empezaron a leer más sobre feminismo. Otras comenzaron a tener conversaciones más abiertas con sus familias sobre violencia de género. Todo el incidente había cambiado cosas en sus casas y en sus vidas.
Después de un año, llegó el día del juicio para dictar la sentencia de Diego: el 4 de diciembre de 2024.
[Soundbite de archivo]
[Selene]: Ese día estuve ahí, afuera del Reclusorio Oriente en Ciudad de México. Había mucha gente y muchos medios de comunicación. Diego llevaba 13 meses preso. La calle enfrente de la entrada al reclusorio estaba dividida en dos partes, marcadas por colores.
[Soundbite de archivo]
[Selene]: Era un enfrentamiento de dos bandos.
[Soundbite de archivo]
[Mujer]: Hoy les decimos a nuestras compañeras del Instituto Politécnico Nacional que no están solas. Aquí nos tienen. Aquí está su manada y juntas seguiremos resistiendo…
[Selene]: Por un lado, lo que uno esperaría en un caso así de grave: una carpa donde las chicas del politécnico con pañuelos morados gritaban consignas a través de un megáfono. Detrás de ellas había una pancarta que decía: “Fuera todos los agresores sexuales del IPN.”… Del Instituto Politécnico Nacional.
Y del otro lado, un grupo de personas vestidas de azul.
[Mujeres colectivo No Más Presos Inocentes]: Hombre. Escucha. Esta es tu lucha, hombre. Escucha. Esta es tu lucha,
[Selene]: “Hombre escucha, esta es tu lucha”, gritaban. Eran mujeres del colectivo “No más presos inocentes”. Sostenían banderas y pancartas con frases como “Silenciar a un hombre también es violencia”, “no más presos inocentes por mujeres despechadas”, “Basta. No más presión feminista”.
El colectivo se creó alrededor del 2021 y su líder dice que actualmente lo integran alrededor de 1.500 personas a nivel nacional. La mayoría de ellas son mujeres que tienen algún familiar —hermano, hijo, pareja, padre— detenido por delitos sexuales. Ahí, con ellos, estaba la mamá de Diego. Me dijo que su hijo es inocente. Que es un chico tranquilo, que no va a fiestas, recalcó. Le hice una pregunta:
[Selene]: ¿Por qué se tomarían estas chicas la molestia de armar todo un caso así? ¿Gastar tiempo, energía?
[Angélica]: Yo no le puedo decir, o sea, yo tengo mis propias conclusiones y el ver y el pensar y el cómo se están desarrollando, puedo tener muchas este vertientes, muchas respuestas, nada se va a ver hasta que… pues realmente yo pido que se se castigue a quien realmente mintió.
[Selene]: No me dijo el porqué.
[MÚSICA]
El juicio estaba programado para las dos de la tarde, pero comenzó cerca de dos horas después. La abogada e Irma entraron a la fiscalía y los demás esperamos afuera.
Conforme pasaba el tiempo, las personas de ambos bandos se fueron dispersando. Algunos iban a comer algo, las cámaras de los medios los seguían, había mucha expectativa. Nadie sabía lo que estaba pasando dentro. Alrededor de las 6 me fui y lo demás lo sé por las chicas. Les avisaron que el juicio terminó a las 11 de la noche. Diez minutos después, vieron a los abogados de Diego salir deprisa. Después salieron Irma y su abogada. Aquí Ana:
[Ana]: Cuando fuimos a preguntarle… O sea, antes de decirnos cualquier cosa empezó a llorar y fue cuando supimos que había sido otra vez mal.
[Selene]: Irma les contó que el juez había aceptado que todo era real y que las chicas eran víctimas de un delito… Pero pesó más el argumento de la primera vez que lo liberaron: no se podía comprobar que Diego fue quien editó las fotos. Quedó absuelto por el delito de violación a la intimidad sexual por la denuncia las dos chicas… Pero no quedó libre, pues todavía falta el juicio por el delito de pornografía infantil y trata de personas.
A pesar de que sigue detenido, el resultado fue un golpe muy duro para las chicas.
[Ana]: O sea, nos dio para abajo a todas. Recuerdo que por ejemplo, otra, otra de las chicas. Empezó a vomitar, otra estaba llorando, yo sentía como que me desmayaba, o sea, como que fue… Fue una muy fea sensación en general.
[Selene]: Durante días, Ana y las demás se resguardaron con sus familiares. Irma y la otra chica del juicio decidieron apelar la decisión del juez. Mientras que las otras todavía tenían que pasar por el largo proceso de audiencias. Una de ellas era Ana. Y aunque no sabían si conseguirían un resultado distinto, decidieron continuar…
[MÚSICA]
Pero hay daños irreparables. Ana me contó lo difícil que ha sido para ella.
[Ana]: Definitivamente ya no soy tan sociable como antes, porque justo me cuesta como pensar que que voy a estar segura con cualquier persona, porque justo es como de sentir el miedo de que, de que me traicionen o de que me hagan algún daño por dar como tanta entrada hacia hacia mi vida. ¿No? Hacia mi situación personal, pues sí, a todo eso.
[Selene]: Tampoco ve a la universidad igual. Si antes le apasionaba ir a clases y estudiar, ahora solo piensa en que quiere terminar su carrera lo más pronto posible. No ha dejado de sentirse observada, perseguida, juzgada. Y eso es algo que comparten las demás chicas.
Pero en medio de todo esto, la unión que ha conseguido con las demás la ha hecho más fuerte. Hay otra cosa que la mantiene en pie, Ana sabe que lo que ella y las demás están haciendo es importante para muchísimas chicas jóvenes.
[Ana]: Y ver que muchas chicas eh se identifican con la situación o que están hasta emocionadas de saber que se está haciendo un precedente de las cosas que puede llegar a a ser importante, que puede ser el primer caso que se va a regularizar mucho más todo el tema de la inteligencia artificial, de las redes sociales, de todo es lo que nos ha mantenido un poco más… más al pie de la situación.
Así que buscarán que las leyes mexicanas castiguen la posesión de este tipo de contenidos, así como exigir la cooperación de las plataformas digitales para llegar a los responsables. Sin importar el cansancio. Porque apropiarse de sus cuerpos e historia es algo que ni Diego ni cualquier inteligencia artificial les puede quitar.
[Daniel]: Esta historia fue producida por las periodistas Selene Mazón y Lisette Arévalo. Selene vive en la Ciudad de México; Lisette, en Quito, Ecuador.
Esta historia fue editada por Camila Segura y Luis Fernando Vargas. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido es de Andrés Azpiri con música de Ana Tuirán.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Adriana Bernal, Aneris Casassus, Diego Corzo, Emilia Erbetta, Camilo Jiménez Santofimio, Melisa Rabanales, Natalia Ramírez, David Trujillo y Elsa Liliana Ullo.
Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
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