Que Dios nos ayude | Transcripción

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[Daniel Alarcón]: Esto es Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. 

Vámonos a Lima, Perú. Es la noche del 8 de agosto de 1990, y Juan Carlos Hurtado Miller está en los estudios del Canal 5, también conocido como Panamericana Televisión. En ese momento cumple una doble función en el gobierno peruano: es Presidente del Consejo de Ministros y, además, ministro de economía y finanzas. El edificio del canal queda cerca del Estadio Nacional en una cuadra conocida como La Esquina de la Televisión. En ese momento es el canal más importante e influyente del Perú. Hurtado Miller ha venido a  dar un mensaje a la nación.

[Juan Carlos Hurtado Miller]: Estaba yo muy nervioso, muy, muy nervioso. No solamente por dar un mensaje tan duro, sino por las posibilidades de que hubiéramos tenido errores en su concepción o que fuéramos a fallar en los días siguientes.

[Daniel]: Había llegado con su breve discurso escrito en unos papeles, pero antes de entrar al aire, tenía que pasarlo al telepronter, esa máquina que te permite leer un texto mirando directamente a la cámara.

[Hurtado Miller]: Y de ahí me lo ponen al frente y me enseñaron a manejarlo, ¿no? Me demoró una media hora tipear el telepronter.

[Daniel]: Quizá por la angustia. Es que el mensaje que iba dar no tenía precedentes en la historia peruana. Faltando unos minutos para las 9 de la noche, Hurtado Miller se sentó frente a la cámara. Había una bandera del Perú a su izquierda y tenía un vaso de agua en la mesa. Pero no estaba solo. También estaban los ministros del gabinete del entonces presidente Alberto Fujimori. Todos menos tres, que se habían rehusado a participar. 

A las nueve en punto el canal empezó a transmitir.

Hurtado Miller anunció que el gobierno tomaría una serie de medidas para enfrentar la grave crisis económica por la que estaba pasando el país. Y aquí un poco de contexto: Perú vivía una hiperinflación que ese año superaría el 7 mil por ciento. Es decir, los precios se multiplicaron más de 70 veces. Una hiperinflación tan monstruosa solo tenía precedentes en Bolivia… y en Alemania, Rusia, Polonia y Hungría, después de la primera guerra mundial. O, para dar un ejemplo más reciente, en la Venezuela de hoy.

Como política para amortiguar el golpe de la hiperinflación, el gobierno llevaba varios años controlando cuánto costaban las cosas.

En cierto sentido, el discurso era muy teórico, no tan fácil de entender para la mayoría de los peruanos. Pero en un momento, eso tan abstracto se transformó en algo muy concreto, en lo que realmente muchos recordarían de esa noche.

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Hurtado Miller]: Es así que la lata de leche evaporada que hoy costaba en la calle 120 mil intis costará a partir de mañana 330 mil intis. 

El kilo de azúcar blanca que solo se conseguía a 150 mil intis, costará a partir de mañana 300 mil intis. El pan francés que esta tarde costaba 9 mil intis, costará a partir de mañana 25 mil intis. 

[Daniel]: Y estas cifras que mencionaba Hurtado Miller podrían incluso subir más. Todo sería incertidumbre. 

En Zárate, un barrio de clase media ubicado a unos 10 kilómetros del Canal 5, desde donde el ministro transmitía esta noticia, estaba Carlos Meléndez. En ese momento tenía 13 años, y veía el discurso en la televisión con sus papás y sus dos hermanos menores. Recuerda la cara de su mamá: estaba atónita, quieta, en silencio.  

[Carlos Mélendez]: Mi padre decía tranquila, ellos saben lo que están haciendo, son economistas. Y mientras tanto el ministro de Economía termina de decir los precios y dice… 

[Hurtado Miller]: Que Dios nos ayude. 

[Carlos]: Que Dios nos ayude. Eso desautorizó toda calma que quería imprimir mi padre aquella noche. Y cuando termina el anuncio, mi madre, con los ojos en rojo, a punto de llorar, le dice a mi padre: ¿Qué vamos a hacer?

[Daniel]: Miles de peruanos se estaban preguntando lo mismo en ese preciso momento. Acababa de comenzar lo que se llegó a conocer como el “Fujishock”… El gobierno eliminó los subsidios de la canasta básica y aumentó los precios para disminuir la demanda y la inflación.

Para algunos, el Fujishock era la única medida para salvar al Perú. Para otros, un error que lanzaría a millones de peruanos a la miseria. Pero hay algo en que todos coinciden: este paquete de medidas económicas cambió la historia del país y sus repercusiones se sienten todavía, tres décadas después. 

Una pausa y volvemos.

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[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. En el episodio de hoy vamos a contar la historia de cómo llegó a existir el Fujishock. Y de cómo afectó a la clase media peruana. Va a ser una historia con números y conceptos económicos, pero iremos con cuidado para no confundir. 

 El politólogo Carlos Meléndez nos cuenta la historia. Aquí Carlos. 

[Carlos]: La noche del anuncio toda mi familia se fue a la cama preocupada, con incertidumbre de lo que pasaría al día siguiente.

Nuestra casa era especial en el barrio, en Zárate. Era una de las pocas que tenía un teléfono con permiso comercial, es decir, se podía alquilar para hacer llamadas. Los vecinos llegaban, pagaban unos intis y podían usarlo. Recuerdo que la mañana después del shock mi papá se levantó temprano, salió a la puerta de la casa y se paró frente al cartel que anunciaba la tarifa del alquiler. Lo miró fijamente por un largo rato tratando de descifrar qué hacer. También tengo la imagen de él viendo en el periódico la lista de precios e intentando entender cómo ajustarse al aumento, calculando cuánto debería cobrar por una llamada de tres minutos.

Afuera del barrio parecía un día de feriado religioso. Nadie en la calle. Se sentía el pánico de la gente que no quería salir por miedo de enterarse  cuánto costaban ahora las cosas. Todos temían lo mismo: que no les alcanzara para comprar lo más básico. 

Mi mamá tenía un puesto en el mercado cercano a la casa en donde vendía productos de bazar y juguetes. Ese día, el negocio permaneció cerrado, como muchos otros. 

También había miedo por Sendero Luminoso, el grupo terrorista que estaba causando muertes y destrucción desde 1980. Para ese entonces, la violencia estaba en su momento cúspide. Los atentados con bombas eran cotidianos, pero, claro, nunca nos acostumbramos. Se hablaba de que iba a haber un gran paro armado o una intervención terrorista como reacción al shock. 

Quiero contextualizar la situación peruana un poco. Este es el expresidente Alan García en un discurso que dio en la Organización de las Naciones Unidas en 1985, anunciando que el país solo pagaría una parte mínima de la deuda que tenía. 

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Alan García]: Hemos tomado una decisión que sostendremos. El Perú solo asignará a la deuda uno de cada 10 dólares. La décima parte de lo que le paguen por su trabajo y sus exportaciones. 

[Carlos]: Y es que el país, como ya dijimos, pasaba por una crisis política y social enorme. La catástrofe climática del fenómeno de El Niño de 1982 y 1983 y el terrorismo de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru dejaron miles de muertos y daños materiales millonarios. 

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Alan García]: Esta es una decisión responsable y revolucionaria. Porque es la decisión de un país pobre, importador de alimentos e insumos industriales, cuya deuda es con los bancos occidentales. Y que ha sufrido y sufre la presión del fondo monetario. 

[Carlos]: Pero hubo repercusiones. El Fondo Monetario Internacional declaró al Perú un país “no elegible” para créditos de grandes entidades, como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. 

Pero García tenía un plan para vivir sin crédito internacional. Lo primero que hizo fue impulsar la demanda y el gasto del sector privado, reduciendo los impuestos y bajando las tasas de interés para reactivar la economía. Durante dos años, estas medidas funcionaron… a su manera. La economía creció casi un 10 por ciento anual, algo sorprendente para cualquier país.  

Luego creó empleos públicos ampliando la burocracia estatal, pero la inflación empezó a subir. Para tratar de contener los precios, dio subsidios a empresas y a trabajadores, congeló los ahorros en moneda extranjera y controló los precios de la canasta básica. Es decir, era el gobierno el que decidía cuánto valían las cosas, no los productores ni el mercado. 

Pero, claro, los subsidios, los salarios, la inversión pública… eran gastos. El Perú necesitaba dinero. Entonces, en lugar de recurrir a préstamos, el propio gobierno imprimía billetes, aunque no tuviera reservas en moneda extranjera con qué respaldarlo. O sea, estaba imprimiendo dinero que no tenía. 

Con el tiempo, millones de intis llegaron a servir para comprar muy poco. Los precios de los productos básicos subían día a día o en realidad en cuestión de horas. Los comerciantes a veces escondían productos y no los vendían, porque dentro de tres días podrían valer más. 

Para 1987, el Perú ya casi no tenía reservas internacionales para demostrar a los países del exterior que sí podía pagar y que su dinero sí valía. Para ese momento la inflación estaba en 85,5 por ciento, es decir los precios casi se duplicaron en un año. La popularidad de García estaba cayendo rápidamente y para tratar de recuperarla planteó que los bancos pasaran a ser del Estado. No logró pasar la reforma y los altos niveles de popularidad que tuvo al inicio de su gobierno se fueron al piso.  

La escasez de esos años transformó nuestras vidas. En mi barrio, con mis amigos y familiares, gran parte de nuestro día transcurría haciendo colas con baldes en los parques o reservorios municipales para llevar agua a la casa, ya que era frecuente que se fuera el servicio, al igual que el de la electricidad… o en las panaderías, donde tenías que levantarte a las cinco de la mañana para conseguir unas pocas piezas de pan dos o tres horas después y era muy difícil encontrar arroz o azúcar en las tiendas.

Para 1989, a un año de celebrar elecciones generales, Perú estaba en el abismo. Con una hiperinflación del casi 3,400 por ciento, los temas de campaña eran dos: el terrorismo y la crisis económica. El candidato favorito era el ya por entonces famoso escritor Mario Vargas Llosa, de la coalición Frente Democrático o FREDEMO, de ideología neoliberal. Apoyado por el establishment y por los empresarios, su campaña fue inmensa, intensa y muy mediática.

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Cantantes]: Vamos Perú, vamos con Mario. Vamos con él a trabajar. 

[Carlos]: Vargas Llosa proponía deshacer todo lo que Alan García había implementado en su gobierno. Para detener la hiperinflación, proponía un shock económico. 

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Vargas Llosa]: Tenemos que reformar a este Estado. Y tenemos sobre todo que convertirlo en un Estado eficiente, en un Estado que verdaderamente sirva a los peruanos y no, como ocurre ahora muchas veces, se sirva más bien de ellos para favorecer unos cuantos grupos minoritarios en el país. 

[Carlos]: El shock propuesto por Vargas Llosa haría que la demanda de productos disminuyera, porque los precios se dispararían. Así, rápidamente, empezarían a bajar y a estabilizarse. 

Esto, por lo menos, era la teoría. Pero habría un costo grande: millones de peruanos serían incapaces de comprar cosas básicas, como alimentos. Recordemos que cerca de la mitad de los peruanos vivían en la pobreza. La medida no era popular, para nada. A la gente le daba miedo.

Entre los candidatos marginales estaba un ingeniero agrónomo y matemático desconocido para las mayorías: Alberto Fujimori, quien se lanzó con el partido Cambio 90. Su principal fuerza era un slogan sencillo: honradez, tecnología y trabajo.

Nadie tenía clara la ideología de Fujimori, ni cuál era su propuesta concreta para atender los problemas del Perú, pero lo cierto es que su perfil bajo empezó a resonar entre la gente.  

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Cantante]: … de un viejo amanecer. Fujimori presidente debe ser…

[Carlos]:  A un mes de las elecciones, Fujimori aparecía con menos del 2% de intención de voto en las encuestas. En una de las últimas, publicada por el periódico El Comercio el 24 de marzo, Fujimori ni siquiera llegaba al 5%. 

Justamente en esos días es que el economista Santiago Roca entra en la historia. Ahora tiene 71 años. 

[Santiago Roca]: Y me dedico a la enseñanza y a la investigación en la Universidad. 

[Carlos]: En Centrum PUCP, la escuela de negocios de la Universidad Católica del Perú. 

Para las elecciones de 1990, Roca tenía 39 años. Un amigo suyo, también economista, llamado Jorge Chávez, estaba muy pendiente de las elecciones, especialmente de la sorpresa que era Fujimori.  

[Santiago Roca]: Entonces venía siempre a buscarme para contarme: «Oye, hay un candidato que está subiendo en las encuestas» (risa). Yo le decía: «No te creo».  “No, sí”, qué bueno… 

[Carlos]: Jorge Chávez sabía que Fujimori no tenía un equipo económico —así de marginal y amateur era— y vio una oportunidad ahí. A pesar de que no tenía ninguna cercanía a Fujimori, empezó a armar una propuesta para presentársela al candidato. Aunque ni siquiera se conocían. 

[Santiago Roca]: Viene donde mí, me presenta lo que había escrito. Lo reviso. Se lo comento. Cambiamos algunas cosas, cambio algunas cosas, y evidentemente yo me reí, yo me reía. «¿Pero qué cosas vas a hacer?», le digo, «Jorge, que, pues si tú no conoces a Fujimori, ¿qué cosa crees?» (risas).

[Carlos]: Jorge llevó el documento a la casa de campaña de Fujimori unos días antes de la primera vuelta electoral, lo entregó y no supo nada más. Ni llamada, ni agradecimientos, ni rechazos. Nada. Pero poco después, todavía antes del día de las elecciones, Santiago vio a Fujimori en televisión, que recién empezaba a llamar la atención de los medios, presentando sus propuestas de gobierno.  

[Santiago Roca]: Y cuando escucho a Fujimori prácticamente acogió todo el discurso que le había dado Jorge, Jorge Chávez.

[Carlos]: Santiago no lo podía creer. Apenas terminó el programa, llamó a Jorge para comentar lo que acababa de ver.  

[Santiago Roca]: Y desesperado Jorge me decía «Bueno, pucha, qué increíble, ¡qué increíble! ¡Qué increíble!» Bueno, “me debe llamar en cualquier momento». 

[Carlos]: Pero Fujimori no lo llamó, ni al día siguiente, ni el día después de ese. 

[Santiago Roca]: Desesperado Jorge Chávez me decía: «Cómo es posible que ni siquiera me llame para darme las gracias». «Ya no aguanto». Me dice: «Acompáñame. Voy a buscarlo a su casa».

[Carlos]: Santiago le dijo que no podía ir, que lo disculpara.

 [Santiago Roca]: Eso fue como a las seis de la tarde. A eso de las ocho de la noche tengo una persona tocando el timbre de mi casa diciéndome que urgente me tenía que llevar porque quería mi presencia el candidato Fujimori.

[Carlos]: Santiago tenía pendientes, pero la persona insistió. No se iría de ahí sin él. Resignado, fue hasta la casa de Fujimori. Entró a su oficina, y ahí también estaba Jorge Chávez. 

[Santiago Roca]: Fujimori estaba sentado en su escritorio, me ve y me dice… me saluda, «Señor Roca», me dice, «De usted conozco mucho». Se para. Voltea hacia su repisa de libros, su escritorio, y me dice: «Acá tengo sus escritos». 

[Carlos]: Y aquí hay que explicar que Santiago era un economista experto en temas de desarrollo. En los años 80 había escrito varios artículos y libros de macroeconomía, creando modelos de lo que podría pasar en la economía peruana en diferentes contextos. 

En 1989, publicó un artículo donde solicitaba al gobierno tomar medidas inmediatas ante la crisis. Pedía un consenso entre partidos, para que cualquiera que quedara en las elecciones aplicara un programa que Santiago llamó “bisagra”. Puesto muy simple, este programa era más moderado que el shock que proponía Vargas Llosa. No todos los productos básicos se elevarían de precio de inmediato, se iría poco a poco. 

El golpe a la ciudadanía sería duro, pero no tan duro. Y esa noche en la oficina de Fujimori, parecía que el candidato sabía todo lo que Santiago había propuesto. 

[Santiago Roca]: Entonces agarra y me dice: «Gracias, que usted ha venido». Nos mira a Jorge Chávez y a mí y nos dice: «Ustedes me han caído del cielo» (risas).

[Carlos]: Luego Fujimori le dijo a Santiago: 

[Santiago Roca]: «Quiero invitarlo a usted, señor Roca, a que sea el jefe del plan de gobierno para que me arme un plan de estabilización y de crecimiento para el Perú».

[Carlos]: Jorge Chávez ayudaría a Santiago, pero a distancia, pues debía regresar a Inglaterra a terminar su doctorado. Santiago respondió que tenía que pensarlo, que era una responsabilidad enorme. Demoró unos días analizando el tema, pero decidió que sí, que era una buena oportunidad. Y le dijo a Fujimori que trabajaría con él. Así, y ya Fujimori clasificado para la segunda vuelta contra Vargas Llosa, empezaron a formar el equipo económico y a redactar el plan de rescate para el Perú. 

[Santiago Roca]: Él totalmente me dio la confianza, me permitió organizar el plan de gobierno, me dio total libertad para formar los equipos. 

[Carlos]: Santiago llamó a gente que estaba de acuerdo con un plan de propuesta económica que, según él, había publicado en la revista Moneda, del Banco Central de Reserva. La extrema izquierda y la derecha neoliberal estaban descartadas para formar parte de su equipo. 

[Santiago Roca]: Buscaba personas no de los extremos. Más centradas y más sensatas, digamos.

[Carlos]: Su meta era ocuparse de la hiperinflación y del déficit fiscal afectando lo menos posible a la ciudadanía. 

[Santiago Roca]: En economía se trata de hacer las cosas al menor costo posible. Es muy fácil matar la inflación a la bruta. Si le quitas los ingresos a la gente, no tiene cómo comprar y si no tiene cómo comprar, los precios van a caer. 

[Carlos]: Entonces, Santiago planteaba que el país produjera más cosas, para así aumentar la oferta y crear empleo para que la gente tuviera poder de compra. Según él, los problemas no se resolverían en uno o ni siquiera dos años, pero el costo social para la ciudadanía sería menor. 

Había un segundo punto central en su plan económico. La creación de una nueva moneda. Esta propuesta la diseñaron economistas de la Universidad Católica. Se llamaría Amaru. La nueva moneda se proponía para matar las expectativas inflacionarias, es decir para romper la idea de que los precios iban a continuar subiendo indefinidamente. El objetivo era generar confianza y credibilidad, un efecto psicológico que creía importante para la gente.

Y el tercer punto: 

[Santiago Roca]: Era el control nacional de las políticas públicas. ¿Y qué significa control nacional? La priorización de los intereses nacionales frente a los intereses extranjeros.

[Carlos]: Santiago proponía impedir que los intereses de otros países o instituciones financieras internacionales estuvieran por encima de las necesidades de la gente. Hacer política para el pueblo, en cierto sentido. 

Ahora bien, aquí hay que dejar algo claro. Lo de Santiago era una propuesta, una teoría, solo eso. En la práctica, no hay certeza de que lo que planteaba hubiera funcionado.  

[Santiago Roca]: El plan de gobierno se hizo prácticamente en mi casa. Fujimori venía todos los días, se quedaba con el equipo y conmigo hasta las tres de la mañana.

[Carlos]: Santiago recuerda a Fujimori como un personaje calculador. 

[Santiago Roca]: Pero muy austero en su persona. Muy sencillo. Y siempre obsesionado por la efectividad y resultados, siempre quería ver resultados.

[Carlos]: Se hicieron muy cercanos. 

[Santiago Roca]: De vez en cuando me llevaba montado los camiones y yendo a los pueblos jóvenes donde yo veía la realidad. Llegábamos a lugares inhóspitos o a lugares con un nivel de pobreza tremendo.

[Carlos]: Era impactante para él, porque, claro, era un académico dedicado a la teoría macroeconómica, ajeno al día a día de la mayoría de los peruanos. Le confirmó lo que pensaba… Que gran parte del país no podría tolerar un shock económico como el que se planteaba. 

El domingo 10 de junio de 1990 se llevó a cabo la segunda vuelta electoral.

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Periodista]: Alberto Fujimori llegó ayer al poder con un fuerte respaldo de los pobres peruanos. 

[Carlos]: Fujimori derrotó a Vargas Llosa con el 62 por ciento de los votos emitidos, con el apoyo del partido gobernante y la izquierda. La gente, con temor, prefirió un candidato desconocido, con pocas propuestas para resolver los problemas del país, pero que prometía que no haría nada drástico en la economía. 

Pero todo esto iba a cambiar. Y a todos, incluso a Santiago, los tomó por sorpresa.

[Santiago Roca]: Una vez que gana la segunda vuelta, le venden la idea de que es importante resolver el tema externo.

[Carlos]: ¿Quién le mete la idea?

[Santiago Roca]: Hernando de Soto le dice: «Es importante que resuelva usted el problema con… con los de afuera».

[Carlos]: Hernando de Soto era un economista liberal que había publicado El Otro Sendero, libro de cabecera de la derecha peruana. Era muy influyente a nivel nacional e internacional. Al quedar Fujimori de presidente vio una gran oportunidad de promover sus propuestas. Entonces pidió una cita con él y le ofreció todos sus contactos. 

Y hay algo importante que entender aquí. Fujimori, que era nikei, o sea descendiente directo de japoneses, quería el apoyo del país de sus papás. 

[Ricardo Lago Gallego]: Fujimori tenía la idea de que el Japón, como hijo de japoneses, se iba a tomar lo de su presidencia en el Perú como un tema de honor internacional y del prestigio del Japón, iba a llegar con el talonario de cheques y solucionar todos los problemas que tenía Perú, ¿no?

[Carlos]: Él es Ricardo Lago Gallego. En el momento en que Fujimori quedó electo trabajaba en el Banco Mundial, en Washington D.C. Aunque la organización ya había cerrado su oficina en Lima, querían mantener un contacto con el gobierno de Alan García, y él fue el elegido. Convencido de que el shock económico era la única manera de sacar a Perú de la crisis, permanecía siempre a la guardia de una oportunidad para promoverlo. El cambio de presidencia era un momento clave. 

Fujimori, por su lado, esperando encontrar apoyo en Japón, organizó su primer viaje internacional como presidente electo, teniendo al país de sus ancestros como destino. Hernando De Soto le dijo que fuera. Pero que de paso viajara también a Estados Unidos, donde él le organizaría un almuerzo con el secretario general de las Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, y los presidentes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. Fujimori se entusiasmó. Y claro, aceptó.

El 28 de junio de 1990, Fujimori viajó a Nueva York para reunirse con los representantes de las principales organizaciones financieras internacionales. Santiago Roca no fue con él, porque estaba preocupado afinando el plan económico. Faltaban pocos días para asumir el poder. Por su parte, Ricardo Lago, aunque no estuvo en ese almuerzo, escribió la intervención que tuvo el presidente del Banco Mundial y sabe bien lo que pasó. 

[Lago Gallego]: El mensaje era “Mire, usted tiene muchas ideas sobre qué hacer en el Perú y mucho entusiasmo y tal. Pero aquí hay una serie de problemas que tiene que resolver”. 

[Carlos]: La hiperinflación, las deudas con el sistema financiero internacional, la debilidad de una economía mal administrada y la violencia terrorista, etc. 

[Lago Gallego]: Si usted no soluciona eso. Nunca va a poder salir del hoyo.

[Carlos]: Y le dicen que ellos le van a ayudar, con una condición. Que aplique un shock económico. O sea, algo no muy distinto a lo que había planteado su rival electoral, Mario Vargas Llosa. Y además le dicen: 

[Lago Gallego]: Necesitamos un período de prueba en el que veamos que usted está cumpliendo. Eso se lo dijeron al final del almuerzo y Fujimori contestó, y son palabras textuales: “Les agradezco que me lo hayan dicho al final del almuerzo, porque si me lo dicen al principio no como”.

[Carlos]: Habían puesto a Fujimori contra la pared. 

[Daniel]: Una pausa y volvemos.

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[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón. Antes de la pausa escuchábamos como Alberto Fujimori planeó su primer viaje como presidente electo peruano en 1990, en medio de la crisis económica más grave que ha enfrentado el país. El viaje tendría como destino final Japón, la tierra de sus papás, donde Fujimori pediría ayuda para salvar al Perú del abismo económico. Pero antes habría un almuerzo en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, con personas muy importantes en el campo financiero internacional. 

Y en ese almuerzo le hicieron una propuesta: que aplicara un shock económico, que liberara los precios de una sola vez y dejara que el mercado los regulara… Si hacía lo que le pedían, le darían la ayuda financiera que desesperadamente necesitaba. 

Carlos Meléndez nos sigue contando. 

[Carlos]: Fujimori llegó a Tokio el primero de julio de 1990. Ahí solicitó apoyo del gobierno japonés para que la economía peruana entrara de nuevo al sistema financiero internacional. Además, aprovechó para visitar Kumamoto, pueblo natal de sus papás, e hizo reuniones diplomáticas que terminaron en promesas de ayudas. Regresó a Perú a los pocos días. 

[Lago Gallego]: Regresa atado de pies y manos, hay que hacer eso o hay que hacer eso. No era una convicción, o un convencimiento intelectual o analítico, era que no hay otra más que hacer esto.

 [Carlos]: Al regresar a Lima, Vladimiro Montesinos, que para ese entonces ya era uno de los principales asesores de Fujimori, lo convenció de aislarse en el Círculo Militar, una de las sedes de las fuerzas armadas peruanas. 

Montesinos era ex integrante del Ejército, y autorizaba las llegadas y las salidas de las instalaciones, según él, por razones de seguridad. Nadie podía acceder a Fujimori, ni siquiera quien iba a ser su ministro de economía, Santiago Roca. 

Pero a los pocos días, Fujimori finalmente se puso en contacto con Santiago. 

[Santiago Roca]: Y en esa reunión me pide a mí para que implemente como ministro de Economía el plan del Fondo Monetario Internacional.

[Carlos]: Santiago le pidió explicaciones. ¿Por qué cambiar el plan? Y más importante aún: ¿Por qué asumir el plan de los opositores? 

[Santiago Roca]: Y me responde muy pragmáticamente. «Mira, Santiago», me dice. «Nosotros tenemos buenas ideas. Lo que me han presentado la gente del Fondo Monetario Internacional también me parecen buenas ideas. Tú sabes yo no soy economista. Yo soy ingeniero. Entonces yo la veo también buenas ideas. Pero la diferencia es que el Fondo Monetario y el Banco Mundial tienen dinero. Y nosotros no tenemos dinero. Solamente tenemos ideas. Nuestro programa…  gradualista, ¿y si no funciona? Si después de un año o dos años la inflación sigue siendo 300 por ciento. La gente se va a ir en contra nuestro. Políticamente, es mejor entrar al gobierno golpeando, golpeando lo máximo que uno pueda golpear, porque quien paga el costo del golpe es el gobierno anterior”.

[Carlos]: Santiago le dijo que no estaba de acuerdo con el plan del Fondo Monetario Internacional y que le parecía poco ético cambiar el plan de gobierno cuando la gente ya había votado. Decidió que no podía tomar el puesto de Ministro de Economía y Finanzas. Casi todos los integrantes del equipo económico lo acompañaron en su decisión de retirarse.

[Santiago Roca]: Él se quedó un poco, diríamos, congelado. Salimos, redactamos esa misma noche, una carta de renuncia y presentamos la renuncia y la enviamos a todos los diarios esa misma noche.

[Carlos]: Así entra en la historia Juan Carlos Hurtado Miller, el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Economía y Finanzas que escuchamos al inicio de este episodio. 

Cuando Fujimori quedó electo, Hurtado Miller vivía en Argentina. Tenía sus negocios propios y estaba relativamente alejado de la política. Conocía a Fujimori pero no mucho. Fueron al mismo colegio, aunque nunca hicieron amistad, y luego, cuando Hurtado Miller fue ministro de Agricultura, lo había llamado para que formara parte de un comité asesor, dado que Fujimori era rector de la Universidad Nacional Agraria de La Molina. 

Después de que Santiago Roca presentó su renuncia, Fujimori mandó a llamar a Hurtado Miller, quien creía que le iba a proponer repetir el encargo al frente del sector Agricultura. Pero al sentarse a conversar se dio cuenta de que el presidente electo tenía un plan diferente para él. No solo le pedía ser Ministro de Economía y Finanzas, sino además ser presidente del consejo de ministros. 

[Hurtado Miller]: Me dijo: «Porque las medidas que vas a tener que dar necesitan autoridad plena y necesitas más autoridad que siendo Ministro de Economía, como Primer Ministro, para poder hacer las cosas que yo sé que vas a hacer,  las cosas que son necesarias. A no ser que tengas miedo», me dice. “No”, le dije, “miedo no tengo lo que tengo es pánico. Pero te voy a decir, Alberto, tener coraje no es no tener miedo, es tener miedo y saber superarlo. Y eso es lo que espero tener, si es que te acepto entrar”.

[Carlos]: Hurtado Miller aceptó los dos puestos. El 28 de julio de 1990, Fujimori tomó el poder. 

(SOUNDBITE ARCHIVO)

[Alberto Fujimori]: Nos toca afrontar la crisis más profunda que ha vivido el país en toda su historia republicana. Una sociedad escindida por la violencia, la corrupción, terrorismo y el narcotráfico. En una palabra: casi una economía de guerra. 

[Carlos]: Dentro del equipo económico, lo más urgente era crear un programa de emergencia social…  Los efectos del shock golpearían a los sectores más vulnerables de la sociedad peruana, y había que tratar de protegerlos en la medida posible.

[Hurtado Miller]: Tenemos que dar una asistencia alimenticia a la gente, porque el shock es muy fuerte y el aumento de precios… una cosa monstruosa, para la gente de pequeños ingresos era una cosa terrible.

[Carlos]: El programa creaba comités locales para ofrecer ayuda alimenticia y puestos de empleo temporales y de baja calificación en cocinas comunitarias o brigadas de limpieza pública, por ejemplo. 

Otra medida para contener el golpe a la ciudadanía sería dar un bono monetario y aumentar el salario mínimo. 

Pero el shock no solo era el aumento de precios. También se impondrían impuestos fáciles de recaudar, se eliminarían las exoneraciones tributarias y se haría un ajuste al tipo de cambio con el dólar. 

Todos los días, Hurtado Miller se reunía con el equipo económico de Fujimori a redactar el plan para el shock. La presentación se haría en televisión nacional. 

[Hurtado Miller]: Lo que dijimos puede haber una reacción espantosa, porque la inflación y los precios son enormes.

[Carlos]: Entonces establecieron con Fujimori la posibilidad de decretar un estado de sitio, que es un régimen de excepción en el que se suspenden las  garantías constitucionales, por si la ciudadanía decidía manifestarse. 

Además Hurtado Miller le informó a Fujimori que daría un mensaje de esperanza al pueblo peruano, que es muy católico. Es el que oímos al principio, que terminó con la frase “Que Dios nos ayude”, ideada por Felipe Ortiz de Zevallos, amigo y asesor de Hurtado Miller.

Aquí hay que entender la relevancia que tenía el canal 5, desde donde Hurtado Miller daría el anuncio del shock económico. 

[Mónica Delta]: El canal 5 ponía la agenda política y social en el Perú por mucho tiempo. Canal 5 era en ese momento por el que pasaban todos los cambios, no solamente sociales, económicos, sino todo lo que te generaba impacto.

[Carlos]: Ella es Mónica Delta, una reconocida periodista peruana. En 1990 trabajaba en canal 5 como presentadora y cubriendo el Palacio de Gobierno. 

[Mónica]: Todo lo que ocurriera en el Perú, bueno o malo, pasaba por la esquina de la televisión. 

[Carlos]: El canal pertenecía a la familia Delgado Parker, y dos hermanos tomaban la mayoría de decisiones: Genaro y Héctor. Esa campaña electoral había dividido a los hermanos, como al resto del Perú.

[Mónica]: Me tocó ver un cruce de puñetes o de puñetazos entre ambos hermanos, porque Genaro apostaba al 1000 por ciento a Mario Vargas Llosa.

[Carlos]: Y Héctor, que era amigo del expresidente Alan García, tenía una simpatía discreta por Fujimori. Además estaba preocupado porque el canal no aparentara apoyar abiertamente a Vargas Llosa, y mantuviera la imparcialidad periodística. 

Pero claro, ahí nadie esperaba que ganara Fujimori. Jamás. 

[Mónica]: Era impactante ver caras, no? en general. Y comenzaron a llegar… este… políticos para ser entrevistados y esto era una vorágine, no?

[Carlos]: El pueblo peruano cansado de lo mismo de siempre decidió apostar por un desconocido.

[Mónica]: Fue un baldazo de agua para muchísima gente. En el fondo a mi personalmente me parecía, que la ciudadanía había hablado. Pues sí, había hablado distinto y que no estábamos conociendo el Perú y que no estábamos midiendo lo que estaba pasando en el Perú.

[Carlos]: Si bien es cierto lo que dice Mónica, que la ciudadanía había hablado… También es cierto que, al votar por Fujimori, habían votado por un candidato que había propuesto algo diferente a un shock. Sin embargo, el 8 de agosto de 1990, solo diez días después de haber asumido el poder… el presidente del consejo de ministros Hurtado Miller dio el anuncio que nadie se esperaba. En ese momento, Mónica estaba en el Congreso de la República y se alistaba para dirigirse a la televisora. 

Genaro y Héctor, los dueños del canal, eran amigos de Hurtado Miller. Mónica cree que, además de la influencia de la televisora a nivel nacional, la cercanía entre los tres terminó de definir por qué se eligió el canal 5 para el anuncio. 

Mónica vio el discurso ahí, junto a otros colegas. Y como el resto de los peruanos escuchó… 

[Hurtado Miller]: Que Dios nos ayude.

[Carlos]: Mónica Delta recuerda que, al día siguiente, el ánimo en Lima era oscuro.

[Mónica]: Ya estamos medio acostumbrados a ver caras de angustia en Lima, ¿no? O sea, la crisis nos había generado muchas caras de angustia y el miedo al terrorismo también, ¿no? Pero imagínate… la noche anterior la gasolina por galón costaba, creo, 21.000 y al día siguiente 600.000. O sea, 30 veces más, ¿no?

[Carlos]: Tristeza, dolor, angustia. Eso vio Mónica.

El día después del anuncio se reportaron cuatro muertos en el país, debido a los intentos de saqueo y manifestaciones. 

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Carlos]: Eso es un cañón de agua disparando a unos manifestantes.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Presentador]: Desde que el pasado 8 de agosto, el gobierno de Fujimori puso en marcha su plan de austeridad ha aumentado la escasez y la inquietud social en el país. 

[Carlos]: Pero algo es cierto: Perú no se levantó contra Fujimori en esa ocasión. Aceptó su suerte.

Hay algunos datos que no están en discusión. Después del shock, que sí fue terrible, un recuerdo que mi generación tiene marcado en la memoria… la hiperinflación bajó. Cinco años después era de 10%, algo impensable durante los primeros días del shock. Y la economía del Perú siguió creciendo… por décadas. Solo se frenó con la pandemia del Covid-19. 

Pero también es cierto que en el corto plazo, fue muy doloroso.  La pobreza aumentó brutalmente. Pasó de un 38 por ciento en 1985, a un 57 por ciento en 1991, como efecto de las medidas. Esto significa que había unos 12 millones de personas pobres en el Perú al inicio de los noventa y el porcentaje se mantuvo alto durante toda esa década.

La pobreza bajó en los 2000… hasta un 22 por ciento, antes que la pandemia la hiciera subir de nuevo, pero el costo de lograr esto fue grandísimo. 

De 1990 a 1996, casi 300 mil peruanos se fueron del país, muchos debido a la situación económica. ¿Y los que se quedaron…?

[Santiago Roca]: ¿A qué se dedicaron los maestros? a hacer taxi. ¿A qué se dedicaron los policías? Tenían que tener dos, tres trabajos…

[Carlos]: En Zárate, mi barrio, no fue muy diferente. La señora Lucha, que tenía un garaje en su casa, lo convirtió en una peluquería. Don Epifanio, que tenía un pequeño jardín, lo convirtió en un quiosco para vender jugos. Nino convirtió la sala de su casa en un restaurante. No fueron los únicos. 

El día que pusieron semáforos en la cuadra de mi casa, me di cuenta de que habíamos mutado, como buena parte de Lima y del país. Ya no éramos un barrio donde jugábamos en las calles. Ahora había tránsito. Actividad. Y este barrio, que era un vecindario de empleados y obreros de ocho horas y boleta de pagos a fin de mes, se convirtió en un lugar comercial. La avenida Gran Chimú se atiborró de tiendas, galerías e, incluso, ambulantes. 

En mi casa, el servicio de llamadas que les conté al principio se fue expandiendo. Primero compramos una fotocopiadora. Luego, una computadora e impresora para hacer servicios de transcripción de documentos e impresiones. Todo esto vino con un costo: mi familia tuvo que vender el puesto de ropa que tenía mi mamá. Era cuestión de supervivencia. Leímos, por así decirlo, el mercado. Analizamos hacia dónde iba la economía y la vida cotidiana y nos adaptamos. Incluso, años después, volvimos a cambiar de giro: a una bodega.

Al comienzo fue complicado, claro, pero a nosotros, en realidad, nos fue bien. Salimos adelante. Mis hermanos y yo estudiamos, terminamos el colegio y fuimos a la universidad a estudiar carreras que nos gustaban. Yo emigré a hacer un posgrado. Cosas que se pueden considerar privilegios, pero las conseguimos con trabajo duro, todos siendo empleados del pequeño negocio familiar, cuando nuestros deberes de la escuela acababan.

Mi historia no es la historia de la mayoría de peruanos. Muchas personas de mi edad se fueron del país, otros decidieron emprender y muchos otros tuvieron que trabajar en la informalidad, sin garantías laborales. También tuvieron que buscar suerte todos los que despidieron de las empresas públicas que fueron privatizadas en el shock.

Así nació el capitalismo popular que halagan los defensores del modelo; así también se fue precarizando nuestra calidad de vida, como critican sus detractores.

Durante la última década, la informalidad se ha mantenido cerca del 75 por ciento. En este momento más de 11 millones de personas se encuentran en esta situación. Es una economía viva, pero sin seguros sociales ni jubilación protegida.

Finalmente, la clave del éxito del modelo neoliberal que se impuso con el shock económico no fueron los tecnócratas, aquellos con el poder de diseñar la macroeconomía del país, sino los informales: esos millones de personas a las que las decisiones de unos pocos les quitaron muchos de sus derechos sociales. Esas personas a las que no les quedó de otra que sobrevivir fueron los verdaderos autores del “milagro peruano”. 

Pero hoy ese modelo de mercado está más cuestionado que nunca. Un maestro de escuela rural, Pedro Castillo, fue elegido presidente hace unos meses con la promesa de transformar la economía peruana, esta vez a un esquema más equitativo.

Como en 1990, los peruanos votamos por un desconocido sin un plan de país muy claro. Por eso, muchos aún prefieren defender, con sus méritos y errores, el modelo económico actual. El futuro es incierto. Treinta y un años después los peruanos seguimos pidiendo… que Dios nos ayude.

[Daniel]: Juan Carlos Hurtado Miller renunció a sus cargos de Primer Ministro y Ministro de Economía y Finanzas en el gabinete de Fujimori el 15 de febrero de 1991. 

Postuló sin éxito a la alcaldía de Lima en 1998 y fue acusado de haber recibido fondos ilícitos del asesor Vladimiro Montesinos para su campaña electoral. Después de 10 años prófugo, Hurtado Miller se entregó a la justicia en el 2011, acusado de delitos de corrupción cometidos en la administración de Alberto Fujimori. Terminó cumpliendo prisión domiciliaria.

Carlos Meléndez es politólogo. Vive en Santiago, Chile. Esta historia fue producida con nuestro editor, Luis Fernando Vargas, que vive en Costa Rica. 

Este episodio fue editado por Camila Segura y por mí. Desirée Yépez hizo el fact-checking. Mil gracias a Piero Ghezzi por su ayuda verificando los datos y conceptos de esta historia. 

El diseño de sonido es de Andrés Azpiri y Rémy Lozano, con música original de Remy. 

El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Nicolás Alonso, Lisette Arévalo, Aneris Casassus, Emilia Erbetta, Fernanda Guzmán, Camilo Jiménez Santofimio, Ana Pais, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, Elsa Liliana Ulloa y David Trujillo.

Carolina Guerrero es la CEO.

Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.

Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

 

Créditos

PRODUCCIÓN
Carlos Meléndez y Luis Fernando Vargas


EDICIÓN
Camila Segura y Daniel Alarcón


VERIFICACIÓN DE DATOS
Desirée Yépez


DISEÑO DE SONIDO/MEZCLA
Andrés Azpiri 


MÚSICA
Rémy Lozano


ILUSTRACIÓN
Diana Carmenate


PAÍS
Perú


TEMPORADA 11
Episodio 17


PUBLICADO EL
01/25/2022

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