Transcripción – No abras la puerta
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(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Thomas Homan]: Thank you very much, sir…
[Daniel Alarcón, host]: Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Thomas Homan]: Today’s a good day for ICE. Today’s a good day for Florida Law Enforcement. Today’s a very good day for the residents of the state of Florida.
[Daniel]: Hoy vamos a empezar aquí: enero de 2018, en una rueda de prensa de ICE, Immigration and Customs Enforcement, la agencia en Estados Unidos que detiene y deporta a inmigrantes indocumentados. El director interino de ICE de esa época, Thomas Homan, está anunciando nuevos acuerdos de inmigración con 17 condados del estado de Florida: los Basic Ordering Agreements, abreviado con las siglas BOA.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Thomas Homan]: The BOA process affords ICE up to 48 hours to pick up removable aliens after their scheduled release from state or local custody and reimburses the service provider, in this case the local law enforcement jurisdiction.
[Daniel]: Al firmar este acuerdo, ICE delega su autoridad a la policía local para que puedan detener a personas que sospechan de estar en el país ilegalmente. La idea es que ICE y agencias de policía locales trabajen juntos para combatir la inmigración.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Thomas Homan]: Local partnerships and local cooperation are essential to our work and vital to ensuring public safety and strengthening national security.
[Daniel]: Traduzco: Homan dice que esta cooperación es esencial para reforzar la seguridad del país.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Thomas Homan]: These agreements will make communities here in the Sunshine State safer and more secure from criminal activity perpetrated by individuals with no legal standing to be in this country in the first place.
[Daniel]: Que protegerá a las personas de la Florida de criminales que están en el país sin papeles.
Hoy vamos a ver cómo este acuerdo y otros parecidos han impactado a la comunidad latina en un rincón de Estados Unidos. En el suroeste de la Florida.
(SOUNDBITE DE INTERCOMUNICADOR)
[Voz]: JetBlue welcomes you to Fort Myers where the local time is 11:10 AM. For your safety, please remain seated with your seatbelts fastened until we’ve arrived at the gate.
[Daniel]: Nuestra reportera Gilda Di Carli fue varias veces a esta región para tratar de entender el impacto.
Aquí Gilda.
[Gilda Di Carli]: Florida. Quizá se están imaginando playas de arena blanca y sí, hay eso, claro.
Pero al interior, lejos de la costa, es otra realidad. Estamos hablando de la Florida agrícola, de zonas rurales, donde una comunidad de obreros trabaja en las cosechas de tomate, de calabacines, de frutilla. La gran mayoría son inmigrantes latinos.
Decidimos cambiar los nombres de varios personajes en esta historia. Creo que las razones van a estar bastante claras.
Entonces, quiero presentarles a Elena. Es mexicana, pero llegó a Estados Unidos hace 16 años y lleva más de diez viviendo en LaBelle, un pueblo tranquilo, pequeño, con menos de cinco mil habitantes. Ahí conoció a su esposo. Llamémoslo Efraín: no muy alto, moreno, bien afeitado. Y cuando le pregunto a Elena cómo se conocieron, se sonroja y me dice:
[Elena]: ¡Ya ni me acuerdo! (risas) Ya no me acuerdo.
[Gilda]: Llevan casados más de una década y tienen tres hijos, todos nacidos en Estados Unidos. Efraín, según Elena, es buen papá. Elena dice que los niños están muy apegados a él. Es atento, cariñoso, de esos que no tienen problemas en tirarse al piso para jugar con los chicos.
[Elena]: Lo que ellos quieren, lo que ellos le piden se los da. A veces no se puede, pero para en otra vez sí y así estamos. Él siempre está al pendiente de los niños. Con el chiquito se pone a jugar carritos con él. Y a jugar que escondidas. Se va y se… así. Pero aquí entre en la familia, con nosotros, adentro entre la casa y juega mucho con ellos.
[Gilda]: Y en su casa, juntos, es donde se sienten más seguros.
Efraín trabaja en construcción.
[Elena]: Lo que él trabaja para aquí que si nos queda dinero vamos y comemos todos juntos, él nos trae. Y… Y pues siempre hemos estado juntos.
[Gilda]: Y por años esto fue su vida, la que él y Elena armaron. Los niños, el trabajo, una vida normal. Tranquila.
Su casa tiene un jardín grande que se comparte entre algunos vecinos. Cada niño tiene su cepillo de dientes eléctrico. El más grande su propio televisor. Digamos que tienen esas comodidades que te permite una vida de clase media en Estados Unidos.
Con sus retos, claro, como cualquiera.
Entonces, una tarde en abril del 2018, salían de un torneo de fútbol de su hijo de 8 años.
[Elena]: Recién habíamos comprado chips, o sea Sabritas, y algo que se… que el niño quería porque pues él venía contento del fútbol que pues habían ganado el… el… su equipo. Y le gusta mucho el fútbol.
[Gilda]: Estaban regresando a casa en su camioneta, contentos. Efraín manejaba y comentaba el partido con su hijo. Mientras, Elena y los otros dos niños…
[Elena]: Venían viendo una película que… que les rentó para… para que vinieran viendo entretenidos viendo la tele.
[Gilda]: Apenas doblaron para entrar en la carretera…
Un choque.
Vino un auto bastante rápido y los estrelló. La camioneta quedó en muy mal estado.
[Elena]: Los niños estaban llore y llore y el niño grandecito decía que le… que traía una bola en su cabeza.
[Gilda]: Se quejaba del golpe que se había dado en la cabeza. Y Entonces Efraín, desesperado:
[Elena]: Pues él… él llamó al 911 y pues… cuando le hablas, el policía llega.
[Gilda]: Llegó a los pocos minutos y apartó a Efraín para hablar con él a solas. Le empezó a hablar en inglés, un idioma que Efraín no entiende muy bien. Cuando su hija adolescente vino para traducir, el policía le hizo una señal para que no se acercara.
Y entonces el policía le pidió a Efraín sus documentos.
Y aquí está el problema. Efraín es indocumentado y no tenía licencia, entonces le dio lo que tenía: su identificación de México.
Hay doce estados en Estados Unidos que emiten licencias de conducir a indocumentados, pero Florida no es uno de ellos. Efraín tampoco llevaba el registro del auto. Elena me contó que Efraín casi nunca manejaba, que lo evitaba en lo posible, pero el torneo de fútbol era lejos, así que sintió que no tenía mucha opción.
Por mientras, los dos muchachos que venían en el otro auto, el auto que les chocó, le mostraron al policía su identificación y se fueron sin problemas.
El accidente no había sido culpa de Efraín, pero para el policía, esos detalles eran irrelevantes. Arrestó a Efraín y después, en español, le dio a Elena la dirección de la cárcel donde lo iban a tener detenido.
El accidente pasó dos semanas antes de que yo conociera a Elena en mayo del 2018. Y Efraín seguía detenido.
[Elena]: Es bien duro para mí porque… por los niños, porque el otro niño más… grandecito pregunta mucho por él. Que él ya quiere que esté aquí, que cuándo sale. Llega de la escuela y dice que si él ya está aquí. En las mañanas también me dice que si ya va a salir. Si necesito… cuánto dinero necesito para sacarlo de ese lugar.
[Gilda]: Manejar sin licencia es una infracción y en algunas localidades no es tan grave. Incluso para Efraín. Este arresto después del choque era la segunda vez que había sido arrestado por manejar sin licencia. Ya le había pasado en el 2011. Pero —y esto es clave— en el 2011, no existía un Basic Ordering Agreement. Entonces, pagó una multa y ya.
Pero, desde febrero del 2018, en el condado de Lee —donde Efraín tuvo su accidente— los Basic Ordering Agreements ya estaban activos.
[Isabel Sousa-Rodríguez]: Básicamente están usando la situación de inmigración en los Estados Unidos como crisis federal para llamar el apoyo de agencias locales.
[Gilda]: Ella es Isabel Sousa-Rodríguez, una organizadora regional de la Coalición de Inmigrantes de Florida. Es una ONG que se concentra en fortalecer los derechos de inmigrantes en el estado de Florida. Sousa-Rodríguez dice que el argumento que usa ICE es…
[Isabel]: Diciendo no tenemos suficientes oficiales. Necesitamos que nos dejen usar sus oficiales, sus propiedades, sus cárceles, sus carros, sus radios, todos sus servicios. Entonces es un préstamo temporal de… para el uso de… de… esos servicios.
[Gilda]: Y ICE le paga a las agencias locales: 50 dólares por cada persona que detienen por hasta un máximo de 48 horas.
[Isabel]: Hay sitios donde le cambian el uniforme al inmigrante de un color a otro simplemente para distinguir que ya no está en custodia local, sino en custodia federal.
[Gilda]: Bajo este acuerdo, los policías locales son extensiones de ICE. Y la transición entre custodia local a federal ocurre en la misma cárcel.
[Isabel]: Primero que todo estás arrestando y manteniendo en custodia una persona que probablemente en muchos caso no tienen ningún récord criminal. Quizás lo arrestaron mientras estaba saliendo de un supermercado llevándole la cena a sus hijos, eh… pero cuando lo arrestan lo tratan como si fuera traficante de drogas.
[Gilda]: El argumento a favor de los Basic Ordering Agreements supone que gente como Efraín son criminales, que al detener a alguien que conduce sin licencia, están protegiendo a la comunidad de un delincuente peligroso. Pero Efraín no tiene ningún antecedente violento, al contrario, es un padre de familia, trabajador.
[Daniel]: Una pausa y volvemos.
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[Latino USA]: Hola, soy María Hinojosa. Del programa Latino USA, de NPR. ¿Qué les parece? Hay casi 60 millones de latinos y latinas en los Estados Unidos. Nosotros documentamos esas historias y esas experiencias cada semana. Encuéntranos en NPR One o en donde escuchas tus podcasts.
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Soy Daniel Alarcón. Antes de la pausa escuchamos sobre un acuerdo reciente que hizo ICE con agencias de policía locales en varios condados de Florida.
Pero al lado del condado de Lee, donde fue arrestado Efraín, hay un condado que se llama Collier, donde la policía local tiene una larga historia de colaboración con ICE.
Gilda nos sigue contando.
[Gilda]: La oficina del alguacil en el condado de Collier tiene un contrato con ICE desde el 2007. Es parecido al que explicó Sousa-Rodríguez antes. Este se llama 287(g), y está autorizado por una sección de la ley migratoria de 1996. Es un poco complicado, pero, en resumen, bajo este contrato ICE entrena a agentes locales para delegarles la autoridad migratoria federal. Es decir, un policía se convierte en un agente de ICE de facto.
En enero del 2017, en su primera semana como presidente, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para impulsar el 287(g) —y lo hizo. Ha firmado 40 nuevos contratos en el país, duplicando el tamaño del programa en muy poco tiempo.
Ahora hay agencias en 20 estados que han firmado este tipo de contratos con ICE. La idea con 287(g) —como con los Basic Ordering Agreements— es expandir el alcance de esta agencia federal. En ese sentido, ha sido un éxito.
Y en Collier, el éxito se mide en órdenes de deportación: más de cuatro mil en cinco años. Rápidamente, el condado se ubicó entre los 15 más activos de todo el país.
Y estos cuatro mil deportados se sienten.
[Gloria Padilla]: Miedo de salir a las calles, hay mucho miedo de manejar. Hay mucho miedo de salir a la Winn-Dixie. No sabes cuándo te van a parar.
[Gilda]: Gloria vive en el sudoeste de la Florida hace 40 años. Ella es una de las coordinadoras de Redlands Christian Migrant Association, es una ONG que se enfoca en la educación de niños —en su mayoría latinos— que viven en zonas rurales de bajos recursos. El hijo más chico de Efraín y Elena va al jardín infantil de la organización donde trabaja Gloria.
Antes, todo era bastante predecible. Se sabía lo que hacía la policía, cómo evitar problemas, cómo vivir. Existía un acuerdo tácito entre las fincas que necesitaban la mano de obra, los obreros que necesitaban el trabajo, y las autoridades que aceptaban la situación porque sí. Pero ya no. Gloria menciona Immokalee, una ciudad del condado con una fuerte presencia latina.
[Gloria]: Immokalee ha cambiado mucho porque antes no teníamos que preocuparnos por inmigración.
[Gilda]: Gloria dice que se siente como una amenaza constante. Y también es confuso. Bastante confuso. Manejas por el campo y de pronto cruzas una frontera invisible y estas en otro condado. Y las reglas al otro lado de esa línea pueden ser diferentes. Esto también tiene a los inmigrantes ansiosos.
Según Gloria, en el condado de Collier, la policía pone puntos de control en las calles un par de veces al mes.
[Gloria]: Yo sé que no lo están haciendo para ver si su carro está trabajando bien o si tienen la licencia. Yo sé qué es lo que hacen.. porque es el contrato que tienen con Collier County.
[Gilda]: Gloria y sus colegas tratan de orientar a los inmigrantes. Ella pasa mucho tiempo manejando por la zona. Si, por ejemplo, ve a un policía estacionado cerca de un semáforo, manda un mensaje de texto a grupos de inmigrantes para avisarles.
[Gloria]: Cuidense, ahí en 82 hay una policía que está parado. No sabemos qué está haciendo. Nomás tengan cuidado con la velocidad. Que pongan sus luces, todo lo que necesitan.
[Gilda]: Si se encuentra con un control policial…
[Gloria]: Aquí están checando. Si pueden desviarse de esa calle, váyanse y haganse pa’ otro lugar.
[Gilda]: En abril de 2018 los empleados del Redlands Christian Migrant Association se reunieron con padres que son inmigrantes.
[Norelia Sánchez]: ¿De dónde es?
[Hombre]: De Guatemala.
[Gilda]: Norelia Sánchez dirige la reunión. Saluda a las familias mientras van entrando, siempre con una sonrisa. Es como si su sola presencia les diera cierta tranquilidad. Norelia trabaja como asistente de apoyo para familias inmigrantes. Es la que se encarga de hablar de inmigración en reuniones como esta.
[Norelia]: Tenemos mucha diversidad. Tenemos muchas personas de diferentes áreas. Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí, Guatemala, y…. ya se me olvidaron otros más. Pero, mucho gusto.
[Gilda]: Esta es la escena: 40 padres de familia sentados en mesas de la cafetería de una escuela. Comen espagueti con ensalada mientras Norelia trata de hablar con un micrófono que no funciona. Una colega de Norelia se tiene que sentar encima del cable del micrófono para que suene bien.
A pesar de las sonrisas y saludos cálidos, la postura de Norelia queda rígida, y habla con tono de urgencia. Les pregunta de dónde vienen, para romper el hielo. Pero después va directo al grano. Inmigración.
[Norelia]: Inmigración les puede caer a su trabajo, o en su casa, o los puede parar, ¿dónde más? Manejando, ¿verdad?
[Gilda]: Norelia les recuerda sus derechos.
[Norelia]: Si viene un oficial y les da un documento que diga… este… “Firme este documento para que esto se acabe así simple y fácil”. Uno tiene el derecho de decir: “No, quiero contactar un abogado”. Porque lo que usted puede estar firmando es básicamente su deportación.
[Gilda]: También les dice que tienen el derecho a mantener silencio. Y luego, distribuye una tarjetita laminada y rosada, que detalla estos derechos. Después pregunta:
[Norelia]: So, si yo voy y les toco la puerta, si yo soy un oficial, ¿ustedes me van a abrir esa puerta?
[Gilda]: Algunos mueven la cabeza diciendo que no.
[Norelia]: Exacto. Si ustedes van manejando y yo les digo de qué país viene usted, ¿tengo derecho a hacerlo?
[Mujer]: No.
[Norelia]: Exacto. Exacto.
[Gilda]: Y luego, recalca que los contratos entre ICE y la policía varían dependiendo del lugar. Algo que complica aún más la situación.
[Norelia]: ¿Quién va para el norte en esta temporada? ¿Quién sale ahí para el norte? ¿Para los trabajos?
[Gilda]: Al norte, es decir, al norte del condado de Collier, para la cosecha de fresas. Se refiere a la migración de muchos trabajadores con cada temporada agrícola. Miles de latinos se mudan con cada cosecha por todo el estado y la región.
[Norelia]: Ahora hay 17 nuevos condados que acaban de… de… este básicamente es algo similar a lo que les acabo de explicar de la 287(g), pero es un nuevo contrato.
[Gilda]: Norelia se está refiriendo a los Basic Ordering Agreements. Aunque los dos acuerdos funcionan de forma distinta, Norelia no hace una distinción significativa entre uno y otro, porque el impacto sobre la comunidad es el mismo.
Entonces, independiente de dónde vayan a trabajar, a comprar comida, a llevar a los chicos al colegio, el consejo principal que les da Norelia es:
[Norelia]: Que uno se prepare. Porque estamos, como les acabo de explicar, con una administración que está bien difícil. ¿Alguna pregunta que tengan para mí? ¿De acuerdo de lo que les acabo de explicar?
[Gilda]: El público responde con silencio.
Alrededor del 4 de julio del 2018 —tres meses después de la reunión— aparece una ola de publicaciones en Facebook advirtiendo una presencia más fuerte de oficiales migratorios en la zona, incluyendo los condados de Collier y de Lee.
[Mujer]: En la 41 y bayshore están dos policías encubiertos tengan cuidado. ICE is at the Azteca picking up people left and right! Stay safe people.
[Gilda]: Algunos grupos de Facebook originalmente no eran para esto: eran grupos informales para vender ropa, electrodomésticos, muebles. Entonces donde indica el objeto, dice “ICE”, y donde indica el precio, dice “Gratis”.
[Mujer 2]: Amigos de Golden Gate no pasen por Circle K de Santa Barbara y Hunter. Cuidado que están haciendo limpieza
ICE in Crestview. Let your loved ones know please. Don’t open any doors or sign anything.
[Gilda]: Para Gloria, este tipo de mensajes muestran la solidaridad que hay dentro de la comunidad.
[Gloria]: Tenemos esa comunicación dentro de la comunidad. Para poder salirnos de… de… de eso. Ayudarle a la gente.
[Gilda]: Los acuerdos entre ICE y la policía local en estos condados de Florida han tenido un impacto que no se puede negar: es el miedo. Y se ve en la relación entre los latinos y la policía. Están reportando menos casos de violencia doméstica, y menos asaltos y robos por miedo a ser deportados.
[René Gonzales]: Personas cuando hablan conmigo, cuando me… primero me conocen: “Oh, pues a mí me habían dicho que yo no pueden reportar nada”. “Señor, señora, ¿quién le dijo eso? No, usted puede reportar cualquier cosa que quiera”.
[Gilda]: Él es René Gonzales, un teniente del condado de Collier.
[René]: Y yo oigo también muchas veces de otras personas que me dicen: “Ay no, teniente. Tú no sabes lo que está ocurriendo ahí porque la gente no te quiere decir”.
[Gilda]: El teniente Gonzales es moreno, bajito, y tiene una sonrisa grande.
[René]: En la casa, mis padres eran de… son tejanos. So, nosotros hablamos como se dice spanglish. Pero intentamos, you know, hablar lo mejor que podemos, sí. Y no es perfecto, pero trato.
[Gilda]: Vive en Florida hace 50 años y trabaja para la oficina del alguacil hace 35.
Empezó como policía, y después se volvió detective de narcóticos; luego, sargento de patrulla, sargento de narcóticos, y finalmente se fue a trabajar en lo que llaman “asuntos de las minorías”. Es una oficina bastante pequeña.
[René]: Se llama Minority Affairs Bureau. Ese no más es una persona. Esa persona soy yo (risas).
[Gilda]: En este rol, el teniente Gonzales pasa mucho tiempo en auto, manejando de reunión en reunión en varios pueblos del condado para fortalecer vínculos con la comunidad. Es decir, animando a los inmigrantes a que denuncien delitos.
Además da charlas a jóvenes, va a centros de refugio de violencia doméstica, y se reúne a cada rato con diferentes organizaciones que trabajan directamente con la comunidad. Esto lo viene haciendo desde hace 10 años, pero es un trabajo que tiene sus frustraciones.
[René]: Siempre trato de invitar el público, y el público no viene tanto.
[Gilda]: Por miedo, claro. Pero para él, son los activistas que terminan generando ese miedo.
[René]: Yo creo que hay gente que asusta al público. No sé cómo nombrarles pero yo sé que hay personas que quieren deshacer del 287(g).
[Gilda]: Cuando el teniente hace reuniones o conoce a inmigrantes por la calle, les dice que deben adaptarse al programa 287(g).
[René]: Si no tiene licencia, por favor no maneje. No maneje. Le digo: “Mire, yo sé que tiene que ir a trabajar. No sé qué le cuesta una bike —le digo— ¿100 dólares?” Le digo: “¿Cuánto pagó usted para venir a este país? Pagó mucho más”.
[Gilda]: O sea, sí. En bicicleta, la policía no te va a parar a pedirte la licencia. Pero para llegar al trabajo en un condado como Collier, no es nada realista. Muchos inmigrantes tienen que recorrer distancias de 15 a 30 kilómetros y en temperaturas que pueden llegar a 33 grados celsius —más de 90 Fahrenheit— o más. Eso simplemente no se logra en bicicleta.
El teniente también les recomienda que usen transporte público. Pero los buses son lentos y pueden estar esperando hasta una hora y media para que pase uno. Y no cubren todo el condado.
Algunos residentes me contaron que sí, que los buses se están usando más a pesar de sus limitaciones. Pero muchos siguen manejando sin licencia porque si no lo hacen, no llegan al trabajo, ni los niños al colegio, y no pueden hacer los mandados que requiere la vida diaria en una zona tan rural.
Aparte de estas alternativas, Gonzales dice que tiene las manos atadas. La presión para implementar el programa viene desde la Casa Blanca, desde la administración de Trump.
[René]: Yo le digo a la gente: “Mire, usted sabe quién es el nuevo jefe de todo el gobierno”.
[Gilda]: Gonzales insiste que por lo general, si uno se comporta como un “buen ciudadano”, no se tiene que preocupar.
[René]: Si uno comete un delito, nos tenemos que… you know, eso no lo podemos controlar. Mientras que usted viene a trabajar aquí, a mejorarse a darle un futuro mejor a su familia, nosotros no nos importa si usted tiene algo que diga yo nací en Estados Unidos o no nací. Le digo: “No. Y la policía usted casi… si usted no anda cometiendo nada mal, no lo van a… no, no tienen por qué pararlo”.
[Elena]: Hmmm… Pues…
[Gilda]: Me senté con Elena en la sala de su casa en mayo del 2018. Su hija adolescente miraba su celular, muy concentrada, mirándonos de reojo desde el sillón. Decía poco.
Su hermanito de dos años dormía boca arriba a su lado. Su otro hermano estaba viendo tele en su cuarto y aparecía de vez en cuando para agarrar una mandarina, para ver qué hacía su mamá.
Elena me contó un poco más sobre qué pasó con Efraín después del accidente de auto.
[Elena]: A él lo llevaron a una y después como a los dos días, lo pasaron a otra.
[Gilda]: Mientras hablábamos, alguien golpeó la puerta. Fue un golpe duro, con fuerza. Toda la familia se volteó hacia la puerta, aterrorizada.
No podía dejar de pensar en el consejo de Norelia, el que ofreció aquella tarde en la cafetería:
[Norelia]: Si yo voy y les toco la puerta, si yo soy un oficial, ¿ustedes me van a abrir esa puerta?
[Gilda]: Se notaba el estrés y la ansiedad.
[Elena]: Espérate, no abres, mami.
[Gilda]: “Espérate”, dice Elena, mientras su hija se acerca a la puerta. “No abras, mami”.
Todos tensos. La hija de Elena se sube a una silla para echar un vistazo por la mirilla.
Y de pronto sonríe. Toda la ansiedad se desvanece. Son unos vecinos que vienen a traerles una sandía.
¿Es su amiga? Ah.
[Elena]: ¡Gracias, mija! Le dices a tu mami que gracias.
No puedo… No, le digo a ellos que no abran la puerta… los niños sin… sin saber quién es.
[Gilda]: Desde el accidente, Elena y sus hijos están más alerta —y más asustados— cuando alguien toca la puerta.
Porque la verdad es que yo también lo sentí. Escuché el golpe, vi las caras de Elena y de su hija, y en seguida sentí miedo. Aguanté la respiración y me transpiraban las manos.
Pero entraron los vecinos, todos se saludaron, y ya. Y pasó algo extraño. Después del susto, es como si Elena se hubiese animado más. Sentía más rabia ante su situación y más ganas de contarme cómo era vivir sin su esposo, por la simple mala suerte de que otro auto los chocó.
[Elena]: Para mí es… sí es.. sí es bien duro. Porque pues estamos solas… solos nosotros con los niños. Digo, yo no sé. Porque por no licencia a veces les dan tickets y los pagan y andan, pero… pero yo pienso que no era para que lo encerraran.
[Gilda]: Cuando hablamos en mayo, Efraín tenía un “immigration hold”. Es el estatus de detención que le ponen a inmigrantes indocumentados que están en la cárcel, antes de transferirlos a un centro de detención de ICE. Todo parecía indicar que sería deportado a México, donde no vive desde hace más de 15 años.
Pero unas semanas después de mi visita, lo dejaron libre. La familia logró juntar una fianza de 12 mil dólares para que lo soltaran temporalmente.
He seguido en contacto con Elena y cuenta por mensajes de texto que aunque están contentos que Efraín haya vuelto a casa, la situación sigue incierta.
Y creo que eso es lo que me llevo de todo esto. La incertidumbre. De cómo una vida se te puede desmoronar en un instante. Cuando vives con este miedo, cosas cotidianas como que alguien toque la puerta, o manejar a un partido de fútbol o al supermercado, se vuelven aterradoras, y con razón.
Ya has visto a gente de tu comunidad detenida después de un simple accidente de carretera, o por tener una llanta pinchada. Mala suerte que se puede convertir en una catástrofe para uno, para la familia.
[Daniel]: En enero del 2019, Efraín tenía una cita ante un juez de inmigración para que se decidiera su caso, pero se pospuso por el cierre del gobierno en Estados Unidos. Elena no sabe cuándo será la nueva fecha.
Gilda Di Carli es periodista. Vive en Nueva York.
Este episodio fue producido por Silvia Viñas, y editado por mí. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Remy Lozano. Andrea López Cruzado, hizo el fact-checking.
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