Transcripción: N.N (Ningún nombre)
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Daniel Alarcón: Soy Daniel Alarcón. Hoy en Radio Ambulante: Ningún nombre. En el norte de Colombia hay un pueblo llamado Puerto Berrío. Allí, desde los años 80, aparecen cadáveres flotando en el Rió Magdalena -cientos de cuerpos anónimos, víctimas del conflicto armado. La periodista Nadja Drost viajó a Puerto Berrío para investigar la relación que se ha formado entre los vivos y los muertos. Esta historia es narrada por Annie Correal.
Julio Marín: La mayoría del hombre siempre va boca abajo…el hombre. Y la mujer siempre va boca arriba.
Annie Correal: Cuando Julio Marín pesca en el Río Magdalena, no es extraño que se encuentre con un cuerpo en el agua, una persona más que ha padecido una muerte violenta.
Julio Marín: Yo digo que es como un cementerio flotante…vos ves el envase…¡impactado! porque uno ve tantos cadáveres en el río…encontrase en el río 7, 8 seguidos… muy berraco… y en la noche, y uno se dice “uy, ¿qué está pasando?
Annie Correal: Le pregunto a Julio cuántos cadáveres ha visto.
Julio Marín: ¿En ese río? ¡Hmm! ¿Asesinados?, pongale poquitos, por ahí unos 200…asesinados en ese río…de una encontrar extremidades: ¿De quién será esa mano? Uy, ¿a dónde estará el otro cuerpo? ¿Y quién sería esa persona? ¿Por qué la volvieron así? ¿Quién se habrá…? Uy, ¿y de dónde vendrá?
Annie Correal: Durante décadas los paramilitares botaban los cadáveres de sus enemigos – guerrilleros y civiles — al río, convirtiéndolo en un vertedero de cuerpos. Los gallinazos que sobrevolaban sus aguas anunciaban la llegada de un muerto más.
Es un día soleado en Puerto Berrío, un pueblo de unos 50,000 habitantes. El sepulturero, Ramón Morales, abre el cementerio municipal. Sus anillos y collares reflejan el sol, y las llaves del cementerio cuelgan de una cadena amarrada a su cinturón.
Ramón: A ver, este pabellón es un pabellón que se compone de 3 bloques, el A, el B, …
Annie Correal: Ramón me lleva a un pabellón grande, del tamaño de un bus. Son más de trescientas cincuenta tumbas, una encima de otra. Esta es la sección del cementerio reservada para gente que no puede comprar una tumba – y para los cuerpos anónimos que llegan por el río. La mayoría de las tumbas están pintadas con las letras ‘N.N.’
Ramón: Es un NN…
Annie Correal: Ningún Nombre.
Ramón: Están enumerados…
Annie Correal: Las tumbas de los NN son las más decoradas del cementerio. Algunas tienen ramos de flores y figuritas, y están pintadas de colores alegres.
Ramón: Este por ejemplo: Guillermo Zapata….Escogido.
Annie Correal: Si, escogido. ‘Escogido’ significa que alguien ha seleccionado este cuerpo –lo ha adoptado. Cuando adoptan un cuerpo le dan un nuevo nombre. Lo bautizan, y rezan por su alma. A veces, hasta le inventan un nombre que corresponde a las letras NN.
Ramón: Nevardo Nevado: NN. ¿Si? Narciso Naclares: NN.
Annie Correal: Le pregunto a Ramón qué sentido tiene rezar por un desconocido.
Ramón: Se cree, según dicen, que estas personas que no conocen, ni que están… están más desprotegidas, ¿si?…que inclusive están desprotegidas que no se conocen ni el nombre, son los que más fácil hacen los favores. Es la creencia…¿si? Bueno, entonces venga le muestro…
Annie Correal: Protección, empleo, reconciliación. Esos son los favores que se espera de los NNs. Según la gente de Puerto Berrío, hay unos habitantes que han usado la fecha del entierro de su NN para jugar a la lotería… y han ganado. Ramón me muestra las pruebas de los favores escritas en muchas de las tumbas. Son placas grabadas con mensajes de agradecimiento.
Ramón: Gracias almas benditas por el favor recibido…
Annie Correal: No se sabe exactamente cuántos NNs se han enterrado en el cementerio de Puerto Berrío. Los registros son incompletos, y los cadáveres están en un proceso de movimiento constante: pasan de un pabellón a una bodega o en otros casos, a una fosa común. Lo que sí se sabe es que la violencia ha menguado en los últimos años, y ya no hay tantos muertos como antes. Buenas noticias para Colombia, sin duda. Pero, para los devotos a los NNs, esto trae una complicación: hay más demanda de NNs que cuerpos. A veces hasta hay que compartir.
Annie Correal: María Dilia Fajardo está cerrando su cantina en el centro. Lleva una toallita al hombro y se mueve entre las tres mesitas del lugar hasta que toma asiento. Me cuenta sobre su NN.
María Dilia Fajardo: Yo cuando la vi la puse María de los Ángeles…
Annie Correal: María visitaba a su NN cada lunes, sin falta.
María Dilia Fajardo: Pues al menos yo me imaginaba que era una mujer… una mujer blanca, bonita, por ahí de unos 17 o 20 años si acaso, pelo mono, bonita.
Annie Correal: Pelo mono, es decir, rubia. Un día María se dio cuenta de que alguien más estaba visitando a la NN que ella había bautizado. Este alguien era Jair Urego.
Annie Correal: Jaír Urego está sentado en el jardín de su casa al otro lado del pueblo. Tiene unas fotos enmarcadas, todas de una tumba –la misma tumba que contiene la NN María de los Ángeles. Solo que Jaír le puso otro nombre: Gloria.
Jair Urego: Cuando yo llegué la primera que vi fue esa NN, una mujer, y le pedí fue una mujer. Y ademas yo una vez soñé con ella que era mona…y ella era mona.
Annie Correal: Este cadáver desconocido tenía dos devotos, pero igual lograba brindarles favores. Para agradecerle, ellos juntaron dinero y le compraron un osario. ¿Y qué nombre pusieron en la tumba?
María Dilia Fajardo: Gloria María de los Ángeles…
Jair Urego: …Urrego Mena.
Annie Correal: Hasta celebran el aniversario del entierro.
Jair Urego: Yo llego y le compro una torta, pequeñita, le compro un ramo de flores, y se lo llevo al cementerio y le prendo una vela.
Annie Correal: Colombia es un país con más de 50,000 desaparecidos, el resultado de cinco décadas de conflicto armado. En Puerto Berrio, esa violencia es una realidad que no se puede desconocer. Casi todos han perdido a un amigo, a un vecino, a un familiar.
Annie Correal: Me encuentro con Nuri Bustamante en su casa. Tiene dos fotos laminadas en las manos: una de su hijo y otra de su hija. Las usa para abanicarse mientras un sol fuerte entra por la ventana.
Annie Correal: Nuri tuvo nueve hijos, y un NN. Según ella, su mala suerte comenzó cuando su NN fue trasladado a una fosa común. Poco después, su hijo, de 21 años, desapareció. Y luego, su hija Lizeth, de solo nueve, salió a la tienda de la esquina… y nunca regresó.
Nuri Bustamante: Y que hace poco tuve un sueño, me pareció muy lindo, donde yo me vi hablando con una jovencita y yo le dije, “Usted es Lizeth”, y me dijo, “Si Mami, soy yo”, y nos abrazamos y lloramos.
Annie Correal: El sistema judicial es lento, y encontrar un desaparecido en Colombia es supremamente difícil. Entonces Nuri y miles de personas en su misma situación saben que necesitan un milagro para hallar a sus seres queridos. Sin restos, y sin respuestas, se confían a los NNs.
Nuri Bustamante: Cuando los adoptamos les ponemos nombre, porque nosotros esperamos que así, como nosotros les damos una nueva identidad a ellas, las bautizamos de nuevo, en alguna parte alguien llega a encontrar otra personita asi, haga lo mismo con ella. Porque no sabemos si en algún lado están los nuestros, nuestros hijos, nuestros hermanos, cualquier ser querido de nosotros.
Annie Correal: Cada noche de noviembre, el mes de las almas en el calendario católico, los devotos de Puerto Berrío marchan por el pueblo después de la medianoche. El desfile comienza en el cementerio, donde les espera un animero.
Annie Correal: El animero, Hernán Montoya, es una persona que supuestamente ayuda a las almas en el purgatorio a que descansen en paz. Es un hombre delgado, con una cara simpática, que parece haber vivido más de sus 57 años. Fuma un cigarrillo para calmarse antes de convocar a la gente. Luego se pone una manta negra, de plástico.
Hernán Montoya: Ya cuando me pongo la tuanda soy como el policía de respeto, o como el cura de respeto.
Hernán Montoya: Buenas noches.
Seguidores: Buenas noches.
Hernán Montoya: El que no sea devoto a las almas de purgatorio, o no crea en ellas, que vaya con recocha, no me sigan… Por eso les digo, con las almas de purgatorio no se juega.
Annie Correal: Hernan hacer sonar una campana para llamar a las almas inquietas, para que salgan de sus tumbas. Luego, la gente sale al pueblo. Muchas llevan velas en la mano. Dos horas después, regresan al cementerio donde la gente ha dejado vasos de agua en las tumbas para refrescar las almas que están en el limbo.
Annie Correal: Puerto Berrio no es el único lugar en Colombia con cientos de muertos anónimos atascando el cementerio. Hay muchos – demasiados – pueblos que viven la misma cruda realidad. Y en esos pueblos los NNs no son tema de conversación. Pero Puerto Berrío es diferente. Aquí, la gente no podía confiar en la vida, entonces optaron por confiar en los muertos.
Annie Correal: Un día, visitando a Nuri, la madre que tiene a dos hijos desaparecidos, me dice que nunca volvió a adoptar otro NN después de que el primero se le perdió.
Nadja Drost: ¿Usted ha querido tener un otro NN?
Nuri Bustamante: Sí. Porque sigo pidiendo [risas]. Ahora tengo que seguir pidiendo por mi hija.
Annie Correal: Cuando la escucho me acuerdo que una tarde en el cementerio el animero me mostró un grupo de cinco tumbas de NNs, escondidas detrás de un muro. Tal vez Nuri pueda tener el NN que tanto añora. Le cuento sobre las tumbas.
Nuri Bustamante: ¿Verdad?
Annie Correal: Entonces, nos vamos. La voz de Nuri tiembla cuando me pregunta si nos podemos desviar unas cuadras. Me explica que siempre evita la esquina donde desapareció su hija.
Annie Correal: Le muestro unas bóvedas detrás de un muro con las letras NN, y le pregunto si prefiere un hombre o una mujer.
Nuri Bustamante: A mi me dicen que me va mejor con un hombre.
Annie Correal: Nuri inspecciona las tumbas. Finalmente escoge una, tocándola para llamarle la atención al NN.
Nuri Bustamante: Yo me comprometo contigo. Que me regales lo que te pido. Necesito dos favores muy grandes…
Annie Correal: Nuri le pide empleo para un hijo, y ayuda con una plata que debe. Luego, saca una brocha que trajo de su casa y comienza a pintar la tumba. Escoje un color bonito, alegre: un azul celeste.
Nuri Bustamante: Tú pides por mi, que yo rogaré por ti.
Annie Correal: Con esas palabras, Nuri hace su pacto con un muerto, y otro NN asume una nueva vida.
Daniel Alarcón: Nadja Drost vive en Bogotá. Es periodista para GlobalPost y varios medios internacionales.
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