Transcripción – Los pibes
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(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Omar Chabán]: ¡Buenas noches, Cromañón! Bienvenidos a la última velada del año. Gracias a este hermoso y distinguido público.
[Daniel Alarcón, host]: Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR. Soy Daniel Alarcón.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Omar Chabán]: Damos comienzo al show. Con ustedes y para ustedes: ¡Callejeros!
[Daniel]: El audio que escuchan es del 30 de diciembre del 2004. Está por empezar un concierto de la banda de rock argentina Callejeros.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Pato Fontanet]: ¿Se van a portar bien? ¡¿Se van a portar bien?!
[Daniel]: Y él es Pato Fontanet, el cantante y líder de la banda. Está animando a sus fans en República de Cromañón, en Buenos Aires.
En ese momento, Cromañón era un boliche —como le dicen en Argentina a las discotecas—, pero no era un boliche cualquiera, este era grande, como un galpón, pero de dos niveles. El de arriba tenía una especie de balcón. Y en la planta baja había espacio para bailar o para ver a los que tocaban en el escenario, como Callejeros esa noche.
El local estaba habilitado para unas mil personas. Pero, esa noche, había más de tres mil.
En el 2004 Callejeros estaba en su mejor momento: llevaban siete años tocando, habían lanzado su tercer disco y estaban llenando estadios en diferentes partes de Argentina. Es decir, Cromañón ya les quedaba chico.
Pero decidieron cerrar el año ahí porque el boliche y Omar Chabán —quien lo administraba— significaba mucho para la banda. Callejeros había tocado en la inauguración de Cromañón en abril de ese 2004. Y unos años antes, cuando eran una banda pequeña y no convocaban tanto, Chabán les había ayudado a conseguir conciertos. Presentarse en Cromañón esa noche era como devolverle el favor.
[Mailín Blanco]: A mi me gustaba Callejeros, pero al que más le gustaba Callejeros era a mi hermano, Lautaro.
[Daniel]: Ella es Mailín Blanco. Tenía 16 años la noche del concierto. Y Lautaro, su hermano, tenía 13. Él la hizo escuchar Callejeros por primera vez y, de entrada, a Mailín le gustaron las letras contestatarias y politizadas de la banda. Ya por el 2000, las canciones de Callejeros hablaban del aborto legal o de que el gobierno debía ser liderado por una mujer
Mailín y Lautaro se sentían representados en el sonido de Callejeros. Y para los hermanos, ir a conciertos como el de esa noche en Cromañón…
[Mailín]: Implicaba estar en un lugar donde uno sentía que formaba parte de algo, ¿no?
[Daniel]: La noche del 30 de diciembre del 2004, Mailín y Lautaro llegaron temprano a Cromañón. Querían escuchar a Ojos Locos, la banda que tocaba antes de Callejeros.
[Mailín]: Me acuerdo muy potente —es una sensación que tengo, eh, muy latente—, que es el hecho de que la diferencia de cantidad de gente que hubo cuando entramos y cuando terminó Ojos Locos.
[Daniel]: Durante los más o menos 40 minutos que tocó Ojos Locos, Cromañón se fue llenando. Cuando la banda dejó el escenario, había tres veces más personas de las que se permitían en el local.
[Mailín]: Me acuerdo como de darme vuelta después de que terminó Ojos Locos y ver que el lugar estaba rebalsado de personas y pensar: “¡Qué calor que hace acá! Esto está lleno de gente”. De tener esa sensación en el cuerpo de pesadez y de calor.
[Daniel]: Después de Ojos Locos, Mailín y Lautaro…
[Mailín]: Nosotros nos quedamos un poco en la parte de atrás y empieza a sonar «Jijiji» de los Redondos.
(SOUNDBITE “JIJIJI” DE LOS REDONDOS)
[Daniel]: “Jijijiji” es uno de los himnos del rock argentino. Y mientras la canción sonaba por los parlantes del local, el administrador de Cromañón —Omar Chabán— salió al escenario.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Omar Chabán]: ¡Córtenla con las bengalas que hace dos horas no vemos el show! ¡Córtenla, no se ve un carajo!
[Daniel]: Decía: “Córtenla con las bengalas”.
[Mailín]: Que si seguíamos tirando eso nos íbamos a morir todos.
[Daniel]: El público estaba prendiendo candelas y bengalas. Las candelas son pequeños fuegos artificiales que lanzan bolitas encendidas al aire. Y las bengalas encienden una llama y hacen humo.
Chabán siguió diciendo…
[Mailín]: Éramos más de tres mil personas ahí adentro, que si pasaba algo nos moríamos todos. Digo, en ese momento Chabán dijo todo tal cual lo que pasó cinco minutos después. Y no es que tenía la bola de cristal, sino que él sabía que ese lugar era un desastre, que no podía estar habilitado.
[Daniel]: A Mailín le preocupó lo que estaba diciendo Chabán. Pero tampoco era raro que estuvieran usando bengalas en un concierto como el de ese día. Pasaba lo mismo en muchos recitales.
[Mailín]: En ese momento las bengalas eran parte de la cultura del rock. Eran fuegos artificiales que se tiraban en… durante los recitales de todas las bandas de rock. No es que había alguna banda que quedara exenta de esa, de… de… de ese accionar, digo yo.
[Daniel]: No era la primera vez que la pirotecnia causaba problemas en Cromañón. Siete meses antes, durante otro recital, los encargados de seguridad tuvieron que apagar un comienzo de incendio y evacuar a todo el público. Y solo días antes del concierto de Callejeros, una bengala había empezado otro incendio, que también lograron apagar.
Mientras Chabán seguía hablando desde el escenario, Mailín y Lautaro subieron a los baños, porque querían tomar agua.
[Mailín]: Y cuando estamos empezando a bajar las escaleras, eh, empieza a tocar Callejeros. Fue nada, un minuto. Y veo al saxofonista señalar para el techo en frente nuestro y giro la cabeza y ver el humo que se venía encima nuestro y la lucecita de la candela rebotando en el techo.
[Daniel]: Mailín le preguntó al chico de la barra qué deberían hacer, pero él les dijo que no sabía, que trataran de salir si querían. Y Mailín dice que él siguió sirviendo cerveza, como si nada.
[Mailín]: Así que me quedo ahí con Lautaro y le digo: «Bueno, esperemos que ahora apagan esto y ya salimos», le digo. Y al ratito que le digo eso se corta la luz. Y, bueno, se corta la luz. Ahí uno podía entender que no, que no iban a apagar nada y que… que era grave lo que estaba pasando.
[Daniel]: El incendio se estaba esparciendo rápidamente.
[Mailín]: Era ver una oscuridad muy densa y muy espesa. Y entonces en ese momento lo pierdo a Lautaro en una avalancha de gente. Me quedo sola.
[Daniel]: Mailín se acordó de algo que había visto en la televisión: que en un incendio todavía queda oxígeno a un metro del piso. Entonces…
[Mailín]: Me tiré al piso me saqué la remera me la puse en la cara y esperé.
[Daniel]: Mailín había perdido de vista a Lautaro y, mientras estaba tirada en el piso, se desmayó.
[Ezequiel Denhoff]: Yo, cuando se corta la luz, yo estaba en el segundo piso. Estaba con mi amigo. Habíamos ido los dos solos. Martín se llama, se llamaba mi amigo.
Bueno, soy Ezequiel Denhoff. Estuve en la tragedia de Cromañón
[Daniel]: Desde el segundo piso del boliche, Ezequiel y Martín vieron cómo el techo empezó a incendiarse. Y, en la desesperación, tomaron una decisión extrema: tirarse hacia abajo, a la planta baja, para alejarse lo más posible del fuego en el techo.
[Ezequiel]: Caigo arriba de gente. Pero no sabés quién ni cuánta. Vos sentís que caés arriba de gente.
[Daniel]: Ezequiel cayó al lado del escenario. Perdió de vista a Martín.
[Ezequiel]: Sabía más o menos dónde estaba ubicado sin ver nada. Muchos gritos y me quedé ahí. Y me quedé en el piso, que creo que es lo que me salvó, porque me quedé en el piso y dije: “Bueno, ya está. Hasta acá llegué”.
[Daniel]: Ezequiel no sabía a dónde ir porque no veía nada. Estaba atrapado entre el escenario y las vallas de seguridad, esas que ponen en frente de los escenarios en los conciertos.
[Ezequiel]: Para mí fui… fue una hora, que habrán sido cinco o diez minutos en realidad.
[Daniel]: En un momento dado, Ezequiel sintió una ráfaga de aire.
[Ezequiel]: Sigo esa ráfaga de aire y salgo por atrás, por un estacionamiento. Salgo a la calle vomitando.
[Daniel]: Llegó a una esquina y empezó a buscar a Martín.
[Ezequiel]: Yo buscaba a mi amigo. Medía 1.94, con una remera roja. Digo, lo tengo que encontrar.
[Daniel]: Ezequiel llegó a una plaza muy cercana de Cromañón, donde estaban otros que habían logrado salir, pero no vio a Martín por ningún lado. Entonces entró a Cromañón otra vez. Suena como una locura, pero no fue el único. Los que lograban salir volvían como fuera para buscar a sus seres queridos, a sus familiares y amigos, atrapados adentro. Era un caos.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Voz]: ¡Papá!
[Daniel]: Los que habían logrado salir tosían, gritaban el nombre de sus amigos y familiares para ver si estaban bien. Iban llegando las ambulancias, llevándose a los heridos.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Voz]: ¡Oxígeno!
[Ezequiel]: Gente tirada en la calle. Gente entrando y saliendo. Gente ya fallecida.
[Daniel]: Al quemarse el techo —que estaba recubierto por materiales muy inflamables— un humo negro y extremadamente tóxico envenenó el aire. Y, según declararían después dos médicos forenses, ese humo, más el pánico, causó la mayoría de las muertes.
[Ezequiel]: Bueno, seguí buscando a mi amigo. Entraba, salía, y cuando… en una de esas —fueron 3 o 4 veces— lo están sacando. Nada, lo suben a una ambulancia. Él ya iba… había perdido el conocimiento, iba vomitando negro.
[Daniel]: Volvamos a Mailín. Ella no se acuerda cómo salió de Cromañón. Alguien, no sabe quién, la sacó. Despertó varias horas después.
[Mailín]: Entre las cuatro y las cinco de la madrugada, después de haber estado en un coma leve, en el hospital Ramos Mejía, con un respirador artificial. Escribí en un papel mi nombre, mi número de teléfono para que pudiera avisar a mis viejos dónde estaba.
[Daniel]: Y quedó internada. Estaba muy grave, en cuidados intensivos. Mailín no supo nada sobre Lautaro por varios días. Para los doctores y sus papás, lo más importante era su recuperación.
[Mailín]: Yo preguntaba por Lautaro y me decían… nada, esquivas… Así las cosas. Hasta que en un momento dejé de preguntar porque ya me daba la sensación de que, bueno, de que estaba bien Lautaro. Entonces dije: “Bueno, dejo de preguntar”.
[Daniel]: Tampoco le dijeron nada sobre lo que había pasado en Cromañón después de desmayarse. Cuando salió de cuidados intensivos, los doctores le dieron permiso a sus padres para que le contaran más. Y su mamá…
[Mailín]: Me contó todo. Me contó lo que fue Cromañón. Me contó lo que pasó y me contó que Lautaro había fallecido.
[Daniel]: No es claro cuándo o cómo falleció Lautaro.
A Martín, el amigo de Ezequiel, también lo llevaron a una clínica. Falleció unas horas después. A Ezequiel le tocó contarle a la mamá de Martín y a su novia. Las llamó esa misma noche por un teléfono público. Y no han vuelto a hablarle desde entonces.
[Ezequiel]: No, desde ese día no. Como que yo fui el culpable. También por ahí culpable de haber quedado vivo. Que es la culpa que uno también la… yo la siento. Por ahí ellos sienten: “Por qué yo quedé vivo y él no”.
Toda la situación que pasaste y la vas recordar siempre. Es algo que tenés que aprender a convivir con eso. Nada, te pasa. Yo hay momentos en que escucho la radio o estoy solo y lloro. Se me caen lágrimas. No al punto de tener que frenar o tener que nada, se te cae una lágrima, escuchas un tema… que no dejo de escuchar Callejeros, lo seguí yendo a escuchar. Pero es algo que tenés que convivir.
[Daniel]: Lautaro, Martín y otras 192 personas murieron a causa de ese incendio. Casi 1.500 quedaron heridas. La evacuación del local terminó a eso de las dos de la mañana del 31 de diciembre. Más de tres horas después de que empezara el incendio.
Una pausa y volvemos.
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[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón.
Historias como la de Lautaro, Mailín, Ezequiel y Martín, pues son cientas. Pero lo que dejó esa noche en Cromañón fue mucho más que lo que pasó en ese boliche. También es la historia de un proceso legal enredado, politizado, emocional.
Mucha gente es responsable por lo que sucedió esa noche, y entender quién y cómo ha sido un proceso largo. También es la historia de cómo esta tragedia afectó a los argentinos, a la escena musical.
Este es el periodista Pablo Plotkin.
[Pablo Plotkin]: Fue una suerte de apocalipsis realmente lo que… lo que se vio en Cromañón. Porque la dimensión era tan trágica, fue tan doloroso lo que pasó ese fin de año del 2004… Fue el peor que yo viví en mi vida y no tenía ningún familiar ni ningún amigo directo en Cromañón. Pero la herida social realmente había sido enorme. Y llevó mucho tiempo desprenderse de esa… de ese shock.
[Daniel]: Pablo escribe en el diario La Nación e investigó lo que pasó en Cromañón en una serie de crónicas para la revista Rolling Stone.
¿Tú habías estado en Cromañon?
[Pablo]: Sí, sí.
[Daniel]: Y te habías, como audiencia o como crítico de música entre tanta gente viendo el espacio, las salidas, y también en la cultura el rock con tanta bengala, ¿tú habías sentido miedo?
[Pablo]: No, la verdad es que no porque uno estaba muy acostumbrado a ese tipo de lugares. Y es más había otros que, que quizás se veían peor. Había quizás una jactancia en general —y creo que en el rock argentino muy puntualmente— de esa estética marginal y una estética de lo… no sé si de lo decadente, pero por ahí esa herencia de lo que por ahí podía ser el CBGB en los 70: de los baños sucios, de… de la humedad que… que corroe las paredes y los techos, donde vivía el rock más callejero, digamos; realmente solía campear este tipo de, de ambiente. O sea, con una cosa medio, sí, hasta asfixiante.
[Daniel]: Lo de las bengalas, eso ya era parte de la cultura del rock argentino y, según Pablo, ya había llegado a niveles demenciales.
O sea, pirotecnia en espacios cerrados era ya absurdamente peligroso. Varios periodistas habían notado esto —incluyendo Pablo— pero, al mismo tiempo, me contó que era algo ya normalizado. Sí, Cromañón era peligroso. Pero eso en sí ya no llamaba la atención. Los rockeros convivían con el peligro. Pienso en el barman del segundo piso —el que mencionó Mailín— sirviendo cervezas mientras el techo se quemaba.
En esos primeros días, ¿qué te sorprendió cuando comenzaste a reportar sobre… sobre lo que había pasado?
[Pablo]: Una de las primeras sorpresas fue advertir lo evidente y quizás lo… lo previsible que… que era todo y la poca capacidad que tuvimos de preverlo a la vez. O sea, la poca capacidad que tuvimos —en mi caso como periodista, por ejemplo— de figurar en la escala de… de… del peligro de lo que se estaba haciendo, de la manera en la que se estaba experimentando el rock en vivo acá.
[Daniel]: Es que el caso de Cromañón es un ejemplo de esto. En la noche del concierto sólo funcionaba uno de los tres extractores de aire y ninguno de los extintores estaba en condiciones para ser usado. También, una puerta inmensa, a un lado del escenario, con un letrero que decía “Salida”, estaba cerrada con candado y alambre.
Cuando se cortó la luz, el aviso de salida de esa puerta era lo único que se veía. Muchas personas fueron hacia esa puerta esperando salir. Los bomberos pudieron abrirla a golpes y empujones casi una hora después de que empezara el incendio.
El local tenía seis puertas dobles, como las de los cines. Esa noche solo dos estaban abiertas. En el sector VIP, en el segundo piso, había una puerta metálica que tampoco pudieron abrir a la fuerza. Un bombero tuvo que hacer un hueco en la pared para que algunas personas pudieran salir.
[Pablo]: Creo que hay que empezar por las responsabilidades políticas en Cromañón, que tienen que ver con el desmembramiento de… de una estructura de… de supervisión y de control en la ciudad de Buenos Aires que favorecía la corrupción.
[Daniel]: Explico: El gobierno de la ciudad era —y todavía es— el responsable de la habilitación y control de los boliches. A finales del 2003, un año antes del incendio en Cromañón, el jefe de gobierno de la ciudad de aquel entonces, Aníbal Ibarra, había disuelto el organismo que se encargaba de las inspecciones.
La razón, según Ibarra, era porque ese organismo era, y aquí cito: “Más que un foco, un focazo de corrupción”. Un funcionario le dijo al periódico Página12 que en ese entonces estaban recibiendo en promedio tres denuncias por semana contra los inspectores, denuncias por pedidos de coimas. Con este cambio que impulsó Ibarra, las habilitaciones pasaron a hacerlas profesionales independientes.
[Pablo]: Entonces lo que empezó siendo como esa… ese desmembramiento quizás con alguna intención de transparentar, terminó siendo el desarme de un sistema de… de control que llevó a que Cromañon, por ejemplo, estuviera mal habilitado.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Marcelo Meis]: Luego de las consideraciones precedentes encuentro justo considerar que el suspendido jefe de gobierno Aníbal Ibarra, desde su acción y omisión, sería el responsable político de que un local como Cromañón se transformara en una auténtica trampa mortal.
[Daniel]: Este es audio del 2006, de un legislador, Marcelo Meis, durante el juicio político para destituir a Ibarra. Ya lo habían suspendido de su cargo, mientras dictaban sentencia. Meis y otros legisladores lo acusaban por no haber prevenido ni controlado lo que pasó en Cromañón.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Marcelo Meis]: Tengo para mí que este fatal acontecimiento y su correspondiente sanción sirva para que nunca más ocurra algo semejante en nuestra nación.
[Daniel]: Ibarra fue destituido de su cargo en marzo de ese año. Meses después, una jueza dijo que ya no había razón para seguir investigando a Ibarra para llevarlo a juicio penal, porque la responsabilidad directa por la seguridad de los locales bailables le caía a otros tres funcionarios. Y esto lo eximía de culpa.
Pero los problemas de habilitación en Cromañón preceden al gobierno de Ibarra. Siete años antes del incendio, un inspector del gobierno dijo que el local no debía ser habilitado para espectáculos públicos, porque no tenía suficientes salidas de emergencia. En ese momento no se llamaba Cromañón, pero el recinto ya se usaba para conciertos. En todo caso, solo cuatro meses después, sin que se hicieran modificaciones, el mismo inspector autorizó la apertura.
[Pablo]: Después, bueno, hay que hablar de las responsabilidades de las autoridades policiales que tenían a cargo la ejecución de… de… de esas supervisiones, o en todo caso de clausuras, y que en general se resolvían con coimas.
[Daniel]: Durante el primer juicio —que se abrió en el 2008— se acusó a dos policías por delito de incendio y cohecho pasivo, o sea, recibir sobornos. Pero para mucha gente había un responsable claro.
¿Qué decía la gente? ¿Quién culpaba primero?
[Pablo]: El primer culpable que apareció visibilizados fue justamente Omar Chabán, porque él esa noche —antes de que… de que la candela prendiera la media sombra del techo de Cromañón— él venía diciendo por… a través de los altoparlantes…
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Omar Chabán]: ¡Córtenla con las bengalas que hace dos horas no vemos el show! ¡Córtenla, no se ve un carajo!
[Pablo]: “No hagan, no sigan haciendo esto. Nos vamos a prender fuego”. O sea, era realmente el que se figuraba el peligro, con lo cual eso lo hace más responsable. Pero por otro lado creo que también le jugó en contra su perfil público, justamente. Hay cierta… ciertos prejuicios sociales alrededor de él: un excéntrico soltero que… que hablaba con… con sus modos así un poco altaneros y demás.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Omar Chabán]: Estoy tratando de enganchar las bandas que tocaron en Cemento para que toquen aquí. Y entonces que haya gente, mucha gente. Así yo me siento feliz. Gano dinero. Es importante el dinero, ¿eh?
[Pablo]: Toda la opinión pública apuntaba contra él. Él fue el primer… claramente, el enemigo público número uno.
[Daniel]: Bueno, me parece bastante obvio culpar a Chabán, culpar a las autoridades, digamos, que permitieron que un lugar que era claramente inseguro, eh, se… se use. Me sorprende —y creo que a muchos nos sorprende— que… que la banda misma sea una de las… de los culpables.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Mujer 1]: Nuestros hijos no volvieron nunca más a partir de que fueron al recital de Callejeros. Y Callejeros es responsable máximo junto con todos los demás. Ninguno es víctima.
[Mujer 2]: Callejeros incitaba. Callejeros tiraba bengalas para que los chicos las encendieran.
[Daniel]: Que el cantante o que el baterista o que el bajista, digamos que esta gente que son músicos, finalmente, se lleven la rabia y la ira de la gente cuando parece que de algún modo también se puede considerar a ellos como víctimas de lo que pasó, ¿o estoy equivocado?
[Pablo]: No, o sea, yo creo que ellos son víctimas de lo que pasó porque perdieron familiares, muchísimos. Pensá que el sector VIP fue el más perjudicado, digamos, de… por la dificultad de salir. Con lo cual había muchos familiares de músicos que quedaron adentro y que murieron.
[Maximiliano Djerfy]: Yo no hice nada para que pase eso, ni tampoco… O sea fuimos a una fiesta y terminó en un desastre.
[Daniel]: Él es Maximiliano Djerfy, exguitarrista de Callejeros.
[Maximiliano]: Nosotros también tenemos dolor porque se nos murió un montón de gente allegada a la banda y familiares, todo.
De acá fueron siete y volvieron dos.
[Daniel]: “Fueron siete y volvieron dos”, dice Maximiliano, porque en Cromañón fallecieron cinco de sus familiares que fueron a verlo tocar ese día.
[Maximiliano]: Salió mi papá y una prima que se fue agarrando contra la pared y… y pudo zafar. Y los demás fallecieron todos. Entonces, no… no te queda mucho de esa noche más que pensar que… que actuaron mal todos.
[Pablo]: Lo que hay que entender con respecto a la responsabilidad de la banda es justamente esta cultura específica que había alrededor de… de este tipo de grupos que tenía que ver con la autogestión y con la independencia, digamos, llamada así. Entonces, en el caso de… de lo que pasó en República Cromañón, Callejeros era parte organizativa y productor asociado. Todo… todo en términos muy informales porque realmente no había contratos de por medio. Pero, Callejeros era productor también del show.
De alguna manera Callejeros asumía el control de la seguridad porque justamente tenían la idea de que al manejar ellos la seguridad evitaban abusos de poder por parte de la policía y demás. Entonces ese es un poco, esa… esa modalidad y esa filosofía es una de las… de las víctimas fatales también de Cromañón. Un poco porque fue como el fracaso de… de ese sistema de producción.
[Daniel]: No había una figura empresarial responsable y, por lo tanto, la banda misma asumió esa responsabilidad. Y eso explica por qué penalmente Callejeros terminó pagando eso: tomaron las decisiones organizativas y estructurales del show.
El juicio de Cromañón que empezó en el 2008 es complejo. Y largo. Hubo varias sentencias. En la primera, en el 2009, a Omar Chabán lo condenaron a 20 años. A uno de los policías le dieron 18. A dos funcionarias del gobierno de Buenos Aires, dos años a cada una.
Y al manager de Callejeros, Diego Argañaráz, lo condenaron a 18 años de prisión. Pero…
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Juez]: Décimo segundo: Absolver a Patricio Rogelio Santos Fontanet, Eduardo Arturo Vázquez, Juan Alberto Carbone, Christian Eleazar Torrejón, Maximiliano Djerfy, Elio Rodrigo Delgado…
[Daniel]: Absolvieron a todos los integrantes de Callejeros.
(SOUNDBITE DE ARCHIVO)
[Juez]: En orden a los delitos de estrago doloso seguido de muerte en calidad de coautores, en concurso real con el delito de cohecho activo, tanto en calidad de partícipes necesario como secundario.
[Daniel]: Lo que se escucha son familiares de las víctimas, protestando mientras se leía la sentencia. Rechazaban que Callejeros no tuviera ningún tipo de culpa. Incluso hubo incidentes dentro de los tribunales y afuera.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: Hay muchísima bronca acá en la puerta de los tribunales.
[Pablo]: Fue un rompecabezas fatal, digamos, que no quería nadie.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Hombre]: Ahora con este fallo, con esta sentencia, estamos peor todavía. Peor, peor, todavía.
[Pablo]: El asunto es que acá no había nadie que pudiera salir conforme frente a una tragedia de este tipo, ¿no? Frente a tantos hijos muertos y tantas hijas muertas.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: Bueno, pasa lo que ustedes están viendo. Se desató la furia, primero contra el portón de la calle Lavalle —un portón muy grueso—, pero ahora están intentando de entrar.
[Pablo]: Hay una insatisfacción garantizada.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: Volaron algunas piedras contra las ventanas de los tribunales. Esto está totalmente fuera de control aquí.
[Pablo]: Para unas partes iba a parecer poco, indefectiblemente, para otras iba a parecer mucho.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: Dijiste que no hay justicia.
[Hombre]: No hay justicia. Es cierto, no hay justicia para nada, para nada, para nada.
[Voces]: ¡Hay asesinos! ¡Hay asesinos! ¡No hay justicia!
[Pablo]: Esta es una tragedia, para mí, sin villanos.
[Daniel]: O mejor dicho, con muchos villanos. Con una culpa compartida. Y es difícil descifrar en qué medida cada cual tiene responsabilidad. Varios de los casos han seguido un patrón: alguien paga un culpa —sea profesional, política o judicial— y luego, después de un tiempo, lo sueltan. Se patraséan. Esta tendencia nos dice algo, creo. Qué tan complejo es el caso, qué tan difícil es poder llegar a una resolución que satisfaga.
Bajo presión de la fiscalía y las familias, se revisó esa sentencia. Y en los años que vinieron, todos los integrantes de Callejeros han ido entrando y saliendo de la cárcel —excepto el baterista, Eduardo Vázquez, que cumple cadena perpetua por haber asesinado a su esposa Wanda Taddei en el 2010, prendiéndole fuego.
Omar Chabán, que estaba bajo arresto domiciliario con un cáncer terminal, murió en el 2014.
El último en salir de la cárcel por cargos relacionados a Cromañón fue Pato Fontanet, el cantante de Callejeros. Le dieron libertad condicional en mayo del 2018.
[Pablo]: La banda Callejeros —más allá de la responsabilidad que le toca— son pibes que quedaron destrozados, muy dañados, ¿no? Tenés a un cantante como Pato Fontanet, que ahora volvió a los escenarios pero que estuvo psíquicamente muy… muy afectado por esta situación.
[Daniel]: Tratamos de llegar a Fontanet por un amigo de la banda y sus abogados, pero nos dijeron que Fontanet no estaba dando entrevistas. Con su salida de la cárcel, el caso queda cerrado. Pero no para las familias. Para ellos, no hay sentencia que cubra o cure ese dolor.
Y para los sobrevivientes se vuelve, de muchas formas, una cruz.
[Pablo]: Muchos lo que decían es que no lograban salir de Cromañón.
[Mailín]: Que a veces a la noche no… no podía dormir y terminaba durmiendo con mi vieja como si tuviera 5 años,
[Fabio Lacolla]: Mucha fobia, mucho miedo. Vivís en estado de alerta, casi con un ojo abierto, te diría, durante mucho tiempo. Porque, viste, cualquier ruido de la noche… No sabés.
[Luis Lamas]: Los que salimos, salimos… Fue un azar, fue una suerte, fue una lotería. Entonces, cuando todo eso te empezó a quedar en la cabeza hubo que empezar a hacer los trabajos pertinentes como para aprender a convivir con eso.
[Maximiliano]: Vos tenés esa angustia y esa pena constantemente. Todos los días. Que si te pones a pensar te tirás en una cama y no te levantas más, porque no tiene solución.
[Luis Lamas]: Esas heridas y esas cosas que uno… esas emociones que uno pasa no se van nunca. Tenes que aprender dónde ubicarlas y cómo convivir con ellas, pero no a borrarlas. Es imposible.
[Mailín]: Lo pude hablar mucho todo el tiempo. Lo pude llorar mucho cuando hubo que llorarlo. Y me ayudó mucho a elaborar, eh, eso que pasó. Y a tratar de llevarlo de otra manera, ¿no?
[Daniel]: Y claro, hay los que no lo han podido llevar. A los que le duele demasiado. En los años después de Cromañón, 18 sobrevivientes de la tragedia se han quitado la vida.
[Pablo]: Creo que también son las… las consecuencias y las víctimas directas de, obviamente, de lo que pasó esa noche.
[Daniel]: En el 2013 se aprobó una ley de reparación y asistencia a los sobrevivientes y familias de víctimas de la tragedia de Cromañón. Pero en ese momento no se crearon los programas necesarios para que recibieran tratamiento.
El reclamo de organizaciones de familiares y la preocupación por los suicidios de algunos asistentes al concierto hicieron que en el 2015 el gobierno creara una red de proveedores de salud mental en todo el país. La red es coordinada por el Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos “Doctor Fernando Ulloa”, que se especializa en estrés postraumático.
Grupos de sobrevivientes de Cromañón y personas que trabajan en el centro han denunciado falta de financiamiento y una atención deficiente. Desde el Centro Ulloa niegan que haya falta de recursos y personal.
Por favor, si tienes depresión o pensamientos suicidas, busca ayuda. Habla con tus amigos y familiares, y considera buscar ayuda profesional. Si crees que un ser querido está en una situación así, pregúntale, escúchalo, apóyalo. Vamos a poner links a recursos que puedan servirles en nuestra página web.
Esta historia fue reportada por Anto Beccari, Ariel Placencia y Federico Pissinis. La produjo Silvia Viñas con el apoyo de Victoria Estrada, y la editamos Camila Segura, Luis Fernando Vargas y yo. Ana Prieto hizo el fact checking. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Rémy Lozano.
Gracias a Pablo Plotkin de Rolling Stone.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Lisette Arévalo, Gabriela Brenes, Jorge Caraballo, Andrea López Cruzado, Miranda Mazariegos, Diana Morales, Patrick Mosley, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, David Trujillo y Elsa Liliana Ulloa. Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
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