Nuestro pacto con el oyente
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Nunca se me va a olvidar un comentario que recibimos en los primeros meses de nuestra primera temporada. Acabábamos de lanzar Radio Ambulante, y había sido un esfuerzo enorme para nuestro equipo chiquito. Teníamos que recaudar fondos, crear alianzas y entrenar a periodistas en cómo hacer crónicas de audio, entre muchas otras cosas. Pero creo que nuestro mayor desafío en ese momento — y que seguimos teniendo hoy — era crear un programa innovador y a la vez crear una audiencia para ese tipo de programa.
No me di cuenta de la magnitud de ese desafío hasta que recibimos un comentario por internet, que decía algo así: “Muy lindo su programa, pero los actores me parecieron muy exagerados”.
Claramente, este oyente no se dio cuenta que esos “actores” son personas reales, ni que nuestras historias son todas verdaderas. Pero bueno, de esto se trataba nuestro desafío. Esa mezcla de voces, narración, sonido ambiental, música y efectos de sonido que a nosotros nos suena como un podcast más, en América Latina era similar a la radionovela.
Siendo la productora principal y diseñadora de sonido del programa, pensé mucho en esto al principio. Quería ponerme en el lugar de alguien que estuviera escuchando este tipo de producción por primera vez. ¿Qué les parecería el tono de voz de los narradores, el tipo de música, el ritmo de la historia? Me tenía que anclar en lo que a mi me gustaba escuchar, y confiar que junto a nuestra audiencia iríamos desarrollando lo que vendría a ser nuestro sonido.
Pero me quedó una duda — ¿Cómo podíamos hacer que los oyentes entendieran cuando algo es real, y cuándo no?
Tomé una decisión simple: cuando hay sonidos verdaderos, sólo se usarán sonidos verdaderos. Cuando no, usaremos efectos de sonidos.
Me explico.
Lo más común es que una historia de Radio Ambulante esté hecha con una o dos entrevistas. En esos casos, cuando el reportero no ha grabado ningún sonido ambiental, ahí sí usamos efectos de sonido para crear el mundo sonoro de la historia. Para que quede claro: estas grabaciones NO fueron grabadas por nosotros. Usamos una biblioteca de sonidos y también encontramos otros en internet. A propósito, elegimos sonidos que suenan un poco exagerados para que sepan que estos son efectos nuestros que sólo están ahí para apoyar la narración.
Pero cuando hay escenas grabadas por el reportero, como en las historias Caminata Nocturna o N.N., aunque sea una sola escena, en esas historias sólo usamos música para apoyar la narración. La idea es que el oyente pueda confiar en que esos sonidos fueron grabados por nosotros.
Este pacto con el oyente no fue algo que dijimos al aire, ni lo anunciamos por la página web. Pero creo que esta diferencia la pueden entender nuestros oyentes de manera intuitiva cuando escuchan nuestros episodios, como me pasa a mi cuando oigo programas de Estados Unidos que también usan diferentes sonidos.
Pienso que el desafío de crear nuestro programa a la vez que creamos una audiencia ya ha llegado a una nueva fase. Ahora nos toca ver cómo hacemos que el programa evolucione a través de ustedes.
Texto escrito por: Martina Castro (@martinacastro)
Martina Castro es Co-Fundadora y Productora Principal de Radio Ambulante.