Transcript: The Orphans

Transcript: The Orphans

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Daniel Alarcón: En esta historia conocemos a dos niños en una situación muy delicada. Están en un país que no conocen, rodeados de gente extraña… y es difícil saber en quién confiar. Necesitan un milagro.

Jorge D’Garay nos cuenta la historia.

Jorge D’Garay: Es invierno, y Jazmín Gembarski Reyes se encuentra en un bus. Está volviendo a su casa en Tijuana desde la ciudad de México. El viaje tarda un par de días. Es largo, monótono, y cada cierto tiempo el bus para en un retén militar. Todo normal para un viaje como este, salvo un detalle: en el bus, vienen tres pasajeros de origen africano, dos niños y una mujer.

Jorge D’Garay: Jazmin no deja de observar a los tres extranjeros. Le extraña su comportamiento. Nota que siempre están dormidos, que no comen, que no van suficientemente abrigados para el frío del norte. Está tan pendiente de ellos que en una parada Jazmín se atreve a hablarle a la mujer que los acompaña.

Jazmín: Fue así de esa forma: le digo, “¿Por qué tu hijo no trae chamarra?”. Dice, “Ah porque él no tiene frío…”, y le movía el hombro ¿verdad?, “You no cold?” Y el niño pues, temeroso, contestaba, “No”. Y en la siguiente revisión yo decidí prestarle la chamarra al niño.

Jorge D’Garay: Es un gesto pequeño, generoso, tal vez un poco arriesgado. Y aunque suene exagerado, representa el primer paso en un camino que terminaría con Jazmín en la cárcel.

Jorge D’Garay: Jazmín y la mujer africana conversan un rato más, en una mezcla de español e inglés. La mujer se presenta como Tanisha, y a sus hijos como Michael y Barry. Durante el resto del viaje, Jazmín no puede evitar pensar en ellos. Se asegura de que coman, de que estén bien.

Cuando llegan al terminal de buses, en Tijuana, Jazmín ve a Tanisha y a los niños sentados en la sala de espera, los tres con caras tristes. Tanisha confiesa que no conoce a nadie en la frontera.

Jazmín: Le digo, “¿Y por qué te vienes para acá si tú no conoces a nadie?” “Oh, porque yo quería conocer Tijuana.” Dije, “Orale, ora sí que me sorprendió todo, todo, todo”

Jorge D’Garay: Jazmín ve las caras de Michael y Barry, y le da pena. [Música] Nos los puede dejar en la calle. Entonces, a pesar de la desconfianza que le inspira Tanisha, invita a los tres desconocidos a su casa, donde vive con su hijo y su mamá. La idea era hospedarlos por unos días, mientras Tanisha esperaba un dinero para poder cruzar la frontera. Pero Tanisha no era la típica invitada: se levantaba tarde, no atendía a sus hijos, y a veces hasta les pegaba. Y no se iba.

Al final de la primera semana, Jazmín se sentía totalmente atrapada.

Jazmín: Ahora, por abrir la boca, ofrecerle una casa y todo, pues me tengo que aguantar. A veces hasta como que me terapeaba en decirme, “Ahora te aguantas, porque nadie te dijo que ofrecieras la casa”.

Jorge D’Garay: Pasan los días, y el dinero de Tanisha nunca llega. Jazmín no sabe qué hacer. La casa es pequeña para tanta gente y tiene tres meses de embarazo. Y aquí es cuando las cosas se ponen aún más complicadas – Tanisha le hace una propuesta inesperada.

Jazmín: “Mami, mis babies te quieren mucho,” dice. “¿Por qué no hacemos una cosa?” dice, “te dejo a mis babies y yo me voy a Estados Unidos, y mando dinero por ellos para llevármelos, o vengo por ellos en una semana”.

Jorge D’Garay: Lo primero que piensa Jazmín es “no”.

Jazmín: Que no, que no porque pues la responsabilidad iba a quedar para mi…Mi mamá trabaja.

Jorge D’Garay: Pero ¿qué pasaría con Michael y Barry si dice que no? ¿Qué tipo de madre es esta mujer Tanisha? Es por eso que, finalmente, Jazmín acepta. Por los niños. Tanisha promete comunicarse con ellos apenas cruce la frontera. Y se va. Pero al día siguiente, no llama. Y al segundo día tampoco.

 

Jazmín: Ya pasaron dos, y “No Señor que no los haya dejado abandonados”. Pasaron tres, y “Por favor, que no los haya abandonado”.  

 

Jorge D’Garay: Pasa una semana sin noticias, y ya está claro que Tanisha no volverá por sus hijos.

 

Jorge D’Garay: Y así fue que dos semanas después de prestarle su chamarra a un par de niños desconocidos, Jazmín se encuentra a cargo de ellos. Lo sorprendente de la situación es lo rápido que todos se acostumbran a esta nueva realidad. Sobre todo los niños. Michael y Barry duermen en el mismo cuarto de Fabián, el hijo de Jazmin, y tienen sus propios juguetes, su propia ropa. Se hacen amigos.

 Jazmín: Mi hijo empezó a hablar cositas en inglés, empezó, “Hey you, you”. Más emocionante: “Mamá yo quiero hablar inglés. Mamá ¿cómo se dice esto en inglés…?”

 

Jorge D’Garay: Pasan un mes juntos, y de alguna manera parecen una familia. Casi. Pero un día, Michael, el mayor, reacciona de una forma muy extraña – Jazmín lo llama, y no responde.

 

Jazmín: “¡Michael, Michael!” y nada que me decía Michael. Le digo, “Hey you!”, y voltea, “¿Me?”. Le digo, “Sí, ven. Michael, ¿no?”. “No”, dice, y se queda serio. “Me no Michael”. Digo, “Cómo te llamas?”. “M-I-R-A-C-L-E”. Dije, “¿Eh?”. “Mi-ra-cle”.

 

Jorge D’Garay: Miracle… Milagro. Este niño, tan serio y distante, se llamaba Milagro. Y su hermanito no era Barry. Sino Favour, o sea, Favor.

 

Jazmín: Mi mamá pues empezó dice que a latirle el corazón, “¡Ay Diosito, no vaya a ser lo que estoy pensando!” Y lo empezamos a cuestionar, y el niño empieza a hablar. Empezó que Tanisha no es su mamá, y yo, “¡Santo Dios de mi vida!” Me quería desmayar. “¿Cómo que no es tu mamá?”.  “No, no es mi mamá”. “Entonces, ¿quién es?”.  “No sabemos”. Y yo: “Oh, Diosito Santo!”

 

Jorge D’Garay: Como Jazmín no hablaba mucho inglés, le pidió a un amigo, el Doctor Hobed López, que conversara con los niños para indagar más acerca de su historia.

 

Él mismo lo cuenta así.

 

Hobed López: Entonces les dije, “¿De dónde son?”, nada pues me dijeron que de Nigeria. Y ahí es cuando ellos me dicen que vienen con Tanisha, “Ella nos trae desde Belice…mi papá venía con nosotros desde Nigeria, llegamos a Belice,” dice el niño mayor. “Y ahí en Belice estuvimos casi un año,” dice el niño. “Y mi papá trabajaba en un taxi, y el objetivo era llegar a Estados Unidos”.

 

Jorge D’Garay: La historia es larga y complicada, pero a grandes rasgos, es ésta: Parece que la madre de Miracle y Favour le debía dinero a gente poderosa, y por eso la familia huyó de Nigeria a Belice. En algún momento, la madre se fue para Estados Unidos, y los niños se quedaron con su padre y una hermanita menor. Vivieron ahí, en Belice, hasta que el padre fue asaltado y asesinado pocos días antes de la navidad del 2011.  La hermanita terminó en un albergue, y Michael y Barry huyeron.

 

Jazmin: Pasaron muchas cosas feas. Pasaron hambre, frío, violaciones, golpes. Muchas cosas trágicas, los niños.

 

Jorge D’Garay: Llegaron a la frontera con México, solitos, y ahí un hombre los cruzó con pasaportes beliceños falsos, bajo los nombres de Michael y Barry. Los trasladó desde el Caribe hasta la Ciudad de México, y ahí conocieron a la famosa Tanisha, quien se encargó de llevarlos hasta Tijuana. Y en ese bus conocieron a Jazmín…

 

Jazmín: Entonces nosotros empezamos a llorar no más por la pura emoción porque yo digo, “Dios mío, qué trágico es esto que les está pasando!”

 

Jorge D’Garay: Trágico, no sólo por lo que vivieron estos niños, sino por el hecho de que llevaban este dolor guardado tan adentro. La muerte del papá, el exilio, la separación de su hermana y de su mamá… Y todo en las últimas seis semanas.

 

Hablaban de sus experiencias…

 

Hobed López: … con una frialdad, así como sin emoción. Eso era muy raro, era para que hubieran estado llorando, asustados… no, lo contaban como con molestia, como, “Sí pasó esto y pasó lo otro”.

 

Jorge D’Garay: Ahora sí Jazmín se da cuenta del tamaño de la situación en la que está metida… Y empieza a entrar en pánico…

 

Jazmín: Entonces el doctor empieza a asustarse, y dice, “Esto que estás metida es muy grande, es algo horrible,” dice, “lo tienes que ir asimilando porque estás involucrada en algo muy pesado”. Pues cuando yo ya empiezo a ver la historia real empiezo a decir, “Todo esto es una pesadilla. Por tonta… por querer ayudar a unos niños…”

 

Jorge D’Garay: Les prestó su chamarra. Les regaló algo de comer. Les ofreció su casa cuando no tenían a dónde ir.

 

Pero lo que cuentan Miracle y Favor cambia todo. Ahora Jazmin entiende que Tanisha formaba parte de una red de tráfico humano. Y que estos niños tienen una madre que los debe estar buscando. Por eso Jazmín ya no se siente capaz de seguirlos cuidando. Decide que lo mejor es entregarlos de inmediato al albergue municipal, y denunciar el caso ante las autoridades.

 

Le cuenta a los niños lo que piensa hacer.

 

Jazmín: Sí, ellos empiezan a llorar y a decir que no quieren irse a ningún lado…”Yo quiero vivir aquí con mamá, con ella, no Tanisha, con ella, quiero que sea mi mamá…“

 

Hobed López: Ya soltaron toda esa emoción, todo ese llanto, todo ese miedo, todas esas cosas acumuladas que traen, ahí soltaron. Y desde ahí yo les digo, “No niños, yo voy a hacer todo lo posible para que estén bien, o sea, desde comida, para que esta mujer no les haga daño…Nosotros vamos a estar pendientes de ustedes”

 

 

Jorge D’Garay: Entonces los tres – Jazmín, su mamá, y el doctor – llevan a los niños al albergue municipal, con las mejores intenciones. Cuentan toda la historia de cómo Miracle y Favor llegaron a su cargo.

 

Y es aquí donde Jazmín se topa con la cruda realidad de la justicia mexicana: siempre tiene que haber un culpable, y entre más a la mano esté, mejor.

 

Jazmín: Después nos decían, “Tienen que hacer declaraciones aquí, declaraciones allá, declaraciones con diferentes policías…”

 

Jorge D’Garay: Poco a poco Jazmín se dió cuenta que la primera sospechosa es ella.

 

Pasó esa noche en una celda en la cárcel de Tijuana. La policía quería forzarla a que se declarara culpable, a confesar que formaba parte de una red internacional de tráfico humano… y que venía transportando a los niños desde Centro América.

 

Jazmín, obviamente, negó todo.

 

Jazmín: Sentía el miedo, la soledad; sentía el coraje, coraje de las autoridades, coraje por confiada –me sentí tonta por confiada.

 

Jorge D’Garay: Jazmín pensaba, como cualquiera persona, que si hacía las cosas bien, no se metería en problemas. Pero en este caso, todo le salió al revés.

 

Noticiero: “Siguen las investigaciones en torno a los niños Nigerianos abandonados también ahí en Tijuana. Los dejó encargados con una residente de esa ciudad y simplemente no regresó por ellos.”

 

Jorge D’Garay: Y ahora, Jazmín, con tres meses de embarazo, estaba detenida, sin acceso a un abogado o a una llamada telefónica… sin comida y sin sus vitaminas…

 

Al día siguiente, los policías la sacan de su celda y le dicen:

 

Jazmín: “Necesitamos que veas a una persona que tengo allá arriba y a ver si la reconoces.” Y me pone detrás de un vidrio y me dice “¿Reconoces a la que está sentada ahí?”. Y la veo, y le digo, “Mire, no la conozco, ¿pero le digo una cosa? Se parece con Miracle”. Yo dije, “Es la mamá de Miracle, ¡gracias, Dios mío! ¡es la mamá de Miracle!”.

 

Jorge D’Garay: Parece que el caso de Miracle y Favour había salido en los medios a nivel mundial. Y así fue que la mamá de los niños finalmente se enteró del paradero de sus hijos. Viajó desde Estados Unidos para reclamarlos. Pero no tenía papeles y al final no pudo demostrar que eran de ella y llevárselos.

 

Ese día se inició el largo proceso de sacar a los niños de Tijuana, para que volvieran a vivir en Nigeria con su abuela.

 

Pocos días después de que apareció la madre de Miracle y Favour, y bajo intensa presión de los medios, la policía soltó a Jazmín.

 

Ahora cuenta la historia como si fuera una pesadilla.

 

Jazmín: Me decía el doctor, “Tómalo de esta manera: salvastes a dos niños, los ayudaste. Dios te va a agradecer toda la vida, porque eso que hiciste es raro a lo mejor en mucha gente” ¿no?.

 

Jorge D’Garay: Es verdad, poca gente se hubiera atrevido a ayudar un par de niños desconocidos.

 

Jazmín: Le digo, “¿Sabe qué doctor? Si yo hubiera sabido que los niños estaban en peligro, no me sentiría tan valiente para dar el paso a ayudarlos”. Pero yo creo que el mismo Dios me utilizó en la mejor de las formas, ¿no?.

 

Jorge D’Garay: Para los niños, que se hubieran podido topar con cualquier persona, quizá el milagro es haberse encontrado con alguien como Jazmín.

 

Daniel Alarcón: Jorge D’Garay es de Tijuana. Ha escrito para medios como el Semanario Zeta y Etiqueta Negra. Actualmente vive en Berlín.

 

 

 

 

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PUBLISHED ON
09/29/2013

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