Transcripción – La colonia perdida
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[Daniel Alarcón, host]: Oye, eh, ya, ¿por… por qué estamos acá?
[Luis Trelles, producer]: Pues, mira. Eh, estamos acá para hablar de abejas, ¿cuánto sabes de abejas, Daniel?
[Daniel]: ¡Bzzzz! Sabes lo que sé de abejas, que mi hijo ve… una abeja, alguien le habla de una abeja…, hay u… un rumor de una abeja y sale corriendo como un desquiciado.
[Luis]: Despavorido.
[Daniel]: Sí. [Risas]
[Luis]: ¡Wow!
[Daniel]: Eso es lo que sé.
[Luis]: Bueno, realmente esta historia es sobre abejas, pero esta historia comienza en un campo tropical, en el laboratorio de abejas de la Universidad de Puerto Rico.
Hola, ¿qué tal?
[Hombre]: No se han saludado…
[Luis]: Mucho gusto.
[Tilden Aponte]: ¿Qué tal?, un placer.
[Luis]: Y allí conocí a Tilden Aponte, el técnico que se ocupa de darle mantenimiento a las colmenas.
[Tilden]: La pregunta es que si alguna vez te habían acariciado, en algún momento, porque, pues, nosotros en la juventud, normalmente, en algún momento nos picaron las avispas, o nos picaron las abejas…
[Luis]: Me pregunta que si alguna vez me han acariciado… las abejas. [Risas]
[Daniel]: [Risas] Pero usé… Es lo que le voy a decir a mi hijo. Le voy a decir: “Que no, León, que es una caricia no más”.
[Luis]: Y yo le digo…
Pues mira, yo no recuerdo que a mí me hayan picado, o sea, estoy seguro que me han picado en algún momento, pero no tengo… no tengo recuerdo de eso.
[Tilden]: Pues vale, vamos a protegerte bien para que… que no te vayan a picar y haya que correr contigo pa’ algún lado.
[Luis]: Porque si eres alérgico y te pican, pues no queremos tener que correr contigo para el hospital. Y ahí es que yo empiezo como que: “Wow, ¿qué tipo de historia estoy produciendo esta vez?”. [Risa]
[Daniel]: Pero… Ok, la… la… Yo… Yo entendía que con este “moon suit” ya no te pican…
[Luis]: Te pueden picar.
[Daniel]: Sí.
[Luis]: Te pueden picar si no te la pones bien, y sobre todo yo creo que Tilden Aponte vio mi [risa] poca destreza para ponerme ropa especializada y aguantar un micrófono y asumió que iba a dejar algo suelto en algún lugar y que las abejas se iban a colar y me iban a picar.
Eh, entonces, bueno: me pongo este traje, estamos en Puerto Rico, hace cerca de 90 grados Fahrenheit de calor, el traje es como casi una pulgada de grueso…
Da calor.
[Tilden]: Sí…
[Luis]: Tilden me… me explica que con el traje puesto básicamente…
[Tilden]: Cuando tu llevas más de una hora, estás… se te trepa la temperatura a 118, 120 grados fácilmente.
[Luis]: Yo estoy sudando a chorro suelto.
[Tilden]: Y obviamente empieza un proceso de, eh… de deshidratación.
[Luis]: Y bueno, en esas estoy, quejándome del calor, cuando de repente aparece uno de los personajes principales de esta historia, el Doctor Tugrul Giray. Y bueno, no es un nombre muy puertorriqueño…
[Daniel]: Eso es lo que te iba a preguntar…
[Luis]: Eh… Es… Es turco, enamorado de Puerto Rico y una puertorriqueña, y un biólogo experto en abejas… Y bueno, él sale a… a conocerme, ¿verdad?, afuera, donde están las cajas, las abejas…
(SOUNDBITE DE CAJAS DE ABEJAS)
[Luis]: Y lo increíble es que este tipo es como el encantador de las abejas, Daniel, o sea, literalmente el sale en manga de camisa, y yo le digo, ¡Tugrul!…
Oye, tú te acercas sin traje ni nada, ¡eres bravo!
[Tugrul Giray]: No, no, que las abejas no son… son mansas.
[Luis]: Y él me dijo que las abejas con las que él trabaja —y las abejas en Puerto Rico en general— son muy mansas, muy dóciles. Y precisamente por eso fue que lo fui a visitar, porque… estas abejas mansas y dóciles de Puerto Rico pueden, posiblemente, ser parte de la solución para salvar a las abejas domésticas de una buena parte del mundo.
[Daniel]: Suena muy dramático, me vas a tener que convencer de eso.
Bienvenidos a Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. Y hoy, nuestro productor Luis Trelles va a tratar de hacer eso mismo: convencernos de que las abejas de Puerto Rico tienen poderes especiales, poderes que pueden tener efectos muy importantes más allá de la isla.
Desde San Juan, Luis nos trae la historia…
[Luis]: Y bueno, para entender la importancia de las abejas puertorriqueñas, primero hay que entendender de dónde vienen.
Porque estas abejas son el producto de un experimento muy controversial que comenzó en Brasil, en 1956, en el laboratorio de un científico de São Paulo, el Doctor Warwick Kerr.
Aíxa Ramírez, una estudiante de doctorado que trabaja en el laboratorio de Tugrul, me explicó que…
[Aíxa Ramírez]: Querían hacer un cruce entre la abeja, eh, melífera europea y la abeja melífera que venía de África.
[Luis]: Las abejas melíferas son las que producen miel. La abeja melífera europea…
[Aíxa]: Es la clásica amarilla con rayas negras, que se dedica a recoger polen y néctar para convertirlo en miel dentro de su colmena.
[Luis]: Y esa abeja había llegado a América con la llegada de los europeos. Y claro, rápidamente se expandió por todo el continente. A los apicultores les encanta trabajar con ella porque es muy productiva a la hora de hacer miel. Y casi no pica. Es la abeja doméstica por excelencia.
Pero a la abeja europea le va mejor en algunos lugares que en otros, porque realmente a esta abeja europea no le sienta bien el trópico.
A la abeja de miel africana, la mellifera scutellata, sí le va bien en climas más calientes. En esencia, estas abejas son las primas cálidas de las europeas, sin ese esnobismo de clima templado que tienen las del norte.
Y por eso, el Doctor Kerr y su equipo…
[Aíxa]: Pretendían hacer un cruce para sacar lo mejor de los dos mundos.
[Luis]: Es decir, cruzar una reina africana con zánganos: las abejas masculinas europeas. Y para lograrlo, el Doctor Kerr viajó a Sudáfrica, Angola y Tanzanía.
[Tugrul]: Entonces trajo estas abejas, unos cuantas reinas [sic]…
[Luis]: Porque las reinas son las que se reproducen para crear colonias de abejas. De una sola reina pueden salir hasta 50.000 crías.
Tugrul me explicó que no fueron muchas las abejas que Warwick Kerr trajo de vuelta a Brasil.
[Tugrul]: Menos de 30.
[Luis]: Pero aún así me pareció un poco extraña su manera de trabajar. No sé nada de biología, ni de ciencia, pero no me parece que sea tan buena idea eso de mover especímenes de un continente a otro. Sobre todo si no se sabe las consecuencias que eso pueda traer.
Por eso le pregunté a Aíxa Ramírez si este era el proceso más adecuado para llevar a cabo este tipo de experimentos.
[Aíxa]: El proyecto de él no fue un proyecto, eh… muy bien organizado en cuanto a todos los permisos requeridos. Y unos lo catalogan históricamente como salvador de la apicultura, otros dicen que fue el… el que acabó con la apicultura.
[Luis]: Y es que el Doctor Kerr sigue siendo una figura muy controversial. Precisamente porque empezó a cruzar las abejas reinas que había traído de África con abejas europeas, siempre con la idea de crear una abeja que pudiera hacer más miel en climas cálidos. Pero antes de que pudiera perfeccionar la mezcla…
[Aíxa]: Aparentemente se les escapó el cruce antes de que estuviera listo el producto final.
[Luis]: El propio Doctor Kerr llegó a mencionar, en una entrevista antes de su muerte, que las reinas se escaparon por “errores de manejo”. Pero no se sabe bien qué fue lo que causó esos errores. Aíxa me contó que hay varias teorías.
[Aíxa]: Dicen que el Doctor, ah, voluntariamente —a conciencia—, abrió la… la caja donde estaba la reina y la reina salió. Dicen que fue un técnico que estaba molesto con el… con el Doctor y abrió la colmena para que salieran los experimentos.
La historia realmente no se sabe.
[Luis]: Y hay que recordar que las reinas son las que se reproducen.
Y eso mismo fue lo que pasó: las reinas africanas que se escaparon se reprodujeron sin parar.
Y como tenían características genéticas totalmente distintas, crearon una nueva especie.
[Tugrul]: Y nació abeja africanizada [sic].
[Luis]: No africana, sino africanizada: una mezcla de la abeja europea con la de África. Pero había un problema. Las abejas africanizadas habían heredado un rasgo muy característico de aquellas reinas que el Doctor Kerr trajo de África.
[Aíxa]: Sí, básicamente son más irritables, son más nerviositas.
[Luis]: La agresividad. Son abejas que tienen una predisposición muy grande a defender su colonia.
[Tugrul]: Desde una distancia de 20 metros pueden decidir que hay un amenaza [sic].
[Luis]: En África esa amenaza usualmente se trata de un animal que se llama tejón de miel. Es del tamaño de un gato, y se ha sido descrito como el mamífero más agresivo del mundo. Es el peor enemigo de las abejas africanas, porque se especializa en la destrucción de colmenas.
Pero en Brasil no existe ese tipo de animales. La amenaza más común que perciben las abejas africanizadas a este lado del Atlántico son las personas.
[Tugrul]: Y entonces enfrentan esta amenaza con picadas.
[Luis]: Cientos de abejas se lanzan contra las personas para picarlas.
[Tugrul]: Y la respuesta de picada es explosiva.
[Luis]: Es decir, son cientos, hasta miles de picadas. Ninguna es mortal por sí sola, pero todas juntas…
[Tugrul]: Termina en fallo renal…
[Luis]: Porque cada picada transmite un poquito de veneno que afecta los tejidos del cuerpo.
[Tugrul]: Que es, eh, fatal.
[Luis]: Eso es una muerte horrible…
[Tugrul]: Sí, suena… suena bastante mal. Sí.
[Luis]: Eran abejas asesinas. Así fue como la gente empezó a llamarlas en Brasil. Y muy pronto se convirtieron en un problema internacional, porque se estaban expandiendo a paso lento —pero seguro— por todo el continente.
[Tugrul]: Al poco tiempo estas abejas se empezaron a mover, eh, en una tasa de como 100 kilómetros al año.
[Luis]: 100 kilómetros al año. No es mucho: una hora de viaje en un carro que va por la autopista. Pero era una expansión imparable.
En la década del 60 llegaron a Argentina; en los 70, a Venezuela; y ya a principios de los 80, cruzaron el Canal de Panamá. Para mediados de esa década estaban llegando a la frontera de Guatemala con México.
Y claro, la reputación que se ganaron en Brasil iba sembrando la histeria en cada país latinoamericano al que llegaban.
(SOUNDBITES DE NOTICIEROS)
[Periodista]: Y abejas africanizadas atacaron las instalaciones de la Secretaría de Educación de Campeche. ¡Hay heridos!
[Periodista]: Un enjambre de abejas africanizadas atacó a un hombre de 82 años…
[Locutor 1]: No, vamos a tener que nosotros también salir corriendo.
[Locutor 2]: Oiga, sí, ¡abejas asesinas en el medio de San Cristóbal!
[Periodista]: Más de 1.000 ponzoñas de abejas africanizadas incrustadas en todo el cuerpo terminaron con la vida de un anciano de 84 años.
[Luis]: Y mientras más se extendía por Sudamérica, más crecía la especie. Porque la abeja africanizada se mezclaba vorazmente con otras abejas europeas.
[Aíxa]: Eh, la africanizada es dominante. Y al haber un cruce genético, lo… la parte de la africanización es la que domina.
[Luis]: Era el poder del mestizaje. Para el 2006, un documental de National Geographic estimaba que había mil millones de abejas africanizadas en América. Y todas pueden trazar su árbol genealógico a aquellas reinas africanas que se le escaparon al Doctor Kerr.
Ya para los años 90 habían llegado a la frontera con Texas y California. Y bueno, en Estados Unidos: ¡rechazo total!
(SOUNDBITE DE ANUNCIO)
[Locutor]: Now there’s a threat to our peaceful honey bees. The potential invaders are now in Central America, and are predicted to reach the Texas border by 1989. The newcomers are Africanized Bees, sometimes called “Killer Bees”.
[Luis]: Y fue en este contexto de miedo —y hasta de pánico— que estas abejas finalmente llegaron a Puerto Rico, una isla que —debo decir— está muy densamente poblada.
[Tugrul]: Y significa que van a estar en un encontronazo continuo con gente.
[Luis]: Tugrul me explicó que poco tiempo después de llegar a la isla, también se empezaron a registrar muertes en Puerto Rico.
[Tugrul]: Y al principio sí eran, como en otros sitios, asesinas…
[Luis]: Del 94 al 97 hubo unas 4 muertes registradas a causa de las abejas.
[Tugrul]: El último es un niño pequeño que mataron las abejas.
[Luis]: Y en Puerto Rico, las autoridades les declararon la guerra.
[Hermes Conde]: ¡Fue un caos! Más de 2.000 colmenas mataron las oficinas de Manejo de Emergencias.
[Luis]: Este es Hermes Conde, un apicultor de Puerto Rico, o sea, alguien que se dedica a manejar abejas. Hermes me contó que en aquella época, cada vez que aparecía una colmena, se llamaba a la policía, a los bomberos o a la Oficina de Manejo de Emergencias y Defensa Civil.
[Hermes]: Llamaban a Manejo de Emergencias, como hacen ahora mismo, y Manejo de Emergencias rápido iban y “pum pum”: les echaban agua con jabón, y las mataban.
[Luis]: El agua y el jabón las asfixiaba: esa era la forma de resolver el problema.
Y aunque parezca increíble, el plan del gobierno parece que funcionó, pero no de la manera que habían pensado. Y es que ya para finales de los 90, las abejas en Puerto Rico comenzaron a cambiar. Dejaron de ser tan agresivas.
[Tugrul]: En nuestra investigación hemos descubierto como 10… que habían como 10.000 ataques reportado [sic], por año, en esos primeros años. En este momento, ese número es alrededor de 600.
[Luis]: Es decir que el número de ataques se hizo 100 veces menor. Estadísticamente, este es un cambio radical y se logró en menos de 20 años.
Hay varios estudios que buscan explicar por qué pasó esto. El más reciente se hizo en la Universidad de Illinois de Urbana-Champaign. Salió el año pasado. Y allí desarrollaron una nueva teoría: que los puertorriqueños eliminamos a las más agresivas, y desencadenamos un proceso de evolución acelerada que le dio paso a una nueva subespecie: abejas africanizadas que son más tranquilas, más dóciles.
Increíble, ¿no? Las asesinas se vuelven un poco menos asesinas.
[Tugrul]: De hecho, eh, sí, es… no es solamente un poco menos, es bastante. Son similares a abeja europea [sic] en su agresividad.
[Luis]: Las abejas africanizadas de Puerto Rico se habían hecho más mansas, pero seguían teniendo algunas propiedades de las abejas europeas: son muy polinizadoras, por ejemplo, y producen más miel.
Pero también tienen lo mejor de las africanas. Les va bien en el calor del trópico, pero aún más importante, son más resistentes al enemigo número uno de las abejas a nivel mundial: el ácaro.
[Aíxa]: Ácaro.
[Luis]: ¿Qué es un ácaro?
[Hermes]: Solamente hay un ácaro.
[Aíxa]: Y es una garrapata que es del tamaño de un alfiler, que se le pega en… en el torso y se la va… le va chupando la hemolinfa.
[Luis]: La hemolinfa, es decir, el líquido interno que contiene los nutrientes que necesitan para sobrevivir. Las abejas se forman con estas garrapatas chupándoles ese líquido, pero en el caso de estas abejas de Puerto Rico, la abeja africanizada…
[Aíxa]: Puede limpiar ella misma los ácaros. Ella los coge con la… con la boca, les pica la cabeza y los bota. O sea, tiene una facilidad… Y el ácaro es vector de virus…
[Luis]: O sea, el ácaro es un imán que atrae enfermedades que amenazan a las abejas de miel en Europa y en Norteamérica. En Estados Unidos, los apicultores pierden del 33 al 48 por ciento de sus colmenas cada año. Son cientos de miles de abejas muertas…
[Aíxa]: Siempre había una merma de algunas que morían. Desde el 2005 para acá, básicamente la merma ha sido mayor, y lo que se está viendo es un despoblamiento de las abejas.
[Luis]: Los plaguicidas, los monocultivos industriales… todo eso ha contribuido a que desaparezcan. Pero casi todos los expertos están de acuerdo en que el ácaro es una de las amenazas más grande que enfrentan las colmenas de abejas domésticas.
[Tugrul]: Problema de Estados Unidos y otros sitios —Europa— es que no tienen abejas que pueden enfrentar esa ácaro [sic].
[Luis]: Y esto tiene unas consecuencias muy graves porque un tercio de toda la comida que comemos los humanos necesita ser polinizada, y las abejas de miel tienen un rol muy importante en ese proceso, porque ayudan a esparcir polen en los cultivos para la creación de semillas.
Tugrul me explicó que…
[Tugrul]: Eh, necesitamos abeja de miel para polinización porque necesitamos producción de alimentos para… para un mundo de gente.
[Luis]: Y es que sin la polinización de estas abejas hay una gran cantidad de frutas y vegetales que dejarían de estar tan disponibles como lo son ahora: manzanas, cebollas, aguacates… la lista es larguísima. Y si estos cultivos desaparecen de los puestos de comida y los supermercados, habría un efecto muy negativo en la dieta de una buena parte de la población mundial.
Pero no es solo la comida. La polinización de las abejas también es clave en el balance del ecosistema.
Aíxa me lo explicó de esta manera:
[Aíxa]: Vamos a ponerlo en el contexto, eh, seguridad alimentaria, vamos a ponerlo en el contexto de… de ambiental, vamos a ponerlo en el contexto de que si no hay árboles en las riberas del río, la erosión también puede afectar. O sea, es un efecto dominó en escala.
[Luis]: Y estos efectos ya se están sintiendo en la industria agrícola de Estados Unidos. Particularmente en sitios como California, donde las abejas son absolutamente esenciales para polinizar almendras. Un cultivo que tiene un valor de más de $7.000 millones de dólares para ese Estado.
Allí tienen que traer abejas de otros lugares durante la época de polinización. Abejas que son como trabajadores migrantes, porque en California ya no quedan abejas que puedan hacer ese trabajo.
Pero en Puerto Rico ya hay una abeja que puede ofrecer una solución.
Tugrul me dijo, por ejemplo, que…
[Tugrul]: Incluso en una… un reportaje reciente habían dicho que… si las abejas de Puerto Rico desaparecen, el mundo puede perder.
[Luis]: Pero eso, claro, la gente común y corriente —los que no son científicos— no lo sabe.
A principios de los años 2000, las abejas de la isla ya habían cambiado. Habían dejado de ser asesinas, pero la gente seguía llamando a agentes de Manejo de Emergencias cada vez que veían una colmena. Y claro, estos agentes seguían matando las colonias. Casi por hábito.
[Daniel]: Y seguir matando colmenas, pues, tiene consecuencias graves. Luego de la pausa, un grupo de ambientalistas informales comienzan una misión de rescate para evitar la extinción de las abejas en la isla.
Ya volvemos.
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[Daniel]: Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Soy Daniel Alarcón.
Antes de la pausa, nuestro productor Luis Trelles nos contó la historia de unas abejas asesinas, unas abejas que se convirtieron en una posible solución para la desaparición de las abejas en muchas partes del mundo. Pero para llegar a serlo, primero tenían que enfrentar un problema mucho más inmediato: sobrevivir la política de exterminación del gobierno puertorriqueño.
Aquí Luis.
[Luis]: Y aquí es donde comienza la cruzada de Hermes Conde, una de las personas que se lanzó a salvar a las abejas.
[Hermes]: Empecé en el 1978 como… como agente de la policía de Puerto Rico.
[Luis]: Y es que Hermes ha tenido varias vidas profesionales…
[Hermes]: Fui sargento, fui teniente, fui capitán…
[Luis]: Más tarde fue director de la unidad de operaciones tácticas de la policía…
[Hermes]: Fui comandante del Team SWAT…
[Luis]: Es decir, de lo que se conoce en inglés como el SWAT Team…
[Hermes]: Y ahí me traslado al Estado de Texas, donde trabajo en la cárcel de máxima seguridad.
[Luis]: Le tocó ser guardia penal en el área donde están los presos condenados a muerte.
[Hermes]: Y de regreso a trabajar a la cárcel de máxima seguridad de Puerto Rico.
[Luis]: [Riendo] ¡Wow! Wow, has visto de todo.
[Hermes]: ¡Sí!, de todo, de todo.
[Luis]: Obviamente quería saber cómo es que un tipo así termina siendo uno de los defensores más fervorosos de las abejas en Puerto Rico.
Y cuando le pregunté, Hermes me contestó que él y sus hermanos vienen de una familia de campo.
Su abuela manejaba colmenas de abejas silvestres. Pero aún más importante para jóvenes como Hermes, que se criaron en pueblos rurales de la isla en los años 40 y 50, eran sus vecinos. O mejor dicho, las hijas de su vecino…
[Hermes]: Las hijas eran preciosas también.
[Luis]: Y para llegar a ellas, pues, tenía que impresionar al papá, que era apicultor.
[Hermes]: ¡Porque ellas eran apicultoras de… de nacimiento, porque el pai se dedicaba a eso!
[Luis]: Y eso fue un incentivo importantísimo para aprender de las colmenas.
Pasaron unos 50 años sin que Hermes volviera a estar cerca de las abejas. Pero como era policía, vio de cerca los operativos de la Agencia de Manejo de Emergencias en los años 90.
[Hermes]: Y empezaron los agentes de… de Manejo de Emergencias a matar abejas…
[Luis]: Y esto a Hermes le molestaba muchísimo, porque iba contra todo lo que había aprendido de niño.
[Hermes]: Todo lo que yo soy se lo debo a la agricultura. Mi papá y mi mamá eran agricultores bona fide. Nosotros vivíamos del café, de la malagueta, del eucalipto… Y yo entiendo que es como un deber mío personal retribuirlo, ¿cómo?, evitando que se maten las abejas porque sin abejas no va a haber agricultura.
[Luis]: Hermes se jubiló en el 2011, y luego decidió que iba a abrir la Escuela de Apicultura del Este.
En Puerto Rico hay varias escuelas de apicultura, y la vasta mayoría son para personas que quieren aprender a producir miel o agricultores que quieren polinizar sus cultivos de forma natural. Pero la escuela de Hermes y quizás un par más tienen otra meta: realmente se dedican a entrenar a sus apicultores para ser rescatistas.
[Hermes]: Porque si esa colmena se rescató es una colmena más que se suma al ambiente, y… nosotros, pues, tenemos la… la oportunidad de reintegrarla a… a otra área que no tengan abejas.
[Luis]: ¿Cuánto tiempo lleva la escuela?
[Hermes]: 5 años.
[Luis]: Y en esos 5 años, ¿cuántas colmenas tú crees que has rescatado?
[Hermes]: Alrededor de 800… de 800 colmenas.
[Luis]: Y poco a poco, la actitud de los puertorriqueños hacia las abejas ha ido cambiando. Aíxa Ramírez me explicó que…
[Aíxa]: Antes no las queríamos y las matábamos, ahora las queremos y las defendemos.
[Luis]: Y ese cambio surgió justo a tiempo para salvar a la abeja africanizada de Puerto Rico, la abeja híbrida, nueva, la que el Doctor Warwick Kerr había tratado de crear en su laboratorio de São Paulo.
[Aíxa]: Básicamente la abeja de Puerto Rico se completó el trabajo de investigación que comenzó en Brasil. Donde realmente se obtuvo una abeja que tuviera lo mejor de los dos mundos.
[Luis]: Las abejas finalmente parecían estar a salvo, hasta que, en septiembre de 2017, se tuvieron que enfrentar a una nueva amenaza…
(SOUNDBITE DE NOTICIEROS)
[Periodista]: El huracán María sigue fortaleciéndose en su devastador recorrido por el Caribe…
[Periodista]: Puerto Rico permanece en máxima alerta.
[Periodista]: La situación se mantiene en tensa calma en todo el país…
[Periodista]: Según las autoridades, el huracán María es probablemente el más peligroso de la historia moderna del territorio caribeño.
[Luis]: El 19 de septiembre, el día antes de que llegara el huracán, la isla entera se detuvo. Todos los expertos coincidían en que iba a ser el más poderoso en más de 80 años. Y la trayectoria iba a partir la isla por el medio.
Todo el mundo se preparó como pudo, asegurando ventanas y protegiendo sus hogares. Tugrul, en cambio, se preparó de esta manera:
[Tugrul]: El día 19, a las 6 y 30, los estudiantes me ayudaron a colocar las abejas dentro del edificio para que no estén impactados [sic] con huracán.
Tugrul no estaba en su casa. Para él las abejas de su laboratorio eran más importantes. Esa noche, cuando salió del laboratorio, se dirigió directamente a los panales que tiene en su casa, para asegurarlos antes de que llegara el huracán.
Y lo que pasó después, bueno, es algo que todos los que estuvimos en Puerto Rico no vamos a olvidar… Nunca.
(SOUNDBITE DE NOTICIEROS)
[Periodista]: En total estado de asombro: así despertaron los puertorriqueños tras sufrir el azote del huracán María.
[Periodista]: Inundaciones generalizadas, árboles arrancados, postes eléctricos derribados…
[Periodista]: Puerto Rico está a oscuras. La isla está completamente incomunicada.
[Periodista]: Podrían pasar meses, quizás años, para que la isla regrese a la normalidad.
[Luis]: La isla, obviamente, devastada. A Tugrul le tomó 3 días llegar a su laboratorio. Y cuando llegó…
[Tugrul]: Lo único que… No había nada verde en ese momento, eso pareció como quemado.
[Luis]: Como si alrededor de su laboratorio hubiera caído una bomba.
Cuando Tugrul entró a su laboratorio a ver las abejas, se dio cuenta que había perdido varias colonias. Miles de abejas desaparecidas. Probablemente muertas…
[Tugrul]: Porque varios abandonaron [sic]…
[Luis]: ¿Abandonaron por hambre?
[Tugrul]: Por hambre.
[Luis]: Tugrul me explicó que fuera de su laboratorio, en las colmenas de apicultores locales y colonias silvestres, la situación era mucho más grave.
[Tugrul]: Ya no hay, eh, flores ni hojas en árboles. No hay ningún fuente de alimento para lo que quedaron [sic]… No había dónde las abejas podían buscar polen o néctar.
[Luis]: Y no solamente eso. Las abejas también se estaban enfrentando a depredadores que no tenían antes.
[Tugrul]: Hasta palomas estaban comiendo abejas…
[Luis]: Y dentro de las colmenas, las abejas estaban pasando tanta hambre que se estaban canibalizando.
[Tugrul]: Así que 2 o 3, entre ellos, se estaban jalando en pedazos y comiendo su propio [sic] cría para poder sobrevivir.
[Luis]: Según los cálculos de Tugrul, la mayoría de las abejas en Puerto Rico desaparecieron durante ese primer mes y medio después del huracán.
[Tugrul]: Yo pienso que muy probablemente hemos perdido 90 por ciento de las abejas en… en… en la isla.
[Luis]: Y las que no murieron, habían perdido sus colonias. Tugrul estima que se perdieron cerca de 50 por ciento de las colmenas en Puerto Rico.
[Hermes]: Porque perdieron su hábitat, y ellas lo que están buscando es comida. Que al no haber flora, no haber nada, pues estaban buscando era en los zafacones…
[Luis]: Zafacones, es decir, botes de basura…
[Hermes]: Y botellas de refresco que la gente tira y buscando dónde meterse para guarecerse porque francamente perdieron su hábitat al haber tantos árboles destruidos, ¿vite?
[Luis]: Estaban totalmente desubicadas.
[Hermes]: Se metían en los zafacones, en los buzones de las casas, en las casitas de… de los perros, en las casitas de muñecas: ahí ellas se metían.
[Luis]: Cuando escucho a Tugrul o a Hermes hablar de las abejas tras el huracán, no puedo evitar la comparación con lo que estaban viviendo cientos de miles de puertorriqueños. Los que podían se iban a Estados Unidos. Se estima que más de 150 mil puertorriqueños se fueron en los primeros 5 meses después del huracán.
Los que nos quedamos, bueno, creo que no es una exageración decir que estábamos en una situación no muy distinta a la de las abejas. Nosotros también estábamos desubicados, dando vueltas sin rumbo para ver qué había pasado en los lugares de trabajo, haciendo filas interminables en puestos donde la gasolina escaseaba, buscando comida en supermercados que se habían quedado sin electricidad.
Y claro, al igual que las abejas, muchos perdieron sus hogares. Más de 70.000 casas —casi todas de madera— perdieron sus techos después del huracán.
Y aquí hay que recordar algo que parece olvidarse con frecuencia: que Puerto Rico es un territorio de Estados Unidos, una colonia americana. Luego del huracán, se supone que FEMA, la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, iniciara un programa masivo de reparación de techos. Pero esta vez, la ayuda tardó mucho en llegar, y las casas sin techo se convirtieron en un refugio para cientos de colonias perdidas.
[Hermes]: Como las casas no tienen techo, pues ellas brincan y la entrada de ellas es más fácil.
[Luis]: Tugrul me contó que cuando las colonias quedan desplazadas de esta manera…
[Tugrul]: En ese proceso puede haber muerto la reina…
[Luis]: Y la reina tiene un papel fundamental, porque la reina es la que se reproduce, y si la reina muere en una situación como esta, en la que el resto de la colonia no tiene suficiente comida para producir otra reina…
[Tugrul]: Eso significa [sic] ya no tenemos posibilidad de reponer esa… esa colmena.
[Luis]: De cierta manera es una receta para la extinción.
Y fue en ese momento, unos 2 meses después del huracán, que Hermes y su guerrilla de rescatistas se activó. Tenían que salvar más colmenas que nunca, y estaban trabajando contra el reloj.
[Hermes]: Sí, estamos bien ocupados y… y estamos aligerando el paso.
[Luis]: ¿Cuántas misiones han hecho desde que pasó María?
[Hermes]: 28.
[Luis]: Luego del huracán, la isla se llenó de rescatistas. Expertos en emergencias médicas; en la conexión de grandes generadores de electricidad, porque prácticamente toda la isla se había quedado sin luz; expertos mortuarios que sabían cómo disponer de cadáveres en medio de zonas de desastre… En fin, expertos de todo tipo. Pero les aseguro que en medio de todos ellos no hay rescatistas como Hermes y su grupo disparejo de voluntarios.
Unos 5 meses después del huracán, fui hasta la Escuela de Apicultura del Este para encontrarme con Hermes y sus voluntarios. Quería acompañarlos en una misión de rescate.
Me encontré en el estacionamiento con Hermes y José Pacheco, su mano derecha en las misiones.
[José Pacheco]: ¡Jefe, buen día!
[Luis]: Buenos días, ¿cómo están?
[José Pacheco]: Aquí en la lucha, ya tempranito.
[Luis]: Cuando llegué, estaban raspando un cajón de madera, de un metro cuadrado más o menos. Utilizarían esa caja para trasladar a la colonia que iban a rescatar esa mañana…
Nos montamos en su camioneta para ir hasta el lugar de la misión. Era una típica casita de campo puertorriqueña, de madera, que había sufrido daños tras el huracán.
Allí estaban esperando los otros voluntarios de Hermes, y él comenzó el rescate dándole instrucciones al grupo. Y mientras lo hacía, recordé que Hermes ha sido capitán de la policía y superintendente de prisiones, y aún conservaba ese viejo hábito de dar órdenes.
[Hermes]: Vamos a abrir… Ese es un panel decorativo, lo vamos a tratar de abrir poquito a poco, las abejas aquí son medias violentas.
[Luis]: Y aunque mi apellido es Trelles, Hermes me presentó como Freytes…
[Hermes]: Retírate un poquito, Freyte…
[Luis]: Hermes es así. Ya no hay manera de corregirlo.
[Hermes]: Vamos a ver qué es lo que hay ahí, ¿está bien? Vamos a vestirnos…
[Luis]: Cada voluntario se vistió con trajes protectores que les cubrían las caras con mallas negras, para protegerlos de las picadas.
Los guantes les quedaban grandes a algunos, otros tenían trajes demasiado largos. La tela estaba curtida, se notaba que tenían años de uso.
Entonces entramos hacia al bosque hasta encontrar una casa de madera, y nos dirigimos a un cuartito diminuto que se había quedado sin ventanas. Me imagino que habrán volado con los vientos huracanados de María.
Había 5 rescatistas, incluyendo a Hermes, y el espacio era tan pequeño que casi no cabían.
Cada uno tenía una función. José Pacheco, la mano derecha de Hermes, se ocupaba del humador, un viejo cilindro de metal que echa humo: una técnica que los apicultores utilizan para confundir a las abejas.
[Hermes]: El humador, José. Necesito el humador y la…
[José]: Aquí está.
[Hermes]: El agua… ¿Ahí están ya?
[Luis]: Otro voluntario le echaba agua a la pared con un atomizador, otra técnica más: el agua tiende a apaciguar a la colmena.
[Hermes]: Un poquito de agua, porque ellas se controlan, se ponen a limpiar… Ya mismito aquí hay un millón de abejas.
[Luis]: Y entonces Hermes explicó que la colmena estaba adentro de la pared, en el espacio hueco entre dos paneles de madera. El próximo paso era abrir la pared… A la fuerza.
Una vez que abrieron el hueco, miles de abejas llenaron el pequeño espacio del cuarto. La colmena había quedado expuesta. Era como si la pared estuviera viva…
[Hermes]: Hay más de 40.000 abejas.
[Luis]: ¿Aquí?
[Hermes]: Sí.
[Luis]: ¿Aquí hay más de 40 mil abejas?
[Hermes]: Sí.
[Luis]: Miles de animalitos, unos sobre otros, moviéndose como arena movediza en un verdadero enjambre que había colonizado aquel pequeño espacio.
El proceso de rescate era sencillo: los voluntarios raspaban el interior de la pared, y luego transferían los pedazos de panal llenos de cera y miel al cajón de madera que habían traído.
Pero también daba vértigo. Estábamos envueltos en la neblina que producía el humador, con miles y miles de abejas zumbando por todos lados. El traje protector daba un calor asfixiante.
Y fue entonces que empecé a sentir náuseas.
No era el único…
[Yolanda]: Ay, se me metió una abeja…
[Fico]: ¿Dónde?
[Yolanda]: Dentro.
[Hermes]: Eso no es nada, no te apures. No le hagas caso, sigue trabajando.
[Luis]: Yolanda, una de las voluntarias, tampoco la estaba pasando bien.
[Yolanda]: Señor mío y Dios mío, ayúdame porfa…
[Hermes]: ¿Dónde está? ¿Dónde está?
[Yolanda]: No sé. No, no me haga caso, señor, yo estoy bien.
[Hermes]: ¡Sí, tranquila, no te apures!
[Luis]: Eventualmente me calmé. Yoli también.
Y poco a poco, la nube de abejas se fue disipando. Es que están programadas para seguir a la reina. Una sola controla al resto de la colonia, y evidentemente los rescatisas habían logrado transferir la reina al cajón, porque las abejas empezaban a gravitar hacia esa nueva colmena. Tardaría un par de días, pero eventualmente las 40.000 abejas de la colonia se moverían hacia adentro de esa caja. Hermes se la llevaría a la sede de su escuela, y anotaría un rescate más en su lista.
Cuando acabó todo, me quedé hablando con Yoli, la mujer que se había alterado, como yo. Ella me explicó que ella y su esposo se habían unido al grupo de voluntarios porque estaban buscando un cambio.
Cuéntame, ¿qué fue lo que te atrajo a esto?
[Yolanda]: Ay, pues te voy a decir que, eh… Fico y yo, eh, nada, como matrimonio estamos… estábamos como que en… en una… un momento de transición en nuestras vidas. Este… Y estamos reinventándonos, etcétera, y nos topamos con esto de las abejas. Fuimos…
[Luis]: Yoli me comentó que se había quedado sin trabajo poco antes del huracán. Su esposo Fico también. Estaban buscando algo que les ayudara a encontrar un nuevo camino. Una razón, quizás, para no tener que irse de la isla.
Ya estaba cayendo la tarde cuando acompañé a Hermes Conde y a su asistente, José Pacheco, de vuelta a la escuela de apicultura. El edificio antes era una escuela pública. Hermes utiliza dos salones de clase, y el resto del edificio está abandonado.
Ellos me dieron una vuelta por el apiario. Habían llenado el salón con cajones y cajones como el que acababan de utilizar para la misión de rescate.
Fue entonces que me di cuenta que la escuela seguía sin luz. Estábamos a casi 5 meses del paso del huracán, y ellos y sus abejas seguían a oscuras.
Y no era solo en la escuela…
Más tarde, Hermes me explicó que muchos de los rescatistas estaban enfrentando situaciones muy difíciles.
[Hermes]: No tienen casa, se les fueron los techos. Yo estoy sin luz todavía. Tenemos otros que están sin agua, pero si paramos…
[Luis]: Es que salvar a las abejas se había convertido en la prioridad más importante.
[Hermes]: Si no nos ponemos a trabajar con las… con las colmenas que se están metiendo… se están poniendo en los techos, es peor. Y hemos echado pa’ un lado las mismas situaciones personales de nosotros, y hemos tratado de dar un arranque a las abejas hasta que se estabilicen, porque necesitamos estabilizar la situación con las abejas ahora.
[Luis]: Y entonces entendí que se trataba de la abejas, claro, pero también de algo más. Es posible que con sus misiones de rescate Hermes y Yoli y Pacheco estén ayudando a salvar una especie que muy bien podría ayudar a resolver el colapso de tantas colmenas en muchas partes del mundo. Pero no era por eso que lo hacían. Por ahora, las abejas eran su manera de enfrentar un colapso mucho más íntimo…
El de su propia isla.
[Daniel]: En octubre del año pasado, una asociación de apicultores de Estados Unidos y Canadá que se llama Pollinator Partnership comenzó una campaña para ayudar a las abejas puertorriqueñas. En 5 meses enviaron 9.000 libras de comida especializada y otros materiales. El Doctor Tugrul Giray ha estado coordinando esos esfuerzos, y reporta que están surgiendo nuevas colmenas, aunque aún falta mucho por hacer.
A muchos en la isla no les va tan bien. Según la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, a principios de mayo aún quedaban más de 25 mil personas sin luz en la isla. El proceso de recibir ayuda para la reconstrucción de casas también va más lento de lo que se esperaba. Para el mes de marzo del 2018, FEMA había recibido más de un millón de solicitudes de ayuda, pero un 60 por ciento de esas solicitudes han sido negadas.
Luis Trelles es reportero y productor de Radio Ambulante. Vive en Nueva York. Y aprovecho para felicitarlo, a Luis, que se acaba de ganar una Wallace Knight Fellowship para estar en la Universidad de Michigan el próximo año. Grande, Luis.
Esta historia fue editada por Silvia Viñas, Camila Segura y por mí. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri. Emiliano Rodríguez hizo el “fact checking”.
Agradecemos la ayuda de Arián Ávalos de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Val Dolcini del Pollinator Partnership y Miguel Carbonell de la Asociación Apícola de Borikén.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Jorge Caraballo, Patrick Mosley, Ana Prieto, Barbara Sawhill, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa y Luis Fernando Vargas. Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO.
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