Su vida y la mía | Transcripción
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[Daniel Alarcón]: Esto es Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón.
María del Carmen Martínez recuerda muy bien una historia que escuchaba mucho en su infancia. Es una de esas historias familiares que siempre se repiten y que no sabes cuándo oíste por primera vez. Se trataba del día en que nació su hermano, Geraldo.
La mamá de María del Carmen, Luz Celina Velázquez, solía contarla, pero hoy tiene 87 años y demencia, por lo que ya no recuerda muchos detalles.
Esta es María del Carmen.
[María del Carmen Martínez]: Cuando ella cayó de parto el 7 de agosto de 1963, ya ellos sabían que no podían ir a Guánica.
[Daniel]: Al hospital de Guánica, al suroeste de Puerto Rico, donde el resto de los hijos de Luz Celina habían nacido. Lo estaban remodelando, así que su esposo la llevó a Yauco, un pueblo cercano.
[María del Carmen]: Pues ahí la atendieron. Entiendo yo que ese mismo día, 7 de agosto, yo sé que ella comenta porque llegó a ver el bebé después que lo tuvo.
[Daniel]: Según le contó su mamá, fue un parto natural y sin complicaciones. Y no solo pudo ver al bebé, sino que apenas nació, lo tuvo en su pecho y lo amamantó. Lo observó cuidadosamente. Un rato después, una enfermera se lo llevó para los chequeos de rutina que se le hacen a todos los recién nacidos.
[María del Carmen]: Ella comenta como que llegó esta emergencia con esta señora que tenía que parir. Estaban como que actuando allí bien rápido y entonces, esta señora pare. Así rapidito, lo escupió. Y ese bebé lo acomodan en la misma cuna que tenía el bebé de mami.
[Daniel]: O eso alcanzó a ver Luz Celina en medio de tanto ajetreo. Seguro no tenían dónde más ponerlo… quién sabe. Al rato, le trajeron al bebé y ahí le notó algo… extraño. Algo que no sabía explicar muy bien, pero que en ese momento no se animó a compartir con nadie.
[María del Carmen]: Yo me la imagino así como que mirándolo medio raro, pero que cuando está en el auto con papi ya de regreso a la casa, ahí es que ella le comunica a papi: «Mira, este nene como que me lo cambiaron. Este nene no es».
[Daniel]: No se parecía al primer bebé que le pusieron en su pecho y que amamantó. Pero su esposo no quiso regresar al hospital. No sabemos muy bien por qué: murió en 2006 y nadie habló de esto con él.
Pero María del Carmen tiene una hipótesis de por qué su papá no hizo nada para aclarar la situación.
[María del Carmen]: Yo entiendo que fue que no le creyó, que no le creyó, que pensó que eran estupideces de ella. De mujer postparto.
[Daniel]: Solo le advirtió a Luz Celina que, si volvían, seguro tendrían que dejar al bebé, y ese era el miedo más grande que ella tenía: no poder recuperar al que creía que era su verdadero hijo y encima tener que entregar al que ya estaba en sus brazos, o sea, a Geraldo.
Ella nunca confrontó a su esposo…
[María del Carmen]: Bien sumisa. A lo mejor le tenía miedo porque sí, él era fuerte, de carácter fuerte y… y, no le gustaba escuchar. Simplemente, él iba a hacer lo que él quería y… machista, sí.
[Daniel]: Geraldo creció escuchando esta historia, pero casi como un telón de fondo, porque si bien Luz Celina jamás la ocultó, nunca se sentó directamente con él a explicarle lo que había pasado. Tampoco lo hizo su papá. Nadie realmente. De eso no se hablaba, solo era una anécdota que la gente no parecía tomarse tan en serio. A la vez, nadie habló con Luz Celina al respecto cuando estaba lúcida.
Pero sí había algo que definitivamente no se podía ignorar: Geraldo no se parecía al resto de su familia. Era el único blanco y rubio de sus ocho hermanos, que tenían más bien la piel trigueña y el cabello negro… las mismas características de sus padres.
De hecho, recuerda bien la primera vez que un extraño se lo hizo notar. Sucedió hace más de cincuenta años, cuando era apenas un niño, pero aún lo tiene grabado. Estaba caminando por su barrio, en Guánica, con su mamá. Este es Geraldo:
[Geraldo Martínez]: Un vecino le comentó a mi mamá: «¿Para dónde vas con ese muchacho? Ese muchacho no es tuyo». Le decía que ese era del lechero, que era muy blanco. So, mi mamá, este, ay, le daba una insultada al señor.
[Daniel]: Geraldo intentó no darle mucha importancia. No fue sino hasta su adolescencia que empezó a preguntarse si realmente era parte de su familia.
[Geraldo]: Y no era porque me trataban diferente. Era algo por dentro que es inexplicable. Había algo dentro de mí que me decía que, que sí, mi mamá estaba en lo correcto, de que sí fui cambiado.
[Daniel]: Pero cuando se lo preguntaba a sus hermanas mayores, ellas intentaban darle una explicación y le decían que se parecía a otros familiares.
[Geraldo]: Tú eres igualito a tus primos, a los hijos de Santos, mi tío que falleció… Que tú te pareces a tu abuelo que sí es orejón, que sí es alto, flaco, blanco, lo cual era cierto. Entonces pues me, me… vamos a ponerlo así, me calmaba el dolor.
[Daniel]: Geraldo siguió creciendo con muchas dudas, pero fue reprimiéndolas poco a poco y solo trató de seguir con su vida. Cuando estaba a punto de cumplir 19 años se mudó a Nueva Jersey, en Estados Unidos. Ahí se casó, tuvo hijos y se dedicó a trabajar en una fábrica de yates durante más de tres décadas.
Pero cada cierto tiempo las dudas sobre su origen volvían a aparecer, y eso le hacía sentir una tristeza profunda que trataba de ocultar.
[Geraldo]: Yo sufría solo. No, no, no le contaba, no. Lo que mi familia veía de mí, pues para ellos era lo que era, pero por dentro no era lo que era. No estaba todo bien.
[Daniel]: Solo a principios de 2021, cuando tenía 57 años, llegaría la oportunidad perfecta para obtener respuestas. Un día recibió una llamada de María del Carmen con una propuesta que podría ayudarlo a descubrir su verdadero origen.
Después de la pausa, Valeria Collazo Cañizares, periodista puertorriqueña, nos sigue contando.
[MIDROLL]
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Aquí Valeria.
[Valeria Collazo]: Aunque Geraldo trataba de ocultar lo que sentía, algunas personas sí notaban su angustia. Entre ellas estaba María del Carmen, su hermana menor. Unos años atrás, en 2006, durante una de esas crisis de Geraldo, habían conversado sobre la opción de hacerse una prueba de ADN. Solo que, en ese momento, era un procedimiento complejo, caro y tomaba mucho tiempo. Así que dejó las cosas ahí.
[Valeria]: Pero en esa llamada María del Carmen le contó que el procedimiento ahora era mucho más fácil. Según le dijo, sus hijos, o sea, los sobrinos de Geraldo, se habían hecho una prueba de ADN hacía poco. Tenían curiosidad sobre su ascendencia y su árbol genealógico, y casi por diversión pidieron una prueba por Internet.
[María del Carmen]: Mi hijo, este, me habló de las pruebas que estaban tan accesibles, que te llegaban a la casa. “Geraldo, ¿tienes dudas? Existen las pruebas de ADN, háztela y sal de esa duda. Y ya”.
[Geraldo]: Pues yo sin pensarlo mucho pues le dije “pues está bien, mándamelas a buscar, manda una para mí, una para mami y yo me la hago. No hay problema”.
[Valeria]: Y es que, desde hace unos años, hacerse una prueba de ADN se ha vuelto mucho más común. Ya no es ni tan costoso ni tan complicado como antes. Hay muchas personas que quieren saber sus genealogías, quiénes fueron sus antepasados… E Internet, como siempre, ofrece respuestas.
Hay varios servicios que funcionan de manera similar. Te mandan una prueba a tu casa, luego revisan el material genético, te dicen de qué zonas del mundo eran tus antepasados y hasta te conectan con familiares vivos que ni conocías, pero que también se hicieron el mismo procedimiento. Hasta el momento, se calcula que más de 20 millones de personas se han hecho este tipo de pruebas.
Es fascinante, sí… pero al mismo tiempo un poco perturbador… ¿Quién podría aparecer en esa búsqueda?
Geraldo y su mamá compraron un paquete de la misma compañía que los hijos de Maria del Carmen, 23andMe. A los cuatro días recibieron un kit con un tubo para echar su saliva y una bolsa plástica de residuos biológicos.
Y enviaron de vuelta las muestras. Solo quedaba esperar. Dos semanas después, Geraldo estaba solo en su casa cuando recibió una llamada de una sobrina que le había ayudado a que se tomaran las pruebas. Le quería contar que habían llegado los resultados. Y tenía una noticia:
[Geraldo]: Y dice que le salieron mis dos sobrinos como nietos a mi mamá, pero que yo no.
[Valeria]: Lo que ahí salía era que Geraldo no era familiar de ninguno de ellos.
[Geraldo]: Mi prueba pues no salió nadie, no salieron mis sobrinos, no salió mi mamá, entonces… ¿Qué pasa aquí?
[Valeria]: Aunque Geraldo siempre había contemplado esa posibilidad, realmente no estaba preparado. Décadas de dudas, de ansiedad, de sospechar que no pertenecía, y con una simple prueba, todo se confirmó. ¿Y ahora qué?
[Geraldo]: Pues me tocó fuerte. Se me salieron las lágrimas y yo pues no podía creer, estaba tan desesperado. Entré en desesperación. Si es para decirlo así, yo hubiera querido que el resultado fuera diferente, no lo voy a negar.
[Valeria]: Lo único que se le ocurrió fue llamar al otro sobrino. Pensó que tal vez él sí podía darle alguna explicación menos fuerte, la que fuera…
[Geraldo]: Walucho, ¿qué está pasando aquí? ¿Esto está correcto? Es que me llegaron los resultados, no salen ustedes y no sale mi mamá. Y jamás se me olvida, me dice: “Tío, la prueba debe estar correcta. Pero no te preocupes, tú sigues siendo mi tío”.
[Valeria]: Esa no era la respuesta que Geraldo quería en ese momento, quería desmentir el resultado de otra forma. En las siguientes semanas, no perdió la esperanza de que todo fuera un error.
[Geraldo]: So, llegamos al punto que hablé con una de mis hermanas, Edna, para que se hiciera la prueba. Y ella se la hizo y tampoco matché.
[Valeria]: Pero como aún no se sentía conforme, le pidió a otra de sus hermanas que se la hiciera… Resultado: el mismo. Geraldo no era su hermano biológico.
[Geraldo]: Ya aquí dije: “Bueno, voy a tener que comprarle pruebas a todos y el resultado va a ser el mismo”. So, pues ya ahí pues ya me convencí.
[Valeria]: No estaba conectado con nadie de su familia. Él no era el único impactado, claro. El resto de sus hermanos quedaron igual de impresionados. Y no solo por confirmar lo que siempre estuvo frente a sus narices, sino por el sentimiento de culpa por haber ignorado a su mamá.
[María del Carmen]: Cuando yo me enteré de que Geraldo pues no era compatible con nosotros, yo dije: “Wow, mami vivió con todo esto. Es algo fuerte para una madre, tú sabes. Es bien fuerte. Y me dio mucho dolor, mucho dolor.
[Valeria]: Y tal vez lo que más dolía era que, por la condición de Luz Celina, no importaba cuánto ni cómo se lo explicaran, no iban a poder estar seguros de que ella lo entendiera completamente.
Ya no valía la pena alimentar esa culpa. Geraldo había obtenido la respuesta que venía necesitando durante años. Y aunque era difícil procesarlo, ahora tenía otro objetivo: quería encontrar a su familia biológica.
Pero ese reto era mucho mayor. Ya habían pasado 57 años desde aquel cambio de bebés ocurrido el 7 de agosto de 1963. Geraldo no sabía cómo o por dónde comenzar a buscar. No tenía nombres ni descripciones físicas de la otra mamá ni dónde vivía. Solo sabía el lugar de nacimiento: el hospital de Yauco, en Puerto Rico.
María del Carmen, nuevamente, decidió ayudarlo en el proceso. ¿Qué tal si hacían público el caso en redes? Quizás alguna persona nacida en esa fecha en ese hospital también tenía dudas sobre su origen. Pero cuando le propuso la idea a su hermano…
[María del Carmen]: Geraldo dijo: “No, no, no, no”. No quería que se hiciera público . Entonces, pues consultamos un investigador privado.
[Valeria]: Habían visto uno en la televisión y lo contactaron. Al principio mostró interés en el caso y les pidió un pago de mil dólares como adelanto. Aceptaron. Pero pasaban los meses y no recibían reportes del detective. Lo llamaban y nunca tenía novedades. Ni siquiera una pista. La impaciencia se los empezó a comer, a ambos, hasta que Geraldo reconoció que ya era el momento de hacer pública la historia.
Y aquí tengo que aclarar algo importante: en este punto, yo me termino involucrando en esta historia. Para esa época, en julio de 2021, yo acababa de reintegrarme a Rayos X, un programa de televisión en Puerto Rico donde hacemos investigaciones periodísticas sobre diferentes temas como corrupción pública, problemas medioambientales o lo que conocemos en los medios como noticias fuertes, o “hard news”. Para anunciar mi regreso subí una publicación a mi página de Facebook y ahí invitaba a la gente a que se comunicara conmigo y me contara sus historias.
María del Carmen aprovechó y me envió un mensaje. Ahí me contaba toda la historia con detalles y capturó mi atención de inmediato, sobre todo este último párrafo…
[María del Carmen]: Entonces el que ella parió se fue a otro hogar. ¿Quién será? ¿Estarán pasando por el mismo presentimiento o ni cuenta se habrán dado? A estas alturas nos toca investigar. Está claro que Geraldo será siempre nuestro hermano, pero él es el más interesado en rebuscar en esta historia para llegar a una verdad. Dios nos guíe en esta investigación.
[Valeria]: ¿Quién será? Esa pregunta me quedó resonando.
A pesar de que, por lo general, reporto historias de otro tipo, menos personales, esta me pareció fascinante. Me preguntaba si era un caso aislado o si de pronto descubriríamos un problema sistémico de cambio de bebés durante esa época. Todas las posibilidades se me pasaron por la mente. Le presenté el caso al productor del programa, y me dio el visto bueno para meterme a investigar.
Lo primero que hicimos fue coordinar una nueva toma de muestras de ADN y validar los resultados a través de un laboratorio independiente. En efecto: Geraldo no era hijo biológico de Luz Celina. Con esa información, y con la intención de ayudarlo a encontrar a su familia y a ese otro bebé cambiado, publicamos la historia en el programa en agosto de 2021.
Ahí, por un lado, contamos lo que ya sabemos: la historia de Luz Celina, las pruebas de ADN y que Geraldo quería encontrar a su familia biológica. Esta es una parte de la entrevista que le hicimos…
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Geraldo]: Me gustaría encontrar a mi familia de sangre, saber de dónde vengo, quiénes son y que también la otra persona perjudicada pues pueda conocer a esta familia que es maravillosa, e inclusive pues mi mamá todavía tiene vida, gracias a Dios. Y sí me gustaría tenerlos de frente y simplemente decirles: “Pues, yo soy el hijo que ustedes trajeron al mundo”.
[Valeria]: Pero sabíamos que la historia no se podía quedar ahí, queríamos escarbar un poco más y publicar lo que encontráramos. Así que comenzamos la investigación de campo en Yauco. El hospital municipal donde Luz Celina había dado a luz ya no existía. Los archivos médicos no aparecían, y casi todo el personal que trabajaba en esa época había fallecido o no se conocía su paradero. Después de preguntar por el pueblo, logramos ubicar a Timotea Vélez, una enfermera que comenzó a atender partos ahí, precisamente en 1963, el año en que nació Geraldo. Ella no recordaba nada acerca de ese nacimiento en particular, pero sí reveló que algo extraño había ocurrido en ese hospital por aquellos años. Este es un fragmento de la entrevista que le hicimos a Timotea.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Timotea Vélez]: Tú sabes que antes las cosas no se sabían como ahora, pero que hubo unos rumores. Pero en realidad yo, cómo decirte qué pasó ni qué sucedió ni quién fue ni idea, nada de eso.
[Valeria]: ¿Pero cuál era el rumor?
[Timotea]: Pues que había habido un cambio de bebés en esos años.
[Valeria]: Timotea no podía confirmar ese rumor. Tampoco nosotros porque no teníamos los detalles mínimos para hacerlo, pero no descartó que en medio de tantas ocupaciones, la historia de Luz Celina fuera tal cual como la narraba.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Timotea]: Eran como tantos y tantos bebés que puede ser que al nacer el bebé, al bañarlos, al sacarlos de la cuna, o este… porque eran muchos bebés, a veces habían 20 bebés o… Eran muchos.
[Valeria]: Después de publicar el episodio, hicimos un llamado en el programa y por redes sociales a todos los hombres nacidos en el hospital de Yauco entre el 1 y el 15 de agosto de 1963. Pedíamos que se comunicaran con nosotros, que nos contaran si tenían dudas sobre sus orígenes y si sus familias sospechaban que los habían cambiado al nacer. Nos escribieron decenas de personas, pero nada que nos pudiera dar una respuesta clara.
Luego, logré encontrar la lista oficial del Registro Demográfico de bebés nacidos en Yauco en ese mismo lapso, con sus nombres y apellidos, fecha de nacimiento, y los nombres de sus madres y padres. Con esa información, se me ocurrió algo: es que la prueba de Geraldo no solo venía con su información genética, sino con una lista de otros usuarios que podrían ser sus parientes. Entonces, le pedí a Geraldo que me compartiera esas coincidencias que le habían salido. De esas personas, solo pude contactar a uno.
A este señor le conté la situación y le mostré varios nombres de la lista del Registro Demográfico de Yauco. Le pregunté si conocía a alguna de esas personas. Y resultó que sí. Reconocía el nombre de su tía abuela, Anatilde Rivera, quien tuvo un bebé el 7 de agosto de 1963 en el mismo hospital donde nació Geraldo. Según la lista, se llamaba Elvin Ortiz.
Empecé a indagar en las redes sociales de los Ortiz y encontré fotos de otros posibles parientes biológicos de Geraldo. Me dediqué a identificar cuáles serían sus primos, tíos y hermanos. También busqué a Elvin. En ese proceso, me di cuenta de que no vivían en Puerto Rico, sino en Nueva Jersey, a poca distancia de la casa de Geraldo.
Recopilé toda la información que pude. Llamé a María del Carmen, con quien me comuniqué directamente desde el principio, y le conté muy emocionada todo lo que había descubierto, pero consciente de que el siguiente paso no me tocaba a mí. Lo único que podía hacer en ese punto era pasarle todos los datos y que ellos decidieran si querían o no tocar esa puerta.
[Daniel]: Una pausa y volvemos.
[MIDROLL]
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón.
Antes de la pausa, Valeria había encontrado nombres, direcciones, teléfonos y hasta fotos de los Ortiz, los posibles familiares de Geraldo. Pero le pareció que no era ella la que debía contactarlos.
Así que llamó a María del Carmen a contarle todo.
[María del Carmen]: Yo me quedé calladita. Yo no era de las que recibía esa información y rapidito pasársela a mis hermanos, porque tengo que tratarlo con mucho cuidado.
[Daniel]: María del Carmen viajaría en pocos días a la Florida a celebrar el cumpleaños de uno de sus hermanos y pensó que esa reunión familiar sería el momento perfecto para tocar el tema.
Valeria nos sigue contando…
[Valeria]: El día de la reunión, María del Carmen pensó que lo mejor sería no sacar el tema de la nada…
[María del Carmen]: Si me preguntan, entonces yo se lo digo. Si me preguntan…
[Valeria]: Quería que Geraldo tomara la iniciativa. Había pasado un mes desde que salieron los episodios en el programa, y él sabía que estaban invitando a la gente a que diera información. Cuando María del Carmen llegó a la reunión, lo notó ansioso, inquieto, como queriendo tocar el tema. Hasta que se le acercó y le preguntó si yo la había llamado.
[María del Carmen]: Y yo pues sí, y ya tengo unos datos. “¿De verdad?” Entonces, “ven acá, te voy a enseñar” y ahí aparte, pues lo… se lo mostré. Todo. Fotos…
[Geraldo]: Y ella… Los tengo aquí en el teléfono. Fulano de tal, tu posible padre. Esta otra persona, tu posible madre, tus hermanos. En realidad sí tenía esperanzas de encontrarlos. Lo que no pensé era que los iba a encontrar tan rápido.
[Valeria]: Decidieron incluir a sus otras hermanas en la conversación. María del Carmen también les mostró las fotos. Se quedaron viendo una en particular, la de Elvin, el hijo menor de Anatilde, el que probablemente era un Martínez biológico.
[Geraldo]: Y ahí cuando escuché comentarios de que sí se parece a mi hermano mayor, que sí se le parecía al otro o al otro y ahí pues como que… me…. me picó un poquito.
[Valeria]: A Geraldo le parecía injusto que estuvieran aceptando tan rápido una suposición, cuando nunca le dieron tanta importancia a la historia de su mamá… pero lo que más le molestaba era la justificación que siempre le habían dado.
[Geraldo]: Por qué decirme que me parecía a los otros primos, que si al abuelo, pues… me sentí como un poquito molesto y me fui. No celoso. Nada de celos. Simplemente no sentí ese apoyo en aquel tiempo.
[Valeria]: Pero el enojo se le pasó rápido. Para Geraldo pesaban mucho más las ganas de encontrar la verdad que echar culpas y reclamar cosas del pasado. Así que le pidió a María del Carmen que se contactara con los Ortiz.
Ella ya había preparado su estrategia. Entró en uno de los perfiles de redes sociales que yo le había dado, el de una posible prima de Geraldo, Lesly Feliciano, o Luchy, como le dice la gente. La llamó y le explicó toda la historia. Luchy quedó impactada y ese mismo día le contó todo a Iliana Ortiz, la que creían que era la hermana biológica de Geraldo.
Primero, acordaron hacer una llamada las tres: Luchy, Iliana y María del Carmen.
[María del Carmen]: Y ahí pues yo le estaba explicando todo, todo, todo, todo. Y ella pues con el “wow, wow, wow, wow”.
[Valeria]: Resulta que Anatilde había tenido tres hijos: Edwin, Iliana y Elvin. Y a diferencia del caso de Geraldo, hasta ese momento, nadie de la familia había sospechado que a su hermano menor lo hubieran cambiado por otra persona. Nunca imaginaron lo que estaban escuchando.
Aprovechando un viaje de Iliana a Puerto Rico, se pusieron de acuerdo para encontrarse. Se reunieron, conversaron y decidieron hacer una videollamada con Geraldo.
[Geraldo]: Entonces pues, ahí las conocí por videollamada. Eh… no platicamos mucho porque estaba un poquito mal la señal, pero al menos esa fue la primera vez que la vi.
[María del Carmen]: Y cuando Iliana lo vio, ella dijo: «Wow, se parece mucho a mi hermano». O sea, ella rápido como que captó…captó que hay algo entre ellos que conectaba.
[Valeria]: Antes de que Iliana volviera a Nueva Jersey, María del Carmen y Geraldo le propusieron que se hicieran pruebas de ADN. A ella le pareció una buena idea, pero necesitaba tiempo para hablar con sus hermanos allá. Mientras tanto, Luchy les iba contando cómo avanzaba la situación en la familia Ortiz. Esta es una nota de voz que le envió a María del Carmen a finales de octubre de 2021.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Luchy]: Buenas tardes, María. Nada, ya tú sabes. Tenemos esos pensamientos vueltos un ocho, como dice uno. Pues todavía uno no sale del shock, este…
[Valeria]: Ahí Luchy le contó una situación complicada que preocupaba mucho a su familia.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Luchy]: Lo que pasa es que Iliana tiene mucho miedo y ellos también por la mamá. O sea, ellos no quieren que de ninguna manera ella se entere de lo más mínimo porque a pesar de que ella está alerta y tiene su mente en su sitio, pero su corazón no está bien y pues con mucho miedo por ellos, por ella. Queremos protegerla lo más que se pueda.
[Valeria]: Y es que la situación era muy distinta para la familia Ortiz. Como sabemos, ellos nunca habían escuchado a su madre hablar sobre un cambio de bebés ni había pasado nada que les hiciera sospechar eso. Él era el único trigueño de sus hermanos, pero no era una diferencia tan marcada como en el caso de Geraldo. Este es Elvin.
[Elvin]: Tengo 58 años. Yo soy una persona normal. No tengo problemas con nada. Yo vivo tranquilo.
[Valeria]: Aunque la familia Ortiz vivía en Nueva Jersey incluso antes de que él naciera, Anatilde había decidido viajar embarazada a Puerto Rico en agosto de 1963. Quería que su familia la ayudara después del nacimiento de su tercer hijo. Al poco tiempo, regresó con él a Estados Unidos.
A su esposo lo mataron a los pocos meses de que Elvin naciera, y por eso él no tiene ningún recuerdo de su papá. Pero dice que tuvo una infancia linda con sus otros dos hermanos.
[Elvin]: Yo soy el menor. El hermano era el mayor y la hermana en el medio. Bueno, nos criamos bien, juntos, jugando afuera.
[Valeria]: Elvin tenía una muy buena relación con su mamá. Tal vez era el más apegado de los tres. Si bien no era particularmente cariñosa, le decía “Baby”. Eso sí, era bastante estricta. Era mejor evitar hacerla enojar porque tenía un carácter fuerte, y sus hijos dicen que sus regaños eran famosos.
El español de Elvin no es muy fluido porque se crió en Estados Unidos, y en algunos momentos durante nuestra conversación hablaba en inglés para expresarse mejor. Me contó que pasaba veranos en Puerto Rico de niño, pero como tantos boricuas que viven en Estados Unidos, sus lazos con la isla se fueron debilitando. De todas maneras, tiene buenos recuerdos de esas visitas.
[Elvin]: Me recuerdo nadando en el río con los primos, buscando camarones en el río cuando se bajaba. La comida en la calle… Buenos tiempos.
[Valeria]: Cuando Iliana se enteró de la posibilidad de que Elvin podría no ser su hermano biológico, no supo ni cómo abordar el tema con él. Acordó con su otro hermano que le mandarían el reportaje de la historia de Geraldo y esperarían su reacción. No le dijeron nada, no lo prepararon, solo le pidieron que lo viera.
[Elvin]: Entonces yo fui a verlo: hay una historia que en Puerto Rico cambiaron unos bebés de la fecha de nacimiento agosto 7, 63. Entonces yo estaba pensando: “¿Podía ser? Nah, no podía ser.”
[Valeria]: No le dio muchas vueltas al asunto. Tampoco lo habló con sus hermanos porque pensó que era solo otra de tantas historias curiosas que pasan en Puerto Rico y que querían que viera. La que sí volvió a traerle el tema fue María del Carmen, que le envió un mensaje por redes sociales.
[Elvin]: Me escribió en Messenger si yo supiera de la historia. “Sí, yo sé, pero yo no creo que soy”.
[Valeria]: Pero María del Carmen insistió y siguió intercambiando mensajes con Elvin. Poco a poco, fue ganándose su confianza.
[Elvin]: Un día, ella me preguntó si yo ha hecho uno, ¿cómo dicen ustedes? ¿ADN? Entonces, yo dije que sí. Que yo había hecho este Ancestry.
[Valeria]: Ancestry es un sitio similar a 23andMe. De hecho, de las plataformas de análisis genético, Ancestry tiene la base de datos más grande. Elvin se había hecho una prueba hacía dos años no porque tuviera las sospechas de Geraldo, sino por curiosidad, porque quería encontrar familiares lejanos.
María del Carmen le preguntó si había vuelto a revisar la información en la página.
[Elvin]: Yo dije que no. Entonces ella dice, cuando tienes tiempo, entra en Ancestry a ver lo que tú veas. Lo que ella me estaba escribiendo, yo entré y yo vi un nombre que salió.
[Valeria]: Aparecían los nombres de unos usuarios con los que tenía compatibilidad.
[Elvin]: Primero salió mi hija. Entonces abajo de mi hija, una persona que se llamaba Ismael, y yo le pregunté: “¿Quién es Ismael Martínez?”
[María del Carmen]: Él me dice: “¿tú conoces a Ismael Martínez?” Y yo: “Wow, pues ese es mi hermano por parte de padre”, y le aparece a él con un 26% de ADN compartido.
[Valeria]: Es decir, Elvin estaba relacionado biológicamente con los Martínez. Elvin y María del Carmen eran familia.
[Elvin]: Entonces ella me dijo: “Con 26%, tú eres el hermano de nosotros”. ¿Cómo puede ser? Sabes, el shock… es decir. Y yo te digo la verdad. Me puse, cómo se dice, muy triste. No quería… I don’t know how to say it. Aceptarlo. No quería.
[Valeria]: Luego de esa primera revelación, Elvin se hizo otra prueba de ADN con sus hermanos que confirmó que no era un Ortiz biológico. El mundo de Elvin se sacudió por completo. Comenzó a cuestionarse cada aspecto de su vida y de su identidad. Algo que nunca se le había pasado por la cabeza. Era tanta la emoción que en este momento de la entrevista pasó a hablar en inglés.
[Elvin]: Unbelievable. Que toda mi vida… Toda mi vida, hasta ahora… It’s unreal. It wasn’t supposed to be. Not that I regret anything ‘cause I had a great life. It’s just… How could this happen? How could it happen? That I wasn’t raised with my natural mom.
[Valeria]: A Elvin todo esto se le hacía difícil de creer, como si su vida, de alguna manera, no hubiese sido real. No es que lamentara lo que le había tocado vivir, solo que era increíble para él imaginar que no se había criado con su madre biológica.
Después de que se recuperó del shock, los Martínez le propusieron a Elvin que conociera a Luz Celina, su mamá biológica. Él estaba seguro de que nada de esto iba a cambiar lo que sentía por su madre y sus hermanos de crianza, así que aceptó.
Geraldo e Iliana coordinaron el primer encuentro entre ambas familias que, recordemos, vivían a poco más de una hora una de la otra.
[Geraldo]: Y Elvin aceptó. Yo le dije a Iliana pues mira, solo voy a tener a mi hermana Edna, a mi mamá y mi esposa. Vengan a mi casa. Le di la dirección. Ella venía bien nerviosa, a cada rato me llamaba: “Ay, sal afuera, sal afuera. Ay, que estoy nerviosa”.
[Valeria]: En esa primera reunión, Geraldo e Iliana se miraron a los ojos y confirmaron su gran parecido. No pararon de conversar sobre sus gustos y experiencias de vida. Elvin, en cambio, estaba tímido y hasta asustado de conocer a Luz Celina, quien también estaba en la habitación.
[Elvin]: Ella sobre… español nada más. Y yo no hablo tanto español. So, eso fue duro.
[Valeria]: Y Elvin no sabía ni cómo actuar ni cómo saludar a la mujer que lo había traído al mundo.
[Elvin]: I mean, I already had a mom. I already have a mother. So, it was strange. Strange.
[Valeria]: Ya tenía una madre, que no era Luz Celina. Elvin se le acercó, le dio un beso y un abrazo, pero todo se sentía extraño. Se preguntaba si ella entendía quién era él.
[Elvin]: Ella no hablaba mucho, pero me miraba. Me miraba. Yo no sé si me miraba como: “¿Quién es este? Yo lo conozco”. Yo no sé, yo no sé lo que estaba pensando.
[Valeria]: Para ese entonces, cuando Elvin y Luz Celina se vieron por primera vez, ella ya sufría de demencia, incluso antes de la confirmación de que Geraldo no era su hijo biológico. Por eso, era difícil saber lo que entendía de la situación y cuánto iba a poder recordar en el futuro. Pero cada vez que parecía estar más lúcida, María del Carmen aprovechaba para conversar y hasta para preguntarle sobre Geraldo y Elvin. En esos momentos solía grabar videos como este, que grabó pocos días después del encuentro.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[María del Carmen]: ¿Qué fue lo que pasó cuando tú pariste a Geraldo?
[Luz Celina]: Pues… Que llegaron, que llevaron a otra de parto y cambiaron los nenes de cuna. Y ahí fue que cambiaron…
[Valeria]: Efectivamente, Luz Celina volvió a contar la misma historia del cambio de bebés que lleva contando durante casi 60 años. Y como la notó tan alerta, María del Carmen se atrevió a preguntarle por Elvin. Quería saber si lo recordaba y si tenía claro de quién se trataba.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[María del Carmen]: Y aquel que conociste en casa de Geraldo… aquel… Elvin. ¿No era ese? ¿Ese era?
[Luz Celina]: Sí.
[María del Carmen]: ¡¿Ese era?!
[Valeria]: Ese era el hijo que Luz Celina tuvo en brazos y amamantó ese 7 de agosto de 1963, pero que luego no volvió a ver.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[María del Carmen]: ¿Y qué tú sentiste?
[Luz Celina]: Pues como ya… Geraldo ya yo lo crié y… ¿qué he podido yo hacer?
[Valeria]: “Como ya a Geraldo ya yo lo crié, ¿qué he podido yo hacer?”, dice Luz Celina. María del Carmen también le preguntó sobre el día en que se vieron.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[María del Carmen]: ¿Y él te abrazó?
[Luz Celina]: Sí, se sentó al lado mío un rato y hablamos.
[María del Carmen]: ¿Sí?
[Luz Celina]: Estuvimos un largo rato hablando. Yo lo contemplaba. Yo lo miraba mucho. Pero con tantos años que ya han pasado, ya yo no lo puedo reclamar.
[Valeria]: Un mes después del encuentro entre Elvin y Luz Celina, los Martínez y los Ortiz recurrieron juntos y por última vez a 23andMe para tomar sus muestras de ADN. Querían confirmar definitivamente que la familia biológica de uno era la de crianza del otro. No les sorprendió el resultado, ya no había dudas: Geraldo compartía la mitad de su ADN con Anatilde, su madre biológica. Lo mismo pasaba en el caso de Elvin y Luz Celina.
Si bien Geraldo había encontrado a su familia biológica, aún tenía un encuentro pendiente. Tenía miedo de no llegar a conocer a la mujer que lo trajo al mundo debido a su estado de salud.
Ya habíamos hablado un poco de ella: se llama Anatilde Rivera, pero usa su apellido de casada: Ortiz. Tiene 87 años y esta historia la ha impactado tanto que incluso hoy en día le cuesta hablar sobre lo que pasó. Por eso decidimos no incluir su entrevista en este episodio.
En ese momento, cuando recién se descubrió la verdad, Geraldo solo la había visto en fotos. De hecho, Iliana le regaló un retrato donde Anatilde aparecía embarazada. Ahí, en su vientre, estaba él. Geraldo creía que esa sería su única foto junto a su mamá biológica, porque todo parecía indicar que ella nunca se enteraría de lo que había pasado.
Pero un día, sorpresivamente, Iliana y Elvin cambiaron de opinión. Lo habían consultado con su cardiólogo y este les dio el visto bueno para contarle lo que habían descubierto. Decidieron reunirse en la casa de Anatilde el 19 de febrero de 2022. Elvin fue el encargado de contárselo.
[Elvin]: Ella estaba aquí, y yo estaba sentado con el brazo, hugging. And I said: “Mom, lo que vas a oír no importa. Yo soy tu hijo”. Me miraba como qué está pasando.
[Valeria]: Elvin no pudo hablar más porque empezó a llorar. Así que Iliana siguió contándole la historia a su mamá. Fue al grano: le dijo que hubo un cambio de bebés y que el que ella había recibido, Elvin, el único de los tres que había nacido en un hospital, no era su hijo biológico. El otro bebé, el que había parido, había crecido en Puerto Rico con otra familia. También le contaron que ya se habían hecho una prueba de ADN y todo estaba confirmado.
[Elvin]: Y ella dice: “Eso es porqué no me gustan los hospitales”.
[Valeria]: Eso fue lo único que dijo en ese momento. Anatilde no lloró ni tuvo una reacción dramática. Sí parecía estar impactada, pero como cualquiera podría estarlo con semejante revelación.
[Elvin]: Bueno, no sé si lo aceptó rápido, pero como ella no, no enseña the emotions, no sé cómo lo cogió, si lo cogió escondido. But it worked out better than I thought. Mejor que yo pensaba.
[Valeria]: Esperaron unas horas para ver cómo reaccionaba Anatilde. Cuando ya supieron que estaba bien y que su corazón no parecía estar afectado, le preguntaron si quería hablar por teléfono con Geraldo, su hijo biológico. Prefirieron que esa primera conversación fuera así para que el impacto de verlo no fuera más fuerte. Anatilde aceptó. Lo que van a escuchar son fragmentos de esa conversación telefónica que grabaron Elvin e Iliana.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Geraldo]: ¿Cómo ha tomado la noticia?
[Anatilde]: Ay, mijo… Ay, estas cosas cómo pasan. Jamás nunca pensaba yo una cosa así.
[Valeria]: Primero hablaron sobre las dudas que siempre tuvo Geraldo por sus rasgos…
[Geraldo]: Mucho tiempo, este, he estado… he estado buscando a mi familia. Siempre tuve una espina porque yo era bien rubio, rubio, rubio y mis hermanos son trigueños y bajitos. Casi todos tienen la estatura de Elvin. No sé si Iliana le enseñó alguna foto.
[Anatilde]: Sí, sí, Iliana me dio… Tengo una en mi teléfono. Pero sí, el papá de… de Félix…
[Valeria]: El papá de su esposo, o sea, el abuelo biológico de Geraldo.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Anatilde]: Él era un hombre alto y bien blanco, y pelo rubio y, este, y los ojos azules.
[Valeria]: Parecía que Geraldo hubiera heredado esos rasgos de su abuelo.
Siguieron hablando de otras cosas: de los hijos de Geraldo, de la relación cercana que estaba empezando a tener con Elvin, de la salud de Luz Celina… Luego, Geraldo le contó la historia que su mamá solía relatar. Él sabía que los Ortiz nunca habían sospechado que algo así hubiera pasado, pero tenía curiosidad de saber cómo había vivido Anatilde ese momento en el hospital.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Anatilde]: Ese hospital tenía poco atendimiento y cuando yo llegué, a mí me dejaron en un pasillo, en una camilla, sí. Entonces, cuando me dio tiempo de esto, pues, tuvieron que meterme corriendo para allá, porque ya yo iba a tener el bebé y me metieron en ligereza para el cuarto y yo di a luz en seguida.
[Valeria]: Le contó que se llevaron al bebé inmediatamente para examinarlo. Se lo mostraron rápido pero no se lo dieron. No alcanzó a verlo bien ni a tenerlo en su pecho ni a amamantarlo como en el caso de Luz Celina. Probablemente en ese lapso fue que hicieron el intercambio.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Anatilde]: Pues yo… ellos me metieron para el cuarto y a mí me llevaron el bebé allá. Yo casi lo vi más que cuando nació y lo pusieron en la cunita y al otro día ya me dieron de alta.
[Valeria]: No notó nada raro. A los días regresó a Nueva Jersey a reencontrarse con su familia. Luego, unos meses después, vino el asesinato de su esposo y tuvo que criar sola a sus hijos. Siguieron con sus vidas, y solo 57 años después, con la verdad, llegaron las preguntas, las dudas de lo que pudo haber sido todo si no hubieran cambiado a los bebés.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Anatilde]: Es triste, es triste, ¿sabes?
[Geraldo]: Sí, no, pero no se ponga triste, no pasa nada…
[Anatilde]: Porque ahora mismo tu mamá no… no pudo conocer bien a Elvin porque ella también quería ya buscarlo, ¿no? Y tu papá tampoco.
[Geraldo]: Sí, sí… Bueno, mi papá se fue de este mundo sin… sin saber.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Anatilde]: Exactamente. Pues son cosas que tú sabes. Eso es triste. Triste para las personas, cosas… Casos así.
[Valeria]: La conversación se extendió por más de una hora. En un punto, Geraldo se animó a pedirle algo.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Geraldo]: Bueno, pues, si le puedo decir mamá…
[Anatilde]: Bueno, mijo, me puedes decir. Sí, soy tu madre, aunque no nos conocemos. Es difícil.
(SOUNDBITE ARCHIVO)
[Geraldo]: Sí, no, yo sé, yo sé. Yo me voy a ganar su amor. Ya usted va a ver. Aquí voy a… Este es su teléfono, ¿verdad? Para guardarlo.
[Anatilde]: Sí, ese es mi número, sí.
[Geraldo]: Ah bueno para llamarla de vez en cuando… ¿se acuesta tarde?
[Valeria]: Geraldo le pidió verla en persona, y acordaron encontrarse al día siguiente, un domingo.
[Geraldo]: Yo llegué y le entregué un ramo de flores y la abracé. Era un abrazo que esperaba hacía tiempo, desde que tenía conocimiento de que algo andaba mal, pues esperaba ese abrazo.
Ella como que se quedó como un poco pasmada. Si, si es lo correcto decirlo, como un poquito pasmada y como un poquito ahogada. Y ya vi que los ojos se le pusieron aguados. Entonces le dije: “No va a llorar, ¿verdad? ¡Ah, va a llorar! Deme acá un abrazo y un beso que me debe muchos, me debe muchísimos”.
[Valeria]: Geraldo trató de hacerle sentir que todo estaba bien, que simplemente la familia era ahora más numerosa. Conversaron sobre sus parientes, el asesinato de su padre biológico, las cosas que tenían en común y sus recuerdos de Puerto Rico.
Y aunque su encuentro con Luz Celina fue diferente, a Elvin le dio mucha felicidad que Geraldo sí haya podido conversar con su mamá biológica y haber empezado a construir un lazo.
[Elvin]: Porque él siempre lo pensaba o le dijeron. Y bueno por él. Good for him. I’m happy for him. I feel like I got another brother.
[Valeria]: “Me siento feliz por él. Siento como si hubiera ganado otro hermano”, dice, aunque esta situación le sigue pareciendo extraña. No deja de pensar, por ejemplo, que su vida sería muy diferente si no lo hubieran intercambiado.
[Elvin]: Todo ha cambiado, todo, todo. Los hijos míos, este, la esposa que tenía, este, todo diferente, diferente. It’s crazy, pero yo pienso mucho en eso. Si no estuviera por esto, dónde… Where would I be?
[Valeria]: “¿Dónde estaría?” Imposible saberlo. Solo pensarlo le daba vértigo. Pero, a pesar de las preguntas que quedan sin respuesta, en general ambos han sobrellevado bien la situación. Aunque Geraldo y Elvin no tienen ningún vínculo genético, han descubierto una cercanía particular entre ellos. Hasta se llaman a sí mismos “twins” o gemelos. La experiencia compartida los ha unido de una manera que no pueden explicar.
[Elvin]: Sí, tenemos mucho en common.
[Geraldo]: Tenemos una relación muy bonita, muy bonita, le tengo muchísimo cariño.
[Elvin]: En el trabajo, somos foreman, tenemos cuatro hijos cada uno.
[Geraldo]: Siento que yo viví la vida de él y él siente lo mismo, que vivió la vida mía.
[Elvin]: Tenemos el mismo… La misma sortija.
[Geraldo]: Él me quiere mucho también. Por cierto, estos días me regaló, me hizo un regalo que me tocó fuerte: una cadena que dice “Brothers forever”.
[Elvin]: Este… ¿qué más? Tenemos la misma fecha de nacimiento.
[Valeria]: En junio de 2022, viajaron juntos a Puerto Rico para la fiesta de un familiar de Elvin… bueno, en realidad familiar de ambos. En ese encuentro, Geraldo aprovechó para mostrarle a Elvin un poco de lo que fue su vida en la isla… La que, tal vez, habría sido su vida. Tuve la oportunidad de acompañarlos en parte de este recorrido.
[Geraldo]: Bueno, aquí empezamos, Elvin. Aquí fue la casa donde me crié. Esta es nuestra casa…
[Valeria]: Era la primera vez que Elvin estaba en Guánica, el pueblo de donde son los Martínez. Y no tuvo que buscar un hotel para su estadía, por supuesto. Se quedó en esa misma casa donde le hubiera tocado crecer.
[Valeria]: ¿Y qué tal? ¿Cómo se siente estar en la casa…?
[Elvin]: Bueno, una cosa emocional que yo iba a quedarme aquí y que todavía lo tienen, y me puedo… y puedo quedarme…
[Valeria]: Entre las cosas que conversaron, Geraldo insistió en que le parece injusto que él sí pudo tener un padre durante gran parte de su vida, hasta 2006, cuando murió de causas naturales a los 80 años de edad. Al de Elvin, como ya sabemos, lo mataron cuando él apenas tenía tres meses de nacido.
Así que después de pasar por la escuela primaria, el parque donde jugaba al béisbol y la casa de un viejo amigo, Geraldo sentía que era importante que Elvin conociera la tumba de su padre biológico.
[Geraldo]: Aquí es donde está enterrado nuestro padre, Marcelino Martínez Rosado. So, papá, si me escuchas, con la fe que tengo de que me escuches, aquí tienes a tu hijo biológico, Elvin Ortiz, y aquí estoy yo, tu hijo de crianza. Y ahí tienes a tu padre enterrado. Ahí está el cuerpo de tu padre. Fue lo máximo para nosotros.
[Valeria]: Elvin le tomó una foto a la tumba de su padre y se quedó pensando. No le salieron palabras en ese momento.
En el caso de las madres, Geraldo sí recuerda a Luz Celina como una mamá estricta, pero muy cariñosa y tierna con sus hijos. Elvin, en cambio, dice que Anatilde tenía muestras de afecto muy puntuales, como decirle a él “Baby”, pero no solía demostrar mucho su amor. Cuando los acompañé en este recorrido, me contaron que están muy felices con el cambio que han visto en ella últimamente.
[Elvin]: Sí, ella ha cambiado mucho porque no abrazaba y ni dice te quiero mucho. Te amo. Nada así. Pero por ahora…
[Valeria]: ¿Ahora te lo dice? ¿Ahora te lo dice?
[Elvin]: Ahora no lo dice, pero lo manda en texto, con corazón. Corazón, corazones, que Dios te bendiga y todo eso, cuídense y todo eso.
[Valeria]: Geraldo está convencido de que él ha sido el motor de ese cambio y que, poco a poco, se está ganando su lugar. Tanto así que espera pronto el día en que Anatilde le dé uno de esos regaños de los que tanto le han advertido sus otros hijos…
[Geraldo]: Y como estos dicen que mi mamá me va a mandar a la… como a ellos… Como va a ser la primera vez, cuando eso pase, le voy a decir: “Yes, mom, con orgullo. ¿Por dónde es el camino?” Le voy a preguntar a Elvin.
[Elvin]: Cuando ella dice eso, ya tú sabes que eres parte.
[Valeria]: Parte de la familia.
[Daniel]: A la fecha Geraldo y Elvin siguen en contacto. Casi todos los días hablan por teléfono y suelen verse para charlar, pasar el rato o celebrar cumpleaños. Ahora su siguiente objetivo es que Luz Celina y Anatilde, sus dos madres, se conozcan.
Valeria Collazo Cañizares es periodista y vive en San Juan, Puerto Rico. Coprodujo esta historia con nuestro productor David Trujillo. Vive en Bogotá.
Valeria tiene un podcast bimensual con la periodista Adriana de Jesús Salamán que se llama En qué quedó. Ahí hacen seguimiento a historias que fueron noticia. Pronto lanzarán un nuevo episodio.
Este episodio fue editado por Camila Segura, Natalia Sánchez Loayza y por mí. Bruno Scelza hizo el fact checking. El diseño de sonido es de Andrés Azpiri con música original de Rémy Lozano, Ana Tuirán y Andrés.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Nicolás Alonso, Lisette Arévalo, Pablo Argüelles, Aneris Casassus, Diego Corzo, José Díaz, Emilia Erbetta, Camilo Jiménez Santofimio, Juan David Naranjo, Ana Pais, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, Elsa Liliana Ulloa y Luis Fernando Vargas.
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Carolina Guerrero es la CEO.
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