Lord Alejandro | Transcripción
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[Daniel Alarcón]: Esto es Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.
En Medellín hay un futuro duque. Y no me refiero al apellido, sino a un título nobiliario creado directamente por la corona española en el siglo XV. Un título que fue heredado una y otra vez, de generación en generación, hasta llegar a un colombiano.
Pero él solo toca el tema con un grupo muy selecto de conocidos.
[Kelly Córdoba]: Y entonces nos hablaba del ducado de Cardona.
[María Angélica Carbacas]: Sí, es que mi abuelo llegó a tener el título del duque de Cardona.
[Andrés Vasco]: Que al parecer salió de España por la guerra civil.
[Kelly]: Y se sabe la historia de pe a pa.
[Andrés Vasco]: Que el hombre sale y se asienta en Costa Rica. Luego sigue bajando, llega a Panamá, luego llega a Colombia y aquí entonces el hombre se vuelve muy rico.
[Daniel]: El tal duque… bueno, el heredero del ducado, se llama Alejandro Estrada Cardona. Tiene 28 años. Pero hasta ahí llega la información disponible sobre él. Si intentan buscar más datos, probablemente no van a encontrar nada. Este futuro duque no es como otros miembros de la nobleza… Digamos que no es una figura pública: no lo siguen los paparazzis, no da entrevistas exclusivas y tampoco hace obras benéficas. En general, tiene un perfil discreto.
Aunque entre ese grupo selecto de personas que lo conocen, no pasa desapercibido.
[María Angélica]: Es una persona que siente la necesidad siempre de caerle bien a todo el mundo y de estar bien parado.
[Andrés]: Alejandro es una persona que tiene un ego muy alto, y el hombre siempre es como de esas personas que, de alguna manera, trata como de mostrar si tuviese una condición socioeconómica superior.
[Kelly]: Se preocupa demasiado, muchísimo, por su aspecto físico, por estar peinado, por estar organizado, sus cejas, todo. Y sobre todo por estar siempre vestido como de marca. Es como una valla andante marcaria.
[Daniel]: Ya volveremos a estas voces, pero por ahora enfoquémonos en la última que escuchamos: la de Kelly Córdoba. Es abogada y durante varios años fue profesora de la facultad de derecho en una universidad en Medellín. Recuerda muy bien el momento exacto cuando empezó a tener cercanía con el futuro duque.
Fue en agosto de 2019, en la universidad en que trabajaba. Un día entró a la sala de docentes donde estaba su oficina y frente a su cubículo vio a Alejandro y a una señora hablando con un profesor. Kelly ya conocía a Alejandro. Había sido su alumno en alguna de sus clases, aunque no se había destacado académicamente del resto.
[Kelly]: No le fue lo mejor en la materia, entonces tampoco pues como que lo tenía como identificado como el más participativo en clase ni nada por el estilo. En ese momento no me generó ninguna huella en la memoria.
[Daniel]: Mucho menos sabía lo del título al que podía acceder. Kelly supuso que la mujer que lo acompañaba era su mamá, pero no se interesó en la conversación que estaban teniendo con el otro profesor. Simplemente pasó por el lado, sin interrumpirlos, y se sentó en su cubículo.
Unos minutos después, su colega le pidió que se acercara.
[Kelly]: Le presento a… ah, no yo la conozco. Hola, profe, ¿cómo estás? Que te presento a mi mamá. Ah, mucho gusto, Olga Cardona. Y yo: “ah mucho gusto”.
[Daniel]: El profesor le explicó a Kelly que Alejandro le estaba preguntando sobre un caso de responsabilidad médica. Era algo personal. Hacía unos meses se había hecho una cirugía estética en la nariz y por mala praxis le estaban apareciendo unos daños físicos evidentes. Quería saber cómo exigir una reparación de manera legal.
Pero el profesor no tenía experiencia en estos casos y no sabía muy bien cómo actuar. Por eso le pidió ayuda a Kelly. Ella tampoco es que manejara ese tipo de temas, pero cuando aparecía algo que ella no dominaba, le daba los casos a la firma de abogados de su esposo.
[Kelly]: Me dijo: “Ah listo, profe”. La señora súper atenta, súper querida, súper elegante ella: “Ay, muchas gracias. Qué gusto conocerte”. Normal. Les cuadré la cita.
[Daniel]: Kelly se imaginaba que iba a ser una consulta jurídica como cualquier otra: unos clientes más que le llevaba a su esposo, un caso más que seguro terminarían ganando y hasta ahí.
Pero el haberse topado con el futuro duque y su mamá no terminó siendo una experiencia, digamos, glamourosa.
[Kelly]: Ojalá yo en un futuro me ría y diga: “Ay, que dizque el duque”, y me ría. Por ahora no me da risa. ¿Por qué entré a la sala de docentes? ¿Por qué no fui al baño? ¿Por qué no se me ocurrió ir a tomarme un vaso de agua? ¿Por qué no… por qué no fui a otra parte?
[Daniel]: Porque si no se lo hubiera encontrado ese día, en esa situación, tal vez no tendría que estar contando esta historia.
Después de la pausa, nuestro productor senior David Trujillo nos cuenta.
[MIDROLL]
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, aquí David.
[David Trujillo]: Unos días después del encuentro con Kelly, su esposo, Andrés Vasco, recibió a Alejandro y a Olga en su oficina. Durante la reunión le contaron que se hizo la cirugía porque le habían roto la nariz de un golpe, pero su cuerpo no reaccionó bien al procedimiento. Además, insistía en que, unos hilos que le habían puesto se estaban saliendo notoriamente, y eso haría que su imagen pública se viera afectada.
A primera vista, Alejandro y Olga no le generaron ninguna impresión particular, pero al escuchar su historia sí notó algo.
[Andrés]: Por la manera en la que narraron, me dieron a entender que eran personas de dinero.
[David]: Alejandro le mencionó que se relacionaban con gente rica y famosa.
Un colega de Andrés, que se reunió luego con ellos para hacer el cálculo de los daños y perjuicios, también notó lo mismo…
[Andrés]: Ese muchacho sí es como de plata. Esa pinta que tenía él era una pinta cara que tenía unos zapatos yo no sé qué, y la señora también, que tenía un bolso Louis Vuitton, en fin.
[David]: Calcularon que los daños por la mala praxis eran de más de 17 mil dólares aproximadamente… una cifra nada despreciable. Acordaron seguir con el proceso y darle el poder a la firma para ser su representante legal.
Desde entonces Kelly siguió comunicándose con ellos.
[Kelly]: Hay clientes que dicen: “Bueno, me avisa cuando haya algún avance”, y hay clientes que esporádicamente llaman. Ellos son de la naturaleza de clientes de estar 100% atentos, ¿cierto? Siempre en comunicación.
[David]: Se hablaban por llamadas, por mensajes de texto, por notas de voz, interactuaban en persona… Y en todas las reuniones, virtuales o presenciales, siempre estaban ambos: Alejandro y Olga.
[Kelly]: Yo lo que noté es que tenía una mamá muy pendiente de todo, pero de todo. Mamá e hijo siempre, siempre estaban juntos. Iban a todas las reuniones.
[David]: Kelly los acompañó a la primera audiencia de conciliación, en la que, por cierto, no llegaron a nada. Y con el tiempo, al tema médico se le fueron sumando otras consultas. Por ejemplo, a principios de 2020, Alejandro le contó que quería montar un negocio de comida saludable. Kelly, que era profesora de derecho comercial y da asesorías al respecto, no vio problema en explicarle el paso a paso de lo que debía hacer.
Alejandro siguió las indicaciones al pie de la letra y echó a andar su negocio. Pero luego volvió con otro tema legal, esta vez relacionado a la dueña del local que había arrendado. Necesitaba contratar a Kelly y a su esposo de nuevo para que lo representaran. Ellos volvieron a aceptar, sin problema.
La relación se empezaba a estrechar cada vez más, y Kelly y Andrés se estaban convirtiendo en los encargados de apagar los incendios que prendía Alejandro, que no parecían ser pocos.
[Andrés]: “Ese señor es tan problemático que esos son los clientes que uno necesita: clientes de plata y que tengan problemas con bastante gente pa que nos contraten toda la vida”, le dije yo a Kelly en ese momento. Porque era una persona que se veía que entraba en choque con mucha gente.
[David]: Ahora bien, con ellos no había problemas. Siempre les pagaban a tiempo por esos servicios. Kelly y Andrés no tenían claro de dónde venía la plata porque Olga no trabajaba en ese momento y Alejandro apenas iba a empezar con su emprendimiento. Ya les habían contado que el papá de Alejandro era un político reconocido en la zona. Incluso una tía de Kelly, que estuvo casada con otro político, le confirmó después que había conocido a Olga cuando era joven y era novia del papá de Alejandro. Seguramente el dinero venía de ahí.
Como fuera, Alejandro y Olga los empezaron a involucrar en su vida social. Los invitaban a restaurantes caros donde los conocían y hasta los llevaban a eventos de marcas de lujo. Un día Olga le dijo algo a Kelly que le llamó la atención.
[Kelly]: No te puedo contar mucho, pero yo estoy armando un equipo de profesionales que acompañen a mi hijo para un proyecto futuro que él viene, una cosa… unas cosas que él tiene que atender a futuro de la familia. Y yo sí pensaba decirte a vos que hicieras parte del equipo como abogada. Entonces no te preocupes que trabajo siempre va a haber y con nosotros vas a tener una oportunidad laboral.
[David]: Kelly le agradeció que la tuviera en cuenta, pero no preguntó detalles. Si le había dicho que no le podía contar mucho, era mejor ser prudente.
Pero poco a poco, en conversaciones casuales, Olga y Alejandro les fueron dando más información. Se trataba de un legado: les explicaron a Kelly y Andrés que en poco tiempo Alejandro iba a recibir lo que su abuelo español, o sea, el papá de Olga, le había dejado.
Olga les contó la historia que mencionamos, a grandes rasgos, al comienzo: que su papá se llamaba Venancio Cardona, y que salió de España durante la guerra civil. Llegó a Centroamérica, donde aumentó su fortuna con la producción de azúcar. Después emigró a Colombia y ahí se radicó definitivamente. Venancio les había dejado una gran herencia a sus hijos cuando murió. A Olga ya le había dejado plata y propiedades. Alejandro era muy chiquito en ese momento, pero por ser el único nieto hombre, el abuelo le había dejado un legado especial, o sea, algo adicional a la herencia. En su testamento escribió que le entregaría dinero… mucho… y empresas… muchas… y otras propiedades… también muchas.
Eso sí, no sabían exactamente a cuánto se elevaba el valor de ese legado, pero Olga les aseguró que cuando lo recibiera, Alejandro iba a ser uno de los cinco jóvenes menores de 30 años más ricos de Europa.
Pero les pidieron discreción. Todo este tema del legado había generado tensión con otras personas, en especial con el resto de la familia, y habían tomado distancia. También les contaron que cuando Alejandro cumplió 18 años, el Tribunal Económico Administrativo de Madrid, la entidad que, según ellos se encargaba de cuidar ese legado, liberó por error una parte: casi 28 millones de dólares, y los depositó directamente en la cuenta bancaria de Alejandro.
[Kelly]: Y que él vio un montonal de plata en sus cuentas y se enloqueció a comprar cosas pero como un loco. Entonces que eso generó una alerta en lavado de activos y que se involucró la Fiscalía.
[David]: Y es que cuando los bancos ven movimientos de dinero que les parecen sospechosos, como uno de 28 millones de dólares que se gasta rápidamente, emiten una alerta a la justicia y la Fiscalía colombiana puede entrar a investigar si hay negocios ilícitos.
[Andrés]: Y que eso llevó a que se congelaran no solamente los bienes de Alejandro, sino que llevó también a que se congelaran parte de los bienes de la familia.
[Kelly]: Que como había sido un acto de inmadurez y derroche de parte de Alejandro, entonces que su abuela y sus tías habían quedado muy molestas con él.
[David]: Había un dato adicional: el que también mencionamos al principio de este episodio. Alejandro tenía la posibilidad de pagar unos derechos para recibir el título nobiliario de su abuelo: el ducado de Cardona, que tiene más de 500 años de antigüedad. Esa parte de la historia les sonó un poco extraña a Kelly y a Andrés, pero más como una excentricidad que cualquier otra cosa. En este lado del mundo no es para nada común que alguien tenga un título de estos. Pero bueno, en Europa es diferente.
Kelly y Andrés los empezaron a sentir tan cercanos que se volvió muy común invitar a comer a Alejandro y a Olga a comer en su casa, a ver películas, a pasar ratos juntos… Compartían su cotidianeidad y hasta los involucraron en reuniones familiares. En medio de esa amistad que se estaba fortaleciendo, Alejandro les empezó a hablar de sus deudas. Había montado el negocio de comida saludable con préstamos, pero nada había resultado como había planeado. Se fue endeudando cada vez más y los costos del negocio eran altos. Este es Alejandro en una nota de voz que le mandó a Kelly en abril de 2020.
[Alejandro]: Me siguen cobrando impuestos, me siguen cobrando una cantidad de cosas. Y a mí me tocó meterme en una deuda de ciento…. 167 millones para terminar de pagar unos impuestos y unas cosas porque pues a pesar de lo que tenía ahorrado y todo no… no me alcanzaba ni nada.
[David]: 167 millones son más de 35 mil dólares. Además, Alejandro le contó a Kelly que, como a veces pasa en los testamentos, el abuelo había dejado unas condiciones muy, muy específicas para que pudiera recibir su fortuna. Entre ellas había una que decía que Alejandro debía montar un negocio por su propia cuenta. Alejandro le explicó a Kelly de qué se trataba.
[Alejandro]: Lo que ellos me están exigiendo es simplemente que yo demuestre una actitud emprendedora y que de verdad yo mismo pude crear un negocio, por así decirlo. Y pues ya empezar a surgir con la empresa y demostrarles a ellos que soy capaz de manejar esto pequeñito hasta lo más grande.
[David]: Pero a todos los problemas que ya tenía se le sumó la pandemia, y para finales de 2020 la situación era insostenible. Tenía que buscar rápido otra opción de negocio, una que sí fuera rentable. Vender ropa, por ejemplo. Pero para eso necesitaba plata.
Los bancos no le prestaban tan fácil porque ya tenía varios créditos pendientes. Así que decidió pedirles a Kelly y a Andrés que le prestaran casi 6 mil dólares. Con eso podía montar el negocio de la ropa y seguir el proceso del legado.
Con el préstamo, les hizo una promesa. Les iba a pagar el doble, con intereses, en más o menos cuatro meses, que era el tiempo en el que calculaban que iba a salir el legado. Kelly y Andrés aceptaron. Había pasado poco más de un año desde que conocieron a Alejandro y se estaba ganando su confianza. Igual él y su mamá ya les habían pagado por otros servicios. Le hicieron firmar un pagaré para estar más seguros, y le entregaron la plata.
[Andrés]: En ese momento yo le estaba prestando plata a un cliente, a un cliente que se estaba volviendo amigo. En ese momento fue más el tema de más ayudémosle a él pa que cumpla los requisitos y al final yo también quería que, pues si la verdad él tenía tanta plata, pues que me quedara debiendo un favor. Y prestamos el dinero en esas condiciones.
[David]: Con ese dinero, Alejandro se fue a Estados Unidos con su mamá. Allá compró ropa y regresó a Colombia para venderla junto a su socio de la tienda de comida saludable, que al mismo tiempo era su mejor amigo.
Pero la relación con ese socio se fue rompiendo por cuestiones personales y el negocio de la ropa también terminó fracasando. Alejandro cayó en una depresión, principalmente por haber terminado esa relación con su mejor amigo. Y Olga se empezó a preocupar de que esa situación afectara los requisitos para el legado. Ahí volvieron Kelly y Andrés a apagar otro incendio, y no solo en temas jurídicos. Desde ese momento, Kelly asumió el apoyo emocional.
[Kelly]: Ahí fue donde me empezó a jugar mucho la empatía como mamá, y es que la señora Olga Cardona, se vuelve un acto casi recurrente llamarme y llorar: “Pobre mi hijo, él está sufriendo mucho, él está muy mal. No se alimenta…” Kelly, llámalo, aconséjalo.
[David]: Kelly podía pasar horas en el teléfono tratando de animarlo.
[Kelly]: Fui el paño de lágrimas de Alejandro Estrada: aconsejándolo, aconsejándolo, o sea, le dediqué muchísimo tiempo. Me… me generó muchísimo dolor porque lo veía súper mal, súper mal, súper mal. “Alejandro, Alejandro, tienes que comer, porque es que uno pelea con las emociones, pero también con el estómago. Vamos a comer”. Entonces súper mamá, súper pegada con él.
[David]: En febrero de 2021, en la celebración del cumpleaños de Olga, les explicaron al fin a Kelly y a Andrés cuál era su idea. Los invitaron a una cena y, mientras comían, volvieron a tocar el tema del legado en España. Alejandro y Olga tenían un plan: querían que Kelly y Andrés le ayudaran a Alejandro a gestionar la administración de esas empresas cuando las recibiera.
Ese era uno de los servicios que ofrecían en la firma.
[Andrés]: Para mí era normal. Pues digamos… y eso es lo que hacen muchas veces las familias con dinero: organizan, planifican, contratan abogados… precisamente para organizar qué es lo que va a pasar, quién va a manejar las empresas.
[David]: Kelly y Andrés aceptaron y brindaron para celebrar. Iban a ayudar a sus amigos. Eso eran ahora: amigos con los que se sentían muy a gusto y a los que de verdad apreciaban.
Ya después, en su casa, con más calma, empezaron a conversar sobre el tema. Más allá de los detalles del legado y del proceso para recibirlo, se preguntaban por qué los habían contratado a ellos. Tenían toda la plata para pagarle a una oficina de abogados mucho más grande y reconocida.
[Andrés]: ¿Cuál era como la explicación que nosotros entendíamos ahí, no? Nos lo merecemos y estamos de buenas y nos quieren contratar a nosotros para que les ayudemos en este proceso.
[David]: Habían logrado ganarse su confianza. Qué más explicación que esa. Y por las dudas, hasta se lo preguntaron a Olga directamente, y ella les confirmó esto. Y agregó otra razón clave.
[Andrés]: Que nosotros podíamos tener como un papel más allá con Alejandro, en cuanto a de pronto orientarlo. Entonces Olga me decía: “Andrés, es que mirá, es que Alejandro va a ser ese hijo que nunca tuviste”.
[David]: Ese hijo hombre, porque Andrés y Kelly ya tenían dos niñas… sabían bien lo que significa asumir ese papel.
[Andrés]: “Mirá que él es como un niño, él está muy joven, vos todavía lo podés orientar, mirá que el papá de él se fue hace mucho tiempo…” Entonces de alguna manera, trataron como de encasillarnos a Kelly y a mí como si nosotros fuésemos a tener ese papel.
[David]: Era obvio que esta ya no sería solamente una relación de negocios. Kelly se los dejó claro varias veces, como en esta nota de voz.
[Kelly]: Lo hacemos con todo el corazón. Como le dije a Alejo: “una cosa es, no sé, ser asesor, dar consultoría, y otra cosa es abrir las puertas de la casa”. Y eso es lo que estamos haciendo, y lo hacemos con el corazón.
[David]: Y Olga no paraba de agradecerles por lo bien que trataban a Alejandro… Esta es una nota de voz que les envió.
[Olga]: Dios los bendiga. De verdad, Kelly, ustedes adoptaron a mi hijo y eso es… eso es lo más maravilloso, de verdad que es lo más maravilloso. Un abrazote, un abrazote, gracias a ustedes por todo.
[David]: Pero crear esos lazos tan fuertes tenía consecuencias.
Olga y Alejandro les contaron que, después de que la Fiscalía se involucró por movimientos sospechosos de dinero, al parecer los empezaron a monitorear. Revisaban sus correos, escuchaban sus llamadas, sabían lo que buscaban en Internet, seguían sus movimientos financieros y hasta podían grabar conversaciones a través de sus celulares. Ahora, les advirtieron que lo más probable era que a ellos también los estaban monitoreando y que debían tener muchísimo cuidado.
[Andrés]: No te imaginás el trauma que eso generó porque entonces es como si todo el tiempo estuviésemos…pues mejor dicho, como si nunca tuviésemos espacios de… de privacidad.
[Kelly]: Y fue una época que empezó muy dura para nosotros porque entonces todo, todo lo que tuviera que ver con Alejandro se volvía un misterio. El celular había que ponerlo en modo avión. Si mi esposo y yo íbamos a hablar algo sobre ellos, entonces poníamos el celular en un baño y nos íbamos para otro cuarto a hablar. Una situación absurdamente incómoda, incómoda, pero 100%.
[Daniel]: Y todo iba a ponerse mucho peor.
Una pausa y volvemos…
[MIDROLL]
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón. David Trujillo nos sigue contando.
[David]: A pesar de lo estresante que se estaba volviendo la situación, sobre todo por lo del monitoreo, Kelly y Andrés decidieron que lo importante era seguir apoyando a Alejandro, por lo menos hasta que pudiera reclamar su legado. Les debía plata y había prometido pagarles más. Por eso les convenía poner todo su empeño para que el dinero saliera lo más pronto posible.
Llegó abril de 2021, casi un año después de que se enteraran del legado de Alejandro. Esa sería la fecha cuando se suponía que se lo iban a entregar. Pero terminaron diciéndoles a Kelly y a Andrés que no, que se aplazaba, que todavía no se habían cumplido todos los requisitos, que faltaban más trámites, que esto, que lo otro… Todo de manera muy vaga.
De todas formas, como Kelly y Andrés no eran los abogados del caso en España, no tenían acceso a documentos ni nada de información. Todo lo que sabían era por Alejandro y su mamá. Aunque sí les preocupaba la falta de claridad, Olga insistía en que las cosas iban a salir bien. Aquí una nota de voz de junio de 2021.
[Olga]: Andrés, lo último que se pierde en la vida es la fe. Tenemos que estar tranquilos, no puedes perder la fe. Esperemos. Alejandro lo que necesita ahora es el apoyo de la fe, de estar tranquilos, relajados, porque él necesita arreglar todas sus cosas.
[David]: Y en julio las cosas parecieron moverse un poco. Por esos días, Alejandro y Olga viajaron a España para averiguar detalles del proceso en el Tribunal Económico Administrativo de Madrid, que era la entidad que estaba llevando lo del legado. Desde allá les contaron a Kelly y a Andrés que conocieron a un funcionario del Tribunal, que se llamaba Iñaki y que quería colaborarles para que todo se resolviera, a más tardar a finales de ese año. Tal vez ese señor tendría algún interés de dinero, pero por el momento no parecía tener ninguno en particular, solo darles una mano. Este es uno de los mensajes de voz que le mandó Alejandro a Kelly explicándole más…
[Alejandro]: Este es el correo de Iñaki. Él me había dicho que cualquier duda que nosotros tengamos, incluido tú, pues ahora te mando el teléfono, que le preguntáramos a él, que le escribiéramos pero súper extraoficialmente.
[Kelly]: Él nos compartía al celular pantallazos de los mensajes de chat que intercambiaba con Iñaki. O sea, era como que el que lo estaba alertando frente a los incumplimientos que pudiera tener de las condiciones.
[David]: Lo más urgente era pagar deudas, porque entre los requisitos estaba mantener un buen historial de crédito. Pero conseguir plata rápido no era sencillo, y su mamá tampoco le podía prestar porque según las condiciones, tenía prohibido depender del dinero de su familia. Y como los monitoreaban todo el tiempo, seguro se darían cuenta de los movimientos financieros.
[David]: Pero sus amigos sí podían ayudarlo, y ahí estaban Kelly y Andrés, que, recordemos, ya le habían prestado casi 6 mil dólares.
[Alejandro]: Ay no, yo siempre te escribo para molestarte y a pedirte favores malucos. Resulta que debo pagar una cuenta que tengo pendiente, entonces queremos saber si te puedo molestar y tú me puedes prestar con las mismas condiciones: yo te pago el doble de eso. Qué pena molestarte, de verdad. Tengo una vergüenza contigo. Creéme que me la he pensado como 70 veces para decirte.
[Kelly]: La mamá me llamaba llorando desesperada: “Kelly, ¿qué voy a hacer con este muchacho? Me tiene desesperada, sufriendo humillaciones, pidiéndole plata prestada a todo el mundo”. Entonces mi esposo y yo pues los ángeles guardianes: venga, nosotros le ayudamos.
[David]: Kelly y Andrés le empezaron a dar plata para pagar deudas aquí y allá. Parte de ese dinero salió de préstamos que les hicieron algunos de sus familiares. Al principio, hacían que Alejandro les firmara documentos que lo comprometieran a pagar.
[Kelly]: Pero la relación se volvió de tanta confianza, igual, y como que untado el dedo, untada la mano, como que bueno, ya nos lavamos acá. Entonces le empezamos a prestar la plata y llegó un punto en que en que ya ni hacíamos pagarés.
[David]: Pero además del funcionario que los estaba ayudando, había una noticia mejor. Alejandro les compartió una carta del Tribunal de Madrid diciéndole que en unos meses debía presentarse. Vale aclarar que este documento, con membrete, firmas y todo, fue el primer documento que Andrés y Kelly pudieron revisar de todo el caso del legado. La idea era que un abogado de confianza lo acompañara para que diera testimonio de haber cumplido con los requisitos. Pero lo mejor de todo era que harían una liberación parcial del legado. Serían 900 mil euros, o sea, casi un millón de dólares. Alejandro le propuso que Kelly fuera su abogada y, aprovechando que iban a estar allá, Andrés también podría ir y tomarse unas vacaciones.
[Andrés]: Yo le dije: “No, hombre, Alejandro, a qué horas voy a ir yo por allá, yo no tengo plata y más con esta situación”. “Nooo, pero es que nos van a entregar 900 mil euros allá. Llegamos allá y nosotros les pagamos la plata y entonces ustedes ya van a poder tener”.
[David]: A Andrés lo motivó lo del pago, pero le preocupaba todo lo que había que hacer para conseguirlo. Al final, entre tarjetas de crédito, un préstamo de la firma, otro de la hermana de Andrés y un negocio con un carro lograron conseguir todo y viajar en noviembre del 2021. Iban a estar un par de días en Madrid resolviendo lo de la audiencia para la liberación parcial. Luego viajarían por separado y se encontrarían de nuevo todos en Alemania. De ahí regresarían a Madrid, recibirían el dinero y finalmente volverían a Colombia, todos felices.
Pocos días después de llegar, sería la audiencia de Alejandro en el Tribunal. Pero ahí pasó algo que a Kelly y Andrés no les cuadró del todo: Alejandro les dijo que Kelly no podía acompañarlo porque, según Iñaki, no habían entregado unos documentos a tiempo. ¿De verdad? Habían planeado este viaje durante meses únicamente para esa audiencia, no entendían cómo se les había pasado un detalle burocrático tan importante.
Todo sonaba tan… raro. Es imposible ignorarlo. Pero para Andrés y Kelly se trataba de dos amigos, de un hijo casi adoptivo… Personas tan queridas, con quienes habían desarrollado una relación tan íntima, de tanta confianza… Les habían abierto las puertas de su casa, de su vida, querían mucho a sus hijas… Obviamente confiaban. Y por otro lado estaba el hecho de que, al inicio de la relación, ya les habían pagado por sus servicios. Seguro que iban a pagarles todo lo que les debían. Era solo cuestión de tiempo.
Prefirieron dejarlo pasar. Finalmente no era algo tan grave: ya estaban allá y Alejandro podía ir solo a la audiencia. Mientras lo esperaban en un café cercano al Tribunal, él les mandaba fotos del lugar y pantallazos de la conversación con Iñaki, que estaba viendo por cámaras lo que pasaba. Ahí lo felicitaba por sus respuestas y le decía que todo estaba saliendo perfectamente.
Ahora solo quedaba esperar la liberación de los 900 mil euros en unas pocas semanas. Con esa plata Alejandro no solo les iba a pagar todo lo que les debía, sino más. Todos contentos y optimistas.
Mientras tanto, iban a terminar de disfrutar las vacaciones. Kelly y Andrés se fueron a Bruselas a visitar a unos amigos. Tres días después, estaban esperando su vuelo a Alemania, donde se reencontrarían con Alejandro y Olga. En un momento recibieron un correo electrónico de Iñaki.
Les pareció extraño porque nunca se habían comunicado directamente con él. Lo abrieron, era largo y confuso. A medida que leían, se fueron dando cuenta de que, en vez de pagarles lo que les debían, les estaban cobrando cosas que les parecían absurdas. Por ejemplo, un dije que Olga le había comprado a Kelly ahora se lo tenía que pagar. Todo porque las finanzas de Alejandro tenían que estar en orden a ojos del Tribunal.
[Andrés]: Ay, esa sí me puso… pero mejor dicho, me sacó de quicio, porque yo dije: estos descarados.
[Kelly]: Y a mi esposo se le notó la rabia. Él manoteó y todo: “Pero cómo así que van a cobrar eso, si si todavía estamos viajando con mi tarjeta de crédito pagué esto, con la tarjeta de mi hermana pagué esto. O sea, todavía estamos ayudando en todo lo que podemos y me cobran esas bobadas que no se qué, sabiendo que yo ya pagué”.
[David]: Kelly lo calmó y arrancaron para Berlín. Pero lo más extraño de todo es que más de una hora después, cuando aterrizaron, recibieron otro correo de Iñaki. Esta vez era más… perturbador.
[Andrés]: Y en ese correo entonces decían que entendían mi enojo, pero que les parecía que yo era muy descarado haberme enojado.
[Kelly]: No comprendo la molestia de tu esposo. El monitoreo ha identificado que se molestó bastante con el tema. Y nosotros: “¿Qué? ¿Cómo?”
[David]: No podían creerlo. Estaban a miles de kilómetros de Colombia, y aunque ya sabían del monitoreo y tomaban precauciones, nunca lo habían percibido realmente.
[Andrés]: En ese momento yo dije: “Ay jueputa, esos manes sí me están grabando. Porque a qué hora se iban a enterar que yo me pegué esa enojada con ocasión de ese correo”. Yo le dije a Kelly bueno, y tienen que ser muy tesos para que nos estén grabando acá en, pues imagínate, en Bruselas.
[David]: Por eso era mejor calmarse, respirar y pensar con cabeza fría. No podían arruinar la entrega del legado por ese tipo de reacciones. Prefirieron hablarlo tranquilamente con Alejandro y Olga.
Y lo hicieron esa misma noche, ya en el lugar donde se hospedaban. Kelly y Andrés mostraron su incomodidad por el correo de Iñaki. Si les estaban cobrando, lo justo era, entonces, que Alejandro y Olga les pagaran todo lo que les debían, que era muchísimo más. En un momento, Alejandro se paró bravo y se encerró en su habitación. El resto siguió discutiendo afuera.
[Andrés]: Y yo me fui descomponiendo y me fui descomponiendo y me descompuse. Y Olga se descompuso. Entonces Olga se pone maluca conmigo y me dijo: “¿Cómo así? Es que ustedes también le están cobrando a Alejandro los tiquetes y la venida.” “Pues Olga, claro. Es que nosotros no teníamos que venir acá a pasear. Nosotros venimos a hacer una vuelta de Alejandro”.
[David]: Desde la habitación, encerrado, Alejandro les mandaba pantallazos de lo que le escribía Iñaki: que los estaban escuchando por los celulares, que se calmaran, que no pelearan más, que intentaran resolver lo de los pagos lo más pronto posible. Al final no llegaron a nada. Cada uno se fue a dormir y optaron por tomar distancia el par de días que les quedaban en Berlín. Hablaban solo lo necesario, pero estaba el acuerdo tácito de que la solución inmediata era que Alejandro recibiera el adelanto del legado y les pagara lo que les debía a Kelly y Andrés.
Todo cambió cuando regresaron a Madrid. Alejandro por fin les confirmó que le habían dado parte de la plata. No eran los 900 mil euros con los que soñaban, pero era algo. Ahora necesitaba las cuentas bancarias de las personas a las que les debía porque les iba a pagar.
Y así fue: en minutos les dio una parte de la plata que les debía a ellos, más de 20 mil dólares, y también al papá de Kelly, a la hermana de Andrés, a la firma de abogados… en total pagó más de 70 mil dólares.
[Andrés]: De alguna manera la confianza se… se restauró ese día.
[David]: El resto de la plata del legado estaba ahí, quieta, mientras Alejandro cumplía con todos los requisitos. Solo había que tener paciencia. Por ahora iban a celebrar.
[Andrés]: Entonces ese día Alejandro estaba feliz. Venga, que ahora sí hay plata. Entonces ese día salimos de compras. No te imaginás todo el montón de cosas que se compraron ese día. Hay una foto donde estamos nosotros listos para salir del hotel. Estamos parados nosotros cuatro con 11 maletas.
[David]: Repletas de cosas que compraron. Ya todo estaba bien.
El Tribunal anunció que liberaría el dinero en enero de 2022, o sea en dos meses. Pero para eso, ya Alejandro les había dicho que primero debía ir a unas audiencias finales con un grupo de testigos que confirmara, bajo juramento, que había cumplido con todos los requisitos. Tenían que ser personas que lo conocieran desde hacía al menos un año, y el Tribunal las debía aprobar. Estando en Madrid pensaron en Maria Angélica Cabarcas. Ella trabajaba en la firma de Andrés y conocía bien a Alejandro porque, desde hacía unos meses, él estaba haciendo una pasantía ahí para cumplir otra de las condiciones del legado.
Alejandro no lo pensó dos veces y la llamó. Le explicó lo que necesitaba y le propuso que en dos meses viajara con él y los otros testigos de nuevo a España. María Angélica lo dudó un momento, pero tenía varias razones para aceptar.
[María Angélica]: Primero está mi jefe en el proceso. Segundo, si yo le digo que no, ¿qué tal que esto le vaya a afectar a él realmente en el proceso? Y tercero, porque Alejandro y yo estábamos desarrollando una amistad. Entonces yo simplemente fue como: listo.
[David]: A ella se le fueron sumando otros conocidos de Alejandro al grupo de testigos, y apenas llegaron a Colombia empezaron a planear el siguiente viaje. A algunas de estas personas Alejandro también les debía plata, por eso aceptaron. Estaban muy interesadas en que el legado saliera.
Iñaki dejó claro que, desde ese momento, ya no tendría comunicación directa con Alejandro sino que, de ahora en adelante, todo sería a través de Kelly por chat. De esa forma, fue dándole indicaciones para coordinar a los testigos y garantizar que todo saliera perfecto. Ella sería una especie de puente para vigilar que todos estuvieran haciendo las cosas correctamente.
Una de las primeras instrucciones que dio Iñaki fue que se debían reunir con frecuencia.
[María Angélica]: Fueron súper enfáticos, que el Tribunal había indicado que como íbamos a estar tanto tiempo juntos, teníamos que comenzarnos a conocer entre los testigos. Entonces comenzaron a generarse reuniones, en un principio se realizaron de forma virtual.
[David]: Y luego se vieron en persona. Pero a los preparativos del viaje se les sumaron más deudas. Para diciembre de 2021, Alejandro tuvo que pagar miles de dólares en impuestos para que le enviaran el dinero del legado a una cuenta colombiana. Volvió a pedir varios préstamos, entre los que hubo uno de más de 17 mil dólares que le dieron Kelly y Andrés.
En general todo estaba saliendo bien, ahora faltaba algo muy importante: como además Alejandro iba a recibir el título de duque, estaban invitados a una cena protocolaria con la familia real en el Palacio de la Zarzuela.
Por supuesto que no era cualquier evento. Y por supuesto que todos debían ir muy bien vestidos para la ocasión. Así que Alejandro les pidió que se fueran de compras a una de las tiendas de lujo en Medellín de las que era cliente habitual.
[Andrés]: Le habían autorizado que a cada persona le podía comprar una pinta de hasta 25 millones de pesos para que todos nos fuéramos bien vestidos ese día.
[David]: Esa autorización de 25 millones —más de 6 mil dólares– venía desde el mismo Tribunal, y Alejandro se encargaría de pagarlos con lo del legado. Mientras tanto, los testigos debían conseguir ese dinero.
Fueron varias veces a la tienda a medirse ropa y tomarse fotos que iban a mandar a la Casa Real para aprobación.
[María Angélica]: Obviamente, imagínate, qué tragedia sería que un vestido que tuviera puesto alguno de nosotras lo tuviera puesto Letizia.
[David]: O sea, la reina Letizia…
Desde el principio los atendió el administrador de la tienda, Carlos Orozco, que conocía a Alejandro y a Olga desde hacía unos años y sabía que eran muy buenos clientes. En un momento, mientras ayudaba a toda a esta gente a encontrar vestidos, pantalones, zapatos y bolsos…
[Carlos Orozco]: La mamá le dijo a él que qué pensaba si podían contar conmigo para el grupo de testigos porque habían otras personas que las habían desestimado, y entonces vieron en mí pues como una persona en que podían confiar.
[David]: Ya le habían contado del legado, del proceso con los testigos y de las audiencias en España que tendrían en enero.
[Carlos]: Yo veía que todo estaba muy organizado porque Alejandro se apoyaba mucho como en un grupo de amigos pues y abogados con los que él estaba haciendo la práctica de la universidad. Yo les dije: “Bueno, desde que yo tenga la oportunidad y el permiso, pues de mi jefe, pues yo los apoyo”.
[David]: Y como le pagaban todo, perfecto. Podía aprovechar para visitar a una cuñada que vivía allá.
La fecha del viaje estaba cada vez más cerca y nuevamente la plata empezó a ser un problema para Alejandro. Por ahora había que conseguir con qué pagar los vuelos y los viáticos de las 10 personas que iban a estar allá durante casi un mes. Entre algunos de los testigos lograron reunir unos 50 mil dólares. En cuanto a la ropa, Alejandro le propuso a la tienda que se la pagaba después, cuando le llegara lo del legado. Como le dijeron que no, decidió que la iban a comprar directamente en Madrid.
Ya en enero, a pocos días del viaje, Iñaki le dijo a Kelly que debían tener un entrenamiento para la cena real. Le pidió que buscara un restaurante en Medellín y una experta en protocolo de mesa que les diera una clase. Todos se reunieron una noche en ese lugar.
Los hicieron dejar sus celulares afuera y luego los pusieron en una fila para entrar en orden jerárquico: en la cabeza de la mesa estarían los reyes. Luego, a su derecha, estarían Alejandro y Olga. Después vendrían Kelly y Andrés, y de ahí seguirían María Angélica, Carlos y el resto.
[María Angélica]: Nos enseñaron desde cómo entrar al comedor de la realeza y cómo saludarlos.
[Kelly]: Por qué lado de la silla entras, por qué lado de la silla sales.
[Carlos]: Cómo se debe sentar, la postura, la respiración.
[María Angélica]: Si debías reírte o no debías reírte, o si debías hablar o no debías hablar.
[Kelly]: Cómo se consumen las sopas, cuál es el movimiento que debe tener la cuchara, dónde se pone la cuchara cuando terminas…
[Carlos]: La forma de coger las copas, el orden de los cubiertos. Todo un montón de detalles que se deben tener en cuenta cuando hay una cena especial y sobre todo pues de esa categoría.
[David]: Comieron cuatro platos deliciosos y a todos les gustó la experiencia. Solo hubo un momento desagradable cuando Alejandro y Olga empezaron a regañar muy fuerte a las meseras por cualquier cosa: que así no se servía la comida, que se estaban tardando mucho, que ellos ya habían estado en ese tipo de cenas y todo lo estaban haciendo mal. Aunque la tensión fue evidente, ninguno de los testigos lo comentó con el resto, ni ahí ni después. Y así fue desde el primer momento: por más raro que se sintiera el ambiente, preferían el silencio incómodo y pretender que no había pasado nada. Los estaban monitoreando, así que lo que más les interesaba a todos era no complicar lo del legado.
Ahora sí estaba todo listo. Entre el 13 y el 14 de enero de 2022 viajaron a España. A cada testigo le dieron un sobre con viáticos para que los gastara como quisiera. Kelly y Andrés estaban entusiasmados por todo lo que se venía. Por fin, se iban a cumplir las promesas que les habían hecho hacía ya dos años. No solo tendrían la plata, sino también trabajo asegurado. Kelly, incluso, renunció a la universidad antes de viajar. El plan era que iba a empezar a trabajar como asesora en las empresas de Alejandro en España con un muy buen sueldo. Ya tenía todo listo para mudarse en marzo con Andrés y con sus hijas.
Aprovechando que estaban reunidos allá y que pronto saldría el legado, Iñaki les dijo un día que hicieran un viaje cercano. Como al abuelo de Alejandro le encantaba Toledo, a una hora de Madrid, decidieron irse hasta allá.
[María Angélica]: Cuando estábamos haciendo como, como un recorrido, nos dicen Alejandro y su mamá: “Miren hacia allá. Ese castillo es de mi familia. Ahí el día de hoy vive un tío y una prima”.
[Kelly]: “¿Y si son familia porque no arrimamos?” “No es que no sé qué, no sé cuanta… la relación no es buena, igual no somos cercanos, pues no va a aparecerse uno allá como que hola. Tampoco es así”. Y yo y todos ah bueno, listo.
[María Angélica]: Eso fue algo muy pintoresco porque Alejandro y su mamá nos dijeron: “No, tienen que tomarse todos una foto con el castillo. Entonces todos los testigos tenemos la misma foto sentados ahí, en el fondo el castillo”.
[David]: Un lindo recuerdo.
Pero pasaban los días y el ambiente se empezó a poner incómodo. Por un lado, cambiaron las reglas de los viáticos y le tuvieron que entregar toda la plata a Alejandro para que él la administrara. Pero lo que menos les cuadraba era que el Tribunal seguía sin confirmar las audiencias y mucho menos lo de la cena real. No había claridad de nada, y ni siquiera Iñaki fue a explicarles qué pasaba. Hasta entonces nadie lo había conocido en persona, ni hablado con él. Todo era por chat. Incluso cuando un día le pidió a Kelly que los reuniera a todos y les dijera que habían aplazado las audiencias, la liberación del dinero, la cena real… todo. El Tribunal les pedía que debían viajar a Colombia y regresar a Madrid en dos semanas.
[María Angélica]: Obviamente, la expresión a todos nos cambió. Yo era como ¡Dios!, o sea, viajamos del otro lado del mundo, todo este tiempo aquí, para tener que volver dentro de ocho días. Entonces yo me molesté mucho. Yo me indigné impresionante.
[David]: Aunque, como el resto, no dijo nada en ese momento. Pero María Angélica tuvo que haber hecho algún gesto muy evidente porque cuando regresó a su habitación, Alejandro la buscó para hablar.
[María Angélica]: Y yo le dije: “Me parece una tontería, una falta de respeto que nos hagan devolvernos”. Y bueno, él prácticamente llorando: “No, Mari, yo estoy desesperado, cómo así, no, tal”. Y yo, bueno, yo no le voy a dar un dolor de cabeza más. Yo preferí calmarme y listo.
[David]: Porque Alejandro era su amigo, no podía culparlo por algo que se le salía de las manos. En ese momento no había nada más qué hacer, solo regresar a Colombia. Y, otra vez, esperar.
Ya de regreso, en medio de la frustración y todo el desgaste mental que les había generado el viaje, incluso desde que empezaron a planearlo, los testigos estaban con las mismas preocupaciones, la misma angustia, pero sin compartirlas. ¿Por qué aplazaban tanto la entrega de ese legado? ¿Hasta cuándo iban a aguantar? Y si volvían a viajar y otra vez les decían que no, ¿qué tocaba hacer después? ¿Y si definitivamente Alejandro incumplía con los requisitos y no le entregaban la plata?
[Kelly]: Ya ahí empezó mi suplicio, porque yo ya no dormía. Una sensación de que las cosas no estaban bien. No me atrevía ni a decirle a mi esposo lo que estaba sintiendo. Él tampoco se atrevía a decirme a mí lo que estaba sintiendo. Entonces yo creo que los dos estábamos sufriendo como en silencio.
[David]: No solo por el miedo constante del monitoreo, sino tal vez también porque si lo hablaban podían pasarle el miedo al otro.
[Andrés]: Yo ya había metido a mi familia en tremendo lío. Yo estaba ya más preocupado porque ya Kelly estaba sin trabajo, entonces ya toda la carga de la casa iba a caer sobre mí. En fin, yo estaba, yo estaba preocupado.
[David]: Pasaron esas dos semanas y tampoco confirmaron las audiencias. Luego pasó un mes y nada. Iñaki, que había dado la indicación de hacer un chat con todos los testigos para facilitar la comunicación, les dijo que se habían aplazado para mediados del año. Pero los incendios de Alejandro no paraban. Un día, a mediados de febrero, dos compañeras lo confrontaron en la universidad delante de mucha gente. Le gritaron que era un mentiroso, un estafador. Alejandro llamó a varios de los testigos para que fueran porque le iban a pegar. Si bien el incidente terminó antes de que llegaran a ayudarlo, sí quedó una sensación extraña de que las cosas podrían complicarse.
Y efectivamente, el escándalo no se quedó ahí. Según le contó después Alejandro a Kelly, había un rumor entre los profesores y los estudiantes: que ella y Andrés le habían ayudado a estafar a varias personas.
[Kelly]: Yo había trabajado 14 años en la universidad, había dado lo mejor de mí como ser humano, y pensar que un ruido de esos estuviera en torno a mi nombre, me dolía… Uf, me dolió absurdamente, me dolió muchísimo.
[David]: En ese momento, Kelly y Andrés buscaron a un amigo abogado penalista. Querían ayudar a Alejandro a denunciar por injuria y calumnia a las personas que le hicieron el escándalo en la universidad. Lo citaron en su casa para contarle toda la situación. Este es el abogado, Elkin Centeno.
[Elkin Centeno]: Pero entonces yo les pregunté y le dije: “Bueno, pero es que la verdad es que a mí esto me parece como bastante extraño”.
[David]: La historia del legado, del tal duque, de los viajes a España, del grupo de testigos… De la cantidad de plata que le habían prestado.
[Elkin]: Entonces el doctor Vasco y la doctora Kelly me hicieron señas de que guardara silencio, que me quedara callado. Y entonces pues más raro me pareció aún, entonces salimos del apartamento, como a la zona común de las escaleras.
[David]: Antes de salir, dejaron sus celulares adentro. Cuando ya estaban seguros, le contaron que también tenían muchas sospechas de que las cosas no andaban bien, pero que igual les daba miedo que los monitorearan y por eso tomaban tantas precauciones.
[Elkin]: Entonces yo les dije: “Mire, la verdad es que yo no creo que exista como cierto organismo de inteligencia que haga esas interceptaciones de llamadas, realmente que es una tarea dispendiosa hacer seguimientos. Para que exista interceptación de llamadas debe existir la autorización de un juez de garantías”.
[David]: Kelly y Andrés ignoraban los detalles de cómo funciona la Fiscalía, pero Elkin sí los conoce bien. Estaba seguro de que con tantos procesos que tienen, con tantos delincuentes y organizaciones criminales para monitorear, de lo último que se van a preocupar es de un grupo de personas que están esperando un supuesto legado en España.
Pero y ¿cómo supieron de la reacción que tuvo Andrés cuando recibió el correo de Iñaki estando en Europa? Pensándolo bien, la respuesta era fácil: Alejandro y Olga estaban seguros de que ese tipo de cobros los iban a molestar. Y después de tantos meses construyendo una relación de amistad, sabían perfectamente que Andrés reaccionaba de esa manera cuando se trataba de temas de plata. Simplemente apostaron a que iba pasar lo que pensaban, y así fue.
Lo que Elkin estaba sospechando era que el verdadero problema era Alejandro.
[Elkin]: Cuando yo les dije que probablemente eso era una mentira y que no existía ninguna herencia, a ellos inmediatamente se les vio como un rostro de pánico. Y les dije que lo que tenían que hacer era empezar a dudar, porque básicamente era tanta la confianza, el cariño, que estaban muy sesgados, por así decirlo. Es como si existiera una especie de secuestro emocional.
[David]: No lo podían creer… o mejor, no lo querían creer.
[Kelly]: Esto no puede ser cierto, esto no puede ser cierto… Respiré… Se me cayó el mundo porque creí en ese tipo, creí en la mamá. Y lo dejamos entrar en nuestra familia. Me di muy duro emocionalmente. Fue un golpe muy pesado.
[David]: Descubrir una mentira siempre es doloroso. Darnos cuenta de que todo lo que dábamos por cierto es falso, da rabia. Que venga de alguien a quien queremos, en quien confiamos, da tristeza. Pero además mirar atrás y ver que las señales eran tan evidentes, que fuimos así de ingenuos, da vergüenza.
[Andrés]: Más que rabia, me sentía como, como el man más huevón del mundo. Sentí mucha culpa, sobre todo por haber metido en el rollo a mi familia: a mi hermanita, la esposa de mi papá, el papá de Kelly, la tía de Kelly. Ese fue un día, un día muy difícil para nosotros. Ese día yo casi no pude dormir.
[Kelly]: Me sentía como en las noches como si tuviera a alguien sentado en el pecho. Me era imposible tocar ese tema sin llorar. A mí no me daban ganas de comer.
[David]: Elkin les recomendó que investigaran, que empezaran a tratar de confirmar cada una de las cosas que Olga y Alejandro les habían dicho en todo ese tiempo. Quedaron de verse en un mes para ver qué encontraban y decidir cuál sería el siguiente paso.
Kelly y Andrés no eran los únicos que se estaban dando cuenta de la verdad. María Angélica también había empezado a sospechar de Iñaki, y cuando les mandó una foto de la ecografía de su esposa embarazada al chat, aprovechó para averiguar más. Se fijó en los datos del médico que aparecían ahí, lo contactó y se dio cuenta de que vivía en México y le confirmó que nunca había atendido a nadie en España. María Angélica le contó su sospecha a Andrés: que Iñaki era un personaje ficticio.
[Andrés]: Yo le solté ahí y yo dije: “Ah, no, yo no solamente creo que es que ese muchacho sea ficticio, sino que nosotros estamos pensando que todo es mentira”.
[María Angélica]: Se me bajó todo. No, es que… no, mira, yo no había ni almorzado y a mí se me quitó el hambre, se me quitó todo.
[David]: Y eso no era todo lo que habían confirmado. Dos días después de hablar con el abogado, el tal Iñaki le pidió a Kelly que les hiciera entrevistas individuales a los testigos como una especie de ensayos para los supuestos interrogatorios en el Tribunal. Kelly aprovechó eso para averiguar más cosas.
Los citó en la oficina y habló con cad uno en privado. Al principio, nadie manifestó dudas del proceso o que todo fuera una mentira. Solo uno dijo algo que le llamó la atención: hacía unos meses le había prestado mucho dinero a Alejandro para, según él, pagar unas deudas. Kelly le pidió más detalles.
[Kelly]: “¿Te digo los valores que le consigné?” Y me los empezó a relatar y eran los valores que nos consignaron cuando estuvimos en Madrid. Y en la fecha, el día, todo que nos consignaron a nosotros.
[David]: Cuando supuestamente le habían liberado parte del legado después de la pelea en Berlín. Kelly no le dijo nada al testigo en ese momento.
[Kelly]: Terminé la conversación con él, me quedé sentada un segundo en mi escritorio y no aguanté y me fui para el baño y empecé a respirar profundo.
[David]: Luego salió, se acercó a Andrés y le dijo al oído que los habían estafado. Ya después en su casa le contó todo. Esto parecía ser mucho más grande de lo que se imaginaban. Quién sabe desde cuándo Alejandro y Olga venían engañando a personas para que les dieran plata. Seguramente siempre buscaban a más para llenar los huecos que iban quedando y costear esa vida de lujo que se daban.
Como ya no tenían el miedo del monitoreo, empezaron a enviar correos y a hacer llamadas. Esta fue la que le hicieron al Tribunal Económico Administrativo de Madrid. Decidieron grabarla para tener pruebas de lo que ya sabían que era un engaño.
(SOUNDBITE LLAMADA)
[Kelly]: Hola.
[Funcionaria]: Sí, dígame.
[Kelly]: Mira, lo que pasa es que estamos muy preocupados porque a la empresa de nosotros está llegando un documento.
[David]: Kelly le intentó explicar a la funcionaria del tribunal las citaciones que habían recibido directamente de ellos para el proceso del legado.
(SOUNDBITE LLAMADA)
[Kelly]: Y dice: comparecencia final…
[Funcionaria]: Noo…
[Kelly]: Proceso sucesoral…
[Funcionaria]: Esos datos no son nuestros.
[Kelly]: Sí.
[Funcionaria]: Uff, eso me está resultando muy pero que muy raro. Entonces, perdóname, pero eso nosotros no lo solemos pedir. ¿Que comparezcan aquí personalmente?
[David]: La funcionaria le preguntó quién firmaba esos documentos. Kelly le leyó unos nombres que aparecían ahí.
(SOUNDBITE LLAMADA)
[Funcionaria]: Las personas que firman lo que haya recibido, no tenemos aquí ninguna persona con esos nombres.
[David]: Entonces Kelly le preguntó por la única persona del tribunal con la que se había comunicado…
(SOUNDBITE LLAMADA)
[Kelly]: ¿Y tampoco hay nadie que se llame Iñaki Cortez y Valenzuela?
[Funcionaria]: No… no.
[David]: Al final, Kelly le hizo una última pregunta…
(SOUNDBITE LLAMADA)
[Kelly]: Te pregunto una cosa: ¿ustedes llevan sucesiones y legados?
[David]: La respuesta de la funcionaria fue contundente: No.
También le escribieron a la entidad que maneja los títulos nobiliarios en España. Efectivamente el Ducado de Cardona existe desde hace seis siglos y ha sido heredado a los descendientes de una misma familia. La actual Duquesa de Cardona se llama Casilda Guerrero-Burgos y Fernández de Córdoba. Cuando ella muera, el título lo heredará su hijo y luego sus nietos, pero por ningún lado de esa genealogía aparecen los nombres de Alejandro, Olga o el abuelo Venancio.
En su respuesta la entidad también les dejó clara otra cosa, y acá cito: “Las personas a las que usted se refiere no tienen derecho alguno al título de Duque de Cardona. El hecho de que se apelliden Cardona nada tiene que ver con el título”.
[Kelly]: Yo me los imagino a ellos cada noche inventando cada mentira. Y bueno, hoy vamos a escribir ese correo como si fuera Iñaki diciendo esto, hoy vamos a hacer aquello y lo otro y me los imagino riéndose: “Ay, hoy nos creyeron esta…” O sea, me parece como tan triste que hayan llegado a ese punto. Yo no sé si empezaron esa historia y se les creció el enano, pero ellos decidieron continuarla.
[David]: Ya era el momento de compartir esta información con el resto de los testigos. Les fueron contando de a poco lo que iban descubriendo y ahí se dieron cuenta de que Alejandro y Olga habían estado hablando mal de unos con otros. Tal vez como una estrategia de dividirlos para evitar que conversaran sobre sus preocupaciones.
En ese punto entre todos decidieron que iban a disimular con Alejandro y Olga hasta que tuvieran un plan más claro.
[María Angélica]: Porque si nosotros salíamos a enfrentarlo así como así, obviamente pues sin nada organizado, primero lo iban a negar, porque son… ya te das cuenta que son mentirosos compulsivos. Y segundo, se podían volar en ese mismo momento.
[David]: Para Kelly fue muy difícil pretender que no sabía nada.
[Kelly]: Va a sonar muy feo lo que voy a decir, no es propio de mi vocabulario, pero la primera vez que me crucé, por ejemplo, con Olga en la oficina, que fue a la oficina y yo ya sabía la verdad y me dijo: “Hola, mi muñeca, princesa”, porque me trataba así: “Hola, mi princesa, ¿cómo estás?”, y me abrazó, yo sentí fue asco, asco, asco, asco, asco.
[David]: No podía hacer nada porque le tocaba disimular, así que se quedó quieta esperando a que Olga la soltara. A los demás también les costaba disimular la molestia y empezaron a reclamarle a Alejandro lo que les debía. Querían certezas, pero sobre todo, su plata… y lo más pronto posible.
Eso desesperó a Alejandro y a Olga, y seguramente les disparó la alarma porque empezaron preguntarle a Kelly una y otra vez si algo estaba mal. Una noche, el tal Iñaki le avisó a Kelly que Olga estaba muy brava por la situación, que necesitaba que le dijeran de una vez qué estaba pasando y por qué le cobraban a Alejandro de esa manera. Agregó que Olga estaba yendo en ese momento hacia su casa –y acá cito– “cual Putin contra Ucrania” y que ellos no sabían de lo que era capaz. Kelly y Andrés apagaron todas las luces y fingieron no estar. Olga, desesperada, tocaba la puerta, y le insistía al portero del edificio que los llamara. Después de un rato se cansó y se fue.
Andrés grabó una llamada que tuvo con ella a los pocos días. Estas son partes de lo que Olga le dijo…
[Olga]: Andrés, lo que él necesita es que lo apoyen, de verdad. Pero todos, todos están en contra de él. Y no sé quién, quién desató como esa, esa bomba de poner a todo mundo a que le cobre porque es que a él lo llaman mañana, tarde y noche todo mundo.
Él debe esa plata y él les prometió más de esa plata y él lo va a cumplir. Pero para él cumplir, él necesita apoyo y ayuda de todos ustedes para poder conseguir con qué pagar todas las deudas para poder estar a paz y salvo, para que ya en España no lo molesten más.
Todos quieren que él les pague, listo. ¿Por qué no se reúnen entre todos? Lo apoyan a él, le sirven de fiadores, pero a ninguno le va a ir mal, a ninguno le va a ir mal.
No le den la espalda a Alejandro. Yo sé que es una posición muy difícil, Andrés, pero yo sé que ustedes son muy berracos y son muy inteligentes. ¿Hacer un certificado de una empresa que gana tanto? Eso no afecta absolutamente a ninguna empresa. Perfectamente ustedes, de allá, como abogados, certificar que él gana tanto y eso no tienen ustedes ningún problema.
[David]: Alejandro también les pidió lo mismo en una nota de voz.
[Alejandro]: Necesito unos documentos para que entonces nos ayuden todos haciendo unas cartas como por prestador de servicios y con un salario bueno que puede ser en efectivo.
[David]: Y ellos le dijeron que claramente no lo iban a hacer. Engañar a una entidad financiera es un delito.
Alejandro terminó cambiando un poco su estrategia, y les empezó a enviar notas de voz justificándose.
[Alejandro]: Yo los entiendo totalmente. Yo he hecho todo lo que está en mi posición, pero no puedo hacer nada más. O sea, de verdad, ¿qué quieren que haga? Díganme qué quieren que yo haga y lo hago entonces. Pero no tengo nada más cómo… cómo responder en este momento, de ninguna manera.
[David]: Como última medida, entre todos los testigos planearon confrontarlos. Andrés habló con un amigo al que le habían hecho una estafa hacía algún tiempo, y se ofreció a fingir que le iba a prestar más plata a Alejandro. Querían montarle una trampa.
Así que Andrés habló con él y le mencionó que su amigo tenía un dinero que no sabía cómo invertir.
[Andrés]: Y entonces Alejo picó el anzuelo y me dijo: “Ve, ¿y por qué no le decís que me preste esa plata?”
[David]: Andrés hizo la supuesta gestión y concretaron una reunión en la casa del amigo para entregarle el dinero. Ya todo estaba planeando: la idea era que cuando llegaran, los testigos los iban a recibir para confrontarlos a Alejandro y a Olga con las pruebas.
[Andrés]: Y desafortunadamente, un día antes recibí una llamada un viernes, a mediodía, de Alejandro. Y me dice: “Andrés, yo ya sé lo que ustedes están haciendo. Tenga en cuenta que yo estoy en el aeropuerto, me voy del país. Hagan lo que quieran”. Y me tiró el teléfono. Esa fue la última vez que hablé con Alejandro.
[David]: No saben cómo pudo enterarse, seguro alguien que conocía el plan le filtró la información. Como haya sido, desapareció con su mamá. Dejaron de usar sus números, eliminaron redes sociales y correos electrónicos, incluido el del tal Iñaki. Alejandro no volvió a estudiar, no regresaron a las tiendas y los restaurantes que tanto les gustaban… Nadie los ha vuelto a ver.
Yo también los he buscado por todas partes, hasta intentamos hablar con su familia, pero nada.
Cuando volvieron a reunirse con Elkin, el abogado, y le mostraron todas las pruebas que habían recogido, era claro el delito:
[Elkin]: Aquí realmente lo que se presentó fue una estafa y una estafa en realidad se reúnen unos requisitos: pues este tipo consiguió documentos falsos, creó una vida falsa y solicitó unos préstamos de dinero que en últimas jamás iba a pagar.
[David]: Esto puede dar una pena de hasta 12 años de cárcel, o incluso más dependiendo del número de personas engañadas y el beneficio económico que haya tenido el estafador.
El siguiente paso fue denunciarlos formalmente en la Fiscalía.
En total son 18 víctimas de Alejandro y Olga, que terminaron afectadas en diferentes niveles, no solo materiales. En cuanto a dinero, ocho de esas víctimas les dieron más de 300 mil dólares. Y eso sin contar lo que Alejandro también le debe a varios bancos y probablemente lo que, junto a su mamá, le hayan quitado a otras personas que aún no han denunciado.
Para intentar recuperar algo de esa plata, presentaron una demanda ejecutiva para exigir el cumplimiento de esos pagarés que alguna vez le hicieron firmar. En la investigación para los procesos jurídicos, comprobaron que esas sí son sus identidades reales, pero descubrieron que solo hay una casa a nombre del papá de Olga. El problema es que tiene varias hipotecas encima.
Cuando cerramos esta historia, ya había pasado casi un año desde la última vez que hablaron con Alejandro. Kelly se dedica a dar asesorías jurídicas en derecho privado y Andrés continúa con su firma. En todo este tiempo, se han dedicado a pagarle a cada una de las personas de su familia a las que convencieron de prestarle plata.
Eso les ha ayudado un poco a lidiar con el trauma, pero todavía quedan cosas. A Andrés hay algo particular que aún lo afecta, y es que al parecer muchas personas alrededor sabían que los estaban estafando antes de que ellos se dieran cuenta.
[Andrés]: Y digamos que ahí fue donde más solo me sentí. Porque entonces ya todo el mundo sí se la sabía, todo el mundo sí se la pilló, pero nadie dijo nada y el huevón soy yo y nada. Y, nada… todos sabíamos que eso te iba a pasar.
[David]: Kelly también siente algo parecido. Incluso les hizo el reclamo a un par de personas cercanas que le dijeron lo mismo, y le respondieron que la vieron tan cercana a Alejandro que pensaron que no les iba a creer. Tal vez tengan razón… justamente esa relación que tuvo con él y su mamá es lo que más le duele de todo esto.
[Kelly]: Pues fue sentir que le diste tanto a un par de personas y saber que todo y cada una de las cosas desde que te saludaron y te abordaron era mentira. Entonces, cuando a mí me preguntan que si realmente alcanzaste a quererlos… tanto, que la herida es… es principalmente emocional.
[David]: Las otras víctimas han tenido sus propios procesos. Alejandro realmente se ganó su cariño y su confianza en un primer momento y luego las ilusionó con tantas mentiras. Y luego terminó defraudándolas. Algunas no quieren que su caso se conozca. Solo prefieren seguir adelante. María Angélica, por su parte, todavía tiene el mismo sentimiento de cuando se enteró de todo.
[María Angélica]: Al día de hoy yo tengo todavía rabia, o sea, y sobre todo por el tema de la plata o sea, mira cómo terminó todo. A mí me gustaría encontrármelo. O sea, yo normalmente soy muy tranquila, pero mi reacción… ¡caramba! Me encantaría verla. Me encantaría ver esa faceta mía si me lo encuentro en algún momento.
[David]: En cuanto a la demanda ejecutiva, siguen adelantando los trámites para que Alejandro devuelva la plata. Hasta el momento no han podido demandar a Olga porque todos los documentos los firmó Alejandro. Y el proceso en la Fiscalía… bueno, sigue sin avanzar. Kelly sospechaba desde el principio que iba a ser así, que iba a ser lento.
[Kelly]: Uno de los pensamientos más lógicos es que esa persona pague por su delito, pero bueno, vivimos en Colombia, sabemos cómo pueden funcionar las cosas y cómo puede ser a veces de lejano acceder a una verdadera justicia.
[David]: Aunque tienen esperanza, a veces creen que no van a lograr soluciones legales y que no van a recuperar el dinero. Pero hace poco, Andrés leyó algo que lo dejó pensando.
[Andrés]: Hubo un artículo muy bacano que… que nos compartieron en su momento, donde contaban la historia de un muchacho también que lo estafó una amiga. Y entonces yo me quedé como con esa frase. El decía “a los vampiros se les combate con ajo y estacas de madera. A los estafadores, exponiéndolos”.
[David]: Y por eso nos contaron su historia, para que ninguna otra persona le vuelva a creer al duque heredero de Medellín.
[Daniel]: Al parecer, Alejandro y Olga también se hicieron pasar por un fiscal colombiano para validar su estafa. Pero en ese caso, esa persona sí era real. Cuando descubrieron la verdad, Kelly alertó al fiscal, quien decidió denunciar a los estafadores por suplantar su identidad. Hasta el momento, ese proceso tampoco ha avanzado.
La Personería Distrital de Medellín informó en 2022 que, desde hacía cuatro años, se habían reportado más de 25 mil víctimas de estafa solo en esa ciudad. Las denuncias más recurrentes son sobre ofertas laborales, compras, acuerdos comerciales, préstamos de dinero y la simulación de perfiles falsos por redes sociales.
David Trujillo es productor senior de Radio Ambulante, vive en Bogotá. Esta historia fue editada por Luis Fernando Vargas, Camila Segura y por mí. El fact-checking lo hizo Bruno Scelza. El diseño de sonido es de Andrés Azpiri, con música de Rémy Lozano y de Andrés.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Nicolás Alonso, Lisette Arévalo, Pablo Argüelles, Aneris Casassus, Diego Corzo, Emilia Erbetta, Camilo Jiménez Santofimio, Selene Mazón, Juan David Naranjo, Ana Pais, Melisa Rabanales, Laura Rojas Aponte, Natalia Sánchez Loayza, Barbara Sawhill, Ana Tuirán y Elsa Liliana Ulloa.
Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.