Los esfuerzos de Martha Lucía López por encontrar a su hijo Sergio
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[SPOILER ALERT] Esta entrevista cuenta el desenlace de la historia de Martha Lucía, la protagonista del primer episodio de Los niños perdidos. Si aún no han escuchado los dos episodios, les recomendamos hacerlo antes de leer esto.
Si Martha Lucía López hubiera sabido desde el principio la información que le ocultaron durante 27 años, tal vez estaría hoy con su hijo Sergio. Habían pasado pocos meses después de la avalancha, y el niño todavía tenía los mismos rasgos. “Pero ahora, ¿qué hace uno?”, se pregunta esta mujer que, como otras 300 personas, busca a su hijo perdido con la ayuda de Francisco González y la Fundación Armando Armero.
Han pasado cinco años desde que Martha Lucía confirmó que su hijo había salido con vida de Armero. Aunque insiste una y otra vez que jamás va a descansar hasta encontrarlo, reconoce que es una labor muy compleja porque las pistas son casi inexistentes.
David Trujillo: Después de todo lo que te enteraste en 2012, ¿supiste algo más?
Martha Lucía: Mi amiga, la de la historia en el almacén en Estados Unidos, contó que el niño que le mostraron en la foto estaba en Italia. Yo pensé en irme hasta allá, claro. Pero después pensé bien y me di cuenta de que no era muy buena idea. Han pasado tantos años y el Sergio de hoy es una persona completamente diferente a la que yo conocí. Hoy es un adulto de 37 años. Tiene otra cara. Además, es probable que no sepa que es adoptado, que sus padres no le hayan dicho nada, o que incluso haya bloqueado su mente como lo hice yo y ni siquiera se acuerde de dónde viene.
D.T: ¿Entonces qué hiciste cuando te enteraste de todo eso?
M.L: Lo primero fue empezar a hablar. Ya me había callado durante 27 años y no iba a seguir igual. Siempre que tengo la oportunidad de contar la historia espero que alguien que sea importante para la vida de nuestros hijos perdidos esté escuchando y quiera hablar. Si más personas se empiezan a unir para contar lo que saben podríamos armar este rompecabezas. También guardo la esperanza de que, en algún lugar, sea Sergio el que me oiga. El papá de Sergio y yo ya nos hicimos la prueba de ADN en el Instituto Yunis Turbay. Ahora somos parte del banco de ADN de la Fundación armando Armero. Nuestros datos están disponibles por si aparece alguien que concuerde con la descripción de mi hijo y haya que cotejar los ADNs.
D.T: ¿Has pensado en la posibilidad de que Sergio no quiera encontrarte, que le hayan contado otra cosa?
M.L: Claro. De hecho, cuando me fueron a tomar la muestra en el instituto me dijeron: “Si Sergio aparece, no lo vamos a obligar a que la conozca a usted”, y yo les respondí que aceptaba siempre y cuando a él le contaran la verdad de lo que pasó, y que realmente le dijeran que fueron las circunstancias de la vida y del manejo que se le dio en ese momento a la tragedia lo que hizo que estuviéramos separados. Que sepa que yo no lo abandoné.
D.T: ¿Has recibido algún apoyo del Estado?
M.L: Nada. El Estado desconoció una tragedia que, a nivel mundial, cualquier persona reconoce. Para el ICBF solo hemos sido las madres locas de la tragedia de Armero, y no es cierto. Ninguna de las madres está hablando de que nos den dinero, que nos den plata, que nos den alguna cosa material. Nosotros solo queremos nuestros hijos. Aunque no nos van a devolver los años que perdimos con ellos, sí tenemos derecho a saber la verdad.
D.T: ¿Y han adelantado algún proceso legal?
M.L: Como en un principio el ICBF se ofreció a ayudarnos, entonces no pensé. Luego nuestros esfuerzos se fueron en lograr reencuentros y motivar las pruebas de ADN. Pero claro, la idea es que la fundación reúna los casos y termine toda la investigación para presentar algo en conjunto. Hay que demostrar muy bien los errores que se cometieron, pero es un proceso que toma tiempo y que cuesta. Lo cierto es que nosotros no estamos reclamando por indemnizaciones ni nada de eso. Solo estamos pidiendo que nos ayuden a buscar los niños, no más. Esto hay hacerlo antes de que se mueran las personas que estuvieron en los hechos, la gente que sabe la verdad.
D.A: Pensemos en la posibilidad de que Sergio vea esta entrevista en algún momento. ¿Qué le dirías?
M.L Que lo amo, que nunca lo he dejado de amar, ni de pensar. Que lo extraño todos los días de mi vida. Que le deseo siempre lo mejor, así como a mis otros dos hijos. Que perdono lo que pasó en la vida, a todas las personas que hayan tenido que ver con que yo no pueda estar con él, que no tengo rencor en mi corazón, que solo quiero lo bueno para él y para todas las personas que han estado a su lado. Igual, sentiría la misma alegría con los niños que aparezcan. Solo quiero que empecemos a hablar, que no hagamos lo mismo que yo hice por 27 años. Que lo sigo esperando con el mismo amor y el mismo anhelo que cuando rezamos esa noche antes de que se durmiera.