6 cosas que no sabías sobre el islam en Latinoamérica
COMPARTIR
En Las vidas de Marilú, el episodio de esta semana, hablamos de lo que significa ser musulmana en un país latinoamericano como México. Para complementar ese episodio, quisimos aprender más acerca de la comunidad de musulmanes en la región, una comunidad que no suele verse representada en los medios.
1. El islam lleva siglos en Latinoamérica
Los primeros rastros de la presencia musulmana en Latinoamérica vienen desde que los españoles llegaron a la región en el siglo XV. Algunos de los esclavos que traían en las embarcaciones venían del norte y oeste de África, e introdujeron el islam en los países donde arribaron. Sin embargo, muchos de ellos fueron obligados a abandonar sus creencias por temor a ser ejecutados. Así, el islam fue perdiendo fuerza y, a su vez, el cristianismo se extendió. Años después, durante el siglo XVI, se produjo una migración hacia América de musulmanes provenientes de India y Paquistán. Pero según la Organización Islámica para América Latina y el Caribe (OIALC), la migración más grande fue en la década del 1850-1860. A partir de este momento, los musulmanes se agruparon para crear entidades islámicas, centros y mezquitas en donde podían desarrollar su fe.
2. Aún así, no son tantos los creyentes
Según datos de la OIALC, se estima que solo hay 6 millones de musulmanes en Latinoamérica, lo que representa menos del 1% del total de musulmanes del mundo. Sin embargo, los números son difíciles de conseguir por varias razones: muchos de los musulmanes en Latinoamérica no son practicantes, no encuentran el islam en los censos o no lo marcan como tal por miedo a la persecución. La mayoría de los musulmanes latinos están en Argentina y en Brasil, aunque también hay comunidades grandes en Colombia, Venezuela y algunas islas del Caribe
3. El islam no crecerá en Latinoamérica, pero sí en el resto del mundo
Según BBC, el islam es la religión que está creciendo con más velocidad en el mundo. Pero Latinoamérica no es parte de esta tendencia. Es más, el Centro de Investigaciones Pew de Estados Unidos realizó un estudio que concluyó que para el 2050, el número de seguidores del islam crecerá un 13% en Latinoamérica, comparado con el 73% que crecerá en el resto del mundo. Según el estudio, esto se debe a tres razones principales: la falta de migración hacia la región, la baja tasa de conversiones al islam y el simple hecho que los musulmanes en Latinoamérica no tienen tantos hijos como en otras regiones.
4. La comunidad más grande de musulmanes en Latinoamérica está en Argentina
Según el Centro de Investigaciones Pew de Estados Unidos, en el 2010 un millón de los musulmanes de la región habitaba en Argentina. Le siguen Brasil, con 204,000 y luego México, con 111,000. Sin embargo, los países con más musulmanes per cápita –es decir, en relación a su población total– son Suriname, Guyana y Trinidad y Tobago. Es más, el islam es una de las tres religiones más practicadas en Suriname, junto con el cristianismo y el hinduismo.
5. Como en cualquier otro país en donde los musulmanes son minoría, en Latinoamérica también enfrentan muchas dificultades.
La falta de información sobre la religión y el estereotipo que los relaciona al terrorismo han hecho que muchos musulmanes en Latinoamérica vivan estigmatizados. Después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos se propagó la idea de que los niños y adolescentes estaban siendo radicalizados por el islam extremista y esta noción falsa ha creado mucho rechazo en contra de la conversión religiosa.
6. Después de los ataques del 11 de Septiembre, EEUU planeaba atacar a Latinoamérica
Uno de los lugares en donde más se concentra la comunidad musulmana de Latinoamérica es en la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil. Cuando Estados Unidos estaba planeando bombardear Afganistán después de los ataques a las torres gemelas, consideraron también atacar esta frontera, pues creían que ahí se juntaban varios terroristas y que atacando esa región los sorprenderían más. El plan nunca se llevó a cabo y la Casa Blanca insiste que ese plan nunca se tomó realmente en serio.