Transcripción – Narco Tours
COMPARTIR
[Daniel Alarcón, host]: ¿Aló?
[Diana Caballero]: ¡Hola!
[Daniel]: ¡Hola!, ¿cómo estás, Diana?
Bienvenidos a Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón.
Ok. Comencemos por aquí, con Diana Caballero.
[Diana]: Soy colombiana, barranquillera que vivo en Medellín hace muchos años. Soy arquitecta, editora y correctora de textos.
[Daniel]: En diciembre del 2017, les pedimos a ustedes —nuestros oyentes— que nos mandaran preguntas que tuvieran sobre su ciudad o su país, preguntas que les gustaría que Radio Ambulante contestara en un episodio. Llegaron más de 100, entonces decidimos que fueran ustedes mismos los que votaran por cuál les interesaba más.
Y la pregunta ganadora fue la de Diana…
[Diana]: Me gustaría escuchar en Radio Ambulante una crónica sobre lo que ocurre en los llamados “narco tours” en Medellín. ¿Cómo funcionan y qué consecuencias traen?
[Daniel]: Los “narco tours”: tal vez se estén preguntando, ¿qué es eso? Bueno, son recorridos por Medellín, la ciudad de Colombia de donde era —tal vez— el más famoso narcotraficante de los últimos tiempos: Pablo Escobar.
(SOUNDBITE DE NOTICIEROS)
[Periodista 1]: Un hombre que sembró de sangre y de muerte el Valle de Aburrá y el país.
[Periodista 2]: Que prácticamente le cambió la cara a este país. Fue quien le dio al narcotráfico el tamaño de negocio multinacional.
[Periodista 3]: Llegó a ser considerado uno de los criminales más peligrosos del mundo.
[Daniel]: Aunque suene absurdo, en Medellín hay al menos 15 recorridos que llevan a los turistas a ver los lugares relacionados con la vida y el legado de Pablo Escobar. Van a un barrio que construyó él, y que todavía lleva su nombre; al edificio de lujo —ahora destartalado— donde vivía con su familia; a ver la estatua de la virgen a la que le rezaban sus sicarios, o el tejado donde lo mataron.
Diana se enteró de estos “narco tours” por una amiga que andaba buscando uno para una reportera canadiense. Ella quería hacer un reportaje sobre ellos y pues…
[Diana]: Me pareció, pues, un poco vulgar y me dejó, pues, bastante intrigada. Me “shockea” un poco el tema de que haya gente que de verdad admira algunas cosas del hombre.
[Daniel]: Siento más o menos lo mismo que Diana. No hay villano más nefasto en la historia colombiana que Pablo Escobar. La sola idea de hacer un episodio alrededor de este personaje, pues, me incomoda. Profundamente.
Pero mis reservas no son lo central aquí. Para mucha gente, muchos Colombianos e incluso muchos paisas, Escobar es un mito. Un ídolo. La muerte que causó, el daño, los traumas… nada de eso figura. Es como si se hablara de un personaje ficticio, un Robin Hood, un personaje de un show de Netflix…
(SOUNDBITE DE SERIE DE TELEVISIÓN “NARCOS”)
[Personaje Pablo Escobar]: Ustedes eligen: plata o plomo. But I don’t wanna get ahead of myself…
[Daniel]: Y no un asesino que se hizo multimillonario a causa de la sangre de un país.
Entonces, entender cómo funcionan estos recorridos no nos pareció suficiente. Se queda corto. Decidimos investigar también la historia de Medellín que se cuenta en estos “narco tours”, y cómo Pablo Escobar sigue estando en la memoria de una ciudad que no sabe bien cómo lidiar con ese fantasma.
Primero, un poco de contexto. A inicio de los 90s, en el momento más crudo de la guerra por el narcotráfico, Medellín era la ciudad más violenta del mundo. Llegó a haber aproximadamente 20 asesinatos por día, cifras que nunca más se han vuelto a ver.
Cuando Pablo Escobar murió, en el 93, esa ola de violencia disminuyó.
[Jorge Caraballo]: Ya no eran los carros bomba, ya no estaban los asesinatos a policías, los secuestros extorsivos son muy raros…
[Daniel]: Este es Jorge Caraballo, nuestro editor de audiencias. Él nació y vive en Medellín. Jorge tenía 5 años cuando Escobar murió. Digamos que su niñez y adolescencia coincide con un cambio drástico en Medellín.
[Jorge]: Esa guerra del narcotráfico que se vivió en la época de Escobar se replegó sobre todo a los barrios más pobres de la ciudad. Para los de clase media y alta, eso significó que se recuperara una especie… o una sensación de seguridad, que se había perdido en los años de Escobar. Y sí es verdad que hay zonas de la ciudad donde la violencia casi no se ve, casi no se siente.
[Daniel]: O sea, Medellín sigue siendo una ciudad violenta, pero en nada se parece a ese campo de batalla que fue en los 90. Eso se ve y se nota en las calles. Y en el turismo…
(SOUNDBITE DE ANUNCIO PUBLICITARIO)
[Canción]: ¡Siempre Medellín te llevará… a un paraíso terrenal!
[Daniel]: Nacional e internacional. Vienen a ver la infraestructura, las bibliotecas, un sistema de transporte público que incluye el único metro del país…
Hay que destacar que la gran mayoría de estas obras se construyeron después de la muerte de Escobar, parte de un intento muy pensado de reintegrar una ciudad quebrada por la violencia, conectando barrios que se quedaron más aislados durante los años sangrientos del narco.
Y bueno, en muchos sentidos, sí ha funcionado.
[Jorge]: En los 90s era impensable que una persona que no fuera de la Comuna 13 —uno de los barrios más violentos de la ciudad— pusiera un pie en ese lugar. Pero hoy son cientos de turistas que suben las escalera eléctricas que hay en el barrio, que recorren sus murales, sus grafitis…
[Daniel]: Pero no solo son turistas los que vienen a Medellín. La ciudad se presenta como un modelo. Se ha ganado premios internacionales importantes en el campo de urbanismo, y vienen alcaldes de todo el mundo para ver la “ciudad milagro”: la ciudad que logró levantarse después de la destrucción que provocó el Cartel.
[Jorge]: Aunque los turistas la verdad es que también vienen por la fiesta, por la droga, por el sexo, y ahora muchos también vienen por los “narco tours”.
[Daniel]: Siendo paisa, Jorge claramente era el indicado para hacer esta historia.
Entonces, lo primero que hizo fue hacer una búsqueda en Google: “Pablo Escobar”, “Tour”, “Medellín”. Le salieron recorridos que costaban entre 30 y 100 dólares por persona, e incluso uno que cobra 750 dólares por 5 días. El precio, obvio, cambia según el valor agregado. Por ejemplo, algunos de los más caros tratan de distinguirse prometiéndole a los turistas conocer a ex-miembros del Cartel de Medellín.
Jorge escogió uno que se vende como la versión sin filtro. Es decir, un tour dirigido por quienes hicieron parte de ese mundo. Además, era promocionado en videos por John Jairo Velásquez, alias Popeye.
(SOUNDBITE DE VIDEO EN YOUTUBE)
[John Jairo Velásquez]: ¡Hola, yo soy John Jairo Velásquez Vásquez, Popeye, el asesino de confianza de Pablo Emilio Escobar Gaviria, el general de la mafia. Desde las calles de Medellín, las mismas calles que pisó Pablo Emilio Escobar Gaviria les recomiendo el tour de Pablo Escobar con Óscar. Óscar es un hombre serio y yo trabajo con él porque es un hombre serio, respeta el turista y me respeta a mí.
[Jorge]: Eh, John Jairo Velásquez es un ex-jefe de sicarios de Pablo Escobar. Él estuvo 23 años en la cárcel, y ha admitido haber asesinado a cerca de 250 personas. Y la verdad es que, junto a Pablo Escobar, él es ahora uno de los personajes más reconocidos del Cartel de Medellín. Y en este momento es un “youtuber” popular.
[Daniel]: Jorge pagó 50 dólares y recibió un mensaje por WhatsApp con instrucciones: que llegara a un supermercado conocido del barrio El Poblado, a las 8 en punto de la mañana, y que lo iba a estar esperando una van blanca. Pero cuando llegó no había otros turistas, solamente la van…
[Jorge]: Y estaba el conductor, que era un tipo gordito, conversador, buena gente, y me puse a hablar con él…
[Daniel]: Esperaban a que llegara la guía…
[Jorge]: Y mientras tanto empezó a contarme todo. ¡Todo! Me empezó a decir: “Vea, vea, ¿usted no me cree? Yo estuve en Río de Janeiro y en 9 países ‘caleteando’”. “Caletear”, según él, es estar en un apartamento en el que están cuidando la droga que van a entregar o el dinero que ya recibieron después de un intercambio entre narcotraficantes.
[Daniel]: El chofer sacó su celular y le puso un video en donde sale él con Popeye, como quien se certifica con el Diablo. Dijo haber sido el guardaespaldas personal de Escobar y, en el video, Popeye lo confirmaba. Jorge sintió que le estaba presentando sus credenciales.
[Jorge]: Estaba tratando de decirme como que, “vea, usted está aquí en un lugar privilegiado, en un lugar único, en el que va a estar de cerca con quienes fuimos parte del cartel de Medellín, y vas a conocer todos los secretos de nosotros”.
[Daniel]: Jorge se empezó a preocupar por el tipo de tour que sería: una apología a Escobar, un endiosamiento. Pero bueno, ya estaba allí. Es más, era el único que estaba ahí junto con el chofer. Y en eso apareció la guía, Doris.
[Jorge]: Llegó tomándose un café, con gafas oscuras, con tacones, tenía por ahí 50, 55 años, pues una mujer súper extrovertida…
[Daniel]: Doris le explicó que para el tour del día solo serían dos: Jorge y un alemán, Mathias.
Y listo, empezó el “narco tour”. Doris, el ex-guardaespaldas de Escobar manejando, más Jorge y el alemán, en una van para 12 personas. El chofer iba silbando, Jorge y Mathias calladitos, y Doris explicando en inglés lo que iban a hacer durante las siguientes 4 horas.
Lo primero que les dijo fue…
[Jorge]: Nosotros no queremos que se vayan de este tour pensando que Medellín es una ciudad terrible, violenta, si no que vean cómo nos hemos transformado después de la muerte de Pablo Escobar.
[Daniel]: Y les aseguró que ahí no se iba a glorificar a Pablo Escobar.
[Jorge]: O sea, sentí un alivio… genuino porque yo de verdad esperaba que estos recorridos me enseñaran algo sobre la ciudad, algo que yo no supiera. Es un tema que a mí, como persona de Medellín, me interesa mucho.
[Daniel]: Supongo que a mí también. Es decir, sí hay una manera en la que un “narco tour” podría ser útil: contar la historia, pero la historia de verdad, un recorrido urbano en el que la ciudad misma vendría siendo un museo de la memoria. Un relato que se enfoca en la historia de las víctimas en lugar de la de los victimarios.
Desafortunadamente, así no fue.
Tomemos como ejemplo la primera parada: el famoso edificio Mónaco.
[Jorge]: Queda allá en un barrio residencial, pero está abandonado. Es de 5 pisos, blanco, pero un blanco ya despintado y… y con moho y con manchas.
[Daniel]: Escobar lo construyó a comienzos de los 80s para vivir con su familia. Esto fue antes de que la guerra contra el gobierno lo obligara a esconderse.
[Jorge]: Bueno, el edificio Mónaco no tiene nada de atractivo, absolutamente nada.
[Daniel]: Pero digamos que es importante en la historia colombiana porque aquí fue que el Cartel de Cali —un grupo rival— puso el primer carro bomba en Colombia. Eso fue en enero de 1988, y a partir de ese momento, empezó una de las guerras más sangrientas entre carteles por el control del narcotráfico, una guerra que además involucró al Estado colombiano. Y el carro bomba se convirtió en una de las armas preferidas de Escobar.
Jorge creció con el sonido de estas bombas…
[Jorge]: Cuando yo tenía 4 años —unos días antes de mi cumpleaños, me acuerdo—, un carro bomba explotó a 200 metros de mi casa. Fue tan fuerte la explosión que el rin del carro cayó en el tejado de la casa de nosotros. Recuerdo ese estruendo horrible. Recuerdo el aturdimiento, todos corriendo por las escaleras para bajar a la calle, para ver qué pasó. Los vidrios rotos, la gente ensangrentada señalando los daños de las casas. Fue horrible.
Es algo que a uno no se le olvida nunca.
[Daniel]: Pero Doris no mencionó los muertos. Ni la ola de violencia que ese primer carro bomba desató. Habló de las obras de arte que alguna vez tuvo Escobar allí, de los carros y las motos clásicas que tenía “El Patrón” —así lo llamaba a veces, “El Patrón—. Contó, además, que el segundo y tercer piso del Mónaco eran como un hotel al que llegaban personalidades de todo el mundo, políticos latinoamericanos como Vladimiro Montesinos, asesor del presidente del Perú, ahora encarcelado; o Manuel Noriega, el dictador panameño.
Gentita como esa.
Qué chévere.
Todos esos carros bomba que mencionamos antes, muchos fueron parte de la guerra entre el Cartel de Cali y el de Medellín. Pero otros, la gran mayoría, iban dirigidos hacia el Estado colombiano con una sola meta.
La historia es complicada, pero importante. En resumen: el Cartel de Medellín quería evitar a toda costa que sus capos fueran extraditados a Estados Unidos.
Y funcionó. El día que se modificó la Constitución colombiana, prohibiendo la extradición, Escobar se entregó a la justicia.
Y se fue a vivir a la cárcel que él mismo construyó, que se llamaba La Catedral.
La segunda parada del “narco tour”.
Queda en la cima de una montaña, a casi una hora del centro de Medellín…
[Jorge]: La Catedral no era una cárcel cualquiera porque en realidad La Catedral no parecía una cárcel. Tenía rejas, sí, pero, en realidad, era un resort, era un hotel lleno de lujos.
Y ahí, en ese lugar, solo se cumplían las órdenes que él daba.
[Daniel]: Y es que es de no creer lo que había adentro de esa cárcel. Escobar dormía en una cama de agua, tenía un jacuzzi en su cuarto y un televisor de pantalla gigante empotrado en la pared. Sabemos que seguía manejando su negocio desde adentro, con visitas de amigos, de su familia.
[Jorge]: Y además hay muchas historias, hay muchas leyendas de lo que pasaba ahí dentro. Diego Armando Maradona —¡Maradona!— contó que Escobar le pagó para que fuera a jugar un partido amistoso con otros futbolistas famosos…
[Daniel]: Entre ellos varios jugadores de la selección colombiana.
Escobar vivió en La Catedral poco más de un año, hasta el 92, cuando el gobierno lo intentó trasladar a otra cárcel, porque se enteraron que 2 personas habían sido asesinadas en La Catedral. Pero cuando el ejército entró, Escobar ya no estaba ahí.
Después de la fuga, el lugar fue saqueado por buscadores de tesoros y se convirtió en un sitio de peregrinación para los admiradores de Escobar.
Y es que a pesar de la violencia de la que fue responsable, muchos en Medellín todavía lo ven como un héroe. Esto en parte se debe a un campaña de relaciones públicas que hicieron muchos medios de comunicación, sea por ingenuos o por cómplices.
Antes de que se comprobara que era el líder del Cartel de Medellín…
[Jorge]: Los medios de comunicación retrataban a Pablo Escobar como si fuera el Robin Hood paisa. Ese que reparte su riqueza entre los pobres.
[Daniel]: El mismo Escobar usaba esa mitología como bandera política.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Pablo Escobar]: Quienes conocen la historia de Robin Hood saben perfectamente que luchó y que salió en la defensa de las clases populares.
[Daniel]: Escobar construyó todo un barrio para darle casas a quienes vivían en el basurero de la ciudad. Hizo canchas de fútbol en las que solía repartir fajos de billetes.
(SOUNDBITE DE NOTICIERO)
[Periodista]: En el barrio Las Flores del municipio de Envigado se inauguró la cancha número 12 en el aspecto de la iluminación, obras que está entregando Civismo en Marcha y el señor Pablo Escobar Gaviria.
[Daniel]: Esto, en Medellín, una de las ciudades con más desigualdad en Colombia, significó mucho…
(SOUNDBITE DE VIDEO EN YOUTUBE)
[Hombre]: ¡Viva Pablo Escobar Gaviria!
[Multitud]: ¡Viva!
[Hombre]: Pablo Escobar Gaviria es el hombre del pueblo, el líder del pueblo, y el hombre que está por el pueblo nuestro.
[Jorge]: Para muchas personas de Medellín, Pablo Escobar es un símbolo de ese descontento con el sistema, de esa irreverencia, de esas ganas de decir: “Yo hago lo que sea para conseguir lo que quiero”. Y por eso en Medellín es muy común que si vos vas manejando y veas [sic] un mural con el rostro de Pablo Escobar, o camisetas en el centro a la venta con la imagen de él, o stickers en los bumpers de los buses o los taxis con su rostro.
[Daniel]: Por eso, cuando mataron a Escobar, el entierro fue multitudinario…
(SOUNDBITE DE VIDEO DEL ENTIERRO)
[Multitud]: ¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo!
[Daniel]: Cientos de personas lamentando su muerte, tratando de tocarlo. Incluso, los mismos militares hacían espacio para que la familia pudiera llevar el ataúd a su tumba.
(SOUNDBITE DE VIDEO DEL ENTIERRO)
[Daniel]: Jorge y el alemán caminaron por La Catedral. Estuvo abandonada durante 15 años, pero, sobre sus ruinas, se construyó lo que es hoy: un asilo para ancianos. Es administrado por monjes de la iglesia anglicana, pero hay áreas abiertas al público. Fueron a la capilla, a una cancha de fútbol, vieron un helipuerto y un pequeño parque con mesas de concreto, donde se dice que Escobar jugaba ajedrez.
Doris también le mostró una biblioteca que supuestamente era de Escobar. Estaba en un edificio al que no podían entrar, pero se asomaron por la puerta, que era de vidrio.
[Jorge]: Y ella lo señalaba y nos decía como que, “vea. Vea todo esto. Todo eso son los libros que leía Escobar”. Y yo miré y… y eran… unos anaqueles de madera, como de escuela rural, con muchas enciclopedias repetidas de Salvat, y yo decía: “Esto… ¿Esto qué es? O sea, ¿cómo así que estos son los libros de Pablo Escobar?”.
[Daniel]: La misma enciclopedia repetida no le sonaba muy convincente. Pero, además, cuando Doris le pidió que mirara al fondo de la biblioteca, había unos muebles.
[Jorge]: Hacé de cuenta como los muebles de la abuelita: muy viejos, de un estilo súper antiguo, que en algún momento fueron rojos seguramente, pero que ya son rosados desteñidos. Y ella me decía: “Esos, esos son los muebles que mandó a traer Pablo Escobar de España, directamente. Se los mandó la reina Isabel”.
[Daniel]: Ya de vuelta a la van, Jorge vio una valla grande color naranja chillón que estaba en el parqueadero. Decía que la información ofrecida por algunos guías turísticos no era totalmente cierta y que la administración del asilo estaba dispuesta a aclarar dudas.
[Jorge]: Yo empecé a sentir que esto era más un performance que un registro histórico. Yo veía en ella las ganas de que nosotros saliéramos a repetir todas esas grandilocuencias, en vez de ayudarnos a comprender de verdad qué había pasado en Medellín.
[Daniel]: Jorge empezó a sentir que claramente no todo era verdad. Pero hubo algo que terminó de incomodarlo. Doris le preguntó al alemán…
[Jorge]: ¿Me imagino que en Alemania es igual? Que la gente va y visita todos los lugares en los que Hitler pasó, el lugar en el que Hitler murió… Y él la miró como: “No sabes de qué estás hablando”. O sea, él le dijo: “No. Si algo aprendimos nosotros después de la Segunda Guerra Mundial es a cuidar nuestra memoria. Los que van a los sitios de Hitler son los nazis, los que lo adoran. Pero la población en general se enfoca en lo que pasó con las víctimas”.
[Daniel]: Yo lo he visto. Si caminas por Berlín, a veces te tropiezas con unos ladrillos que sobresalen del piso. Miras hacia abajo y te das cuenta que tienen nombres y fechas. Son un registro de los judíos que fueron llevados de Berlín a los campos de concentración. Una manera de decirle al transeúnte: “Hey, date cuenta. No nos olvidemos de lo que pasó”.
El alemán le contó a Jorge que se animó a hacer el tour porque había visto la serie “Narcos” y le interesaba mucho la historia del narcotráfico. Quería visitar esos lugares y entender mejor qué había pasado en la ciudad.
[Jorge]: Pues al inicio Mathías estaba muy conversador, estaba atento a lo que contaba Doris, le hacía preguntas. Pero a medida de que fue avanzando el recorrido, sentí que se fue volviendo cada vez más silencioso. Como si de alguna manera estuviera sintiendo lo mismo que yo, y era esa incomodidad por estar recibiendo toda una apología a un narcotraficante.
[Daniel]: Y es que a pesar de lo que había dicho Doris al comienzo del tour, sí se sentía como apología. De vez en cuando mencionaba atentados o víctimas, o soltaba algún dato del impacto negativo que tuvo en Colombia, pero siempre volvía —casi al instante— a la audacia de Escobar, al poder que alcanzó y que, según la versión de Doris, nadie ha podido superar.
[Jorge]: Pues yo creo que ese es uno de los legados de… del narcotráfico en la cultura colombiana. Y es que el vivo o el que se salta las reglas es el que triunfa, y el que las sigue al pie de la letra es como el bobo, el idiota. En gran parte Pablo Escobar lo que representa es ese vivo.
[Daniel]: Y nosotros, los bobos.
La última parada del tour fue el cementerio de Montesacro, donde está enterrado Escobar. Muchos “narco tours” pasan por ahí, y ese día Jorge y Mathias se cruzaron con otro grupo, de unas 10 personas.
Es una escena algo surreal, lo que cuenta Jorge. Los turistas en pantalonetas, gorras, tomando fotos con selfie sticks, y al mismo tiempo, pues, es un cementerio. Había un entierro. Y la gente vestida de negro salía de la iglesia del cementerio a enterrar a su muerto.
[Jorge]: Y ellos nos estaban mirando. Yo recuerdo mucho una chica que me miró a mí. Ella estaba llorando y yo estaba con la cámara al hombro. Y… Y ahí yo me sentí sucio, me sentí horrible y pensé: “No quiero estar acá”.
[Daniel]: Los turistas seguían tomando fotos, como si nada, y el chofer de la van los estaba esperando con un montón de stickers con la silueta de Escobar y el eslogan, “Producto Colombiano”. Tenía además DVD´s de documentales sobre el narco, libros de Popeye… Todo esto para la venta, claro.
[Jorge]: Pensé: “Esto es una mierda”.
[Daniel]: Una pausa y volvemos.
[Comercial]: Este podcast de NPR y el siguiente mensaje son patrocinados por Sleep Number. Sleep Number te ofrece camas que se adaptan, en ambos lados, a tu posición ideal. Sus nuevas camas son tan inteligentes que automáticamente se ajustan para mantenerte a ti y a tu pareja cómodos durante toda la noche. Averigua por qué 9 de cada 10 de los que usan Sleep Number lo recomiendan. Visita Sleep Number.com para encontrar una tienda cerca de ti.
[Guy Raz, host of TED Radio Hour]: What’s unique about the human experience? And what do we all have in common? I’m Guy Raz. Every week on TED Radio Hour we go on a journey through the big ideas and motions and discoveries that fill all of us with wonder. Find it on NPR One or wherever you get your podcasts.
[Linda Holmes, host of Pop Culture Happy Hour]: I’m Linda Holmes. There is more stuff to watch these days that you can ever get to. That’s why we make Pop Culture Happy Hour. Twice a week we give you the load down on what’s worth your time and what’s not. Find Pop Culture Happy Hour on the NPR One app or wherever you get your podcast.
[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Soy Daniel Alarcón.
Antes de la pausa, estábamos en la última parada del “narco tour”. Terminó allí, en el cementerio, entre los que lloraban su muerto y los turistas, que celebraban un asesino.
Y Jorge se quedó pensando en el cartel que el asilo había puesto en La Catedral, el que invitaba a los turistas a preguntar si tenían alguna duda.
[Jorge]: Lo que volvía una y otra vez a mi mente era eso, era esa valla, era: ¿por qué tienen que poner eso? O sea, ¿ellos qué saben sobre lo que dicen los guías? Y… Y yo dije: “Tengo que volver. O sea, tengo que ir a preguntarles, ¿esto es verdad o no es verdad?”.
[Daniel]: Entonces decidió ir.
Y desde aquí, sigue Jorge.
[Jorge]: En La Catedral hablé con este señor:
[Elkin Vélez]: Yo soy el padre Abad Primado Elkin Ramiro Vélez García, de la Iglesia Católica Apostólica Anglicana.
[Jorge]: El sacerdote lleva 11 años viviendo ahí. Él fue quien lideró la construcción del asilo que hay ahora. Pero desde que empezó, ha tenido que enfrentar un problema.
[Elkin]: Suben, vienen turistas de todas partes del mundo, de todas partes, que a mirar que dónde era la cárcel, que qué se hacía Pablo, que qué no hacían: mirando este lugar como si fuera, pues… como quien dice: “Es el santuario donde estuvo Pablo Escobar, entonces por ir allá nos va a ir bien”.
[Jorge]: El sacerdote me dijo que no tiene problema con que los turistas visiten el lugar.
[Elkin]: Pero ellos son engañados. ¿En qué sentido? Que todos, absolutamente todos, vienen y les cuentan historias distintas, historias que no son, cosas que no pasaron.
[Jorge]: Le pregunté por las dos cosas que más me habían hecho sospechar. Primero, por la supuesta biblioteca de Pablo Escobar, y segundo, por los muebles que le había mandado la reina Isabel.
[Elkin]: Mentira. Aquí cuando llegamos nosotros no había nada, nada, ni adobe sobre adobe. Todas las placas estaban llenas de maleza. Esa biblioteca, esos pasamanos, esas camas y esas lámparas son cosas que la gente nos la regala.
[Jorge]: Le pregunté por otras historias que me había contado Doris sobre ese lugar. Por ejemplo, una Virgen, que estaba en una gruta que ella me llevó a ver, y que supuestamente había mandado a poner la mamá de Pablo Escobar meses después de la fuga de La Catedral para agradecer porque su hijo se pudo escapar ileso…
[Elkin]: La Virgen que está en la gruta la colocamos nosotros.
[Jorge]: Y le pregunté por el supuesto helipuerto en el que un día aterrizó Frank Sinatra para visitar a Escobar, pero que según el Abad no es ningún helipuerto.
[Elkin]: Es el pozo séptico que es de todo este sector de aquí de… de La Catedral.
[Jorge]: Para el sacerdote, lo que hacen los tours tiene un nombre claro:
[Elkin]: Eso es una estafa, una estafa… directa. Eso es una estafa de frente. Eso es un robo.
[Jorge]: Y por eso la administración del asilo tomó una decisión. Están, poco a poco, quitando todo lo que hace referencia a Pablo Escobar.
Por ejemplo, las ruinas de una habitación en la que había una cama giratoria donde supuestamente Pablo Escobar iba a tener sexo.
Los monjes no quieren que los tours tengan con qué estafar a los turistas, y están cansados de que se diga que los ancianos viven en las ruinas del imperio de Pablo Escobar.
Y algo me llamó la atención. Cuando estuve en el tour, en el parqueadero de La Catedral, había una valla muy grande con una foto de Escobar tras las rejas en la que se leía: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.
Pero cuando fui solo una semana después a La Catedral a entrevistar al sacerdote, me di cuenta de que ya no estaba, que ya la habían quitado. Y esa era la valla a la que todos los turistas le tomaban fotos cuando visitaban el lugar.
Quise hablar con Doris de nuevo, ahora con micrófono en mano, para preguntarle sobre lo que me dijo el sacerdote.
Me contó que hace 8 años comenzó a trabajar como guía en una casa museo que hay en Medellín dedicada al Cartel. Es dirigida por Roberto Escobar —hermano de Pablo Escobar—, y Roberto la entrenó para hacer los recorridos del museo contándole historias sobre su hermano. Esta es Doris:
[Doris]: Allí él tiene los primeros carros de Pablo, tiene una motocicleta que fue un regalo de Frank Sinatra, entonces, eh, fue una historia muy fascinante, fue muy chévere, y… y esa es la razón por la que, bueno, yo acepté y empecé a trabajar con él…
[Jorge]: A ella le gustó el trabajo de interactuar con turistas y de contar esa historia que a muchos les atraía. Por eso le pregunté si sentía admiración por Pablo Escobar…
[Doris]: No, yo nunca quise a Pablo. Para mí fue una experiencia terrible vivir en Medellín mientras esta época, y… te puedo decir… que… que me sentí feliz el día que Pablo murió, porque yo sabía que la transformación venía a nuestra… a nuestra ciudad.
[Jorge]: Ella me dijo que también vivió las bombas, el miedo. Que incluso en su familia hay víctimas de Pablo Escobar.
Después de 5 años de trabajar con Roberto, Doris decidió crear su propia empresa de tours. Serían sobre la figura de Pablo Escobar, pero…
[Doris]: El enfoque que nosotros le damos es… es diferente. Eh, les mostramos un Medellín como era cuando Pablo Escobar estaba vivo, que no es… no era nada bueno, y cómo es ahora. Entonces para nosotros es demasiado, demasiado importante mostrar la transformación de Medellín a partir de la muerte de Pablo.
[Jorge]: Pero le dije que yo no había sentido eso. Que la mayor parte del tour habían sido detalles que no tenían nada que ver con la recuperación de la ciudad y que, en cambio, sí mostraban a Escobar como este hombre admirable. Además le dije que no se habló casi nada de las víctimas.
Y esto fue lo que me respondió:
[Doris]: No, lo que pasa es que… que tú como… como guía tienes que ser imparcial. Entonces, yo, para mí, yo le presto la… la… la misma importancia a la información que les tengo que dar sobre Pablo, eh, que… que a lo de Medellín.
[Jorge]: Además, le dije que me preocupaba qué tan fiel a la realidad era lo que ella estaba mostrando en el tour. Le pregunté específicamente por lo que vimos en La Catedral:
¿Ahí todavía hay cosas de Pablo Escobar?
[Doris]: Hay algunas cosas, pero no muchas. Por ejemplo, está la… la… la sala original y hay unos libros que era los que leía el… “El Patrón”.
[Jorge]: Ahí le dije que ya había hablado con el sacerdote Elkin sobre todas esas historias que ella cuenta en recorrido. Y me dijo que todo eso se lo había dicho John Jairo Velásquez, alias Popeye, y Roberto Escobar.
[Doris]: Lo que pasa es que uno… uno… uno no sabe, o sea, yo… yo, como te digo… Yo cuento lo que a mí me… me han dicho, ¿cierto?, lo que… Y yo… yo creo en lo que me dijeron, en que estoy dando una… una información veraz. O sea, no… no sé si eso es real o no es real, ¿cierto?
[Jorge]: Le pregunté cómo se sentiría si confirmara que todo eso que ella cuenta en los tours es mentira.
[Doris]: Pues me sentiría muy mal, porque yo pienso que… que parte… la… la… Lo más importante para un guía es dar una información certera, o sea que sí sea verdad. Si… si estamos dando una… una información errónea, pues es un… un error total de parte de nosotros.
[Jorge]: Al parecer, esa narrativa exagerada es lo que vende. Es lo que andan buscando los turistas que ven a Medellín como el set de “Narcos”, la serie de Netflix. Y pues, Doris tiene que competir con otras empresas.
¿Pero qué pasa si un turista o alguien de la ciudad busca la otra versión de la historia? Esa que tiene en cuenta a las víctimas y el impacto de la violencia en la ciudad. Pues lamentablemente no hay muchas opciones.
Está la Casa de la Memoria. Hace poco fui y salí conmovido. Cuenta la historia a partir de una investigación rigurosa y desde la versión de las víctimas.
Y a inicios del año pasado, en 2017, Mauricio Builes, que es periodista y profesor universitario, diseñó un tour muy diferente: este es virtual.
Todo empezó cuando unos periodistas rusos lo llamaron para pedirle que les sirviera como traductor y como fixer de un documental sobre John Jairo Velásquez, alias Popeye. Este es Mauricio:
[Mauricio Builes]: Ellos querían conocer de primera mano por qué Popeye era una persona tan popular en Colombia sabiendo que había sido un sicario.
[Jorge]: Mauricio aceptó trabajar en el documental con la condición de que también se hablara con las víctimas. Los rusos dijeron que sí, pero desde el principio la producción fue una pesadilla.
[Mauricio]: Yo tuve una crisis emocional muy fuerte desde el primer día porque lo que propusieron los rusos ese primer día era llevarlo al centro de Medellín. Y ponerlo a caminar y hacerle preguntas.
[Jorge]: Habían planeado un recorrido de varias cuadras en los que ellos irían grabando la reacción de la gente al ver a alias Popeye. Pero solo pudieron avanzar unos metros.
[Mauricio]: Porque fue tal la correría de personas detrás de Popeye abrazándolo, piqueándolo, pidiéndole autógrafos, selfies, eh, los taxistas le pitaban y le gritaban: “Pope presidente”.
(SOUNDBITE DE DOCUMENTAL)
[John Jairo Velásquez]: La gente es buena conmigo, se toma fotos. Si hay alguien de la multitud que me quiera agredir, me quiera matar, ya es problema de él. Yo no pienso en eso.
[Mauricio]: Yo tengo 38 años, y en la época de Pablo yo era un niño acá en Medellín. A mí me tocaron bombas, eh, yo me acuerdo del miedo, me acuerdo de muchas cosas. Y cuando yo veía ese mundo ahí… se me devolvía la película.
[Jorge]: Mauricio pasó 8 días con alias Popeye y visitó los mismos lugares que yo, y muchos más.
No sé cómo hizo para soportar tanto tiempo. A mí 4 horas de recorrido se me hicieron eternas.
A los pocos días, Mauricio retomó la clase de periodismo que enseñaba en una universidad privada de la ciudad, y les contó a sus estudiantes la experiencia que tuvo. Además les propuso una idea:
[Mauricio]: Les dije: “Muchachos, pasó esto, yo estoy en crisis, entonces yo necesito que ustedes me ayuden a superar la crisis y como proyecto final vamos a hacer un ‘narco tour’. Pero quien va a relatar los hechos no va a ser ni Popeye, ni sus amigos, sino… las víctimas”.
[Jorge]: Mauricio trabajó con 40 estudiantes. Escogieron 13 lugares importantes para contar la historia de los años de la guerra, y después buscaron personas que narraran el momento en el que fueron víctimas del Cartel de Medellín.
Recogieron audios, textos, imágenes, videos… que publicaron en un sitio web: narcotour.co.
(SOUNDBITES DE NARCOTOURS.CO)
[Hombre 1]: Soy víctima del narcoterrorismo, eh, familiar de una de las victimas de la masacre de Oporto.
[Mujer 1]: Víctima del secuestro.
[Mujer 2]: Quedamos huérfanos mi hermana Viviana, mi hermanito Jefferson, que tenía en el momento 5 años y medio…
[Mujer 3]: Hoy mi hijo tiene 26 años. Es una persona muy nerviosa. Y un poquito ansioso. Básicamente lo atribuyo a esta época de vio… de violencia.
[Hombre 2]: Uno de los carros fue alcanzado por la explosión. Era el de mi familia: mi señora Patricia Román en compañía de mis dos hijos.
[Jorge]: En el subtítulo dejaron claro lo que distingue a este “narco tour”: “El lado B de la historia del narcotráfico y Pablo Escobar”.
El lanzamiento de la página fue cubierto por medios colombianos e internacionales. Incluso empezaron a recibir mensajes de turistas que querían hacer el recorrido, que preguntaban cuánto valía. Pero no se trataba de eso, claro. Era —es— un ejercicio de memoria histórica. Quizá lo que más nos falta en esta ciudad.
[Mauricio]: Nosotros, en Medellín, estamos encartados con la memoria de Pablo Escobar. O sea, no sabemos qué hacer, no sabemos cómo manejarlo, y no hemos empezado.
[Jorge]: Hoy, Medellín sigue siendo una ciudad muy violenta. Hay aproximadamente 300 combos, o grupos que se dedican al microtráfico y la extorsión. El narcotráfico sigue infiltrándose en instancias decisivas de poder. Por ejemplo, el año pasado, la Fiscalía acusó al Secretario de Seguridad de la administración local —la mano derecha del alcalde— de compartir información con narcotraficantes, y fue detenido.
En la semana que cerramos esta historia, capturaron a uno de los líderes de estos grupos narco y en retaliación pararon el transporte público de una zona muy grande de la ciudad. O sea, las condiciones que permitieron el poder que tuvo el Cartel de Medellín están ahí.
Pero cuando le mencioné a amigos y familiares que estaba haciendo una historia sobre los “narco tours”, muchos me dijeron que para qué, si eso ya pasó, si esa página quedó atrás, “la ciudad milagro”, etcétera, etcétera.
Y tienen razón. Aunque no es la historia completa.
Y lo que se ve en los “narco tours”, tampoco.
[Daniel]: En abril de este año, 2018, la alcaldía de Medellín anunció que planea tumbar el edificio Mónaco para hacer un parque dedicado a las víctimas del cartel. Sin embargo, todavía no se ha presentado un proyecto concreto que diga cuánto valdría ni cómo hacerlo.
Jorge Caraballo es editor de audiencias de Radio Ambulante. Vive en Medellín. Esta historia fue coproducida por Luis Fernando Vargas, y editada por Camila Segura y por mí. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri. Ana Prieto hizo el fact-checking.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Patrick Mosley, Barbara Sawhill, Luis Trelles, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa y Silvia Viñas. Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
Conoce más sobre Radio Ambulante y sobre esta historia en nuestra página web: radioambulante.org.
Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.