Transcripción – Fue el Estado

Transcripción – Fue el Estado

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[Anabel Hernández]: Por mucho tiempo, por muchos días… Por muchos años…  Viví pensando eso. Que este es mi último día.

[Daniel Alarcón, host]: Ella es la periodista mexicana Anabel Hernández.

[Anabel]: Yo soy madre soltera, soy responsable de dos hijos, vivir con eso pensando “hoy es mi último día”, pensando que estás en las manos de personas tan poderosas, ¿no? es terrible.

[Daniel]: Anabel lleva más de 20 años incomodando a los mexicanos más poderosos: a políticos, policías, narcotraficantes. Es conocida por sus investigaciones sobre el narco, sobre abusos de poder, y eso le ha ganado algunos enemigos…

[Anabel]: Así que lo único que yo podía hacer para defenderme, eh, es seguir investigándolos y seguir publicando, ¿no?

[Daniel]: Bienvenidos a Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. Nuestra editora Silvia Viñas se sentó con Anabel para conversar sobre cómo es investigar al narco y a la corrupción en un país donde ser periodista puede poner tu vida en riesgo. Aquí Silvia.

[Silvia Viñas, productora]: Anabel nació y creció en la Ciudad de México, pero supo que quería ser periodista en San Francisco, California, después del terremoto del 17 de octubre de 1989.

(SOUNDBITES NOTICIEROS)

[Periodista]: Oh Dios mío, estamos teniendo un terremoto. Espera un minuto, espera, espera. ¿Puedes sentir eso?

[Periodista]: ¿Qué pasa con el bebé?

[Periodista]: La plataforma superior parece haber colapsado durante el terremoto.

[Periodista]: ¡Jesucristo! [Ininteligible]

[Silvia]: Anabel tenía 18 años, y cuando pasó el terremoto estaba visitando a unos familiares en San Francisco. Fue muy fuerte, de 6.9 grados. A ella y a su familia no les pasó nada, pero murieron 67 personas y hubo más de 3.000 heridos.

Y cuando empezó a temblar, la gente estaba viendo un partido de la Serie Mundial, el World Series, el campeonato anual de béisbol en Estados Unidos. Ese año se estaba jugando ahí, en San Francisco.

(SOUNDBITE TRANSMISIÓN EN VIVO)

[Locutor]: En segunda base, así que los A de Oakland toman… toman…

[Locutor]: Te voy a decir, estamos teniendo un terremoto.

[Silvia]: Fue uno de los primeros terremotos televisados en vivo, y Anabel estaba pegada a la televisión viendo lo que pasaba.

[Anabel]: Cuando veía los periodistas entre los escombros, ¿no?, tratando de comunicar a la gente, sirviendo a la gente directamente, recopilando las voces de las víctimas y todo esto, entendí que eso era lo que yo quería hacer.

[Silvia]: Antes de ese viaje a San Francisco, Anabel había decidido ser abogada. Se imaginaba litigando en tribunales, defendiendo a sus clientes… Pero cuando volvió a México, le contó a su papá que lo que quería estudiar era periodismo.

[Anabel]: Él no estaba en absoluto de acuerdo, él no quería que yo estudiara periodismo, pero…

[Silvia]: ¿Por qué?

Anabel: Porque periodismo en México tiene tenía entonces, y creo que todavía sigue arrastrando un poco esto una larga tradición de corrupción. Y los medios han estado controlados por mucho tiempo por el… por el gobierno. La mayoría de los medios, siempre ha habido excepciones, por supuesto, ¿no?

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Estudiante]: ¡Viva el movimiento el movimiento estudiantil!

[Multitud]: ¡Viva!

[Silvia]: Y Anabel dice que a su papá le marcó mucho un caso particular: la forma en que los medios  mexicanos cubrieron la matanza de Tlatelolco, un barrio al norte de la Ciudad de México.

[Anabel]: Y él siempre me decía que los medios de comunicación nunca habían informado de la verdad de lo que había pasado esa noche, que siempre lo habían escondido.

[Silvia]: Ese 2 de octubre de 1968, militares y policías dispararon a cientos de estudiantes que estaban protestando en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Murieron cientos de personas, hasta hoy no se sabe el número exacto.

(SONIDOS DE DISPAROS)

[Silvia]: En ese tiempo, el papá de Anabel enseñaba en una universidad cerca de Tlatelolco muy activa en las protestas. Ese día no estuvo ahí, en la plaza, pero estuvo muy cerca, y le tocó ayudar a algunos estudiantes y llevarlos a hospitales.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Estudiante]: Agreden a todos: mujeres, hombres y niños. Pisotean la Constitución, no hay libertad de palabra. No hay libertar, compañeros, de nada. No sé ni quiénes son, nada más se bajan…

[Silvia]: Los días después de la matanza, los medios reportaron la versión oficial: que los que habían disparado era un grupo de francotiradores, que sólo habían muerto 30 personas. Tuvieron que pasar años para que salieran a luz testimonios, y para que investigaran lo que pasó ese día.

Anabel dice que a su papá…

[Anabel]: Era un hombre muy honesto, que siempre luchaba contra la corrupción, luchaba contra la injusticia que había en su pueblo, entonces para él era inadmisible que yo fuera parte de este sistema, ¿no? Lo que yo le traté de explicar es que yo no quería hacer eso, ¿no?

[Silvia]: Su papá solo leía la revista Proceso, un semanario que empezó a mediados de los 70. Tenía una gran colección en su casa…  

[Anabel]: Y yo le dije: “Bueno, yo puedo ser algo diferente, puedo ser como estas personas que tú lees”, ¿no?

[Silvia]: No lo convenció, pero Anabel no cambió de idea.

Muy temprano en su carrera, fue parte del grupo de periodistas que fundó el diario Reforma, uno de los periódicos más importantes de México.

[Anabel]: En 1993, junto con una camada de periodistas que realmente, diría yo, que es esta generación fue la generación que rompió con esa corrupción y que impuso, a través de códigos de ética y de un buen periodismo, un nuevo periodismo en México, diría yo, ¿no?

[Silvia]: Hacía notas políticas, cubría la cámara de diputados, hizo reportajes muy importantes sobre fraudes en el padrón de electores en la Ciudad de México. Ya para el 2000 había publicado varias notas de primera plana para Reforma y también para otro de los periódicos más importantes de México: Milenio.

Un día, en diciembre de ese año, su papá la estaba llevando al Congreso para cubrir un evento, y antes de que Anabel pudiera bajarse del coche…

[Anabel]: Recuerdo que… que  no sé por qué le nació a él hacer esto, ¿no?—… que sujetó mi mano y me dijo que estaba muy orgulloso… Muy orgulloso de mí… Esa fue la primera y última vez que lo dijo.

[Silvia]: Unos días después, en la madrugada del 5 de diciembre, su mamá la llamó para decirle que su papá no había llegado esa noche…

[Anabel]: Y realmente la primera vez en toda su historia, en toda su vida, que no llegaba a dormir. Podía llegar tarde, etcétera, etcétera, pero no llegar a dormir, eso jamás había ocurrido, e inmediatamente yo le… le dije: “Bueno, mamá, me hubieras llamado antes, porque ahorita ya es demasiado tiempo, ¿no?”.

[Silvia]: Anabel llamó a sus hermanos y empezaron a buscar al papá en todas partes. Primero en hospitales, pensando que tal vez había tenido un accidente. Pero nada. Lo buscaron en prisiones, por si había tenido alguna riña o un problema legal… Nada. Lo llamaban a su celular, pero no contestaba.

[Anabel]: Entonces la verdad es que la preocupación aumentó, ¿no?

[Silvia]: Un amigo de Anabel que trabajaba en una radio le ofreció poner un anuncio. Decidieron denunciar que se habían robado el coche de su papá, por si alguien lo había visto…

[Anabel]: Y entonces la noche de ese… de ese 5 de diciembre alguien llamó por teléfono a la estación de radio para decir que… que habían encontrado el vehículo. En una calle, en una colonia muy popular.  

[Silvia]: Su hermano fue a buscar el coche…

[Anabel]: Y ahí encontró los zapatos de mi papá. Y ahí entendimos que… que algo terrible había pasado y lo empezamos, entonces, a buscar en las morgues…

[Silvia]: Poco tiempo después encontraron su cuerpo en una morgue. Ahí lo vieron y se dieron cuenta que antes de morir lo habían golpeado mucho…

[Anabel]: Y… Y él mismo, intentando escapar, se había asfixiado… Le habían hecho determinado tipo de nudo que con el movimiento él terminó asfixiándose tratándose de escapar.

[Silvia]: En esos años había muchas bandas de secuestradores en la Ciudad de México…  

[Anabel]: Pues, mi papá era un mediano empresario ya en aquel momento. Y fue secuestrado por… por dinero.

[Silvia]: Anabel y su familia querían justicia, que el Estado de México investigara el crimen y encontraran a los culpables. Las autoridades se comprometieron a resolver el caso, y mandaron policías para investigar…

[Anabel]: Hasta que un buen día digo, te estoy hablando dos días después de que encontramos el cuerpo de mi padre esos policías dijeron que si queríamos que encontraran a los responsables teníamos que darles dinero.

[Silvia]: Lo conversaron como familia y dijeron, “no podemos aceptar esto”. Anabel era periodista, conocía bien este sistema, y sabía que nada les garantizaba que fueran a encontrar al culpable. Sabía que la policía era capaz de culpar a cualquiera con tal de recibir su pago.

[Anabel]: Entonces lo que decidimos es…  pues… pues no… Aceptar que… que no era posible tener… tener justicia. No digo que resignarnos, porque es algo de lo que jamás te puedes resignar.

[Silvia]: Nunca supieron quién lo mató.

Esta experiencia, con el secuestro de su papá y la impunidad y corrupción que vieron después, tuvo un impacto enorme en Anabel.

[Anabel]: A mí me había tocado escribir historias de personas cuyos familiares habían sido secuestrados. Pero cuando lo vives en carne propia, la perspectiva cambia por completo. Absolutamente. Y eso cambió por completo mi manera de ver mi carrera y mi manera de ejercerla.

[Silvia]: La animó a hacer más investigaciones de largo aliento. A exponer esta corrupción, estas injusticias y la impunidad… Y eso que le dijo su papá cuando la dejó en el Congreso, solo unos días antes de lo que secuestraran…

[Anabel]: Que estaba muy orgulloso. Muy orgulloso de mí.

[Silvia]: Con el paso de los años significa aún más para Anabel…

[Anabel]: Para mí son un aliento para seguir en esta profesión día tras día pese a todas las circunstancias adversas que hay para mí. No solo para mí, sino para muchos periodistas en México.

[Silvia]: Entonces Anabel siguió. Hizo investigaciones más profundas, como una nota sobre bandas pequeñas que trafican droga en la Ciudad de México, lo que se conoce como narcomenudeo. Nadie estaba hablando de eso aún. Pero pasaron años hasta que entró de fondo en el tema del narcotráfico. Y llegó a cubrirlo, como pasa muchas veces, mientras investigaba otra historia, una sobre explotación infantil…

[Anabel]: Me pasaron el tip de que existían estos niños. Más o menos la historia que ellos contaban es que eran niños entre 6 y 7 años de edad que estaban siendo obligados a ir a trabajar a los campos estos de marihuana y amapola. Sobre todo a rallar la amapola, como se le llama, para poder obtener la goma y poder procesarla para heroína, ¿no?

[Silvia]: Esta supuesta explotación estaba pasando en el municipio Guadalupe y Calvo, en el estado de Chihuahua. Está en el corazón de lo que se llama el “Triángulo Dorado”: un territorio que cubre partes de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, en el norte de México. Y la parte donde está Guadalupe y Calvo…

[Anabel]: Es una zona muy boscosa, es una zona donde hay mucha agua, es una zona llena de cañadas.

[Silvia]: Anabel habló con un contacto en Chihuahua, que le confirmó que los maestros de la zona estaban reportando que sus estudiantes trabajaban en estos campos de amapola. Pero le dijo que era muy peligroso entrar. Que no podía hacer que un maestro la acompañara, porque podría meterse en problemas. Pero le dio un tip: que contactara a la iglesia.

[Anabel]: Y sí, cuando hablé con el sacerdote me dijo: “Aquí la puedo recibir. Sí es un asunto que nos preocupa mucho, lo que está pasando”.

[Silvia]: Pero le recomendó que no fuera como periodista…  

[Anabel]: Que venga así, casi casi como si viniera aquí de misionera, ¿no? “No, no, no hable con nadie, no diga que usted es periodista porque aquí los narcos son los que controlan esta tierra, ¿no?”.

[Silvia]: Finalmente fue a Guadalupe y Calvo con un fotógrafo. Allí se encontraron con un funcionario del municipio, que hizo de guía.

[Anabel]: Ya que estás ahí es un mundo… Es un mundo bizarro, es un mundo que no crees que eso está ahí, porque básicamente pues la sierra, sí, son casas como pobres la gran mayoría, ¿no?

[Silvia]: Y de repente veía casas grandísimas, pequeños palacetes con antenas parabólicas…

[Anabel]: Camionetas Cadillac y Escalade, y de las más costosas que habían…

[Silvia]: Y gente armada…

[Anabel]: Así como si nada, ¿no? Entonces, eh, para mí era un mundo nuevo, ¿no?

Y ya haciendo este reportaje y hablando con los niños y con los maestros y todo esto, es ahí cuando yo me enteré que hace mucho tiempo había nacido ahí un niño llamado Joaquín Guzmán Loera.

[Silvia]: El Chapo Guzmán. El fundador y jefe del cartel de Sinaloa. Nació ahí, en el “Triángulo Dorado”, en el municipio de Badiraguato, en el estado de Sinaloa. En ese tiempo, el 2005, era un narcotraficante muy peligroso en fuga. Se había escapado de la cárcel de Puente Grande 4 años antes.  

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Periodista]: En Jalisco el día comenzaba con la increíble noticia de que, la noche anterior, el presunto narcotraficante, Joaquín “el Chapo” Guzmán, había escapado de este penal federal. Irónicamente clasificado como de máxima seguridad…   

[Anabel]: Pero cuando estás ahí, supuestamente en el territorio del Chapo, yo veía, pues… pues… pues aquí no hay ni ejército, ni hay autoridad ni hay nadie. Es como permitir que esta gente se dedique a esto, ¿no? De manera automática, sin ninguna repercusión y sin ninguna opción tampoco, ¿no?, de poder hacer otra cosa, ¿no?  

[Silvia]: En ese viaje entendió que los niños en realidad se habían estado dedicando al cultivo de amapola por generaciones. No era ni voluntario, ni obligatorio. Era prácticamente una tradición. Así como hay niños en otras partes de México que siembran maíz, estos estaban sembrando marihuana y amapola.

[Anabel]: Y los niños iban con gran naturalidad. Y tenían la ilusión de hacerlo porque era como el gran paso para convertirte en grande, ¿no? Y cuando hablabas con estos niños, pues sí, lo que querían ellos era su… su metralleta, su AK-47, su troca, su mujer… su mujer, este…

[Silvia]: O sea, lo que querían era ser como el Chapo. Y es que el Chapo había sido como ellos: el hijo de un campesino que abandonó la escuela a los 7 años para trabajar en esos mismos campos.

[Anabel]: Y es ahí donde realmente me… me… me entró la curiosidad de saber quién era este hombre, Chapo Guzmán, y cómo un hijo de un campesino que apenas sabe leer y escribir se convierte en este supuesto criminal tan peligroso, ¿no?    

[Silvia]: Anabel publicó un artículo sobre el “Triángulo Dorado” después de ese viaje, y desde ahí empezó a cubrir más a fondo el narco. Ese mismo año, a finales del 2005, la contactó el abogado de un funcionario que había trabajado en la cárcel de donde se escapó el Chapo. Este funcionario estaba encarcelado…

[Anabel]: Supuestamente acusado de la fuga del Chapo Guzmán.

[Silvia]: En ese tiempo Anabel trabajaba para el periódico El Universal. Ya estaba acostumbrada a que gente la llamara para decirle, “le tengo una historia”. Y siempre iba a ver de qué se trataba. Entonces fue a ver al funcionario a la cárcel, y lo primero que este hombre le dice a Anabel es:

[Anabel]: “Nosotros no dejamos escapar al Chapo Guzmán”.

[Silvia]: Le dice: “Usted no me va a creer, porque seguramente todas las personas a las que entrevista le dicen que son inocentes”.

[Anabel]: Me dice: “Sí lo dejamos hacer lo que quería. Sí lo dejamos meter alcohol. Sí lo dejamos meter mujeres. Él podía hacer lo que quisiera en la cárcel”.

[Silvia]: Pero le dice que la fuga del Chapo no dependía de él, que él no había podido decidir eso.

[Anabel]: Dice: “No fuimos nosotros”, y empieza a describir un poco, suelta él algunas pistas que… que dejan ver que… que fue realmente altos funcionarios del gobierno de Vicente Fox quien habían dejado escapar al Chapo Guzmán.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Ex-presidente Vicente Fox]: México ya cambió. Hoy la gente como tú, que participó con su voto, hizo posible este cambio histórico que inundó de alegría y esperanza a nuestro país…

[Silvia]: Vicente Fox había ganado las elecciones presidenciales del año anterior, julio del 2000. Su elección terminó un periodo de 71 años bajo gobiernos del PRI, el Partido Revolucionario Institucional.

Estas acusaciones que Fox había dejado salir al Chapoeran graves. Fox se supone que representaba un cambio. Pero hasta ahí, Anabel solo tenía ese testimonio. Pero este funcionario le dijo a su abogado que le diera a Anabel todo su expediente.

[Anabel]: Y ahí leyendo todo esto fue cuando descubrí, bueno, el Chapo Guzmán no se fugó, lo sacaron, ¿no?

[Silvia]: Anabel publicó una entrevista con el funcionario que le pasó este expediente. Una semana después…

[Anabel]: Este hombre me llama por teléfono un día y me dice: “Ya estoy libre, muchas gracias”.    

[Silvia]: Wow.

[Anabel]: Eso significa que el hombre utiliza la entrevista para amenazar al gobierno de Vicente Fox de, “bueno, si tú me quieres tener aquí en la cárcel, yo cuento todo”. ¿No?

Y entonces entendí realmente que el punto del Chapo Guzmán, lo más importante de él, no era la figura del Chapo Guzmán o este mito que el gobierno había creado, sino quién había creado al Chapo Guzmán, qué había detrás. El Chapo Guzmán era solo la cara, el rostro, de esta corrupción que estaba pudriendo México. Y me meto ya de fondo a investigar al Chapo Guzmán.

[Daniel]: Después de la pausa, qué pasa cuando una investigación destapa conexiones entre políticos de alto perfil y los narcos más peligrosos de México.

Ya volvemos.

 

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[Daniel]: Antes de la pausa, Anabel había empezado su investigación sobre el Chapo Guzmán y su fuga de la cárcel en el 2001.

Silvia nos sigue contando…

[Silvia]: Ese expediente fue el comienzo de una investigación que Anabel haría durante 5 años. Anabel recopiló testimonios, documentos, y empezó a entablar relaciones con personajes claves que le funcionarían como fuentes.

Una de esas fuentes era el general Mario Arturo Acosta Chaparro. Un militar mexicano con una historia larga y complicada. No vamos a entrar en detalles aquí, pero Acosta Chaparro fue acusado de torturar y hacer desaparecer a activistas de izquierda durante la llamada “guerra sucia” en México… Finalmente lo exoneraron de esos cargos.

Después estuvo encarcelado por supuestas conexiones al cartel de Juárez, pero lo dejaron salir después de casi 7 años por falta de pruebas…

Acosta Chaparro le contó a Anabel que Felipe Calderón, el presidente de México del 2006 al 2012, lo mandó a negociar con el Chapo y otros jefes de los principales carteles en México.

Otros periodistas mexicanos que han cubierto al narcotráfico, como José Reveles o Jorge Carrasco, también han reportado sobre las reuniones del general Acosta Chaparro con jefes del narco.

[Anabel]: Cuando el general Acosta Chaparro le preguntó al Chapo Guzmán cuánto había pagado… que si es cierto que había pagado a Vicente Fox más de 20 millones de dólares por su fuga, el general me refirió que el Chapo Guzmán soltó la carcajada y le dijo, “bueno, general, la libertad no tiene precio”.

[Silvia]: Vicente Fox, claro, ha negado estas acusaciones. Aquí está una entrevista después de que capturaron al Chapo en el 2014…

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Ex-presidente Vicente Fox]: Bueno, eso es de zonzos los que piensan eso. Y es precisamente la falta de inteligencia y cómo se… cómo se manejan los… los temas públicamente. Yo creo que es claro que es una tontería el hecho de quienes argumentan que fue el presidente Fox que lo dejó salir o que negoció su salida.

[Silvia]: El Chapo también le dijo al general Acosta Chaparro…

[Anabel]: Que él no se había fugado, que él había salido vestido de policía, que lo había sacado gente de Genaro García Luna, de Jorge Enrique Tello Peón.

[Silvia]: OK, muchos nombres. Genaro García Luna. Cuando se fugó el Chapo, tenía un cargo directivo en la Policía Judicial Federal, que en ese tiempo era la agencia encargada de investigar delitos federales. Años después fue Secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón. Y de hecho, Anabel mientras hacía toda esta investigación, empezó a investigar a García Luna paralelamente…

[Anabel]: Porque cuando la gente decía, “es que García Luna está recibiendo dinero, millones de dólares de sobornos”, yo decía: “¿Y yo cómo puedo probar esto?”.

[Silvia]: Entonces hizo una investigación patrimonial, comparando sus declaraciones fiscales, sus ingresos como servidor público, y lo que él tenía: propiedades, vehículos, todo eso. Y con esa investigación, Anabel ya empezó a incomodar a García Luna…

Ok. Y el otro nombre que soltó el Chapo: Jorge Enrique Tello Peón. En el momento de la fuga del Chapo era subsecretario de Seguridad. Ese día estaba en el penal.

Pero la fuga del Chapo fue solo el comienzo. La investigación de Anabel se expandió para explorar cómo el cartel del Chapo, el cartel de Sinaloa, se había convertido en el cartel más poderoso de México.

[Anabel]: También durante mi investigación pude ir descubriendo por qué estaba esta guerra, cuáles son las verdaderas razones. Quién cambió el juego entre los carteles mexicanos que empezaron la guerra entre sí, ¿no?

[Silvia]: En el 2010, Anabel publicó su investigación en un libro: Los señores del narco. No era el primer libro sobre el narco ni sobre el cartel de Sinaloa, obviamente. Pero antes de esta investigación…

[Anabel]: Todo el mundo se… se… se enfocaba únicamente a los, entre comillas, “supuestos malos”, ¿no? A los narcos, a los sicarios, a su violencia, a cómo violaban, a cómo descuartizaban, a cómo dejaban los cuerpos por todas partes. Pero nadie hablaba de los otros señores del narco que eran los políticos, los senadores, los empresarios, los presidentes, los secretarios de Estado que trabajaban para el cartel de Sinaloa.

[Silvia]: Entonces, claro, cuando publicó su libro…

[Anabel]: Evidentemente fue muy incómodo. No para el Chapo Guzmán, el Chapo Guzmán, yo lo sé, leyó el libro y no tuvo ningún inconveniente respecto al libro. Fue muy inconveniente para Felipe Calderón, fue muy inconveniente para Genaro García Luna, fue muy inconveniente para muchos empresarios en México. Entonces cuando ellos empiezan a ver esos nombres, evidentemente era como… como si un pacto se hubiera roto, ¿no?

[Silvia]: Y apenas salió el libro…

[Anabel]: Hay un silencio absoluto. No hay ninguna amenaza.

[Silvia]: Lo cual era un poco raro, dado todo lo que había revelado. Había recibido amenazas antes por otras investigaciones.

[Anabel]: Sabía que iba a ser peligroso este libro, pero la verdad no calculaba qué tanto.

[Silvia]: Entonces, en medio de este silencio…

[Anabel]: Me llama una fuente de información mía, ¿no?, que trabajaba en la policía federal, y me dijo que era urgente verme, ¿no?

[Silvia]: Anabel fue a verlo, y esta persona estaba con uno de sus mejores amigos, alguien en quien ella confiaba.

[Anabel]: Entonces cuando hablo con él, me dice: “Vengo de una reunión, donde Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino son estos jefes policiacosestán contratando policías para asesinarte. Te van a asesinar ya. Te van a asesinar ya en estos días. Van a simular que es un accidente, van a simular que es un robo fallido, un secuestro fallido y te van a matar. Este… Ten mucho cuidado, ¿no?”.

[Silvia]: En ese momento, Anabel pensó: “Esto es lo de siempre, algo que dicen que van a hacer, y al final no pasa nada”.

[Anabel]: Entonces, este, yo le digo a esta fuente de información, la verdad de una manera ahora pienso estúpida de mi parte, ¿no?, porque le dije: “Bueno, pues llámales por teléfono, ahórrales el trabajo, diles que estoy aquí, que aquí los veo, ¿no?”.

Entonces mi amigo se queda así con los ojos abiertos y dice: “No estás entendiendo nada me dice. Esto es serio. Es en serio. O sea, no es una amenaza. Ni te vas a enterar, lo van a hacer”, ¿no?

[Silvia]: Aunque confiaba en su amigo y en esta fuente, no era la primera vez que la amenazaban entonces no le dio demasiada importancia.  

[Anabel]: La verdad es que pensé, “es otra cosa que dicen que van a hacer y no van a hacer”, ¿no?

[Silvia]: Esa noche fue a buscar a su hijo…

[Anabel]: Era un bebé, tenía… tenía apenas un año de edad. Y cuando llego a la guardería, veo que está un vehículo de Genaro García Luna en la puerta. Y yo lo sabía porque yo ya había hecho toda la investigación patrimonial.

[Silvia]: Conocía los coches de sus escoltas.

[Anabel]: No había la menor duda. Entonces llego al lugar, y me quedo petrificada y digo: “¿Qué está pasando? O sea, ¿si me bajo qué va a pasar? ¿Y si voy por mi hijo?”… O sea, estaba yo realmente congelada. En ese momento entendí esto es… esto es serio, ¿no?

Silvia: Anabel dice que llamó a un general, un aliado que se había hecho durante estos años de estar investigando algo tan delicado. Alguien que podía ayudarla en situaciones como estas. Le contó lo que estaba pasando, y el general le dijo que no se preocupara, que vería lo que podría hacer, pero que no se bajara del coche.

[Anabel]: Me dice: “Tienes que entender que seguramente tu teléfono está totalmente intervenido, que lo están escuchando”. Me dice: “Estás llamando conmigo —dice—, yo me hago responsable de ti, ¿no? Que lo sepan, que me estoy haciendo responsable de ti”.

[Silvia]: Y le  dijo que llame a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la CNDH, y levante una queja.

[Anabel]: “Ahorita la puedes levantar vía telefónica, haciendo responsable a esta persona de cualquier cosa que te pase”.

[Silvia]: Entonces, en ese momento, sin bajarse del coche, llamó al número de emergencia de la CNDH. Reportó todo lo que había pasado…

[Anabel]: Y en ese momento se mueve el  vehículo… Se movió el vehículo. Y pude bajar por mi hijo a la guardería.

[Silvia]: Volvió a su casa y se encerró por 3 días.  

[Anabel]: Fueron terribles. Ya haber visto esa unidad en la guardería de mi hijo sí era… era claro, era evidente que esto… que no era una broma, ¿no? Que no era una amenaza, que era un plan realmente definitivo.

[Silvia]: También fueron días en los que pensó mucho en su trabajo…

[Anabel]: Y al final de cuentas pensé, que yo debería de continuar con esto y no… y no dejé de investigar a estos policías corruptos.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Carmen Aristegui]: Bueno, pues Anabel Hernández, nuestra colega periodista, con quien hablamos por cierto esta semana sobre su nuevo libro, el libro llamado Los señores del narcotráfico, Los señores del narco, pues ha presentado una denuncia ante la comisión nacional de derechos humanos…

[Silvia]: Anabel decidió denunciar la amenaza públicamente.

(SOUNDBITE NOTICIERO)

[Anabel]: Presuntamente García Luna y Cárdenas Palomino habían empezado a reclutar agentes de la ACI, ofreciéndoles promociones en la Secretaría de Seguridad Pública Federal a cambio de que me provocaran un… un supuesto accidente, un intento de robo, algo que pareciera…

[Silvia]: Desde ahí, el día a día para Anabel cambió por completo. Le pusieron escoltas, por su seguridad.

[Anabel]: Desde entonces vivo con cámaras de seguridad en mi casa, y con alarmas, ¿no? Y con estos guardias que duermen… que están conmigo las 24 horas del día, ¿no?, ahí, custodiándome. Y… es como renunciar a la vida.

[Silvia]: Pero se quedó en México, tratando de seguir viviendo ahí con sus dos hijos. Pero las amenazas y el peligro seguían y no solamente para ella. En el 2012…  

[Anabel]: Mataron al general Mario Arturo Acosta Chaparro. Que fue una de mis principales fuentes de información.

[Silvia]: Él era el general que había entrevistado al Chapo, el que le había contado a Anabel lo que le dijo sobre su fuga, sobre Vicente Fox.

[Anabel]: Traté de alejarme para no causar más daño a su familia o a la gente que era cercana a él.

[Silvia]: Era el general que le contó que el gobierno de Felipe Calderón lo había mandado a negociar con jefes de carteles.

En esos años también desaparecieron otras fuentes de Anabel, y…

[Anabel]: Mi familia sufrió atentados. Eh… Dejaron animales decapitados en la puerta de mi casa.

[Silvia]: El número de animales…

[Anabel]: Correspondía a mi número de escoltas. Incluso el día en que uno de ellos no fue, en la caja quedó anotado el número de escoltas total, pero como no fue ese escolta solo dejaron el número de cuerpos de animales muertos del número de escoltas que estaban ahí…

[Silvia]: O sea, quedaba claro que estaba siendo cuidadosamente monitoreada todo el tiempo.

[Anabel]: Y hasta que finalmente en diciembre del 2013, un comando de 11 policías federales armados entró a mi domicilio.

[Silvia]: Anabel vivía en un condominio donde había varias casas.

[Anabel]: Y como no sabían dónde vivía yo, entraron a las casas de mis vecinos, los amenazaron con pistolas en la cabeza, y les preguntaron cuál era mi casa.

[Silvia]: Los vecinos les dijeron, y los hombres entraron. Anabel no estaba.

[Anabel]: No robaron absolutamente nada. Yo pienso que estaban buscando expedientes, porque estuvieron incluso vaciando las paredes de mi clóset, tirando toda la ropa como buscando compartimientos secretos en las paredes o en el suelo de mi casa. Yo creo que pensando que a lo mejor podía yo tener más pruebas o documentos en mi domicilio.

[Silvia]: Los hombres armados se tomaron toda la manzana, y desmantelaron las cámaras de seguridad.

[Anabel]: No, después de eso ya era demasiado, porque ya era… Uno de mis vecinos, eh, me reclamó muy fuerte porque tenía una hijita de 6 años a quien le apuntaron con un arma en la cabeza.

Entonces yo me sentí muy culpable, la verdad.

Uno cuando está en este trabajo como que aprendes a asumir tu propio riesgo, ¿no? Pero cuando esta gente totalmente inocente… yo me sentí demasiado responsable, entonces necesitaba yo irme de México. Pero yo no quería salir corriendo.
[Silvia]: No solo porque quería seguir trabajando como periodista, sino también…

[Anabel]: Para demostrarle a estas personas que ellos no son dueños de mi vida. Y realmente no son dueños de mi vida.

[Silvia]: Y me dijo que hay muchos periodistas que creen lo mismo que ella.

[Anabel]: Somos nosotros quienes decidimos hacer este… tomar este camino. Aunque sean tan, tan peligroso y riesgoso, ¿no?  Entonces yo no… Yo no quería ceder, yo no quería rendirme. Y… no quería enseñarles a mis hijos a correr. No quería que la gente me recordara de esa manera tampoco.

[Silvia]: Anabel conocía historias de periodistas mexicanos exiliados. Veía a algunos con sus vidas desechas, sin poder ejercer el periodismo. Varias organizaciones de diferentes países han ofrecido acogerla, pero nunca ha aceptado. Dice que sería como dejarle ganar a los que la están amenazando.

[Anabel]: Hacen su fiesta, ¿no?, la gran celebración, el día nacional cuando Anabel Hernández se fue… se fue de México, ¿no?

[Silvia]: El Centro de Periodismo de Investigación de la Universidad de Berkeley la invitó a dar una conferencia, y allí la animaron a concursar por una beca. Postuló, se la ganó, y en el 2014 se fue a Berkeley con sus dos hijos. Ahí podían estar seguros, y Anabel podía seguir haciendo periodismo.

Pero llegar a Berkeley también le hizo darse cuenta de cómo las amenazas, y el vivir con escoltas por años había afectado a sus hijos.

Vivían en un departamento en una planta baja. Se escuchaban ruidos de las personas que vivían arriba. Y un día, apenas habían llegado, estaban desempacando…

[Anabel]: Cuando de pronto me pongo a buscar a mi hijo, porque de pronto no lo veía, ¿no? Estaba ahí mi hija, pero yo no vi a mi hijo, pensé, “¿salió a la calle?, ¿qué fue lo que pasó?”, ¿no? Después me asomo y estaba debajo de la mesa. Temblando. Porque había escuchado ruidos y pensaba que era la gente que venía por nosotros.

Yo creo que el costo más grande que yo he tenido que pagar además de… de la muerte de mis informantes, es el gran trauma psicológico que tiene mi familia. No sé cómo lo voy a resolver. No sé cómo la vida me va a pasar esa factura. Pero sí hay un gran, gran, gran costo… costo emocional para… para mis hijos.

[Silvia]: En agosto del 2016, Anabel regresó a México.

[Anabel]: Con este… en medio de este infierno, ¿no?, si es que a esto se le puede llamar vida.

[Silvia]: Con escoltas, cámaras de seguridad y las amenazas de siempre. Le pregunté si le preocupa más el narco o el gobierno, por su seguridad.

[Anabel]: El narcogobierno es más peligroso. Más peligrosos son los funcionarios públicos que se supone que trabajan legalmente, que respetan la ley y que sin embargo están trabajando para los carteles. Esa, esa pequeña franja donde los funcionarios públicos son parte de los carteles y los periodistas empezamos a mencionarlos es ahí donde está el verdadero… el verdadero peligro.

[Silvia]: Según Artículo 19, una organización de derechos humanos y libertad de expresión, más de la mitad de las agresiones contra periodistas en México viene de funcionarios públicos. Y así, según Anabel,  los periodistas mexicanos quedan en medio dos fuegos:

[Anabel]: Ni el narcogobierno quiere que informemos a la sociedad correctamente lo que está pasando, que digamos quiénes están involucrados nombre por nombre empresarios, sacerdotes, artistas, gobernadores, presidentes, y los carteles de la droga tampoco quieren que estemos ahí siendo incómodos. Entonces estamos completamente desprotegidos: si es el Estado el que nos está asesinando, ¿quién nos protege entonces?

En México no hay libertad de expresión. En México vivimos en un “narcoestado”, donde el Presidente de la República y la PGR son parte de los cómplices que permiten que los periodistas sigan siendo asesinados. Esto no estaría pasando si el Presidente de la República tuviera la verdadera voluntad de proteger la libertad  de expresión y de que hubiera justicia.

A mí me consta cómo han pasado tantos fiscales especiales en la PGR y no investigan los casos de los periodistas asesinados, no quieren, no les interesa. Porque mientras no los investiguen los funcionarios públicos y las personas que han matado a estos periodistas siguen impunes.

[Silvia]: Un mes antes de juntarme a conversar con Anabel, su compañero y amigo, el periodista Javier Valdés, fue asesinado…

(SOUNDBITES NOTICIEROS)

[Periodista]: La violencia narco en México se ha cobrado la vida de otro periodista: Javier Valdés. Asesinado a plena luz del día, por un grupo de hombres…

[Periodista]: Se sabe que el periodista Javier Valdés Cárdenas, quien fuera asesinado en Sinaloa, México, estaba amenazado porque él mismo así lo dijo hace varios días en una visita que realizó a la Ciudad de México…

[Periodista]: Había hecho diferentes artículos en donde relacionaba al crimen organizado con las altas esferas del gobierno y con diferentes empresas. Dentro de los libros más importantes…   

[Silvia]: Javier Valdés era conocido por cubrir el narco desde Culiacán, Sinaloa, en la “mera mata del narcotráfico”, como me lo describió Anabel. Había fundado un medio local, Riodoce, y también había escrito varios libros sobre narcotráfico. El último que publicó es sobre los periodistas que siguen haciendo su trabajo a pesar de los riesgos. Se llama Narcoperiodismo.

(SOUNDBITE TRANSMISIÓN EN VIVO)

[Javier Valdés]: El narco manda en las redacciones, ya sea porque amenaza de manera directa o porque genera una atmósfera como en Sinaloa en la que no es propicio escribirlo todo, en donde uno no puede pasarse de la raya, de cierto límite, porque puede uno ser asesinado.

[Silvia]: Ese es Javier, presentando su último libro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en el 2016. La periodista Lydia Cacho también súper reconocida lo estaba entrevistando…

(SOUNDBITE TRANSMISIÓN EN VIVO)

[Lydia Cacho]: ¿De qué tamaño es el miedo tuyo y de tu equipo en Riodoce? ¿Dónde sienten el miedo? ¿Cómo hablan del miedo en la redacción?

[Javier]: Pues se nos secan los huevos [risas]. Ahí nos sentimos, en el corazón. El tamaño pues es… es inmedible, del tamaño de… de un abrir y cerrar de ojos, del tamaño del insomnio. Nos está impidiendo ir más allá, nos obliga a autocensurarnos, a no publicar información porque, pues, este… no estaríamos aquí, ¿no?

[Anabel]: Era un hombre que estaba consciente que esto podía pasar en cualquier momento. Y era un hombre que no se había rendido. Ante el miedo.

(SOUNDBITE TRANSMISIÓN EN VIVO)

[Lydia]: ¿Y de qué tamaño es la esperanza en la redacción para que siga?

[Javier]: Quiero pensar que es más grande. Creo que escribir es un acto también de esperanza, de fe. Guardar silencio, dejar de hacerlo, dejar de contar estas historias, de hacer periodismo en estas condiciones, es un acto de complicidad y de muerte.

[Silvia]: Cuando Anabel se veía con Javier, siempre le llamaba la atención su sentido del humor.

[Anabel]: Javier Valdés era la antítesis del periodista que cubre narcotráfico porque él siempre estaba de buen humor.

[Silvia]: A Anabel a veces le desconcertaban sus bromas.

[Anabel]: Pues, yo decía: “¡Pero esto es un asunto serio!”.

[Silvia]: Y él le decía:

[Anabel]: “Tómatelo tranquila, Anabel, tranquilo. O sea, estamos en esto porque queremos. Pero también hay que aprender a disfrutar la vida en medio de esta tragedia, ¿no?”.

[Silvia]: El asesinato de Javier le dió muy duro a Anabel. Decidió que tenía que hacer algo. Investigar. Y esta investigación es muy personal para ella.

[Anabel]: Porque tiene que ver con la historia de un amigo, porque tiene que ver con la historia de mis otros colegas que están amenazados o han sido asesinados. Porque tiene que ver con la historia de la impunidad. Porque la impunidad es eso: la impunidad es ponerle una pistola en la cabeza a cada periodista incómodo en México.

Para mí, en este momento, reportear la muerte de Javier Valdés es… es un poco como reportear mi propia muerte, mi posible muerte.

No sé, trato de pensar cuáles habrán sido sus últimos pensamientos, porque la manera en que Javier fue asesinado fue… fue una manera brutal, fue una manera terrible, fue una manera muy, muy cruel.

Me pregunto qué habrá pasado por su mente, me pregunto… me pregunto si habrá valido la pena. Porque ahora me lo pregunto yo todos los días.  

[Silvia]: Anabel me dijo que presiente que esta investigación va a cambiar su vida.

[Anabel]: No sé todavía en qué sentido. Porque me hace reflexionar tanto sobre mi trabajo, tanto sobre… sobre lo que me dicen las personas que me quieren, ¿no? Que debo de terminar, que debo de parar, ¿no? Que debo de salvar mi vida, ¿no?

[Silvia]: Por otro lado, ve a sus compañeros periodistas que siguen en el trabajo y, aunque no juzga a los que deciden dejarlo para vivir en paz, piensa: “No, no puedo retirarme”. O bueno, no ahora.

[Anabel]: No sé qué va a pasar. Pienso que al final voy a estar en la disyuntiva de continúo con mi trabajo para hacer honor al nombre de Javier y para que no haya muerto en vano, o me voy a mi casa y tomo un reposo y disfruto la vida que Javier pensaba que yo debía disfrutar. También para que él no haya muerto en vano. No lo sé.

[Silvia]: Por el momento, Anabel sigue.

 

[Daniel]: Silvia Viñas es editora y productora de Radio Ambulante. Esta historia fue editada por Camila Segura. Dulce Ramos hizo el fact-checking. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri.

Gracias a Anayansi Diaz-Cortes y a Radio Diaries por compartir con nosotros el audio de archivo sobre la matanza de Tlatelolco de 1968. En nuestra página web pueden encontrar un link a su episodio.

El libro más reciente de Anabel Hernández es La verdadera noche de Iguala: La historia que el gobierno trató de ocultar. publicado en el 2016.

El 19 de diciembre, en Veracruz, Gumaro Pérez fue asesinado en la escuela de su hijo en una celebración navideña. Con su muerte, la cifra de periodistas asesinados en México en 2017, subió a 12.

El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Jorge Caraballo, Patrick Mosley, Laura Pérez, Ana Prieto, Barbara Sawhill, Ryan Sweikert, Luis Trelles, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa, y Luis Fernando Vargas. Carolina Guerrero es la CEO.

Con esta historia nos despedimos de nuestra amiga y colega Andrea Betanzos. Que ha trabajado como coordinadora de programas este último año. Gracias por todos tus esfuerzos y mucha suerte en todo lo que viene.

Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.

Conoce más sobre Radio Ambulante y sobre esta historia en nuestra página web: radioambulante.org. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

Créditos

PRODUCCIÓN
Silvia Viñas


PAÍS
México


PUBLICADO EN
01/23/2018


EDICIÓN
Camila Segura


DISEÑO DE SONIDO
Andrés Azpiri


ILUSTRACIÓN
Laura Pérez

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