Transcripción – El apagón
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[Daniel Alarcón, host]: Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Luis Motta]: Buenas tardes, camaradas, compatriotas, venezolanos todos.
[Hombre]: Estaba estudiando. Eh, soy estudiante de medicina.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Luis Motta]: Cumpliendo instrucciones de nuestro comandante presidente Nicolás Maduro…
[Mujer]: Estaba por ya finalizar mi jornada laboral, a eso de las 4 y 50 de la tarde.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Luis Motta]: Me dirijo al país para informarles sobre el acontecimiento que está sucediendo en este momento.
[Hombre]: Estaba en el aeropuerto internacional de Maiquetía a punto de abordar un vuelo hacia Bogotá, Colombia.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Luis Motta]: Relacionado con el sistema eléctrico nacional.
[Hombre]: Y se produjo el… el apagón.
[Mujer]: Volvió con mucha intensidad y luego se volvió a ir. Hizo como un corto circuito en los bombillos que tenía prendidos y se fue definitivamente. Pero, por la forma en la que se fue —yo le comenté a mi socia con la que estaba— que esto no… no era un corte normal o un bajón normal.
[Daniel]: A veces siento que todo lo que sale de Venezuela en estos días tiene un toque surreal. Me imagino que no soy el único que lo ve así. Millones saliendo del país con lo que les cabe en la maleta. Un gobierno que tambalea. Un sistema de salud pública al borde del colapso. Teorías de la conspiración. Rumores de una inminente intervención militar.
Y, bueno, la noticia de la semana pasada: el jueves 7 de marzo casi todo el país cayó en un gran apagón. Y fue por eso que decidimos hacer un episodio extra.
[Mujer]: Yo estaba lejos de mi casa y, bueno, no tengo carro por lo que uso transporte público y no había transporte público.
[Mujer]: Ese día no sabíamos nada. Pasamos toda la noche, pues con miedo, pensando qué iba a pasar.
[Hombre]: A oscuras, totalmente. Oyendo sirenas, disparos, gritos y viendo en el horizonte indicios de incendios.
[Hombre]: Con la poca señal de teléfono que teníamos, logramos comunicarnos con unos familiares que viven en otro estado de Venezuela, en Carabobo, y ellos también —en ese mismo momento— perdieron el servicio eléctrico. Ya desde ese momento pensamos que se trataba de una falla a nivel nacional.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Periodista]: Desde la tarde de ayer la oscuridad se apoderó de Venezuela por un apagón que afecta a 22 de los 23 estados y a la capital, Caracas.
[Mariana Zúñiga]: Y estaba caminando, iba a ir a hacer unas compras de… de comida y de repente entro a la… a la tienda y me dicen: “No, no no, no hay luz”.
[Daniel]: Ella es Mariana Zúñiga, una periodista venezolana. La hemos escuchado varias veces en Radio Ambulante.
[Mariana]: Veo que los semáforos ya no están en rojo, ni en verde, ni… ni en ningún color, que la tienda está oscura y me dicen: “No, es que se fue la luz”. Y yo que: “Ah, bueno”, pero normal, como… como un apagón normal. Nadie esperó que algo así podría durar cinco días.
[Daniel]: O más, dependiendo de la región. El apagón que comenzó el jueves pasado claramente va mucho más allá de lo normal. Pero cuando se fueron las luces, claro, nadie tenía idea de lo que vendría.
[Mariana]: Esa noche vemos que va empezando a caer la luz y ya tenemos que prender la vela, para poder vernos entre nosotros en la casa. Y dijimos como que: “Bueno, cuánto… Será que mañana, mañana cuando nos levantemos ya va a haber luz”.
[Daniel]: Pero no. Al día siguiente, nada.
[Mariana]: Entonces nos miramos como: “Wow”. Todavía no sabíamos bien qué era, pero la gente usaba palabras como “grave”. Como: “No… no hay manera de resolverlo”. Como: “No se sabe lo que está pasando”.
(SOUNDBITE DE NOTICIAS)
[Periodista]: Ajá. Y, ¿qué sabes tú?, ¿por qué se fue la luz o algo? ¿sabes algo?
[Mujer]: No, qué voy a saber yo.
[Periodista]: No sabe nada. ¿De dónde viene?, ¿de dos caminos?
[Hombre]: De dos caminos.
[Periodista]: ¿Tiene alguna información oficial? ¿Sabe por qué se fue la luz o algo?
[Hombre]: Mira, tengo entendido que desde las cuatro no hay luz, pero es grave lo que está sucediendo porque nos está afectando a todos los ciudadanos. Mucha gente no llegará a su casa. Otros llegarán agotados o cansados…
[Daniel]: Estoy grabando el jueves 14 —o sea a una semana del inicio del apagón— y cientos de miles de venezolanos siguen sin luz. En Caracas hay muchos distritos donde ya volvió. Uno de ellos, el de Mariana. Pero, el apagón le dio otra visión de su ciudad.
Quiero que me describas cómo era caminar por Caraca sin luz en esos días.
[Mariana]: La verdad es que era una mezcla de sentimientos. Yo me sentía como… como dentro de un videojuego, en un mundo… un mundo extraño. Bueno, da miedo caminar por una ciudad como Caracas en el medio en el medio de la noche sin una sola luz. Había que bajar a los perros a hacer pipí y… y uno veía que no… que no había nadie. No se reconocía las caras de las personas que estaban pasando. También se escuchaban diferentes sonidos: familias conversando, vecinos que todavía estaban en las puertas de sus edificios hablando.
(SOUNDBITE DE PERSONAS HABLANDO)
[Mariana]: En Venezuela se ha vuelto muy normal últimamente que si alguien grita la palabra “Maduro” los otros le responde…
[Voces]: ¡Coño e tu madre!
[Mariana]: Se escuchaba mucho eso, quizá la gente matando la frustración o… O jodiendo también entre ellos. También se escuchaba mucho en las noches el típico cacerolazo que es como una protesta en la que las personas empiezan a golpear ollas o sartenes para crear ruido y… y hacerse oír.
[Daniel]: Pero volvamos a lo surreal, o sea…
[Mariana]: Yo lo sentía como un mundo extraño. Apenas podía diferenciar quién estaba enfrente de mí.
[Daniel]: Gente usando esas lamparitas de cabeza, como mineros urbanos.
[Mariana]: Y de repente si te llegabas a casa de amigos gritándoles su nombre porque obviamente no podías llamarlos por teléfono. Y… o les tocabas la puerta y de repente lo que veías era simplemente una luz acercarse a ti. Entonces, no sé, todo medio también extraterrestre. Muy extraño la verdad, muy raro.
[Daniel]: Pero también bonito, dice Mariana. Esta fue su experiencia, claro. Pero lo sintió muy caribeño, especialmente al principio. Gente sacando ron, compartiendo cervezas calientes, invitando a los vecinos a cenar antes de que se eche a perder la comida. La gente juntándose a hablar, a jugar juegos de mesa, porque, claro, no había las distracciones con las que convivimos a diario: la televisión, el celular, las redes.
Entonces, lo que se vivió en esos días fue una suerte de reencuentro, entre familias, vecinos. Muchos conocidos y oyentes venezolanos lo confirmaron. Recibimos muchos audios donde se hablaba de esta solidaridad.
[Hombre]: Esta circunstancia del apagón por un lado ha sacado lo mejor que tienen muchas personas en términos de solidaridad.
[Mujer]: Aquí en Maracaibo se generó por las redes sociales una etiqueta que decía “Los Buenos Somos Más”, donde los establecimientos públicos que cuentan con planta han abierto sus puertas para que los ciudadanos carguen sus dispositivos electrónicos, eh, rellenen sus botes de agua.
[Hombre]: Los vecinos del edificio se han reunido en la planta baja del edificio y todos han colaborado para elaborar diferentes platos con los alimentos que tenían en sus apartamentos.
[Mujer]: Hoteles que prestan las plantas a los hospitales para todos los hospitales que se han quedado sin luz. Hay restaurantes que… que tienen cocinas de gas y las están poniendo a la orden para la gente que quiera cocinar ahí.
[Mujer]: Y como se activan redes de ayuda, y es como que, bueno, por allá necesitan agua o estas personas necesitan medicina. Entonces yo siento que es como una forma de que entre todos nos tenemos que ayudar porque… pues si no, no podemos seguir.
[Daniel]: Pero Mariana nos contó que ya al segundo día las cosas empezaron a ponerse más complicadas.
[Mariana]: A la gente se le empezó de repente derretir los alimentos que habían comprado. Mucha gente no tiene cocina gas sino cocina eléctrica, entonces tampoco tenían cómo cocinar. Y, bueno nada, tuvieron que salir en misiones… que todo el día era como una especie de misión. Tu vida se resumía a: “Vamos a resolver la vida para que la noche no sea tan complicada”.
[Daniel]: Tenían que comprar alimentos no perecederos o hielo para que no se dañara la comida fresca. Y, miren, ese verbo —comprar—algo tan simple, tan cotidiano, se ha vuelto complicadísimo.
[Mariana]: El problema es que, bueno, al no haber electricidad tampoco había manera de pago. No podíamos pagar con tarjeta. Y creo que como hemos mencionado en Radio Ambulante anteriormente —o como quizás mucha gente sabrá— en Venezuela hay una crisis de efectivo. O sea que no hay cash. No hay papel moneda. Y lo poco… y lo poco que hay, como hay una inflación tan grande, pues no da para pagar los precios.
[Daniel]: Entonces las tiendas solo aceptaban efectivo en bolívares o, mejor aún, dólares. Algo que para muchos era imposible.
[Mariana]: De hecho es la minoría de los venezolanos los que tienen acceso a esta moneda.
[Daniel]: Y es evidente que algunos comerciantes están inflando los precios. Una bolsa de hielo, por ejemplo, normalmente te cuesta menos de un dólar. Durante el apagón el precio en Caracas casi se triplicó. Y eso en Caracas. Fuera de la capital, la cosa era —es— aún más complicada.
[Mariana]: Entonces el apagón también siguió mostrando en Venezuela esa inequidad tan… tan grande que existe entre los que tienen y no tienen. Y los que tienen son muy pocos.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Nicolás Maduro]: Cuando hay ataques de este… de este sentido —que hace la oposición contra el país, la derecha extremista— sin lugar a dudas ellos, son los autores intelectuales y materiales de este ataque.
[Mariana]: Y bueno ya en ese momento el gobierno hablaba de… de un ataque, de un ciberataque que había sido propiciado por los Estados Unidos.
[Daniel]: Este es el presidente, Nicolás Maduro, dos días después del comienzo del apagón.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Nicolás Maduro ]: Y han utilizado tecnología de alto nivel que solo tiene el gobierno de Estados Unidos en el mundo. Han utilizado armas de alta tecnología y se va a saber…
[Daniel]: Lo cierto es que el sistema eléctrico del país ha estado en crisis desde hace varios años. La evidencia es lo común que se han vuelto los apagones. Estamos hablando de un sistema viejo, que no ha sido bien mantenido. Mala inversión, mal manejo.
Sin embargo, el gobierno argumenta que este apagón es diferente. Aquí la versión oficial: que el Guri —la hidroeléctrica que le da energía a gran parte del país— ha sido blanco de cuatro ataques. Un incendio, un ataque electromagnético y dos ataques cibernéticos. Muchos, incluyendo Mariana, digamos que son escépticos.
[Mariana]: Primero creo que vale acotar que el sistema de Venezuela tiene muchísimo tiempo y… y no es un sistema de computadoras, es un sistema más bien análogo. Así que creo yo —si entiendo un poco de qué se tratan las palabras, solo por entender un poco sintácticamente— que lo de cyber como que no me… no me suena mucho. No sé a ustedes.
[Daniel]: Y además el Guri es uno de los lugares más protegidos en el país. Custodiado por los mismos militares que dirige Maduro.
[Mariana]: Entonces la verdad es que no… no sé, me suena muy extraño eso de… eso de ataque.
[Daniel]: Para el tercer y cuarto día ya se hablaba de muertes. La oposición sacó la cifra de 26 muertes por causa del apagón. La Red Nacional de Médicos aseguraba que eran nueve. Diosdado Cabello, un líder chavista muy cercano a Maduro, aceptó que hubo dos.
Pero en todo caso, sí hubo crisis en los hospitales. Se escuchó de pacientes que dependían de aparatos médicos, falleciendo por la falta de electricidad. Se escucharon reportes de enfermeras bombeando el respirador de un paciente a mano, turnándose, porque si paraban el paciente moría. Se escuchó de saqueos en supermercados. De violencia.
En pocas palabras, de un caos social. Un peligro constante si estamos hablando de un país, de un pueblo que ya ha sufrido tanto. Nuestros oyentes nos hablaron mucho de este temor.
Y todo se siente más duro cuando no tienes acceso a información. Cuando no te puedes comunicar con tu familia. Con tus amigos. Cuando no sabes si están bien o no.
[Mujer]: Creo que lo que más me ha sorprendido es cómo se ve la ciudad de noche y lo frágiles que somos sin electricidad.
[Hombre]: El tema de la señal, de la red telefónica ha sido catastrófico porque no hay servicio telefónico. La gente se estaciona al borde de la autopista para intentar agarrar señal y poder comunicarse con sus familiares.
[Mujer]: La gente está al borde del colapso.
[Mujer]: Todo el mundo está como reunido con sus familias pero no logran saber nada más allá. La gente de afuera no se puede comunicar con la de adentro, o sea, la gente que vive fuera del país. Todo el mundo tiene una impotencia. Nadie entiende ni sabe bien lo que está pasando.
[Mujer]: Y ha sido bastante limitada la… la información a la que podemos tener acceso, eso ha sido una de las cosas más desesperantes.
[Hombre]: El acceso a las redes sociales es muy limitado o nulo.
[Mujer]: Saber la cantidad de personas que están muriendo en los hospitales por falta del servicio eléctrico, es durísimo. Es… es muy difícil de manejar, eh, y sí sorprende muchísimo asomarte a tu ventana y ver la ciudad oscura. No ver nada, nada en la noche. Es horrible.
[Mujer]: Lo que más me ha costado es mantener la cordura. No entrar en pánico. Resolver con calma. Pensar en frío.
[Mariana]: En Venezuela lo que pasa es que hay una gran cantidad de… de noticias falsas entonces todo el tema de la desinformación es algo muy común. Todo el tema de los rumores es algo muy común. Cuántas veces hemos escuchado: “El gobierno ya va a caer”, porque me lo dijo el primo del amigo que tiene un familiar militar.
[Daniel]: Mariana me dijo que en Venezuela están bastante acostumbrados a convivir con rumores. Con desinformación.
[Mariana]: Aunque obviamente se agravó y se ha agravado con el tema de… de la falta de… de electricidad.
[Daniel]: Lo que hemos escuchado de Venezuela en estos meses, uff, se siente hasta repetitivo, ¿no? Lo digo como periodista. Nosotros en Radio Ambulante siempre queremos contar historias nuevas, novedosas, que sorprendan a nuestros oyentes. Y quizá ese es un problema de cubrir Venezuela hoy, ya no sorprende. Nos conmueve. Nos preocupa. Pero no nos sorprende.
Al mismo tiempo, estamos muy conscientes de que tenemos que narrar lo que está pasando. Que es un tema importante para toda la región y por lo tanto, para ustedes, nuestros oyentes. Estamos todos, siento yo, a la expectativa de un desenlace. No sabemos cuál será. Pero no llega. Y no llega. La pregunta que nos hacemos todos sobre esta crisis es: ¿cuál va a ser la gota que va a derramar el vaso?
[Mariana]: Es que es un… esto es un vaso muy grande. Uno dice: ¿Hasta cuándo?
[Daniel]: O quizás el vaso ya se derramó.
[Mariana]: Creo que tienes razón. No se puede decir que el vaso no se derramó. El vaso tiene rato botando agua y rato cayendo al agua a la mesa y al piso y a todo a su alrededor.
[Daniel]: Hace tiempo en Venezuela se repite una frase —de ese típico humor negro latinoamericano— una frase que duele más en el contexto de los miles y miles de venezolanos que han huído del país. Dice así: “Que el último que se vaya, apague la luz y cierre la puerta”. Bueno, esta semana…
[Mariana]: Se sentía, como, realmente alguien apagó la luz y cerró pensando que era el último, pero nos dejó aquí adentro a todos metidos.
[Daniel]: Estoy grabando jueves 14 de marzo y, al momento de cerrar este episodio, hay zonas de la capital y zonas del occidente del país que aún no tienen luz.
Mariana Zúñiga es periodista freelance basada en Caracas. Tendremos links a las historias que ha producido para Radio Ambulante en nuestra página web.
Este episodio fue producido por Silvia Viñas y por mí, con la ayuda de Lissette Arévalo, David Trujillo, Luis Fernando Vargas y Miranda Mazariegos. Fue editado por Camila Segura y Joseph Zárate. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Rémy Lozano. Andrea López Cruzado hizo el fact-checking.
Gracias a todas las personas que nos enviaron audios: Leoncio Silveira, Lennis Rojas, Carlos Eduardo, Paula Dávila, Maria Carina El Masri, Ennio Rafael Pinza, Mariela Hernandez, Antonio Francisco, Zori Girgenti, Nilde Rivas, Ainara Iriarte y Sabrina Gutiérrez.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Gabriela Brenes, Jorge Caraballo, Victoria Estrada, Diana Morales, Patrick Moseley, Ana Prieto, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill y Elsa Liliana Ulloa. Carolina Guerrero es la CEO.
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