Transcripción – J vs. Estados Unidos

Transcripción – J vs. Estados Unidos

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[Daniel Alarcón, host]: Este episodio de Radio Ambulante incluye descripciones de situaciones sexuales que pueden ser impactantes y es apto solo para adultos.

Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.

[Silvia Viñas]: Eh, preséntese. Mi nombre es…

[Gloria]: OK. Mi nombre es Gloria y soy la mamá de las chicas afectadas.

[Daniel]: Ese no es su nombre, pero así la vamos a llamar para proteger su identidad. Más adelante entenderán por qué.

[Silvia]: ¿De dónde es?

[Gloria]: Pues soy de un pueblo de Guatemala.

[Silvia]: ¿Cómo es ese pueblo?

[Gloria]: Es pequeño. Se dedica la mayor parte a la agricultura.

[Silvia]: Gloria llegó a Estados Unidos hace unos 13 años.

[Daniel]: En marzo del 2018, nuestra editora Silvia Viñas viajó al centro del estado de California —al área de Fresno— para conocer a Gloria.

[Silvia]: Tiene dos hijas y cuando se fue de Guatemala eran niñas pequeñas, de unos siete años la mayor, y unos cuatro la menor.

[Daniel]: Las vamos a llamar Clarita y J —también para proteger sus identidades.

[Silvia]: ¿Cómo fue para usted llegar acá? O sea, ¿fue fácil adaptarse o…?

[Gloria]: Al principio, no. Porque, número uno soy madre, extrañaba mucho a mis hijas. Iba a donde iba, pues siempre estaban ellas en mi mente. Pero cuando ya empecé a sacar mis primeras quincenas y veía cómo yo les daba una vida diferente a la que yo les daba allá, yo misma me fui como… echando porras a mí misma y decir: “No, entre más… más trabaje, mejores cosas van a tener mis hijas”.

[Daniel]: Gloria, como muchos padres en su situación, les mandaba dinero a sus hijas.

[Silvia]: Y con eso estaba cumpliendo, más o menos, con el plan que tenía al irse: trabajar en Estados Unidos por unos años, mandarle dinero a sus hijas, ahorrar y después volver. Y digo más o menos porque un año se convirtió en dos, en tres, en cuatro, en diez, y Gloria se terminó quedando. Clarita y J en Guatemala crecieron con familiares, con una tía mayormente. Pero hablaban muy seguido con Gloria.

[Gloria]: A veces hablaba como 15 veces al día: “¿Qué están haciendo? ¿Qué van a comer? ¿A  dónde van?”. Y les decía: “El día que ustedes se sientan así como a… muy atrapadas por mí, díganme. Yo las voy a entender”. Y ellas me dijeron: “No, mamá, nos gusta que nos pregunte, porque sabemos que hay alguien que está por nosotras”. Ya ahorita que ya el tiempecito ahorita se modernizó, ya podíamos videochatear. Ya las cosas cambiaron, pues.

[Silvia]: O sea, tenían una relación cercana a pesar de estar lejos.

[Gloria]: Muy cercana.

[Silvia]: En el 2016, en una de esas llamadas, Clarita y J —ya de 19 y 17 años— le dijeron a Gloria que querían irse a Estados Unidos.

[Gloria]: Y no yo no quise. Yo dije no.

[Silvia]: No es que no quisiera verlas, es que le daba miedo el trayecto que tendrían que hacer para llegar.

[Daniel]: Lo cual es comprensible, ¿no? Gloria ya había hecho el viaje, sabía cómo era. Y también sabía que se había vuelto cada vez más peligroso, especialmente para dos jovencitas viajando solas. Hay secuestros, extorsiones, violaciones.

[Gloria]: Pasan muchas cosas ahí y hasta muchos pierden la vida.  Y yo no hubiera querido sacrificarme cuánto tiempo y para que lo que más amo en esta vida les pase algo, no.

[Silvia]: Pero ellas querían irse porque Gloria tenía que operarse pronto. Querían estar con ella para cuidarla. Además, no hacía mucho que en su pueblo habían secuestrado a una jovencita de 15 años que vivía en su misma cuadra. Los secuestradores pidieron dinero, pero la familia de la chica no tenía. Gloria dice que al final la regresaron a los cuatro o cinco días: viva, pero traumatizada, claro. Clarita y J tenían miedo de que les pasara lo mismo.

Un día —en julio del 2016— Gloria llamó a la casa de su hermana, donde vivían las chicas, y preguntó por ellas.

[Gloria]: “Fueron a Mazate”, me dijo mi hermana.

[Daniel]: A Mazate. O sea, Mazatenango, una ciudad al suroeste de Guatemala.

[Silvia]: A Gloria esto le pareció normal. Allá vivían unos familiares así que era común que fueran a visitarlos. Entonces siguieron conversando.

[Gloria]: Pero ya después me dijo: “No, yo no te puedo mentir. ¿Qué crees?”. “¿Qué?”.  “Tus hijas salieron”.

[Daniel]: “Tus hijas salieron”, le dijo.

[Silvia]: Gloria sabía a qué se refería su hermana con eso: a que Clarita y J habían salido rumbo a Estados Unidos.

[Gloria]: Le dije a mi hermana:  “¿Estás segura?¿No… no fueron con… con una familiar a la capital?”. “No”, me dijo ella. “Ellas no me esconden nada a mí, pero solo me dijeron que no te… te lo dijera tan pronto”.

[Silvia]: Gloria estuvo cuatro días sin saber nada de sus hijas. Cuatro días que fueron un infierno. Iba a trabajar a los campos, a recoger fruta, y solo podía pensar en ellas. En dónde estarían, cómo estarían. Hasta que por fin la llamaron. Estaban en México.

[Gloria]: Ya cuando ellas me llamaron, me dijeron: “Perdónenos, pero es por usted”. No podía decir yo: “¡No! ¡Regrésense!”. Dije yo: “Es su decisión”. Y yo dije: “Bueno, le deseo lo… la suer… la mejor suerte del mundo”. Y pues a esperar qué… qué pasa.

[Silvia]: Tres días después la llamó un agente de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

[Daniel]: U.S. Customs and Border Protection, en inglés, o CBP por sus siglas. Es la agencia de la patrulla fronteriza —los agentes que detienen a personas que están tratando de entrar al país sin papeles.

[Silvia]: Entonces, este agente que llamó a Gloria….

[Gloria]: Me habló. Me dijo que: “Ya tengo a sus hijas acá”.

[Silvia]: Estaban en una estación de la patrulla fronteriza en un pueblo pequeño que se llama Presidio. Queda en el oeste del estado de Texas y tiene poco más de cuatro mil habitantes. La estación de CBP en Presidio sirve como un centro de detención temporal —con tres celdas— donde tienen a inmigrantes indocumentados por unas 12 o 24 horas, un par de días como mucho.

[Daniel]: En este tipo de estaciones “procesan” a los inmigrantes, es decir, registran su información, les toman las huellas.

[Silvia]: Cuando Gloria escuchó que sus hijas estaban ahí, que estaban bien…

[Gloria]: Yo quería llorar de alegría, pero yo dije: “No, tampoco él no va a tener tiempo para escuchar a… llorar, ¿verdad?”. “Este… y ya tendré mi rato”, dije yo.  Y siempre digo yo: “Tengo que ser fuerte”. Y le digo yo: “Oh, que bien”, y todo. Yo… yo contenta. Y dice: “Aquí le pasó a… a una de ellas, pero rápidamente”. Y ya pues escuché que estaban llorando pero yo confundí eso: estaban llorando de emoción.

[Silvia]: Por estar a salvo, por estar hablando con ella, porque había una posibilidad de que se vieran pronto. Gloria dice que la llamada duró muy poco, un minuto. Pero ya estaba mucho más tranquila. Sus hijas estaban bien.

A los pocos días la llamó otro agente.

[Gloria]: Se presentó como un… un investigador y me dijo, este… con calma, si yo sabía lo que estaba pasando. Si mis hijas me habían comentado. Y yo le dije: “No, mis hijas no… no han tenido la oportunidad de hablar mucho conmigo”. Y ya me empezó él: “Señora, espero que tenga calma. Yo le voy a comentar lo que está pasando”.

[Silvia]: Pero primero le preguntó:

[Gloria]: “¿Qué tanto conoce usted a sus hijas?”. “Mire”, le digo yo. “Número uno, una madre creo que nunca va a hablar mal de sus hijas y una madre en el fondo de su corazón —sea lo que sea— uno sabe qué clase de hijos tiene, aunque uno no lo diga. ¿Por qué me hace esa pregunta?”, le dije yo. “Fíjese que ellas están pasando esto: fueron acosadas y estamos en la investigación”.

[Silvia]: Clarita y J habían denunciado que un agente había abusado sexualmente de ellas. El mismo agente que había llamado a Gloria unos días atrás. El investigador le dijo…

[Gloria]: “Pero sea fuerte que nosotros la vamos a ayudar”. Y yo solté el llanto. Ahí yo me puse a llorar. Y le dije yo: “¿Pero por qué me lo han… me lo han…?”. Y ya se… ya me vino a la mente cuando… cuando las escuché llorando, pero yo confundí ese llanto.

[Daniel]: Silvia ha estado siguiendo este caso por más de un año, tratando de entender qué pasó en esa estación de la patrulla fronteriza en Texas y qué nos dice este incidente sobre la agencia de seguridad más grande de Estados Unidos.

Aquí, Silvia…

[Silvia]: Antes de viajar a California yo había estado en contacto con Gloria, Clarita y J por WhatsApp.

[Gloria]: Aló

[Silvia]: Hola, ¿qué tal? Soy Silvia Viñas.

[Gloria]: Oh, sí. Bien, gracias a Dios, ¿y usted?

[Silvia]: Bien, gracias. La llamo desde…

Había hablado por teléfono con Gloria mientras las hermanas escuchaban por altavoz. Les había explicado que quería pasar tiempo con ellas, conocerlas. Más allá de que me relataran lo que había pasado en Presidio —los detalles del abuso que habían denunciado— quería saber sobre ellas: qué les gustaba hacer, cómo se estaban acostumbrando a su nueva vida en Estados Unidos, a vivir con su mamá después de crecer con ella a la distancia.

Aceptaron y yo preparé mi viaje. Pero unos días antes de viajar, Gloria me avisó que Clarita y J ya no querían que las entrevistara.

Pueden imaginar el pánico que sentí. Pero decidí ir igual, pensando que tal vez cambiarían de opinión, que de alguna forma se daría la oportunidad.

Gloria sí quería hablar. Me dijo que sentía que lo necesitaba para contar su experiencia: cómo había vivido todo desde su perspectiva como madre. Un tipo de desahogo. La entrevisté y también pude hablar con la abogada de las hermanas.

[Angélica Salceda]: Angélica Salceda, abogada con ACLU.

[Silvia]: “ACLU”, American Civil Liberties Union o ACLU, como dicen en inglés.

[Angélica]: ACLU es una organización sin fines de lucro que defiende a los derechos de… eh… todo el mundo aquí en los Estados Unidos.

[Silvia]: Sus abogados, como Angélica, se enfocan en casos de derechos de privacidad, acceso al voto, derechos de personas LGBT, o de inmigrantes.

Angélica se enteró sobre el abuso que estaban denunciando las dos hermanas por un correo electrónico. Alguien que había conocido a Gloria y su historia le escribió. A Angélica le interesó enseguida. La ACLU ya había estado investigando abusos de agentes de inmigración a menores, como J.

[Angélica]: Así que nosotros ya nos habíamos dado una idea, ¿no? De que el abuso existía y existe. Así que al ver dos muchachitas presentes con esa posible historia, obviamente me llegó rabia, ¿no? De saber que personas que solamente están buscando seguridad, tranquilidad, paz en sus vidas y están haciendo ese viaje a los Estados Unidos —que es muy difícil y requiere mucha fuerza— que haigan [sic] sido tratadas en esa manera.

[Silvia]: Entonces, tomó el caso. Conoció a Clarita y a J, a Gloria, y escuchó su historia.

Después de hablar con Angélica y con Gloria me quedó claro que no iba a poder entrevistar a las hermanas en ese viaje. Y yo tampoco lo quería forzar, claro. Es muy delicado. Yo no tenía nada que probara que habían sido abusadas sexualmente. Pero, ¿y si lo fueron? No quería que hablar conmigo les afectara, les hiciera revivir un evento traumático.

Entonces Gloria me contó un poquito sobre ellas.

[Gloria]: Pues Clarita es así como… reservada. Siempre ella ha sido así desde pequeña. Ella solo ve, piensa y ya después lo… lo dice. Sí plática pero tiene que agarrar como confianza con la persona

[Silvia]: Y su hermana, J.

[Gloria]: La pequeña es más directa y se pone a platicar. No gran plática, ¿verdad? Pero sí… sí son… son diferentes. En lo que sí comparten las dos juntitas es en el… en ir a la iglesia, eso sí.

[Silvia]: Me dijo que las dos son muy creyentes. Algo que yo noté por WhatsApp. Sus fotos de perfil cambiaban a menudo y a veces eran una cita religiosa o un versículo de la Biblia.

En mis últimos días en California me llegó un mensaje de Clarita por WhatsApp. No me lo esperaba. En el mensaje de texto se disculpaba por no darme la entrevista. Dice que espera que yo comprenda y me agradece por la oportunidad. Y cito:

“La razón por la cual ya no quiero brindar información sobre el caso es porque cada vez que soy entrevistada recuerdo el hecho que para mi sigue siendo doloroso y triste”.

Entonces, lo que van a escuchar hoy viene de lo que hemos podido reconstruir al entrevistar a Angélica y a Gloria. Al leer todos los documentos legales que se han publicado sobre el caso. Y del audio de esto:

[Voz]: Good day and welcome to the CBP misconduct press call…

[Silvia]: Una llamada que organizó la ACLU para los medios en marzo del 2017.

[Voz]: Thank you for joining us for today’s media call. The ACLU of Northern California filed today two administrative claims on behalf of two teenage sisters.

[Silvia]: Es que ese mes, la ACLU —representando a Clarita y J— hicieron una demanda administrativa contra CBP. Es un tipo de querella que se hace directamente con la agencia en vez de ante un juez. Si se resuelve con la agencia —sea CBP u otra—, entonces el caso no tiene que ir a juicio. Es para evitar saturar a las cortes, que ya tienen muchos casos.

Bueno, en esta llamada Clarita contó su versión de lo que pasó en Presidio. Empieza diciendo por qué salió de Guatemala con su hermana.

[Clarita]: Salí de Guatemala hacia Estados Unidos buscando seguridad y estabilidad y encontrarme con mi mamá aquí en Estados Unidos.

[Silvia]: Llegaron a la frontera de México y Estados Unidos el 11 de julio del 2016. Como ya hemos dicho, ella tenía 19 y J tenía 17. Habían viajado por bus desde Guatemala durante casi una semana. Venían solas, sin coyote. Llegaron a Ojinaga, un pueblo fronterizo en el estado mexicano de Chihuahua. Al otro lado estaba Presidio, Texas.

[Angélica]: Estando allí, ellas estaban dispuestas a llegar a los Estados Unidos no sabiendo cómo, no sabiendo dónde estaban.

[Silvia]: Ahí conocieron a un joven, que les dijo que era menor de edad. Se les unió para cruzar juntos.

[Angélica]: Así que cruzaron la frontera y ellas comenzaron a caminar. O sea, no… no sabían dónde iban, sino que comenzaron a caminar.

[Silvia]: Era de noche. Estaban perdidas, asustadas y con mucha sed. Clarita dice que vieron pasar una patrulla y pidieron ayuda, pero que no las escucharon. Después de un rato pasó otra patrulla.

[Clarita]: Igualmente pedimos ayuda. Se detuvieron. De esa patrulla Border… Border Patrol bajaron dos agentes.

[Angélica]: Bueno, les hicieron preguntas: cuáles eran sus edades, si eran inmigrantes, de dónde venían. Eh, así que para ellas creo que algo normal, ¿no?

[Clarita]: Nos revisaron adecuadamente. Nos preguntaron si traíamos algo… si… algo que les podía hacer daño a ellos. Les dijimos que no.

[Angélica]: Les quitaron la mochila, las subieron al vehículo y las llevaron a ese centro de detención en Presidio.

[Silvia]: A la estación de la patrulla fronteriza.

Los agentes les pidieron que se quitaran los zapatos y las pusieron juntas en una celda. Al otro chico lo pusieron en otra de las celdas. Y en la tercera había otras personas detenidas.

Esos dos agentes se fueron para seguir patrullando y dejaron a otro agente —al que vamos a llamar agente F— solo, a cargo de los detenidos. O sea, de Clarita, J y otros inmigrantes.

Y, según cuentan las hermanas, el agente F…

[Angélica]: Le pidió a la mayor, primero, que saliera de su celda y que lo acompañara a un… a un cuartito.

[Clarita]: Me dirigió hacia… hacia un cuarto donde se encontraban alimentos.

[Angélica]: Porque había papitas, había diferentes tipos de comida.

[Clarita]: Él me dijo que me iba a revisar por seguridad y porque era su trabajo.

[Angélica]: Él se detuvo en frente de la puerta, así como tapando la puerta.

[Clarita]: Luego él me dijo que me quitara mi suéter, porque me iba a revisar por seguridad. Me quité mi suéter. Luego me dijo que me quitara la blusa. Yo le pregunté: “¿Por qué?”

[Angélica]: Ella pidió… la… la mayor pidió una explicación, que ¿por qué?, ¿qué era la razón?

[Clarita]: Él nuevamente me dijo que era por seguridad.

[Angélica]: Él tenía que asegurar que ella no tenía nada en su persona, y… y…. este… así que lo tenía que hacer. Ella no tenía otra opción.

[Silvia]: Tuvo que sacarse la blusa.

[Angélica]: Y él también le pidió que se quitara también el brasier.  Una muchachita de… de… de 18 o 19 años, por ejemplo, que se ve mucho, mucho, mucho menor. Obviamente le pidió de nuevo que si era necesario, que cuál era la razón. Y él… él siguió insistiendo.

[Clarita]: Solo lo aflojé… aflojé el brasier para que él viera que yo no traía nada debajo de… del sostén. Y ya luego él subió el sostén y comenzó a tocar mis pechos.

[Silvia]: Clarita dice que el agente F luego le pidió que se sacara toda la ropa, por completo. Clarita repite que el agente decía que era por seguridad.

[Clarita]: Y… él comenzó a tocar mi parte íntima. Luego me dijo… luego de eso me dijo que… que me vistiera. Me vestí,  salí llorando de ese cuarto por lo mal que me sentí.

[Angélica]: Y ya después fue que la encaminó de nuevo a la celda.

[Clarita]: Me dirigí… me dirigí hasta la celda donde estaba mi hermana. Luego él se llevó a mi hermana. Lamentablemente yo nunca pensé que él le iba a hacer lo mismo a mi hermana, porque era una niña… (llorando) que tal vez a mí me lo hizo por ser una adulta.

[Angélica]: Bueno, lo mismo le sucedió a la menor. El oficial la llevó al mismo cuartito y ahí casi lo mismo, ¿no? De pedirle que se… quitara la ropa de arriba, la ropa de abajo y también… también la tocó.

[Clarita]: Tiempo después mi hermana llegó a la celda donde yo estaba. Llegó llorando. Y yo le preguntaba qué le había hecho ese señor. Ella no me respondía. Ella sólo lloraba y miraba hacia el techo. Y no… no hablaba.

[Angélica]: Como que no tenía nada de expresión en su cara. Eh, no quería hablar. Clarita le pedía que le dijera qué había pasado, pero… no, la menor no le… no le contaba. Ya Clarita fue que le contó lo que le había sucedido…

[Clarita]: Ella lo único que me respondió fue: “Yo no sé si él haya hecho correctamente su trabajo o ese fue su trabajo”. Y eso fue lo que mi hermana me respondió llorando.

[Angélica]: Entonces las dos se quedaron en la celda completamente llorando.

[Clarita]: Llorábamos mucho. Sentíamos mucho dolor, mucho miedo, mucha tristeza por lo que había pasado (llorando). El señor estaba muy nervioso. Nos decía que nos calláramos, que ya no lloráramos, que nos calmáramos y que él había hecho su trabajo. Nos daba alimento para que nos calláramos, para que ya no lloráramos.

[Angélica]: Les ofreció papitas, Sabritas, y también les dijo que si no contaban lo que había pasado que iba a dejar a la mayor pasar como menor.

[Silvia]: Es que si la dos eran menores, podían pasar juntas por el proceso inmigratorio que venía. Siendo menores de edad, era más fácil quedarse en Estados Unidos. Pero Angélica dice que ellas rechazaron la propuesta.

No podían parar de llorar. El agente les ofreció ponerlas en contacto con su mamá. Gloria en este punto no sabía que ellas estaban ahí.

[Clarita]: La llamó. Él puso la llamada en altavoz.

[Angélica]: Para asegurar que él sa… él estaba escuchando todo.

[Clarita]: Hablamos con mi mamá, pero él luego cortó la llamada. No permitió que le dijéramos más a mi mamá, que solamente le dijimos a ella que estábamos detenidas y que estábamos bien.

[Silvia]: Esta es la llamada a la que se refería Gloria al comienzo del episodio, cuando las escuchaba llorar y pensaba que era por la emoción de que pronto estarían juntas. La llamada en la que pensó que sus hijas estaban bien.

Según las dos hermanas, al colgar, el agente F luego las llevó a un computador, donde les pidió su información para seguirlas procesando por el sistema. Empezó a preparar todo para tomarles las huellas digitales.

En ese momento regresaron los otros dos agentes, los que las habían llevado a la estación y que habían estado fuera mientras sucedió el abuso que Clarita y J luego denunciarían. Venían con unos hombres, otros inmigrantes que habían detenido.

[Angélica]: Así que en ese instante, las hermanas, hablando juntas, se comentaron una a la otra de que iban a observar a ver si los agentes que habían regresado hacían lo mismo con los nuevos detenidos. O sea, que si es que llevaban a esos nuevos detenidos a este cuartito.

[Silvia]: Y no. Vieron que nadie llevó a estos hombres al cuarto para revisarlos como a ellas. A ellos los revisaron por encima de su ropa y en frente de las chicas y de otro agente. Entonces al ver eso…

[Angélica]: Fue cuando les dio un poquito más valor de decir: “No, lo que nos sucedió no fue correcto, fue malo y tenemos que avisarle a alguien”.

[Silvia]: El agente F le tomó las huellas y una fotografía a Clarita. Luego era el turno de su hermana.

[Angélica]: Así que en el momento que él estaba tomando las huellas de la menor, la mayor tuvo el valor de acercarse a los dos agentes que habían detenido la… que las habían detenido

[Clarita]: Yo me dirigí hacia él preguntándole si lo que el agente… el agente que nos había hecho eso —porque yo lo señalé— había hecho lo correcto.

[Angélica]: Que el oficial las llevó a este cuartito y que las hizo quitar con… toda su ropa.

[Clarita]: Él se asombró. Dijo: “¡Qué!”.

[Angélica]: El oficial al que ella le estaba contando le preguntó que si eso le había pasado a ella. Clarita le dijo al oficial que sí.

[Silvia]: Según los documentos legales que preparó la ACLU —con base en el testimonio de J—, ese agente se sorprendió y le dijo a Clarita que el agente F no tendría que haberlas revisado así. Pero el otro agente que las detuvo la acusó de estar mintiendo y la metió en una celda.

Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, el agente F también dijo que Clarita estaba mintiendo.

Pero ya habían hecho la denuncia y con eso, según el protocolo de la agencia, se tenía que registrar. Los agentes en Presidio reportaron la denuncia a sus superiores y las interrogaron, por separado y sin el agente F presente.

Primero le tocó a Clarita.

[Clarita]: Me dijeron que describiera el lugar donde el oficial nos había llevado.

[Angélica]: Y cuenta Clarita que al contar esos detalles de este cuartito, que los oficiales dieron una… eh, tuvieron una expresión como de sorprendidos, ¿no? Estaban muy sorprendidos de que ella sabía todos los detalles de este… de este cuartito.

[Silvia]: Clarita dice que uno de los agentes que estaba ahí —mientras las interrogaban— las seguía acusando de estar mintiendo.

Según los documentos legales que preparó la ACLU, el agente que las interrogó le pidió a J que hiciera un dibujo mostrándole dónde quedaba el cuartito. Ella dibujó el lugar con su dedo en la mesa. El documento dice que después de eso el agente dejó de acusarlas de estar mintiendo.

[Clarita]: Y luego nos dijeron de que no nos preocupáramos, que ya no tuviéramos miedo, que ellos nos iban a cuidar. Que teníamos que esperar porque iba a llegar un investigador.

[Silvia]: Las dejaron dormir ahí, en el cuarto donde las interrogaron, en vez de en la celda.

En la llamada, Clarita no cuenta mucho más sobre qué pasó cuando llegaron los investigadores de la agencia. Simplemente dice que tuvieron que contar todo otra vez.

El 14 de julio de 2016 tres días después de que las detuvieronlas hermanas pudieron dejar la estación de la patrulla fronteriza en Presidio. Salieron con algo que se llama “orden de supervisión”. Con eso, en vez de ser deportadas, podían reencontrarse con Gloria y ver cómo regularizar su estado migratorio una vez juntas.

Le pregunté a Gloria cómo fue esperar a que llegaran.

[Gloria]: Yo me sentía como que iba… no sé, volando, como que si mi cuerpo era algodón. Creo que estaba mal también por… por… por tantas cosas que habían pasado.

Respire profundo y dije: “Tengo que ser fuerte. No voy a llorar mucho”. Porque ya tenía los ojos bien, bien idos de… de llorar. Entonces yo dije: “Ahorita, pues, tengo que estar con ellas. Tengo que… que fingir estar bien”, porque yo no estaba bien emocionalmente.

Y cuando yo las vi, como que… que… que en lugar de destenderse,  mis manos así como que no tenía fuerzas yo. Y ellas corrieron, me abrazaron, me besaron y este… yo me quedé así: “¡Estas son mis niñitas que yo dejé!”.

[Silvia]: Gloria dice que las vio tranquilas.

[Gloria]: Porque ellas dicen que no aguantaban la emoción de verme, que se les olvidó por un momento lo que estaban pasando.

El encuentro fue algo que… solo yo lo puedo entender. Era… tenía que ser más alegría que otra cosa, pero yo decía… no, yo… fue difícil.

[Silvia]: Era difícil disimular, pretender que todo estaba bien. Unos familiares hicieron una reunión para recibirlas.

[Gloria]: Y este… yo estaba como ida, como que no me importaba nada. Entonces alguien me preguntó: “Ey, tía, ¿qué onda contigo? Si tú no eres así”. Pero solo yo sabía, pero yo quería gritar… qué es lo que estaba sintiendo, qué es lo que estaba pasando, pero no podía.

[Silvia]: Aún no habían tenido tiempo para sentarse a hablar las tres, solas, con calma. El investigador de CBP con el que Gloria habló por teléfono…

[Gloria]: Me dijo: “Ellas van mal mentalmente. Lo que sí le… le… le sugiero es que trate la manera de distraerse en cosas”. Eso es lo que yo también decía: “No, pues sí. Yo quiero salir de acá de esta comida y hablar con ellas, hablar a fondo. No de esto que pasó, sino abrazarnos y no soltarnos”.

[Silvia]: Hubo tiempo para eso. Cuando terminó la comida y pudieron irse a casa, a empezar una nueva etapa las tres juntas, de nuevo, después de más de una década. Y se abrieron con Gloria y le dijeron cómo les había afectado lo que pasó en Presidio.

[Gloria]: Ellas me lo han dicho de que en ese momento ellas dudaron de Dios. Ellas, este, decían: “Dios, te hemos servido y… ¿por qué nos abandonastes? ¿Por qué no le desvió la mente a ese señor? ¿Por qué a nosotras?”. Y yo les digo: “Dios les da los… las grandes pruebas a los que saben… a las que saben que si van a poder sobrevivir y sobresalir de todo esto”.

[Silvia]: Clarita termina su testimonio en esa llamada de marzo del 2017 diciendo que nunca se imaginaron que les podía pasar algo así en Estados Unidos.

[Clarita]: Nos afectó de una gran manera, psicológicamente se puede decir. Al principio teníamos mucho miedo. Al llegar acá con mi mamá sufrimos mucho. Todas las noches llorábamos. Nos preguntábamos por qué había pasado esto. No lo entendía.  

[Angélica]: Ellas se imaginaban los Estados Unidos de una manera muy diferente.

[Silvia]: Otra vez, Angélica Salceda, la abogada.

[Angélica]: Lo que ellas creo que sabían de la agencia es que es una agencia con el propósito de proteger a los Estados Unidos, ¿no? Pero también a las personas que vienen pasando, que vienen cruzando la frontera.

[Clarita]: Que, ¿por qué una persona que ofrece seguridad nos hizo esto? (llorando)

[Silvia]: “Que, ¿por qué una persona que ofrece seguridad nos hizo esto”, dice Clarita.

[Angélica]: Creo que eso fue lo más impactante para mí, ¿no? Al verlas y al ver ese como shock en sus caras, en la manera que se expresaban y en la manera en la que veían ahora a los Estados Unidos, ¿no? En una manera que… bueno, como yo estando aquí en este país, que también adoro a este país, sintiéndome muy mal, ¿no? Que ellas fueron tratadas en esta manera, después de haber tratado de buscar paz en sus vidas.

[Silvia]: Ese shock que menciona Angélica se escucha en la voz de Clarita. Es un trauma del que ella aún no termina de recuperarse.

[Clarita]: El hecho de que nosotros no seamos de este país, que no sea nuestro, pero que por favor nos respeten. Porque no somos animales para que nos traten de esa manera. Mucho menos a una niña (solloza) que no se puede defender.

[Silvia]: Seis meses después —en septiembre de 2017— CBP respondió a la demanda administrativa que hizo la ACLU diciendo que rechazaba las acusaciones por falta de pruebas. O sea, el caso no se iba a resolver directamente con la agencia.

Angélica dice que para las chicas fue duro recibir esa respuesta.

[Angélica]: Así que te puedes imaginar… especialmente para una… una menor o alguien que ha venido a este país por primera vez de pensar, ¿no?: “¿Qué más evidencias se necesita? Y ahora estamos en el mismo lugar que estuvimos antes, ¿no? Y hasta peor porque nos… nos sucedió esto”.

[Silvia]: Esta respuesta llegó una semana antes de que estallara el movimiento #MeToo, cuando el New York Times destapó los abusos del productor de Hollywood Harvey Weinstein, cuando mujeres por todo el mundo compartieron sus historias de violencia sexual y se preguntaron lo mismo: ¿qué más evidencia se necesita?

Las acusaciones que hicieron Clarita y J habían salido unos meses antes en algunos medios.

[Angélica]: Así es. Tuvieron que compartir su historia, pero contar todo en detalle de nuevo, de responder a preguntas, de no saber si el reportero o la reportera te está haciendo preguntas porque él o ella tampoco no te cree, o… o pidiéndote ciertos detalles. Creo que es muy… fue muy difícil para ellas.

[Silvia]: En el mensaje por WhatsApp que me mandó Clarita, me contó que personas cercanas se enteraron de lo que les había pasado por unas entrevistas que le hicieron otros medios. Es que algunos programas de televisión trataron de esconder su identidad, pero no fue suficiente, porque algunos conocidos las reconocieron. Y Clarita dijo que algunos se burlaron de ellas, las humillaron. Y claro, eso les afectó mucho.

Las voces de Clarita, de J y de otras mujeres inmigrantes quizá no tuvieron tanta repercusión como las de las actrices y mujeres famosas que contaron sus historias de violencia sexual, pero en realidad, el movimiento #MeToo original —el que empezó la activista Tarana Burke en el 2006— se enfoca en chicas como Clarita y J. La página de internet aclara que es un movimiento que busca ayudar a sobrevivientes de violencia sexual —especialmente a mujeres jóvenes, de minorías y con pocos recursos— a recuperarse.

Después de la respuesta de CBP a la demanda administrativa, Clarita y J tenían seis meses para decidir qué hacer: si dejar su reclamo ahí, cerrado, o si llevar el caso a corte con una demanda federal.

Unos días antes de mi entrevista con Angélica, J —la menor de las hermanas— había tomado la decisión de demandar ante una corte federal. Clarita decidió no hacerlo, por razones que Angélica no pudo comentar.

La demanda es contra el gobierno y nombra a tres personas: al agente F y a los dos oficiales que las llevaron a la estación. Había muchas preguntas por responder.

[Angélica]: No sabemos qué es lo que le ha sucedido al agente. No sabemos si el agente sigue trabajando o no. No sabemos si el agente ha hecho lo mismo con nuevas personas.

[Silvia]: Con este caso, la ACLU pretendía esclarecer estas y otras preguntas. Pero…

[Angélica]: No sabemos si es que se va a llegar a esa resolución, ¿no?  Porque siempre hay… hay esa posibilidad de que no… no se resuelva.

[Daniel]: Después de la pausa: ¿qué tan comunes son estas denuncias de abuso por agentes y oficiales de CBP? ¿Cómo trata la agencia las denuncias de abuso y acoso sexual? Y, ¿qué ha pasado con el caso de estas hermanas?

Ya volvemos.

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[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón. Antes de la pausa escuchamos sobre un caso de dos hermanas guatemaltecas —una de ellas menor de edad— que habían denunciado que un agente de la patrulla fronteriza las había abusado sexualmente.

Queríamos saber si casos como este eran aislados o si es un ejemplo de que la agencia de seguridad más grande de Estados Unidos tiene problemas de disciplina entre sus agentes.

Silvia nos sigue contando.

[Silvia]: Pedí varias entrevistas con oficiales de CBP —como con Matthew Klein, el jefe de la oficina de responsabilidad profesional, ahí investigan denuncias de corrupción y mala conducta de empleados—, pero me dijeron que Klein no estaba disponible para hablar conmigo. Lo mismo pasó cuando pedí hablar con otros oficiales. Entonces busqué otras fuentes.

[James Tomsheck]: My name is James Tomsheck. I am retired from a 40-year career in law enforcement.

[Silvia]: Como él, James Tomsheck. Estuvo a cargo del departamento de asuntos internos de CBP desde el 2006 al 2014. Se retiró de la agencia después de que lo sacaran de su puesto en asuntos internos. Ha salido en varios medios hablando sobre su experiencia en la agencia y es considerado un whistleblower, un denunciante. Le conté que CBP había rechazado mis pedidos de entrevista, que no estaba respondiendo mis solicitudes de información pública con los reportes que estaba pidiendo y le pregunté:

Why is the agency so secretive?

Que por qué la agencia parecía ser tan poco transparente.

[James]: I believe there’s a cultural problem at CBP. And it’s largely…

[Silvia]: Me dijo que hay un problema cultural, mayormente por parte de la patrulla fronteriza que, recordemos, es parte de CBP. Tomsheck dice que promueven una noción falsa de que son la principal agencia de seguridad del país.

[James]: And assert a completely false notion that they are the highest integrity law enforcement organization in the country.

[Silvia]: Y la más íntegra. Tomsheck describe ese problema cultural con dos palabras:

[James]: Institutional narcissism.

[Silvia]: Narcisismo institucional: no querer ver que hay problemas grandes de corrupción y de mala conducta. Y, tal vez más importante, no querer que el público —a través de los medios— lo vea. Por eso la falta de transparencia.

También hablé con algunos agentes de la patrulla fronteriza que ya están retirados. Y me dijeron que, según su experiencia, los casos de mala conducta eran pocos, que se trataba de unas pocas “manzanas podridas”, casos aislados.

[James]: I think it’s certainly a case that exceeds the phrase “a few bad apples”.

[Silvia]: Algo con lo que Tomsheck no está de acuerdo. Y hay datos que muestran que hay serios problemas dentro de la agencia. Por ejemplo, según un estudio del Cato Institute —un centro de estudios libertario— entre el 2006 y el 2016, la patrulla fronteriza tenía la tasa de despidos por problemas de disciplina o rendimiento más alta entre las agencias de seguridad del gobierno.

Y esto es importante, porque…

(SOUNDBITE DE NOTICIAS)

[Periodista]: El gobierno de Donald Trump estableció nuevas directrices para reforzar el control migratorio en Estados Unidos con un agresivo plan que incluye acelerar el proceso de deportación de inmigrantes indocumentados y contratar a 15 mil nuevos agentes.

[Silvia]: Trump quiere contratar a más agentes: diez mil para ICE, Immigration and Customs Enforcement —los agentes que detienen a personas sin papeles dentro de Estados Unidos— y cinco mil para CBP. Pero no sería la primera vez que CBP crece tanto.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, durante su mandato, George W. Bush contrató alrededor de diez mil nuevos agentes. Y ese nivel de crecimiento trajo bastantes problemas.

[Guillermo Cantor]: En ese crecimiento tan desmesurado y tan acelerado lo que ha ocurrido es que la ocurrencia de situaciones de abuso de la autoridad, de uso excesivo de la fuerza, de… de conductas inadecuadas, inapropiadas han sido muy corrientes.

[Silvia]: Él es Guillermo Cantor, el director de investigación del American Immigration Council, una organización sin fines de lucro que trabaja temas relacionados a políticas migratorias.

[Guillermo]: La agencia en gran medida ha operado fuera de… fuera de control, sin los controles que se le imponen a cualquier otra… otra agencia de esta magnitud.

[Silvia]: Y son varios los casos.

(SOUNDBITE DE NOTICIAS)

[Periodista 1]: Un oficial de la patrulla fronteriza de origen hispano está acusado de abusar sexualmente de una menor. Además, en su posesión se encontró pornografía infantil. Alejandro Domínguez se encuentra detenido en una cárcel…

[Periodista 2]: Indocumentadas en Estados Unidos corren el riesgo de sufrir abusos sexuales en los centros de detención, así lo indica un informe de la organización Human Rights Watch.

[Periodista 3]: El gobierno de Honduras pidió hoy a Estados Unidos que investigue el caso de tres inmigrantes hondureñas que fueron secuestradas y violadas por un agente de la patrulla fronteriza en Misión, al sur de Texas.

[Silvia]: Y no son aislados. Por ejemplo: el año pasado —en el 2018— la ACLU empezó a publicar documentos que recibieron del Departamento de Seguridad Nacional.

(SOUNDBITE DE NOTICIAS)

[Periodista]: Se trata de 30 mil páginas de documentos, audios y videos, que evidencian y denuncian abusos cometidos por agentes de esta patrulla desde hace años, ¿eh?

[Silvia]: Esto fue después de años de una pelea legal para que CBP y el Departamento de Seguridad Nacional compartieran más información sobre el maltrato a menores en la custodia de CBP, como J. La ACLU y otras organizaciones ya habían documentado 116 casos de maltratos a menores entre marzo y mayo del 2014 —un año en el que aumentó súbitamente la llegada de menores no acompañados a Estados Unidos.

Bueno, según el reporte de la ACLU, en estas 30 mil páginas de documentos —en los audios y videos, cubriendo acusaciones desde el 2009 al 2014— hay evidencia de maltrato a menores por parte de agentes, incluyendo abuso y acoso sexual. Casos muy parecidos al de J.

(SOUNDBITE DE NOTICIAS)

[Periodista]: El ejemplo perfecto es el testimonio de esta niña de 14 años arrestada por la patrulla fronteriza.

[Menor]: Él me registró y después me dijo que me tenía que bajar el pantalón.

[Silvia]: OK. No quiero marearlos ni aburrirlos con muchos datos, pero es importante resaltar un par de reportes más porque estos muestran qué pasa dentro de la agencia una vez que se hace una denuncia.

Una organización que se llama Freedom for Immigrants encontró que entre mayo del 2014 y julio del 2016, la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional recibió más de mil denuncias de abuso sexual de personas detenidas. Eso es más de una queja por día. Y solo se investigaron 24 de esas denuncias.

Guillermo y su equipo en el American Immigration Council analizaron datos similares de años anteriores y encontraron que….

[Guillermo]: En gran medida estas quejas no son investigadas con la rigurosidad que uno desearía.

[Silvia]: La denuncia de Clarita y J sale en los datos que me compartió Freedom for Immigrants. Está registrada en julio del 2016 como “coerced sexual conduct”, o sea, conducta sexual forzada. Es una de las categorías que usa el departamento. También hay una categoría más general que es “abuso físico o sexual”, otra que es “acoso sexual”.

En fin, la investigación interna por la denuncia de Clarita y J estuvo abierta por siete meses y los datos no dicen por qué se cerró. Le pedí el reporte de la investigación a la agencia, pero casi un año después, no me han respondido. Contacté a un investigador de CBP que trabajó en el caso, pero me dijo que no podía hablar de la investigación porque había un caso legal abierto. Angélica, la abogada de las hermanas, también pidió el reporte de la investigación y CBP respondió con un documento sobre la detención de las hermanas. Nada más.

Pero en octubre del 2018, la Associated Press reportó que ellos sí recibieron un reporte redactado sobre la investigación y que, según eso, los investigadores de la agencia determinaron que no podían verificar la denuncia de las hermanas por falta de evidencia física. Además, la estación no tenía cámaras de seguridad en el área donde ingresan los datos de las personas que detienen; no se analizaron huellas dactilares del cuartito porque las hermanas dijeron que no habían tocado nada; y el agente F dijo que se quedó solo con las hermanas porque no había suficientes oficiales.

Según el reporte de la investigación, el agente F habló con investigadores tres veces. La última vez, un investigador notó que el agente estaba nervioso y que repasaba constantemente una declaración que ya había preparado en la primera entrevista. La Associated Press dice que los investigadores llevaron el caso a un fiscal y que estuvo de acuerdo con ellos: faltaba evidencia.

CBP no ha aclarado si el agente F fue disciplinado de alguna manera.  

Según el análisis de Guillermo y su equipo, un alto porcentaje de los casos que son investigados y que han sido cerrados resulta en “no action taken” —ninguna acción contra el agente que es acusado.

[Guillermo]: Es decir que no dan lugar a ninguna acción disciplinaria o correctiva.

[Silvia]: Y Guillermo dice que esto es preocupante, especialmente si recordamos lo grande que es la agencia…

[Guillermo]: Cuando no existen los controles internos, cuando no existen estructuras de incentivos y sanciones, el personal realmente no tiene… no tiene muchos controles en lo que tiene que ver con las regulaciones de las conductas, entonces son más proclives a actuar con impunidad.

[Silvia]: Cuando responden a reportes de organizaciones como la de Guillermo o a investigaciones periodísticas, CBP insiste en que sí está haciendo su parte.

En respuesta al reporte de ACLU del 2018 sobre abuso a menores, por ejemplo, CBP dice que en los últimos tres años han creado políticas internas para evitar abusos, incluyendo nuevos estándares sobre cómo transportar, escoltar, detener y requisar a inmigrantes. El comunicado también menciona medidas que CBP ha tomado para prevenir y responder al abuso y la agresión sexual.

La agencia tiene una política de tolerancia cero a este tipo de abusos y he estado tratando de averiguar más sobre algunos detalles de esta política. Por ejemplo, dice que la agencia contrató a una persona dedicada —entre otras cosas— a revisar, anualmente, investigaciones de asalto sexual. Pero en ningún lado sale publicado quién es esta persona.

Pedí una entrevista con él o ella, y el jefe de prensa de CBP del momento me respondió con información que ya tienen publicada en su sitio web y me preguntó qué quería saber. Al final me dijo que tenía que esperar la respuesta a un pedido de información pública al respecto. Nunca me dijo quién era esta persona. Y mi pedido de información sigue abierto.

En el 2016 la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional publicó un reporte que critica la falta de avances en CBP para detectar, detener y atender los abusos sexuales. Por ejemplo, dice que la agencia no había creado planes y estrategias para implementar regulaciones en este tema, que se había concentrado en crear políticas en vez de tomar acciones concretas, como entrenar a sus empleados. Según el reporte, CBP está tomando medidas para abordar las recomendaciones de la Oficina del Inspector General.

Pero no está claro qué ha hecho la agencia después ese reporte. De nuevo, no quisieron hablar conmigo. Y desde que se implementó la política de tolerancia cero a estos abusos, CBP solo ha publicado un reporte anual —también en el 2016— que habla de medidas generales, sin entrar en detalles.

[Angélica]: Bueno.

[Silvia]: Hola.

[Angélica]: Hola, disculpa.

[Silvia]: Hola, ahora sí…

Llamé a Angélica a principios del 2019 para ponerme al día con la demanda en la corte federal. Según los documentos del caso, habían llegado a un acuerdo con el gobierno.

[Angélica]: Típicamente estos casos son… el acuerdo es en dinero, ¿no? Una suma de dinero para que la cliente pueda seguir con su vida a pesar de haber pasado por ese evento tan traumático.

[Silvia]: Y con este acuerdo, el caso nunca tuvo que ir a juicio.

Cuando hablamos el año pasado me acuerdo que me dijiste que a veces estos casos no se resuelven, como que hay… hay una posibilidad de que no se resuelva. Al llegar a un acuerdo, ¿tú sientes que se resuelve? ¿O no en realidad? ¿O eso es una forma de resolverlo?, digamos.

[Angélica]: Bueno, en resolverlo… creo que llegamos a un acuerdo que para nosotros y para nuestra cliente es algo que es satisfactorio para nosotros. Ahora, lo que uno obviamente no… no sabe ya cuando llega a un acuerdo es entonces qué va a hacer el gobierno, por ejemplo, con… con ese sujeto, ¿no?

[Silvia]: Con el agente F. Recordemos que la agencia no ha aclarado qué ha pasado con él. Les pregunté antes de cerrar este episodio, pero no han contestado. Llamé a la estación de la patrulla fronteriza de Presidio y tampoco me confirmaron si sigue trabajando allí.

Mirándolo desde la perspectiva de CBP —o de alguien que… que no quiera creer que estas cosas pasan, ¿no?—, lo que yo me pregunto es si llegar a un acuerdo da una señal de como: “No era nada”.

[Angélica]: Bueno, cuando llegamos a un acuerdo también eso significa que las pruebas nunca fueron presentadas la… a la corte, ¿no? Así que la corte nunca tuvo esa oportunidad de decir… eh, que no ocurrió lo que ocurrió. CBP obviamente puede decir ciertas cosas, pero lo que hemos visto en los reportes es que los abusos ocurren. No es el único caso que ha ocurrido. Ocurre en muchísimos, muchísimos tipos de casos.

[Silvia]: Y lo más común es que se lleguen a acuerdos, según me contó Angélica.

Un análisis de The Guardian reveló que entre el 2005 y el 2017, el gobierno pagó más de 60 millones de dólares en acuerdos legales en casos contra agentes de la patrulla fronteriza, principalmente por muertes,  daños por conducir de manera imprudente y violaciones a los derechos civiles.

En este caso, el gobierno le va a pagar 125 mil dólares a J. Una cifra muy por debajo de los 750 mil que había pedido la ACLU en su demanda administrativa al comienzo de este caso.

Pero Angélica resalta el lado positivo de este resultado.

[Angélica]: Para nosotros es eh… realmente es una victoria de haber logrado obtener un resultado favor… favorable para nuestra cliente y con ese resultado mandarle un mensaje al gobierno que no pueden abusar de nuestro inmigrantes físicamente o sexualmentes sin tener consecuencias, ¿no?

[Silvia]: Le pregunté sobre Clarita y sobre J.

[Angélica]: Obviamente aún a veces, desafortunadamente, recordando ese terrible evento. Pero las dos están… las dos están… están  muy bien y obviamente recuperándose al lado de sus seres queridos.

[Silvia]: J sigue en California, con su mamá. Se graduó de la secundaria y está estudiando en un centro de estudios superiores. Clarita se casó. Está de vuelta en Guatemala.

[Daniel]: Silvia Viñas es editora de Radio Ambulante. Vive en Londres. Silvia reportó e investigó esta historia con el apoyo del Fund for Investigative Journalism.

Este episodio fue editado por Camila Segura, Luis Fernando Vargas y por mí. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Rémi Lozano. Andrea López Cruzado hizo el fact-checking.

El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Lisette Arévalo, Gabriela Brenes, Jorge Caraballo, Victoria Estrada, Miranda Mazariegos, Diana Morales, Patrick Mosley, Ana Prieto, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill y Elsa Liliana Ulloa. Carolina Guerrero es la CEO.

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Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

Créditos

PRODUCCIÓN
Silvia Viñas


EDICIÓN
Camila Segura, Luis Fernando Vargas y Daniel Alarcón


DISEÑO DE SONIDO
Andrés Azpiri y Rémy Lozano


VERIFICACIÓN DE DATOS Y HECHOS 
Andrea López-Cruzado


ILUSTRACIÓN
Jugo Gástrico (Rocío Urtecho)


PAÍSES
Estados Unidos y Guatemala


PUBLICADO EN
02/26/2019

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